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Para el análisis no se necesita visa
(Observador Político) Negándome la entrada a su país, me impiden ser testigo directo de los acontecimientos antes, durante y luego del día electoral. Otros periodistas nos mandarán la información y las crónicas. Y para el análisis crítico no se necesita visa. Para conversar con las voces críticas y los observadores independientes en Venezuela no se necesita permiso gubernamental.Por Paolo Lüers
(Observador Político) Me dejaron con los colochos hechos. A la hora que usted lee estas líneas, el que las escribe ya tenía que estar en Caracas/Venezuela haciendo las primeras entrevistas a analistas, académicos, militares y opositores venezolanos. No fui para Venezuela, porque el gobierno del teniente coronel Hugo Chávez así lo decidió, negándome la visa. Sin explicaciones ni razones. "Una decisión soberana del gobierno soberano de una república soberana", me dijo el encargado de negocios de la embajada venezolana en San Salvador, Ismael Cañas.
Bueno, ni modo. Pero esto no va cambiar la manera cómo este periódico y este periodista van a cubrir las elecciones del 7 de octubre, que van a decidir sobre el rumbo de Venezuela e influir mucho el rumbo de América Latina, incluyendo El Salvador. Va a cambiar la forma de nuestra cobertura, pero no el contenido.
Teníamos preparado dos semanas de recoger informaciones, impresiones, opiniones y análisis en Venezuela: acompañando a la campaña del candidato Henrique Capriles en los últimos días de su recorrido por cientos de pueblos y barrios; conversando con dirigentes opositores y voceros chavistas, con reconocidos académicos y abogados de derechos humanos, con presos políticos y militares; incursionando en los famosos "cerros", como en Caracas llaman los populosos barrios marginados de obreros y desempleados, donde hace 15 años nació el movimiento bolivariano que llevó al poder a Chávez, y donde hoy existe una fuerte batalla electoral entre chavistas y opositores...
Negándome la entrada a su país, me impiden ser testigo directo de los acontecimientos antes, durante y luego del día electoral. No voy a poder tomar fotos ni grabar las voces de los pobladores de los barrios. No voy a ver con mis propios ojos el efecto de los desfiles de las milicias chavistas fuertemente armadas, con los cuales el gobierno trata de sembrar miedo en la población. Otros periodistas nos mandarán la información y las crónicas. Y para el análisis crítico no se necesita visa. Para conversar con las voces críticas y los observadores independientes en Venezuela no se necesita permiso gubernamental.
El Diario de Hoy va a activar otras formas de cubrir las elecciones y las tensa situación después, cuando se va a definir si la autoridad electoral reconoce fielmente la voluntad popular, y si los contendientes, sobre todo el actual presidente, reconocen el resultado. Y este analista, triste de no poder regresar a su trayectoria de cronista, va a dedicarse al análisis.
Mis fuentes en Venezuela no coinciden en sus pronósticos electorales, y tampoco en sus pronósticos sobre qué van hacer Chávez y sus lugartenientes en el gobierno y en las Fuerzas Armadas en caso que la voluntad popular no les favorezca. El mismo Chávez ha expresado a gritos que si gana la oposición, el país tendrá guerra civil. Sin embargo, esto es imposible: Para una guerra se necesitan dos bandos armados, y en Venezuela sólo hay uno, bajo el mando del teniente coronel Hugo Chávez. Puede haber represión. Puede haber hasta masacres, si la Fuerza Armada lo permite a su Alto Mando chavista y a las milicias. Pero no guerra civil.
Parece que Hugo Chávez está quedando sin plan. Apostó todo a aplastar la oposición y su candidato antes de las elecciones, movilizando todos los recursos del estado y su imperio mediático. Pensaba que la oposición no podía resistir en esta lucha desigual. Y que por tanto, no veían la necesidad ni de fraude electoral ni mucho menos de un autogolpe luego de una eventual derrota electoral. Este cálculo no le ha funcionado. La oposición no está aplastada, sino sigue creciendo. No sé si suficiente para ganar, pero obviamente suficiente para que al comandante y su partido les entre pánico, porque de repente no saben cómo actuar en caso de perder las elecciones. Esto puede generar una situación sumamente peligrosa para los días después de las votaciones. Mi instinto de reportero me hace desear estar ahí y servir de testigo y cronista. Cosa que no pasará, por "decisión soberana" del gobierno de Hugo Chávez. Ni modo. Pero esto no le va a ayudar en nada a la hora de enfrentar la realidad el 7 de octubre.
