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¿MALENTENDIDO O PROVOCACION?
Radio Martí, una especie de Radio Free Europe dedicada a Cuba, transmitió unas declaraciones del canciller mexicano Jorge Castañeda a propósito de que las puertas de México estaban abiertas para los cubanos, y sus palabras, a las pocas horas...Por Carlos Alberto Montaner
Radio Martí, una especie de Radio Free Europe dedicada a Cuba, transmitió unas declaraciones del canciller mexicano Jorge Castañeda a propósito de que las puertas de México estaban abiertas para los cubanos, y sus palabras, a las pocas horas, supuestamente provocaron la irrupción de un autobús en la misión diplomática de los mexicanos en La Habana. Castañeda no estaba invitando a los cubanos a trasladarse a Mexico, sino que se refería, metafóricamente, a las relaciones que su país hoy desea tener con toda la oposición. Todo fue una mala interpretación.
Pero tal vez este episodio no sea lo que parece, sino algo más siniestro. No es imposible que esa fuga tan rápida y eficientemente organizada no sea un acto de desesperación de los cubanos -aunque el 80 por ciento esté realmente deseando abandonar el país- sino una provocación del ministerio del Interior para castigar a México por las declaraciones de su Canciller. En el pasado, a principios de los años noventa, las embajadas de España y Checoslovaquia fueron invadidas por falsos buscadores de asilo político que eran, en realidad, miembros de la policía política que perseguían dos objetivos: buscarle un grave problema a los diplomáticos radicados en Cuba, y controlar la embajada por si algunos cubanos realmente trataban de penetrar en sus predios. Mas aún: en 1980, lo que se conoce como "los sucesos de la embajada de Perú" comenzó exactamente de la misma manera: unos policías encubiertos intentaron entrar en la embajada de Perú por la fuerza, los guardias de la posta no estaban prevenidos, dispararon, y este episodio se le fue de las manos al gobierno y culminó con 10 000 personas dentro de la sede diplomática y luego el llamado "éxodo de Mariel".
Puede ser que, en efecto, las personas que ahora buscan asilo sean opositores bona fide, pero el gobierno mexicano debería examinar cuidadosamente la hipótesis del montaje policiaco. El gobierno cubano lo ha hecho muchas veces y ahora puede repetirlo.
Carlos Alberto MontanerEscritor y Periodista, nacido en Cuba, vive en España hace más de 40 años.
Autor entre otros libros "Viaje al Corazón de Cuba"
Radio Martí, una especie de Radio Free Europe dedicada a Cuba, transmitió unas declaraciones del canciller mexicano Jorge Castañeda a propósito de que las puertas de México estaban abiertas para los cubanos, y sus palabras, a las pocas horas, supuestamente provocaron la irrupción de un autobús en la misión diplomática de los mexicanos en La Habana. Castañeda no estaba invitando a los cubanos a trasladarse a Mexico, sino que se refería, metafóricamente, a las relaciones que su país hoy desea tener con toda la oposición. Todo fue una mala interpretación.
Pero tal vez este episodio no sea lo que parece, sino algo más siniestro. No es imposible que esa fuga tan rápida y eficientemente organizada no sea un acto de desesperación de los cubanos -aunque el 80 por ciento esté realmente deseando abandonar el país- sino una provocación del ministerio del Interior para castigar a México por las declaraciones de su Canciller. En el pasado, a principios de los años noventa, las embajadas de España y Checoslovaquia fueron invadidas por falsos buscadores de asilo político que eran, en realidad, miembros de la policía política que perseguían dos objetivos: buscarle un grave problema a los diplomáticos radicados en Cuba, y controlar la embajada por si algunos cubanos realmente trataban de penetrar en sus predios. Mas aún: en 1980, lo que se conoce como "los sucesos de la embajada de Perú" comenzó exactamente de la misma manera: unos policías encubiertos intentaron entrar en la embajada de Perú por la fuerza, los guardias de la posta no estaban prevenidos, dispararon, y este episodio se le fue de las manos al gobierno y culminó con 10 000 personas dentro de la sede diplomática y luego el llamado "éxodo de Mariel".
Puede ser que, en efecto, las personas que ahora buscan asilo sean opositores bona fide, pero el gobierno mexicano debería examinar cuidadosamente la hipótesis del montaje policiaco. El gobierno cubano lo ha hecho muchas veces y ahora puede repetirlo.
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