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Monitoreo de la gobernabilidad democrática

01-07-2024

El Parlamento de la Unión Europea gira hacia la derecha

Entre el 6 y el 9 de junio, los ciudadanos votantes de la Unión Europea (UE) se dirigieron a las urnas para elegir un nuevo Parlamento Europeo. Aunque sigue habiendo una mayoría absoluta del centro democrático, el Parlamento Europeo se ha inclinado hacia la extrema derecha euroescéptica.
Por Dorothea Krueger

El Parlamento de la Unión Europea gira hacia la derecha

Con un 51% de participación promedio, la más alta en veinte años, estos comicios han dejado una huella significativa en el panorama político de la UE. Aunque sigue habiendo una mayoría absoluta del centro democrático, conformada por los grupos del Partido Popular Europeo (PPE), Socialistas y Demócratas (S&D) y Renew Europe (opcionalmente sumando al grupo Verdes/Alianza Libre Europea (Verdes/ALE)), esta mayoría se ha reducido. Para los próximos cinco años, el Parlamento Europeo se ha inclinado hacia la extrema derecha. Los grupos Conservadores y Reformistas Europeos (CRE) e Identidad y Democracia (ID) ganaron terreno, mientras que Renew Europe y los Verdes sufrieron pérdidas.

El giro hacia la derecha se puede explicar por los resultados en algunos grandes Estados Miembros de la UE como Alemania, Francia e Italia. En contraste, en países como Finlandia, Dinamarca o Suecia, que contribuyen menos escaños a la Eurocámara (15, 15 y 21 escaños respectivamente), la ciudadanía tendió más a partidos socialdemócratas y verdes. En Italia, el partido de la primera ministra Giorgia Meloni, Fratelli d’Italia, ganó con un 28,8% de los votos. El partido con raíces neofascistas aportará 24 de los 76 escaños de Italia al grupo CRE, que incluye también a partidos como VOX de España y PiS de Polonia. En total, el CRE ocupará 14 escaños más que en el Parlamento saliente, desplazando a Renew Europe, el grupo de los partidos liberales europeos, como tercera fuerza dentro del parlamento.

La pérdida de Renew Europe fue más pronunciada en Francia, donde la coalición del presidente Emmanuel Macron, Coalition Besoin d’Europe, perdió 10 escaños para el grupo parlamentario. Mientras tanto, el Rassemblement National de Marine Le Pen ganó 13 escaños adicionales, sumando un total de 30 escaños para el grupo ID. Solo un 14,6% del voto francés se dirigió hacia la coalición de Macron, menos de la mitad de lo que obtuvo Le Pen (31,4%), lo que llevó al presidente francés a disolver el parlamento nacional y convocar elecciones legislativas. En un intento de frenar el avance de los extremos políticos en Francia, Macron parece haber logrado lo contrario: En la primera vuelta de las elecciones parlamentarias del 30 de junio, tanto el Rassemblement National como la coalición de la izquierda superaron a la coalición de Macron. Si el Rassemblement National ganaba la mayoría parlamentaria en la segunda vuelta electoral el 7 de julio, Macron se vería obligado a gobernar con un partido que simpatiza con Putin, adopta una postura radical contra la migración, quiere debilitar la UE y salir de la OTAN.

En Alemania, el país con el mayor número de escaños en el Parlamento Europeo (96), los partidos de la coalición gobernante (socialdemócratas, verdes y liberales) perdieron las elecciones. Los cristianodemócratas, que en la UE se integran al PPE, salieron como primera fuerza (30% de los votos, 29 escaños para el PPE), seguidos por el partido de extrema derecha Alternativa para Alemania (AfD), que ocupará 15 escaños en el parlamento. La AfD actualmente pertenece a los parlamentarios no inscritos en ningún grupo parlamentario (NI), dado que fue expulsada de ID tras cruzar ciertas líneas rojas que hicieron que ni los ultranacionalistas del ID quisieran asociarse con ellos. Sin embargo, los escándalos que persiguieron a la AfD, incluyendo casos de espionaje para Rusia y China en oficinas de eurodiputados, planes de deportación de millones de personas “no asimiladas” de Alemania y la relativización del rol de las SS en los crímenes de guerra de la Segunda Guerra Mundial por el principal candidato europeo del partido, no detuvieron a casi un 16% de los votantes alemanes de elegir un partido que está bajo observación del servicio de inteligencia nacional por la sospecha de poner en peligro la democracia liberal alemana.

