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Monitoreo de la gobernabilidad democrática
Presentación del libro: La Experiencia Chilena
CADAL presentó su nuevo libro ''LA EXPERIENCIA CHILENA. Consensos para el desarrollo'' el jueves 15 de septiembre en el Hotel Feir's Park de Buenos Aires y el viernes 16 en el Hotel Sheraton de Montevideo. La presentación del libro estuvo a cargo de uno de sus autores, el ex Ministro de Economía de Chile Jorge Marshall.
CADAL presentó nuevo libro en Buenos Aires y Montevideo
LA EXPERIENCIA CHILENA
Consensos para el desarrollo
CADAL presentó su nuevo libro "LA EXPERIENCIA CHILENA. Consensos para el desarrollo" el jueves 15 de septiembre en el Hotel Feir's Park de Buenos Aires y el viernes 16 en el Hotel Sheraton de Montevideo. La presentación del libro estuvo a cargo de uno de sus autores, el ex Ministro de Economía de Chile Jorge Marshall, quien durante su visita mantuvo reuniones con el Ministro de Economía argentino Roberto Lavagna y con el Viceministro de Economía de Uruguay Mario Bergara.
Marshall es Doctor en Economía (Universidad de Harvard), Ingeniero Comercial (Universidad de Chile), Subsecretario y Ministro de Economía de Chile entre los años 1990 y 1993, Vicepresidente del Banco Central de Chile entre los años 1993 y 2003, Consultor de organismos internacionales y profesor de economía en varias universidades, incluyendo la Universidad Católica de Chile, Alberto Hurtado y Universidad de Chile. Ha publicado varios artículos sobre la economía chilena, con especial referencia a la política macroeconómica, economía financiera y crecimiento económico. Director de Expansiva, miembro del Consejo Académico de CADAL e integrante del equipo que elabora el programa de gobierno de la candidata a presidente de Chile Michelle Bachelet.
Además de la colaboración de Jorge Marshall, el libro incluye la participación de Ricardo López Murphy, Eugenio Tironi, Cristián Larroulet, Raúl Ferro, Carlos Gervasoni, Pedro Isern Munné, Raúl Sanhueza y Angel Soto, y lleva el prólogo de Mauricio Rojas.
Presentación del libro en Buenos Aires
Pedro Isern, Director del Área Economía y Estado de Derecho de CADAL y uno de los compiladores y autores del libro, brinda una introducción durante la presentación en Buenos Aires.
Jorge Marshall presentando el libro el jueves 15 de septiembre en el Hotel Feir's Park de Buenos Aires a la cual asistieron legisladores, periodistas y diplomáticos.
Jorge Marshall en un almuerzo en Buenos Aires en el que participaron Vladimir Grácz (Embajador de Eslovaquia), Patricio Díaz (Embajada de Chile), Hans Blomeier (Fundación Konrad Adenauer), el ex Diputado y Senador Nacional Raúl Baglini, la Senadora Nacional Luz Sapag, los Diputados Nacionales Víctor Fayad, Gabriel Llano, Silvina Leonelli, Alberto Natale, Federico Pinedo, el legislador de la ciudad de Buenos Aires Juan Carlos Lynch, los periodistas Fernando Laborda y Néstor Scibona, y Fernando Gril (Fundación Odiseo).
Alberto Natale, Raúl Baglini y Jorge Marshall
Presentación del libro en Montevideo
Jorge Marshall presentó el libro el viernes 16 de septiembre en el desayuno mensual de la Asociación de Marketing (ADM), en el Sheraton Hotel de Montevideo, al cual asistieron 150 personas.
Entre los participantes estuvieron el Vicepresidente del Banco Central de Uruguay César Failache, el Presidente del Banco Central de Uruguay Walter Cancela y el Embajador de Chile en Uruguay Carlos Appelgren Balbontin.
Jorge Marshall compartió una cena en Montevideo con Mario Bergara (der.) y Fernando Lorenzo (izq.), Vice-Ministro de Economía y Director de Asesoría Macroeconómica de Uruguay, respectivamente.
De la cena también participaron los periodistas Nelson Fernández (Canal 10) y Gabriel Pastor (Semanario Búsqueda), los economistas Dolores Benavente (Cámara Nacional de Comercio y Servicios) e Isidoro Hodara (Universidad ORT) y Carlos Álvarez (Coordinador de Programas de CADAL en Uruguay).
Prólogo
Chile asombra y divide. Asombra por su crecimiento económico extraordinario, el mejoramiento notable de las condiciones generales de vida de su población y una tasa de reducción de la pobreza que es única en América Latina. Asombra igualmente por su economía de mercado abierta y competitiva así como por su combinación señera de democracia, estado de derecho, administración pública confiable y consensos políticos sólidos. Asombra finalmente por ser un país latinoamericano que está logrando aquello que parecía imposible en una región de tantas frustraciones y oportunidades perdidas. Pero Chile también divide.
