Derechos Humanos y
Solidaridad Democrática Internacional

Comunicados

Instituto Václav Havel

15-11-2012

Discurso de S.E. Petr Kopriva, Embajador de la República Checa en la Argentina, al cierre de la proyección del Documental «El poder de los sin poder»

Estimados presentes, queridos amigos:

Hemos visto un documental sobre la historia reciente de Checoslovaquia y la República Checa, rodado por un extranjero, un americano. Entonces, fue interesante para mí y otros checos vernos, no por nuestros propios ojos, sino por los ojos extranjeros. También pudimos ver como la historia se olvida tan rápidamente.

Me limitaré a algunas observaciones sobre la situación actual en la República Checa y su relación con el pasado presentado en la película.

S.E. Petr Kopriva, Embajador de República Checa en Argentina.En los primeros años después de la revolución de Terciopelo en 1989, el partido comunista estaba en total retroceso, con los electores casi únicamente jubilados de edad mayor, y parecía que el partido iba a perder sus electores gradualmente en el futuro. Pero, algo completamente diferente pasó. Veintitrés años más tarde, el mes pasado, hubo elecciones locales en la República Checa con resultados muy preocupantes: el partido comunista alcanzó al 2o lugar ganando casi el 21% de todos las candidaturas – y el 68% más de las candidaturas que en las últimas elecciones! Es evidente que no sólo las personas mayores, sino también un número significativo de los jóvenes eligieron al partido comunista. ¿Como se puede explicar este aumento?

Un problema grave es, por supuesto, la crisis económica y financiera, que hace las vidas de la gente más difícil, a pesar de que su impacto no es tan duro en la República Checa como en varios otros países europeos. Pero también, parece que los electores ya están cansados de los escándalos más y más frecuentes vinculados con los partidos que se han alternado en el poder en las últimas dos décadas. A la gente le parece que los políticos no se interesan por una  buena gestión de los asuntos públicos sino sólo por sus propios intereses.

Y como los comunistas no han participado en ningún gobierno desde la fundación de la República Checa, no se han comprometido al respecto. Por eso pueden presentarse como una alternativa para los jóvenes, quienes – como lo vimos en la película – han olvidado su pasado o no les interesa y perciben la libertad como algo natural, lo que está dado, algo de lo que nadie puede privarles.

También vimos que – en conformidad con el lema de la revolución de Terciopelo “No somos como ellos” – ni siquiera los representantes del régimen comunista que cometieron crímenes muy graves  fueron llevados a la justicia. Hubo sólo algunas pocas excepciones. ¿No es ésta la raíz por la cual el partido comunista está hoy aceptado como cualquier otro partido político democrático por la mayoría de los jóvenes checos?

Por esta razón es necesario traer a la memoria nuestro pasado, no olvidarlo sino aprender con él. Hay muchas iniciativas en la República Checa en esta dirección, pero como se trata de un fenómeno que no se limita a las fronteras checas, es muy bueno que se hable de él en otros países y otros continentes. Al fin y al cabo, para Argentina, también, la cuestión de la superación de su pasado es muy actual.

Entonces, estoy convencido que el programa Good-bye Lenin ha contribuido mucho en este contexto para que en el futuro no se organice nunca y en ningún lugar un programa titulado Welcome back Lenin.

Quisiera dar mis gracias a todos los que participaron en su organización, especialmente al Instituto Václav Havel, a Cadal y al Centro Cultural Checo.

Muchas gracias.

 
 
 

 
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