Pese al fortalecimiento de los partidos nacionalistas, la mayoría formada por el PPE, S&D y Renew Europe dominó las negociaciones por los altos cargos políticos que ahora se deben cubrir. En consecuencia, los líderes políticos europeos propusieron para la presidencia de la Comisión Europea a la alemana Ursula von der Leyen (PPE), eligieron al portugués António Costa (S&D) para el cargo de Presidente del Consejo Europeo y consideraron a la estonia Kaja Kallas (Renew Europe) como Alta Representante para Política Exterior y Seguridad. Todo esto pese al descontento de Giorgia Meloni, que consideraba que el CRE, al formar el tercer grupo parlamentario, debería haber sido incluido en la repartición de los cargos. Sin embargo, el nuevo peso de las fuerzas derechistas ya empezó a afectar la búsqueda de mayorías. Así lo evidencia el guiño de von der Leyen hacia la ultraderecha, señalando su disponibilidad para “estrategias innovadoras” en la restricción de la inmigración irregular a la UE. Mientras el derecho de iniciativa legislativa pertenece a la Comisión Europea, el Parlamento tiene que aprobar todo proyecto de ley, por lo cual la señal de von der Leyen puede ser leído como referencia a posibles programas políticos una vez que la alemana continúe con un segundo mandato como Presidente de la Comisión (cargo que también tendrá que ser aprobado por la mayoría absoluta del Parlamento).

El tiempo dirá cómo afectará el resultado de las elecciones a las políticas concretas. Sin embargo, es de esperar que el camino hacia la descarbonización de la economía europea y una política migratoria que cumpla con los valores europeos se vea aún más obstaculizado. La UE ya coopera con regímenes autoritarios en África del Norte y otras regiones de transición migratoria para que detengan a los migrantes antes de que pisen suelo europeo. Con el nuevo pacto migratorio de la UE, los migrantes serán detenidos en las fronteras hasta que se defina su estatus, un sistema ampliamente rechazado por varias organizaciones de derechos humanos. Dada la posición anti-migratoria de los grupos parlamentarios de derecha, ahora es aún menos probable que la UE mejore su historial de derechos humanos en sus fronteras exteriores.

Para América Latina, la creciente influencia de fuerzas nacionalistas en el Parlamento Europeo podría significar una disminución en inversiones y ayudas humanitarias. Las inversiones de la UE en América Latina y el Caribe constituyen un 29% de toda la inversión extranjera directa en la región, por lo que una tendencia europea hacia políticas económicas nacionalistas podría redirigir parte de estas inversiones hacia el mercado interno europeo. Similarmente, el resultado electoral podría afectar negativamente las ayudas humanitarias de la UE a países latinoamericanos como Ecuador y Colombia para apoyar el manejo de las olas migratorias desde Venezuela.

Finalmente, las elecciones parlamentarias de la UE demostraron que ni el proyecto europeo de integración económica y política puede escapar a las fuerzas antidemocráticas que están ganando fuerza en todo el mundo. En el caso del Parlamento de la UE, esto significa una mayor representación de los actores políticos que quieren limitar las competencias de la UE en favor de Estados nacionales más fuertes. No obstante, la mayoría en el Parlamento sigue estando en manos de los demócratas europeos, que ahora se enfrentan a la tarea de convencer de nuevo a los votantes europeos de este proyecto de la UE.

Dorothea Krueger
Dorothea Krueger
Asistente de proyectos
Tiene un Bachelor of Arts en International Cultural and Business Studies de la Universidad de Passau (Alemania), es licenciada en Gerenciamiento Económico Intercultural (USAL) y posee un Master of Arts en Relaciones Internacionales y Diplomacia de la Universidad de Tréveris (Alemania). En 2020 llevó a cabo una pasantía en CADAL y luego colaboró como estudiante voluntaria en asistencia de investigación. Desde 2024 es Asistente de Proyectos de CADAL.
 
 
 

 
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