Prensa
Las Damas de Blanco
En silencio y vestidas de blanco
Fuente: La Nación (Argentina)
Por Sylvina Walger
Para La Nación
En abril de 2003 el comandante Fidel ordenó el encarcelamiento de 75 disidentes, muchos de ellos ex militantes del Partido Comunista y con antecedentes de haber luchado contra el dictador Fulgencio Batista. Acusados, entre otras cosas, de atentar contra una insólita "integridad cubana", no les fue confiscado ningún arsenal, sino armas tan poderosas como lápices, hojas, máquinas de escribir y libros, muchos libros. Entre ellos, títulos tan dispares como La protección internacional de los derechos de la mujer , Teoría de la justicia y derechos humanos , además de 51 copias de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Las penas impuestas a tan odiosos crímenes oscilaron entre los 16 y los 28 años de prisión.
Sus mujeres, esposas, tías, madres e hijas -algunas profesionales, otras, simples y humildes amas de casa- descubrieron entonces una resistencia interna que jamás habrían sospechado. Ese mismo año, el Día de la Madre, les nació la idea de reunirse. Desde entonces, su principal característica es vestir enteramente de blanco cuando cada domingo se dirigen a la iglesia de Santa Rita de Casia, en La Habana. Después de misa, realizan un recorrido de unas ocho cuadras en silencio y cada una porta la foto de su ser querido con los años de cárcel a que está condenado.
Las cárceles a las que fueron destinados están, por lo general, a una distancia de entre 200 y 900 kilómetros de los lugares donde habitan sus familias. Irónicamente, una de las principales prisiones está también en Guantánamo, y los tratos que allí reciben no se distinguen demasiado de los que Bush impone a los suyos. Las visitas son cada tres meses (algo que no siempre se cumple) y sólo se permiten dos personas. Las visitas conyugales suelen ser espiadas por la Seguridad del Estado, que luego se solaza describiendo a las mismas esposas las intimidades del encuentro.
El grupo es heterogéneo y está integrado por mujeres de distintos credos y vertientes ideológicas. Sin embargo, entre ellas se habla de todo menos de política y de religión. "Todas son iguales y lo único que las une es el dolor de estar separadas de sus seres queridos. Su objetivo es siempre el mismo: marchar pacíficamente", cuenta la periodista chilena Erica Lüthers Gamboa, autora de Las Damas de Blanco (Fundación CADAL), y agrega que las Damas no están solamente en La Habana, sino también en cada pueblo donde haya un preso político.
El libro reúne 24 diálogos telefónicos con distintas integrantes del grupo, realizados a lo largo de varios meses por Lüthers. Sus voces, sencillas, sufridas, femeninas pero enteras internan al lector en los vericuetos del terror dentro de una isla que alguna vez fue soñada como un paraíso socialista. No en vano, en octubre del año pasado, el Parlamento Europeo las galardonó con el Premio Andrei Sajarov a la libertad de conciencia.
De sus relatos trasciende la forma en que desde el poder buscan paralizarlas por medio del terror. Víctimas de actos de repudio, despedidas del trabajo, tampoco logran fijarse una rutina diaria, pues no saben qué les depara cada día la Seguridad del Estado.
El próximo agosto Fidel se convertirá en un anciano octogenario. Previendo su muerte ("el hecho biológico", metáfora preferida de los cubanos) y haciendo gala también de una imaginación casi tropical, el gobierno de Bush (cuyo Guantánamo personal ha sido bautizado por Amnesty "El Gulag de los tiempos modernos") ya ha designado un "coordinador de la transición de Cuba", cuyo rol equivaldría al mismo que para el Irak invadido desempeñó Paul Bremmer, o sea, el de un potencial virrey norteamericano. Sin embargo, al igual que muchos cubanos, no es éste el camino que persiguen las Damas de Blanco. Aunque no expresan sus opiniones en voz alta, para ellas el futuro de la isla sólo puede decidirlo el mismo pueblo de Cuba.
Fuente: Diario La Nación (Buenos Aires)
http://www.lanacion.com.ar/edicionimpresa/suplementos/enfoques/?nota_id=823658
La Nación (Argentina)
Notas relacionadas
«Las Damas de Blanco» un volumen con 24 testimonios
Reseñas
| El Nuevo Herald (Estados Unidos)
22-10-2006
Presentación del libro ''Las Damas de Blanco'' en Buenos Aires
Eventos
29-06-2006
''¿Cuándo viene papi?''
