Derechos Humanos y
Solidaridad Democrática Internacional

Prensa

08-08-2007

Escrito sin permiso

Testimonios escritos sin permiso

Fuente: El Nuevo Herald (Estados Unidos)

Por William Navarrete
Especial / El Nuevo Herald

 
Escrito sin permiso (Ed. Cadal, Buenos, Aires, 2007) reúne los testimonios del periodista y poeta cubano Manuel Vázquez Portal (Morón, 1951), durante su encarcelamiento a raíz de la Primavera Negra del 2003, en Cuba. Liberado, bajo presión internacional, el 23 de junio del 2004, un año y dos meses después de su encarcelamiento en la cárcel de Boniato (Santiago de Cuba), Vázquez Portal escribió sin cesar todo el tiempo que duró su encierro. Poco después puso fin a la pesadilla del acoso psicológico y moral al que le sometían, a él, a su esposa e hijo, la policía política cubana, exilándose en Estados Unidos.

Escribir desde la prisión significó para el periodista una doble emancipación: primero, desde el punto de vista espiritual, y luego desde la perspectiva de su propia liberación, pues gracias al valor con que arrostró al régimen sus denuncias circularon ampliamente por el mundo y le valieron, incluso desde la cárcel, el premio internacional de libertad de expresión Hellman Hammett (otorgado por Human Right Watch) y el Premio de la Libertad de Expresión del CPJ (siglas en inglés del Comité de Protección al Periodismo).

Leer Escrito sin permiso --como su título lo indica-- es penetrar en el mundo oscuro y siniestro de las prisiones cubanas, en que los reos de delito común y los condenados por razones políticas tienen que convivir en extrema promiscuidad, sin que se respete la condición excepcional de los segundos. Manuel Vázquez Portal, en este libro de testimonio, aprovecha la circunstancia para esclarecer la verdadera naturaleza de los carceleros, la condición humana de antisociales que no son más que víctimas del sistema de valores engendrado por el castrismo y la dificultad para el preso político de sobrevivir en este medio hostil y frágil a la vez.

La obra, más que un simple repaso de las vivencias en la cárcel, es, ante todo, un canto de amor y de esperanza. Lo es, en las líneas que intercambia con su esposa Yolanda Huerga, con su hijo, pero también con toda la nación cubana. Desde su inhóspita celda Vázquez Portal no olvida --como muy bien lo ha hecho ver en su poemario aún inédito Cambio de celda-- que la Isla es una prisión gigante, de múltiples encierros reales o invisibles. Para que un día podamos terminar con esa prisión, física y espiritual, que es toda Cuba, Vázquez Portal razona y explica qué debe ser y qué debe hacer el cubano de mañana el día en que la democracia perdida desde la instauración del régimen totalitario castrista vuelva a instaurarse en el país.

Angustiosas son las descripciones de las huelgas de hambre realizadas como medio de presión para reclamar derechos elementales en ese mundo de violación de cualquier derecho. La insalubridad de la prisión, el chantaje cotidiano, la alimentación extremadamente precaria, la ausencia absoluta de atención médica, son las armas que empleó el régimen para desmoralizarlo y reducirlo a un estado animal en que sólo pudiera mantener en vilo instintos básicos de sobrevivencia.

Con sangre fría y sopesado equilibrio, Vázquez Portal economizó sus energías, trazó una estrategias y diseñó un plan que obligara al régimen a liberarlo. Escrito sin permiso es también eso: un manual de instrucciones y de sabia enseñanza que ayudaría a cualquier hombre a sobreponerse a las dificilísimas condiciones de la prisión. En estas condiciones, desde las cuatro paredes de un calabozo sobre una de las cuales Vázquez Portal escribió la frase martiana ''El pueblo que soporta una tiranía, la merece'', su testimonio es un compendio de talentosa escritura y profundo análisis de la Cuba actual.

No olvida el autor a sus compañeros de lucha, de los cuales Próspero Gaínza, Carlos Luis Díaz Fernández, Antonio Villarreal, Normando Hernández y muchos más se pudren en la prisiones cubanas. Tampoco olvida la incansable labor de las Damas de Blanco, esposas y familiares allegados de los prisioneros que no ceden ante las intimidaciones y continúan denunciando, día a día, las violaciones de que son víctimas sus seres queridos y los cubanos en general.

Y es que escribir sin permiso es más que un desafío y más que un acto liberador. En las condiciones de Cuba escribir sin permiso es arrebatarle al totalitarismo el derecho propio de existir, de pensar y de actuar libremente. Creo que entre las páginas brillantes de la lucha de los cubanos por la libertad Escrito sin permiso es uno de sus mejores exponentes. Deberían existir miles de hombres como Vázquez Portal para que se desmoronen las tiranías y puedan los pueblos vivir con decoro y en paz.

El Nuevo Herald (Estados Unidos)
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