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06-09-2012

Lugo denuncia la persecución política

(Análisis Latino) El único factor que carece de sentido en la destitución de Lugo es que sus opositores esperaran hasta nueve meses antes de terminar su presidencia, puesto que en Paraguay no existe la reelección presidencial.
Por Marisa Raditsch

(Análisis Latino) Debido a la controversia que generó como posible golpe parlamentario, la destitución de Fernando Lugo de la presidencia de Paraguay el pasado 22 de junio fue un evento que sacudió América Latina. Ello derivó en la suspensión sin sanciones de ese país del Mercosur y el aprovechamiento para que Venezuela ingrese al bloque regional, algo que aspiraba desde 2001 pero que Paraguay se rehusaba a aprobar en su Congreso por varios años argumentando la falta de democracia en el país gobernado por Hugo Chávez.

Después de un juicio político en el Senado paraguayo donde se hicieron cinco acusaciones a Lugo (permitir la realización de un mitin político en cuartel militar en 2009, alentar las invasiones de tierras en la frontera con Brasil, apoyar al Protocolo de Ushuaia II del Mercosur, una ola de inseguridad y vínculos con el Ejército del Pueblo Paraguayo y -- la más destacada -- la Matanza de Curuguaty), el mandatario quedó destituido. Venezuela, Argentina, Ecuador, Nicaragua, Cuba y Bolivia afirmaron que no iban a reconocer el nuevo gobierno paraguayo, actualmente encabezado por el vicepresidente Federico Franco.

Franco opinó que la reciente entrada de Venezuela al Mercosur fue para favorecer el mandatario en las elecciones presidenciales de octubre de este año. Paraguay ha perdido la mayoría de sus relaciones estratégicas regionales: el Vaticano, Canadá, Alemania, España y Taiwán son las únicas entidades que oficialmente reconocen a Franco como el legítimo Jefe de Estado.

Las elecciones presidenciales en abril próximo determinarán no solamente el futuro político de esta nación del Cono Sur, sino también su eventual retorno tanto al Mercosur como a Unasur.

Con un trasfondo de 61 años de régimen unipartidista del Partido Colorado (de los cuales 35 años fueron bajo la dictadura militar de Alfredo Stroessner, de 1954 a 1989), y una sucesión de dictaduras militares hasta 2006, el mandato de Lugo se caracterizó por ser el primero en la historia contemporánea paraguaya con una transferencia pacífica del poder a un partido de oposición. Como recalcó The Economist, los opositores políticos de Lugo llevaban mucho tiempo buscándose una oportunidad de deshacerse de él. Bajo ese contexto, la Matanza de Curuguaty fue la gota que derramó el vaso del supuesto mal desempeño en sus funciones. El único factor que carece de sentido es que sus opositores esperaran hasta nueve meses antes de terminar su presidencia, puesto que en Paraguay no existe la reelección presidencial.

Ahora, entre los precandidatos a presidente en Paraguay se destaca Horacio Cartes del Partido Colorado. Según una encuesta de ASISA de julio de 2012 acerca de la situación presidencial paraguaya, 37% eran indecisos, 25% favorecían a Cartes y 19% a Lugo. En el mismo mes, José Mujica, actual presidente de Uruguay, acusó a un sector del Partido Colorado de destituir a Fernando Lugo por fines electorales, sugiriendo la posibilidad de vínculos con el narcotráfico. En respuesta, Cartes públicamente desmintió cualquier nexo con el narcotráfico.

Lugo se reunió con Mujica en Uruguay el 3 de septiembre con el propósito de difundir la situación en Paraguay, denunciando una persecución política e ideológica en contra de las personas que fueron sus colaboradores en el gobierno. En la reunión se juntaron algunos ministros uruguayos así como legisladores de Frente Guazú, la concertación de partidos de la izquierda y centro-izquierda paraguayos que recién eligieron a Lugo como su presidente. Lugo tiene previsto realizar viajes parecidos a Argentina y Brasil.

Marisa Raditsch
Marisa Raditsch
 
 
 

 
 
 
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