Prensa
Las primarias y una coalición con el Presupuesto 2012 en común
Fuente: Diario La Verdad (Argentina)
Columnas | Gabriel C. Salvia (*)
Distorsionados sus objetivos porque los propios protagonistas dinamitaron el sistema, las primarias abiertas del próximo domingo medirán el apoyo que tiene
Cristina Kirchner, definirán el liderazgo opositor y eventualmente cuáles serán los desafíos para ofrecer una alternativa de gobierno que contemple una coalición que vuelque en la discusión del Presupuesto 2012 un programa integral de gestión.
La historia de las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO) arrancó el 28 de octubre de 2009, cuando Cristina Fernández de Kirchner anunció la presentación del Proyecto Ley de Democratización de la representación política.
Ese día, la presidenta de la Nación expresaba que con ese pretendido salto de calidad se brindaba respuesta a “una de las principales críticas que ha tenido nuestro sistema de partidos por parte de la ciudadanía no militante, no participativa de la política, en el sentido de decir que todo se resuelve adentro de un cuarto y que todo se decide con el dedo de uno, o de dos, o de tres”.
Sin embargo, las candidaturas únicas a presidente y vicepresidente de la Nación por cada partido o frente electoral que se presentarán en las PASO el día 14, lo mismo que en la mayoría de los casos de listas de candidatos a diputados y senadores nacionales, sigue demostrando que el “dedo divino” está por encima de la declamada democratización.
En el caso del oficialismo, que impulsó la implementación de las PASO, la designación del compañero de fórmula de la Presidenta, el actual ministro de Economía, Amado Boudou, puso en extrema evidencia la total carencia de convicciones de la titular del Poder Ejecutivo Nacional respecto a sus anteriores expresiones a favor de una democracia más competitiva.
De todas maneras, así como con la complicidad de toda la dirigencia política quedó desvirtuada su esencia, las PASO igualmente servirán para conocer el respaldo ciudadano con que cuenta el oficialismo y para dirimir el liderazgo de la oposición.
Así, en lugar de las tan cuestionadas encuestas, el resultado permitirá saber si realmente Cristina Fernández cuenta con un piso electoral de 40% o si inclusive alcanza a superar el cuarenta y cinco, lo cual podría avizorar un futuro triunfo del oficialismo en la primera vuelta a celebrarse el domingo 23 de octubre.
Por su parte, de todos los candidatos opositores que aparecen mejor ubicados en las encuestas habrá que ver, en primer lugar, si alguno de ellos saca una diferencia importante respecto al resto y, en segundo término, si varios de los que registraron una insuficiente adhesión terminan retirando su candidatura.
Esto último, además de favorecer las aspiraciones del candidato presidencial opositor que sume más votos, ayudaría a polarizar la elección para forzar a una segunda vuelta.
En tal caso, quien debería dar el primer paso es precisamente el opositor que consiga ubicarse claramente como la principal alternativa al kirchnerismo, demostrando que está preparado para gobernar, al no improvisar en la invitación a conformar una coalición alternativa.
En ese sentido, las premisas deberían ser muy básicas y en base a un consenso que garantice la gobernabilidad democrática en un sistema de gobierno como el argentino: respetar la división e independencia de poderes, el carácter federal que establece la Constitución y concentrar la agenda política en el tratamiento legislativo prolongado de los temas más relevantes, como el proyecto de ley de Presupuesto 2012 cuyo texto final representará en sí mismo un programa integral de gestión.
En efecto, el Presupuesto de la Administración Pública Nacional de un gobierno de coalición puede establecer las prioridades del gasto, sobre la base a las principales preocupaciones de la sociedad y eliminar cualquier tipo de facultades extraordinarias en el Poder Ejecutivo.
De más está decir, que la “base” del gabinete de ministros ya tendría que estar pensada, con una lista de eventuales integrantes que se destaquen por su trayectoria y aseguren el pluralismo republicano.
(*) GABRIEL C. SALVIA es director general del Centro para la Apertura y el Desarrollo de América latina (CADAL).
