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Midiendo las economías de los países latinoamericanos
Juan José Cruces y Javier García-Cicco publicaron un informe que utiliza los precios de las acciones de firmas públicas para medir el crecimiento económico en Argentina, Brasil, Chile, Colombia, México, Perú, y Venezuela. Su análisis cubre el plazo entre 1980 y 2011. Los autores midieron y compararon los desempeños de los presidentes, así como las políticas que realizaron, tomando en cuenta el contexto y la coyuntura exterior.Por Elizabeth Robinson
En junio de 2012, Juan José Cruces, el decano de la escuela de negocios en la Universidad Torcuato Di Tella, junto con Javier García-Cicco, del Banco Central de Chile y la Universidad Católica Argentina, publicaron un informe que utiliza los precios de las acciones de firmas públicas para medir el crecimiento económico en Argentina, Brasil, Chile, Colombia, México, Perú, y Venezuela.
Su análisis cubre el plazo entre 1980 y 2011, durante la cual América Latina logró un crecimiento increíble, a pesar de las políticas diferentes – de hecho, casi opuestas – implementadas por los presidentes. Entonces, los autores midieron y compararon los desempeños de los presidentes, así como las políticas que realizaron, tomando en cuenta el contexto y la coyuntura exterior.
Cruces y García-Cicco ofrecen una nueva medida basada en el mercado de valores en vez de usar la cifra del Producto Interno Bruto (PBI), el que tiene algunas desventajas. En general, hay tres motivos por los cuales el PBI no está ajustado: los giros naturales del ciclo económico -- especialmente las recesiones -- los efectos de largo plazo de las políticas realizadas por gobiernos anteriores, y el contexto internacional.
Por ejemplo, las políticas de un mandatario pueden parecer malogradas a causa de condiciones externas o efectos de las políticas de sus predecesores, aunque en realidad fueron beneficiosas. Por otro lado, los precios de la acción no tienen semejantes prejuicios, porque reflejan el entorno actual así como las expectaciones de los inversores basadas en las políticas del gobierno en el presente.
Por eso, los autores pudieron analizar los desempeños de los presidentes latinoamericanos, apartados de otros factores que a veces ofuscan los efectos verdaderos de sus políticas.
Además, los autores crearon un “benchmark” para cada país en el primer año del análisis para establecer cómo ellos se habrían desarrollado si las políticas de cada presidente no hubieran sido implementadas. Los “benchmarks” toman en cuenta todos los factores externos, incluyendo la coyuntura de cada país al principio del análisis, así como el contexto internacional y regional. Entonces, compararon el crecimiento de los países en realidad durante los años de los mandatarios para determinar si los presidentes hubieran ayudado o dañado sus economías.
Cruces y García-Cicco encontraron que, mientras las dos décadas que analizaron fueron lucrativas para América Latina, la región se encontró con mucho más crecimiento durante el periodo entre 2001 y 2010 que en la década anterior. En cuanto a los países individuales en relación con sus “benchmarks,” Colombia logró el desempeño mejor, seguido por Perú, Chile, y Brasil – todos los cuales superaron sus “benchmarks.” Por otro lado, Venezuela, Argentina, y México se encontraron con un rendimiento inferior en realidad del que predijeron sus “benchmarks”.
El análisis de los presidentes demostró que Franco y Figueiredo de Brasil, Barco, Gaviria, y Uribe (durante su primer mandato) de Colombia tuvieron los mejores efectos en sus economías. En cambio, las políticas de López Portillo de México, Bentacur y Samper de Colombia, Sarney de Brasil, y De la Rúa, Alfonsín y Cristina Kirchner de Argentina tuvieron la peor influencia en sus economías.
De esta manera, Cruces y García-Cicco establecieron una nueva medida para analizar la eficacia de diferentes estrategias de desarrollo implementadas por los presidentes latinoamericanos. Hoy por hoy, como América Latina está tratando de realizar políticas efectivas entre tanta confusión económica en el mundo, este informe de Cruces y García-Cicco puede proveer algunos pistas sobre cuál es el camino que la región debería seguir.
Elizabeth Robinson
En junio de 2012, Juan José Cruces, el decano de la escuela de negocios en la Universidad Torcuato Di Tella, junto con Javier García-Cicco, del Banco Central de Chile y la Universidad Católica Argentina, publicaron un informe que utiliza los precios de las acciones de firmas públicas para medir el crecimiento económico en Argentina, Brasil, Chile, Colombia, México, Perú, y Venezuela.
Su análisis cubre el plazo entre 1980 y 2011, durante la cual América Latina logró un crecimiento increíble, a pesar de las políticas diferentes – de hecho, casi opuestas – implementadas por los presidentes. Entonces, los autores midieron y compararon los desempeños de los presidentes, así como las políticas que realizaron, tomando en cuenta el contexto y la coyuntura exterior.
Cruces y García-Cicco ofrecen una nueva medida basada en el mercado de valores en vez de usar la cifra del Producto Interno Bruto (PBI), el que tiene algunas desventajas. En general, hay tres motivos por los cuales el PBI no está ajustado: los giros naturales del ciclo económico -- especialmente las recesiones -- los efectos de largo plazo de las políticas realizadas por gobiernos anteriores, y el contexto internacional.
Por ejemplo, las políticas de un mandatario pueden parecer malogradas a causa de condiciones externas o efectos de las políticas de sus predecesores, aunque en realidad fueron beneficiosas. Por otro lado, los precios de la acción no tienen semejantes prejuicios, porque reflejan el entorno actual así como las expectaciones de los inversores basadas en las políticas del gobierno en el presente.
Por eso, los autores pudieron analizar los desempeños de los presidentes latinoamericanos, apartados de otros factores que a veces ofuscan los efectos verdaderos de sus políticas.
Además, los autores crearon un “benchmark” para cada país en el primer año del análisis para establecer cómo ellos se habrían desarrollado si las políticas de cada presidente no hubieran sido implementadas. Los “benchmarks” toman en cuenta todos los factores externos, incluyendo la coyuntura de cada país al principio del análisis, así como el contexto internacional y regional. Entonces, compararon el crecimiento de los países en realidad durante los años de los mandatarios para determinar si los presidentes hubieran ayudado o dañado sus economías.
Cruces y García-Cicco encontraron que, mientras las dos décadas que analizaron fueron lucrativas para América Latina, la región se encontró con mucho más crecimiento durante el periodo entre 2001 y 2010 que en la década anterior. En cuanto a los países individuales en relación con sus “benchmarks,” Colombia logró el desempeño mejor, seguido por Perú, Chile, y Brasil – todos los cuales superaron sus “benchmarks.” Por otro lado, Venezuela, Argentina, y México se encontraron con un rendimiento inferior en realidad del que predijeron sus “benchmarks”.
El análisis de los presidentes demostró que Franco y Figueiredo de Brasil, Barco, Gaviria, y Uribe (durante su primer mandato) de Colombia tuvieron los mejores efectos en sus economías. En cambio, las políticas de López Portillo de México, Bentacur y Samper de Colombia, Sarney de Brasil, y De la Rúa, Alfonsín y Cristina Kirchner de Argentina tuvieron la peor influencia en sus economías.
De esta manera, Cruces y García-Cicco establecieron una nueva medida para analizar la eficacia de diferentes estrategias de desarrollo implementadas por los presidentes latinoamericanos. Hoy por hoy, como América Latina está tratando de realizar políticas efectivas entre tanta confusión económica en el mundo, este informe de Cruces y García-Cicco puede proveer algunos pistas sobre cuál es el camino que la región debería seguir.
