Derechos Humanos y
Solidaridad Democrática Internacional

Prensa

27-02-2008

Democracia y transparencia

Fuente: Prensa Libre (Guatemala)

Por César García

¿Tienen que ver la democracia y la transparencia con la marcha exitosa de una economía? Absolutamente; de hecho, en más de una ocasión se ha publicado el “Ranking mundial de democracia, mercado y transparencia”, cuyas últimas ediciones han tomado en cuenta 153 países del mundo civilizado.

El índice, y a partir de este ranking, se compone tomando en cuenta factores como: libertad comercial, libertad de comercio internacional, libertad monetaria y cambiaria, libertad financiera, transparencia del gasto gubernamental, estabilidad fiscal, derechos de propiedad, libertad frente a la corrupción, libertad laboral, etcétera.

Ese estudio toma, como referentes importantes, publicaciones como las siguientes: Freedom of the Word, The Wall Street Journal e “Índice de percepción de corrupción de Transparency International”, entre otras.

Para 2007, el índice promedio arrojado por las 153 naciones evaluadas se ubicó en 0.523, mientras que el valor máximo y primer lugar lo alcanzó Nueva Zelanda, con 0.916, y el último, Birmania, con 0.149.

Una forma de interpretar los resultados es que hay dos grupos de naciones; el primero, todas aquellas que se ubican por encima del promedio (0.523), y el segundo, las que están por debajo de éste.

Así las cosas, 67 naciones están por encima del promedio, es decir, muestran mayor respeto a la transparencia, libertad y democracia que el promedio.

En contraposición, las 86 naciones restantes se ubican por debajo del promedio, interpretándose por ende que muestran menor respeto o conceden menos valor a la transparencia, libertad y democracia.

Es obvio que las naciones con promedios más altos en este indicador muestran también mínimos niveles de irrespeto a la vida, corrupción, pobreza extrema, desempleo o desnutrición crónica. De esa cuenta —sin temor a equivocarnos— inferimos que la transparencia y libertad, dentro de un sistema legítimamente democrático, trae consigo réditos a largo plazo… de ello, no hay duda.

La información es tan fiable y consistente que —para citar un ejemplo— Venezuela, a raíz de haber caído en una “dictadura democrática” (si acaso ese término es válido) ha descendido al lugar 117 en este ranking, y 30 lugares abajo, justo en el 147, se ubica Cuba, nación que ostenta el último lugar de los países latinoamericanos.

Nueva Zelanda, que se ubica a la cabeza de las posiciones, es una democracia parlamentaria compuesta por una sola cámara de 120 representantes; tiene —además— un poder judicial independiente y, sobre todo, ostenta un elevado grado de libertad de expresión y un ejercicio profesional de prensa.

Haciendo el análisis por bloques, Dinamarca encabeza el grupo de la Unión Europea, al ubicarse en el segundo lugar dentro del ranking general; por su parte, Chile lidera el grupo de América Latina, al ocupar un —muy honroso— 17 lugar, mientras que Uruguay ocupa un puesto 25, y así encabeza el grupo del Mercosur.

Nuestra amada Guatemala se encuentra —penosamente— en el lugar 87 dentro de esta tabla, bastante por debajo de Costa Rica, que ocupa el puesto 38: Panamá, el 48; El Salvador, el 51; Nicaragua, el 77.

En la decena que nos encontramos ubicados como nación, nos acompañan otros países colmados de carencias, tales como Bahréin, Indonesia, Honduras, Bolivia, Kuwait, Qatar, Filipinas, Tanzania, Paraguay y Kenia.

La semana pasada aludimos el ranking de competitividad, en el cual “casualmente” ocupamos un ignominioso 87 puesto, igual que en el de transparencia, democracia y libertad, que analizamos hoy.

Así las cosas, debemos convencernos de que no se trata de jugar a la democracia, ni de jugar a la independencia de poderes, ni de jugar a la transparencia… se trata de volver a los principios, de hacer las cosas bien… solo así lograremos abandonar sitios de vergüenza en todas las mediciones mundiales, habidas y por haber. ¡Piénselo!

Fuente: http://www.prensalibre.com

Prensa Libre (Guatemala)
 
 
 

 
 
 
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