Fuente: (Observador Político, El Salvador)
Paolo Lüers
(Observador Político) Me dejaron con los colochos hechos. A la hora que usted lee estas líneas, el que las escribe ya tenía que estar en Caracas/Venezuela haciendo las primeras entrevistas a analistas, académicos, militares y opositores venezolanos. No fui para Venezuela, porque el gobierno del teniente coronel Hugo Chávez así lo decidió, negándome la visa. Sin explicaciones ni razones. "Una decisión soberana del gobierno soberano de una república soberana", me dijo el encargado de negocios de la embajada venezolana en San Salvador, Ismael Cañas.
Bueno, ni modo. Pero esto no va cambiar la manera cómo este periódico y este periodista van a cubrir las elecciones del 7 de octubre, que van a decidir sobre el rumbo de Venezuela e influir mucho el rumbo de América Latina, incluyendo El Salvador. Va a cambiar la forma de nuestra cobertura, pero no el contenido.
Teníamos preparado dos semanas de recoger informaciones, impresiones, opiniones y análisis en Venezuela: acompañando a la campaña del candidato Henrique Capriles en los últimos días de su recorrido por cientos de pueblos y barrios; conversando con dirigentes opositores y voceros chavistas, con reconocidos académicos y abogados de derechos humanos, con presos políticos y militares; incursionando en los famosos "cerros", como en Caracas llaman los populosos barrios marginados de obreros y desempleados, donde hace 15 años nació el movimiento bolivariano que llevó al poder a Chávez, y donde hoy existe una fuerte batalla electoral entre chavistas y opositores...
Negándome la entrada a su país, me impiden ser testigo directo de los acontecimientos antes, durante y luego del día electoral. No voy a poder tomar fotos ni grabar las voces de los pobladores de los barrios. No voy a ver con mis propios ojos el efecto de los desfiles de las milicias chavistas fuertemente armadas, con los cuales el gobierno trata de sembrar miedo en la población. Otros periodistas nos mandarán la información y las crónicas. Y para el análisis crítico no se necesita visa. Para conversar con las voces críticas y los observadores independientes en Venezuela no se necesita permiso gubernamental.
El Diario de Hoy va a activar otras formas de cubrir las elecciones y las tensa situación después, cuando se va a definir si la autoridad electoral reconoce fielmente la voluntad popular, y si los contendientes, sobre todo el actual presidente, reconocen el resultado. Y este analista, triste de no poder regresar a su trayectoria de cronista, va a dedicarse al análisis.
Mis fuentes en Venezuela no coinciden en sus pronósticos electorales, y tampoco en sus pronósticos sobre qué van hacer Chávez y sus lugartenientes en el gobierno y en las Fuerzas Armadas en caso que la voluntad popular no les favorezca. El mismo Chávez ha expresado a gritos que si gana la oposición, el país tendrá guerra civil. Sin embargo, esto es imposible: Para una guerra se necesitan dos bandos armados, y en Venezuela sólo hay uno, bajo el mando del teniente coronel Hugo Chávez. Puede haber represión. Puede haber hasta masacres, si la Fuerza Armada lo permite a su Alto Mando chavista y a las milicias. Pero no guerra civil.
Parece que Hugo Chávez está quedando sin plan. Apostó todo a aplastar la oposición y su candidato antes de las elecciones, movilizando todos los recursos del estado y su imperio mediático. Pensaba que la oposición no podía resistir en esta lucha desigual. Y que por tanto, no veían la necesidad ni de fraude electoral ni mucho menos de un autogolpe luego de una eventual derrota electoral. Este cálculo no le ha funcionado. La oposición no está aplastada, sino sigue creciendo. No sé si suficiente para ganar, pero obviamente suficiente para que al comandante y su partido les entre pánico, porque de repente no saben cómo actuar en caso de perder las elecciones. Esto puede generar una situación sumamente peligrosa para los días después de las votaciones. Mi instinto de reportero me hace desear estar ahí y servir de testigo y cronista. Cosa que no pasará, por "decisión soberana" del gobierno de Hugo Chávez. Ni modo. Pero esto no le va a ayudar en nada a la hora de enfrentar la realidad el 7 de octubre.
Fuente: (Observador Político, El Salvador)
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