Prensa
| Cubaencuentro.com (España)
11-06-2006
«Es ese libro el que va a llevar a América Latina todo nuestro dolor»
Entrevistas
| Gabriel C. Salvia
21-06-2006
Confiscan libros de CADAL en allanamiento a vivienda de Dama de Blanco cubana
Comunicados
24-10-2006
Presentan libro de la periodista Erika Lüters
Prensa
| La Tercera (Chile)
16-05-2006
Soledad Alvear presentó libro sobre ''Las Damas de Blanco''
Eventos
11-05-2006
Las Damas de Blanco. Las mujeres de los prisioneros de la Primavera Negra de Cuba
Libros
| Erika Lüters Gamboa
30-10-2006
El martirio que sufren los presos políticos en Cuba
Prensa
| Infobae (Argentina)
17-11-2006
Circula en Cuba libro sobre ''Las Damas de Blanco''
Comunicados
20-03-2007
Por Sylvina Walger
Para La Nación
En abril de 2003 el comandante Fidel ordenó el encarcelamiento de 75 disidentes, muchos de ellos ex militantes del Partido Comunista y con antecedentes de haber luchado contra el dictador Fulgencio Batista. Acusados, entre otras cosas, de atentar contra una insólita "integridad cubana", no les fue confiscado ningún arsenal, sino armas tan poderosas como lápices, hojas, máquinas de escribir y libros, muchos libros. Entre ellos, títulos tan dispares como La protección internacional de los derechos de la mujer , Teoría de la justicia y derechos humanos , además de 51 copias de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Las penas impuestas a tan odiosos crímenes oscilaron entre los 16 y los 28 años de prisión.
Sus mujeres, esposas, tías, madres e hijas -algunas profesionales, otras, simples y humildes amas de casa- descubrieron entonces una resistencia interna que jamás habrían sospechado. Ese mismo año, el Día de la Madre, les nació la idea de reunirse. Desde entonces, su principal característica es vestir enteramente de blanco cuando cada domingo se dirigen a la iglesia de Santa Rita de Casia, en La Habana. Después de misa, realizan un recorrido de unas ocho cuadras en silencio y cada una porta la foto de su ser querido con los años de cárcel a que está condenado.
Las cárceles a las que fueron destinados están, por lo general, a una distancia de entre 200 y 900 kilómetros de los lugares donde habitan sus familias. Irónicamente, una de las principales prisiones está también en Guantánamo, y los tratos que allí reciben no se distinguen demasiado de los que Bush impone a los suyos. Las visitas son cada tres meses (algo que no siempre se cumple) y sólo se permiten dos personas. Las visitas conyugales suelen ser espiadas por la Seguridad del Estado, que luego se solaza describiendo a las mismas esposas las intimidades del encuentro.
El grupo es heterogéneo y está integrado por mujeres de distintos credos y vertientes ideológicas. Sin embargo, entre ellas se habla de todo menos de política y de religión. "Todas son iguales y lo único que las une es el dolor de estar separadas de sus seres queridos. Su objetivo es siempre el mismo: marchar pacíficamente", cuenta la periodista chilena Erica Lüthers Gamboa, autora de Las Damas de Blanco (Fundación CADAL), y agrega que las Damas no están solamente en La Habana, sino también en cada pueblo donde haya un preso político.
El libro reúne 24 diálogos telefónicos con distintas integrantes del grupo, realizados a lo largo de varios meses por Lüthers. Sus voces, sencillas, sufridas, femeninas pero enteras internan al lector en los vericuetos del terror dentro de una isla que alguna vez fue soñada como un paraíso socialista. No en vano, en octubre del año pasado, el Parlamento Europeo las galardonó con el Premio Andrei Sajarov a la libertad de conciencia.
De sus relatos trasciende la forma en que desde el poder buscan paralizarlas por medio del terror. Víctimas de actos de repudio, despedidas del trabajo, tampoco logran fijarse una rutina diaria, pues no saben qué les depara cada día la Seguridad del Estado.
El próximo agosto Fidel se convertirá en un anciano octogenario. Previendo su muerte ("el hecho biológico", metáfora preferida de los cubanos) y haciendo gala también de una imaginación casi tropical, el gobierno de Bush (cuyo Guantánamo personal ha sido bautizado por Amnesty "El Gulag de los tiempos modernos") ya ha designado un "coordinador de la transición de Cuba", cuyo rol equivaldría al mismo que para el Irak invadido desempeñó Paul Bremmer, o sea, el de un potencial virrey norteamericano. Sin embargo, al igual que muchos cubanos, no es éste el camino que persiguen las Damas de Blanco. Aunque no expresan sus opiniones en voz alta, para ellas el futuro de la isla sólo puede decidirlo el mismo pueblo de Cuba.
Fuente: Diario La Nación (Buenos Aires)
http://www.lanacion.com.ar/edicionimpresa/suplementos/enfoques/?nota_id=823658