Alarma por los artistas asesinados en América Latina

El CADAL (Centro para la Apertura y el Desarrollo de América Latina) reveló brutales ataques contra la libertad de expresión artística en la región

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En 2021, CADAL registró 378 ataques a la libertad de expresión artística, de los cuales 23 fueron asesinatos. Los artistas y trabajadores de la cultura, que participaron en protestas en Colombia y Cuba fueron hostigados, detenidos y reprimidos. Asimismo, músicos y líderes culturales quedaron atrapados en la violencia entre grupos del crimen organizado en países como México y Brasil.

En el informe elaborado por Cecilia Noce y Diana Arévalo, se detalla que 23 artistas fueron asesinados en cuatro países de la región. Colombia es el país con el registro más alto, con un total de 10 asesinatos, incluyendo la masacre de San Rafael en la que 4 raperos de entre 18 a 25 años perdieron la vida. México le sigue con 9 artistas asesinados. En Brasil, 3 jóvenes músicos fueron ejecutados, mientras en Chile, un artista urbano, malabarista fue abatido por oficiales de la policía en Pichilichu. De los casos registrados, 21 eran músicos, de los cuales eran además reconocidos activistas sociales y culturales de sus comunidades.

De los 23 casos, dos fueron responsabilidad de fuerzas de seguridad. En Colombia, Nicolás Guerrero, conocido en el mundo del graffiti como ‘Flex’, fue abatido por una bala mientras participaba de las protestas sociales del 2 de mayo en Cali. Su asesinato quedó registrado por la grabación directa de otro artista DJ Juan de León quien debió abandonar el país tras recibir amenazas como consecuencia del registro de las imágenes.

En Chile, el malabarista callejero Francisco Martínez Romero fue abatido por una bala en el pecho por el sargento Juan González Iturriaga. La Corte de Apelaciones de Valdivia absolvió al oficial en un dictamen dividido esgrimiendo “legítima defensa”, aunque las “espadas”de utilería con las que se acercó el artista al oficial eran las que estaba utilizando para sus demostraciones en el espacio público.

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Violencia narco

Los 21 casos restantes fueron producto de la violencia relacionada con el narcotráfico. En este sentido, es necesario identificar tres tendencias: Un primer grupo de artistas asesinados fueron ejecutados por ser activistas o líderes sociales a partir de la música. Este es el caso de los asesinatos de Julián Sneider Múñoz, Junior Jein,Esnaider Javier Castillo, y el líder indígena Rafael Domicó Carupia. Este es un fenómeno que, lamentablemente, se repite en Colombia; según registros del Observatorio de Derechos Humanos y Conflictividades del Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz (INDEPAZ), en el 2021 se cometieron 171 asesinatos en contra de líderes y lideresas sociales.

Un segundo grupo está conformado por los artistas envueltos en la violencia narco por su relación directa con algún cartel u organización criminal. Este es el caso de los cantantes de narcocorridos en México, que se convierten en “soldados” de ciertos carteles, por lo que son objetivo en las guerras entre carteles. Un fenómeno similar sucede en Brasil con artistas de forró o del funk carioca cuyas carreras son construidas bajo la protección de un grupo criminal específico. Los intentos de salir del circuito o, simplemente de presentarse en “territorios” de otros carteles puede significar recibir amenazas, atentados y finalmente la muerte.

Un tercer grupo está relacionado con los artistas asesinados por el narcotráfico, como una forma de generar terror y establecer el control sobre la sociedad civil cuando llevan adelante la toma de un territorio. En Oaxaca, 6 jóvenes fueron secuestrados y ejecutados en un período de tres semanas mientras grupos armados vinculados a carteles de droga, intentaban tomar control sobre el tráfico de drogas en la zona. En Colombia, en San Rafael de Antioquía, cuatro jóvenes raperos fueron baleados a plena luz del día mientras hacían freestyling en un parque de la ciudad.

Según José Sarralde de la organización no gubernamental Movimiento de Expresión Latinoamericana de Hip Hop (MELAH), su asesinato es una forma de enviar un mensaje a la población local.

En Brasil, el percusionista Renato Santos Evangelista Sobrinho fue secuestrado luego de presentarse en la ciudad brasileña de Camaçari, en el estado de Bahía y brutalmente ejecutado. Su asesinato además fue registrado por los Responsables y compartidos en redes sociales. Según la Fiscalía y autoridades policiales, el asesinato del joven está realcaionado con la implementación de un “tribunal” organizado por narcotraficantes que operaban en la región cuyo objetivo era “juzgar”, y ejecutar a quiénes les debían dinero o los desafiaban.

El impacto de la violencia del narcotráfico en el campo de la cultura ha sido una constante en 2021 y en un fenómeno en crecimiento tanto en países históricamente afectados por el flagelo del narcotráfico, como en nuevas regiones de influencia, como Argentina. Las amenazas a través de las redes sociales, las narcomantas o los ataques han afectado a los artistas, principalmente en México, Colombia y Brasil.

En su informe, CADAL asegura que los actos de violencia y persecución que enfrentan los artistas en la región, los ponen en la misma categoría que otros defensores de la libertad de expresión tales como periodistas y activistas de Derechos Humanos; por lo tanto, la libertad de expresión artística debe incluirse en los debates, mecanismos y formulaciones pertinentes centrados en la libertad de expresión tanto a nivel del Sistema Universal, como del Interamericano

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