Fuente: Diario La Verdad (Junín, Pcia. de Buenos Aires, Argentina)
Diario La Verdad (Argentina)
Columnas | Gabriel C. Salvia (*)
Distorsionados sus objetivos porque los propios protagonistas dinamitaron el sistema, las primarias abiertas del próximo domingo medirán el apoyo que tiene
Cristina Kirchner, definirán el liderazgo opositor y eventualmente cuáles serán los desafíos para ofrecer una alternativa de gobierno que contemple una coalición que vuelque en la discusión del Presupuesto 2012 un programa integral de gestión.
La historia de las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO) arrancó el 28 de octubre de 2009, cuando Cristina Fernández de Kirchner anunció la presentación del Proyecto Ley de Democratización de la representación política.
Ese día, la presidenta de la Nación expresaba que con ese pretendido salto de calidad se brindaba respuesta a “una de las principales críticas que ha tenido nuestro sistema de partidos por parte de la ciudadanía no militante, no participativa de la política, en el sentido de decir que todo se resuelve adentro de un cuarto y que todo se decide con el dedo de uno, o de dos, o de tres”.
Sin embargo, las candidaturas únicas a presidente y vicepresidente de la Nación por cada partido o frente electoral que se presentarán en las PASO el día 14, lo mismo que en la mayoría de los casos de listas de candidatos a diputados y senadores nacionales, sigue demostrando que el “dedo divino” está por encima de la declamada democratización.
En el caso del oficialismo, que impulsó la implementación de las PASO, la designación del compañero de fórmula de la Presidenta, el actual ministro de Economía, Amado Boudou, puso en extrema evidencia la total carencia de convicciones de la titular del Poder Ejecutivo Nacional respecto a sus anteriores expresiones a favor de una democracia más competitiva.
De todas maneras, así como con la complicidad de toda la dirigencia política quedó desvirtuada su esencia, las PASO igualmente servirán para conocer el respaldo ciudadano con que cuenta el oficialismo y para dirimir el liderazgo de la oposición.
Así, en lugar de las tan cuestionadas encuestas, el resultado permitirá saber si realmente Cristina Fernández cuenta con un piso electoral de 40% o si inclusive alcanza a superar el cuarenta y cinco, lo cual podría avizorar un futuro triunfo del oficialismo en la primera vuelta a celebrarse el domingo 23 de octubre.
Por su parte, de todos los candidatos opositores que aparecen mejor ubicados en las encuestas habrá que ver, en primer lugar, si alguno de ellos saca una diferencia importante respecto al resto y, en segundo término, si varios de los que registraron una insuficiente adhesión terminan retirando su candidatura.
Esto último, además de favorecer las aspiraciones del candidato presidencial opositor que sume más votos, ayudaría a polarizar la elección para forzar a una segunda vuelta.
En tal caso, quien debería dar el primer paso es precisamente el opositor que consiga ubicarse claramente como la principal alternativa al kirchnerismo, demostrando que está preparado para gobernar, al no improvisar en la invitación a conformar una coalición alternativa.
En ese sentido, las premisas deberían ser muy básicas y en base a un consenso que garantice la gobernabilidad democrática en un sistema de gobierno como el argentino: respetar la división e independencia de poderes, el carácter federal que establece la Constitución y concentrar la agenda política en el tratamiento legislativo prolongado de los temas más relevantes, como el proyecto de ley de Presupuesto 2012 cuyo texto final representará en sí mismo un programa integral de gestión.
En efecto, el Presupuesto de la Administración Pública Nacional de un gobierno de coalición puede establecer las prioridades del gasto, sobre la base a las principales preocupaciones de la sociedad y eliminar cualquier tipo de facultades extraordinarias en el Poder Ejecutivo.
De más está decir, que la “base” del gabinete de ministros ya tendría que estar pensada, con una lista de eventuales integrantes que se destaquen por su trayectoria y aseguren el pluralismo republicano.
(*) GABRIEL C. SALVIA es director general del Centro para la Apertura y el Desarrollo de América latina (CADAL).
Fuente: Diario La Verdad (Junín, Pcia. de Buenos Aires, Argentina)