Divide por la historia de su éxito, por el nacimiento violento de su salto hacia el progreso, por el precio terrible que pagó en términos de sangre, sudor y lágrimas para salir de sus desventuras. Chile divide también por sus altísimos niveles de desigualdad, que si bien no niegan el gran progreso de las amplias mayorías de su población crean un potencial de inestabilidad que no debe desestimarse, particularmente si el progreso económico sufriese una reducción prolongada.
Esta mezcla de asombro y división, este sabor amargo que de alguna manera queda en la boca cuando se paladea el éxito chileno, es lo que tal vez explique el silencio con que en general se acogen las buenas nuevas provenientes de Chile. Este silencio es por cierto natural de parte de aquella izquierda que ni olvida ni aprende nada. Para esa izquierda el éxito de una economía de mercado abierta al mundo es anatema y la actitud de la izquierda chilena, renovada, democrática y pro mercado, una traición manifiesta. Pero este silencio es también compartido por otros, tanto dentro como fuera de América Latina, y es allí donde la ambivalencia que genera el caso de Chile se hace evidente.
¿Se puede amar al Chile de hoy sin reparos? ¿Se lo puede proponer como modelo o, al menos, como una fuente importante de inspiración? Sí, responde enfáticamente su presente y, más aún, su futuro previsible; no, responde sin duda la memoria de su concepción dolorosa. Chile no recuerda a Cenicienta convertida en princesa sino más bien a la madrastra odiosa, que termina saliéndose con su propósito y deslumbrando a todos. Todo esto es, por cierto, bastante irrelevante para el chileno medio actual, demasiado ocupado en progresar como para hacerse muchas preguntas sobre el origen de sus asombrosas posibilidades. Como todo país de éxito Chile está volcado hacia el futuro y no, como por ejemplo Argentina, hacia el pasado. Hasta ahora, no ha habido mucho tiempo para la nostalgia en ese país de "loca geografía" que algún día produjo poetas maravillosos pero también un subdesarrollo que condenaba una parte significativa de su población a una pobreza endémica.
Tal vez en el futuro, con los frutos del progreso ya maduros, vuelvan los chilenos su mirada hacia el pasado y traten de dar respuesta a los interrogantes de una historia que ya será tan lejana como para poder ser analizada fríamente. Para el resto de Latinoamérica esta espera no es posible. Se requieren urgentemente alternativas viables para una región compuesta por países que en su gran mayoría siguen debatiéndose entre la inestabilidad y la falta de desarrollo, con una pobreza persistente, sistemas políticos corruptos y estados de derecho que dejan mucho que desear. Olas devastadoras de populismo e insurgencia social dan testimonio de la debilidad de las instituciones latinoamericanas y de la incapacidad de la región de sumarse a los progresos de la globalización. En suma, hay demasiados fracasos y problemas como para seguir ignorando al único país que a pasos agigantados está dejando atrás los problemas endémicos de América Latina. Bastaría sólo con constatar los éxitos del Chile democrático en términos de reducción de la pobreza como para hacer de un serio examen de su desarrollo un deber primario de solidaridad para con los más de doscientos millones de pobres existentes en Latinoamérica.
Esta es la perspectiva en que se enmarcan las valiosas iniciativas de CADAL en torno al caso chileno. Su propósito ha sido analizar a Chile con la seriedad que se merece, sin ideologismos destructivos y con la ayuda de expertos de alto nivel. El presente libro es un excelente ejemplo de esta ambición de tomarse a Chile en serio. El lector que busque el elogio o la condena fáciles terminará sin duda decepcionado. A aquel que seriamente busque entender cómo se pueden vencer muchos de los males inveterados de América Latina lo espera, por el contrario, una generosa recompensa.
Estocolmo, agosto de 2005
Mauricio Rojas
Miembro del Parlamento de Suecia
Profesor Adjunto en historia económica de la Universidad de Lund (Suecia)
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Marshall es Doctor en Economía (Universidad de Harvard), Ingeniero Comercial (Universidad de Chile), Subsecretario y Ministro de Economía de Chile entre los años 1990 y 1993, Vicepresidente del Banco Central de Chile entre los años 1993 y 2003, Consultor de organismos internacionales y profesor de economía en varias universidades, incluyendo la Universidad Católica de Chile, Alberto Hurtado y Universidad de Chile. Ha publicado varios artículos sobre la economía chilena, con especial referencia a la política macroeconómica, economía financiera y crecimiento económico. Director de Expansiva, miembro del Consejo Académico de CADAL e integrante del equipo que elabora el programa de gobierno de la candidata a presidente de Chile Michelle Bachelet.
Además de la colaboración de Jorge Marshall, el libro incluye la participación de Ricardo López Murphy, Eugenio Tironi, Cristián Larroulet, Raúl Ferro, Carlos Gervasoni, Pedro Isern Munné, Raúl Sanhueza y Angel Soto, y lleva el prólogo de Mauricio Rojas.
Presentación del libro en Buenos Aires
Pedro Isern, Director del Área Economía y Estado de Derecho de CADAL y uno de los compiladores y autores del libro, brinda una introducción durante la presentación en Buenos Aires. | Jorge Marshall presentando el libro el jueves 15 de septiembre en el Hotel Feir's Park de Buenos Aires a la cual asistieron legisladores, periodistas y diplomáticos. |
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Presentación del libro en Montevideo
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Divide por la historia de su éxito, por el nacimiento violento de su salto hacia el progreso, por el precio terrible que pagó en términos de sangre, sudor y lágrimas para salir de sus desventuras. Chile divide también por sus altísimos niveles de desigualdad, que si bien no niegan el gran progreso de las amplias mayorías de su población crean un potencial de inestabilidad que no debe desestimarse, particularmente si el progreso económico sufriese una reducción prolongada.
Esta mezcla de asombro y división, este sabor amargo que de alguna manera queda en la boca cuando se paladea el éxito chileno, es lo que tal vez explique el silencio con que en general se acogen las buenas nuevas provenientes de Chile. Este silencio es por cierto natural de parte de aquella izquierda que ni olvida ni aprende nada. Para esa izquierda el éxito de una economía de mercado abierta al mundo es anatema y la actitud de la izquierda chilena, renovada, democrática y pro mercado, una traición manifiesta. Pero este silencio es también compartido por otros, tanto dentro como fuera de América Latina, y es allí donde la ambivalencia que genera el caso de Chile se hace evidente.
¿Se puede amar al Chile de hoy sin reparos? ¿Se lo puede proponer como modelo o, al menos, como una fuente importante de inspiración? Sí, responde enfáticamente su presente y, más aún, su futuro previsible; no, responde sin duda la memoria de su concepción dolorosa. Chile no recuerda a Cenicienta convertida en princesa sino más bien a la madrastra odiosa, que termina saliéndose con su propósito y deslumbrando a todos. Todo esto es, por cierto, bastante irrelevante para el chileno medio actual, demasiado ocupado en progresar como para hacerse muchas preguntas sobre el origen de sus asombrosas posibilidades. Como todo país de éxito Chile está volcado hacia el futuro y no, como por ejemplo Argentina, hacia el pasado. Hasta ahora, no ha habido mucho tiempo para la nostalgia en ese país de "loca geografía" que algún día produjo poetas maravillosos pero también un subdesarrollo que condenaba una parte significativa de su población a una pobreza endémica.
Tal vez en el futuro, con los frutos del progreso ya maduros, vuelvan los chilenos su mirada hacia el pasado y traten de dar respuesta a los interrogantes de una historia que ya será tan lejana como para poder ser analizada fríamente. Para el resto de Latinoamérica esta espera no es posible. Se requieren urgentemente alternativas viables para una región compuesta por países que en su gran mayoría siguen debatiéndose entre la inestabilidad y la falta de desarrollo, con una pobreza persistente, sistemas políticos corruptos y estados de derecho que dejan mucho que desear. Olas devastadoras de populismo e insurgencia social dan testimonio de la debilidad de las instituciones latinoamericanas y de la incapacidad de la región de sumarse a los progresos de la globalización. En suma, hay demasiados fracasos y problemas como para seguir ignorando al único país que a pasos agigantados está dejando atrás los problemas endémicos de América Latina. Bastaría sólo con constatar los éxitos del Chile democrático en términos de reducción de la pobreza como para hacer de un serio examen de su desarrollo un deber primario de solidaridad para con los más de doscientos millones de pobres existentes en Latinoamérica.
Esta es la perspectiva en que se enmarcan las valiosas iniciativas de CADAL en torno al caso chileno. Su propósito ha sido analizar a Chile con la seriedad que se merece, sin ideologismos destructivos y con la ayuda de expertos de alto nivel. El presente libro es un excelente ejemplo de esta ambición de tomarse a Chile en serio. El lector que busque el elogio o la condena fáciles terminará sin duda decepcionado. A aquel que seriamente busque entender cómo se pueden vencer muchos de los males inveterados de América Latina lo espera, por el contrario, una generosa recompensa.
Estocolmo, agosto de 2005
Mauricio Rojas
Miembro del Parlamento de Suecia
Profesor Adjunto en historia económica de la Universidad de Lund (Suecia)