Prensa
Uruguay, una elección con varias interrogantes
Si los comicios fuesen hoy, es muy probable que el Frente Amplio pierda la mayoría parlamentaria de la que ha gozado, y Tabaré Vázquez enfrente en una segunda vuelta a fines de noviembre a Lacalle Pou, que podría contar con el respaldo del Partido Colorado —el otro partido fundacional, que gobernó Uruguay durante la mayor parte de su historia—, tal como ocurrió en comicios anteriores.
Fuente: El País (España)
Por Ricardo López Göttig
A menos de dos semanas para la primera vuelta electoral en Uruguay, el escenario sigue siendo el de una elección disputada, voto a voto. El candidato presidencial Tabaré Vázquez, del oficialista Frente Amplio, encabeza las intenciones en las encuestas con el 42% de acuerdo con varios sondeos, seguido diez puntos atrás por Luis Lacalle Pou, del Partido Nacional. El expresidente Vázquez tuvo que realizar algunos cambios en su campaña, adaptándose a los nuevos tiempos de la comunicación y de la sociedad uruguaya, lo que le permitió recuperar uno o dos puntos en las preferencias.
Si los comicios fuesen hoy, es muy probable que el Frente Amplio pierda la mayoría parlamentaria de la que ha gozado, y Tabaré Vázquez enfrente en una segunda vuelta a fines de noviembre a Lacalle Pou, que podría contar con el respaldo del Partido Colorado —el otro partido fundacional, que gobernó Uruguay durante la mayor parte de su historia—, tal como ocurrió en comicios anteriores. A dos meses del eventual balotaje, las encuestas indican que Vázquez triunfaría por sólo un punto de diferencia.
Es que Tabaré Vázquez no logra ubicarse en el centro del debate electoral. Por un lado, se ha negado sistemáticamente a confrontarse en debates con los otros candidatos —Lacalle Pou, Pedro Bordaberry y Pablo Mieres—, así como evitó sentarse junto a ellos en presentaciones en la Universidad de la República. En un país con una cultura cívica del diálogo, de la transparencia y de proximidad de los políticos con la ciudadanía, esta actitud despierta recelos, por lo que Vázquez comprendió que debía salir de su posición de distancia. Señal de este cambio es que Raúl Sendic, el compañero de la fórmula, creó recientemente una cuenta en Twitter, ya que los políticos del Frente Amplio son reacios a comunicarse a través de las redes sociales, en notoria diferencia con las otras fuerzas políticas.
Una discusión que trajo calor a esta campaña, celebrada en plena primavera austral, es la llegada de seis prisioneros de Guantánamo. El presidente Mujica aceptó la solicitud del Gobierno de Estados Unidos de recibir a media docena de presos por “cuestiones humanitarias”, así como también arribarán próximamente algunas familias de refugiados de la guerra civil en Siria. El segundo contingente no ha sido motivo de debate, ya que Uruguay tiene una tradición de asilo humanitario que permanece invariable a pesar de los cambios de gobierno. Pero el posible arribo de los prisioneros de Guantánamo ha vuelto a poner en el centro de la discusión a Luis Lacalle Pou quien, al ser consultado por la embajada de los Estados Unidos, expresó su negativa a recibirlos si llegara a la primera magistratura. La embajadora estadounidense Julissa Reynoso intervino de un modo imprudente, afirmando que debía recibirlos de cualquier modo, habiendo un compromiso firmado.
El presidente Mujica intervino también, de modo agresivo —faceta que no muestra en sus entrevistas con medios extranjeros—, vinculando la llegada de los prisioneros con eventuales facilidades en el comercio con Estados Unidos. De este modo, el Frente Amplio queda descolocado por izquierda, perdiendo la bandera del “antiimperialismo” —por ese costado ideológico, es probable que el pequeño partido Unidad Popular logre una banca en el Parlamento, arrebatándosela al FA—, y Lacalle Pou ha vuelto a ser objeto de cuestionamientos por parte del presidente Mujica, a quien le está vedado participar en la campaña electoral.
El jueves 8 de octubre, la Asociación Nacional de Broadcasters Uruguayos (ANDEBU) organizó el “Ateneo de los presidenciables”, al que fueron invitados los siete candidatos a la primera magistratura. Tabaré Vázquez adujo problemas de agenda, por lo que su atril quedó vacío en un programa que fue transmitido simultáneamente por tres canales de televisión y por radio. Los candidatos estaban ordenados por orden alfabético, desde Gonzalo Abella hasta César Vega, por lo que el sitio de Vázquez debiera haber estado en un lugar visible. No obstante —y acá se despiertan las suspicacias—, el atril vacío de Vázquez quedó a un costado de Abella, casi invisible en el extremo, aun cuando todos los candidatos hicieron mención a la notoria ausencia del representante del Frente Amplio. Y si bien no fue técnicamente un debate, sí hubo una prolija presentación de los programas de gobierno en cuestiones como salud, educación, economía y seguridad. En esa oportunidad se lució Pedro Bordaberry, el candidato colorado, quien exhibió solvencia y prestancia, además de invitar sorpresivamente en el discurso final a Luis Lacalle Pou a debatir en un próximo programa televisivo.
En esta primera vuelta a fines de octubre se definirá, también, la composición del Parlamento, una elección compleja porque el sistema electoral uruguayo de lemas y sublemas permite que cada partido (lema) pueda presentar varias listas de candidatos al Senado y la Cámara de Representantes. El escenario más probable es que el Frente Amplio pierda la mayoría, ya que, además de Unidad Popular, también podría ingresar el ecologista PERI, muy crítico con la política medioambiental de las dos presidencias del FA.
¿Podrá Lacalle Pou superar el porcentaje histórico de votos del Partido Nacional? ¿El Partido Colorado logrará recuperar antiguos votantes que migraron en sus preferencias hacia el Frente Amplio? ¿El Frente Amplio seguirá perdiendo votos desde su costado radical hacia nuevas expresiones, y el centroizquierda hacia el Partido Independiente? ¿Cómo incidirá el referéndum para reformar la Constitución para bajar la edad de imputabilidad de 18 a 16 años? Los candidatos y los partidos tienen estrategias para responder a estos interrogantes, pero la palabra final la darán las urnas el domingo 26. Ese mismo día, casualmente, en el gigante vecino, Brasil, se dirime la segunda vuelta entre Dilma Rousseff y Aécio Neves.
Ricardo López Göttig es doctor en Historia, analista del Centro para la Apertura y el Desarrollo de América Latina (CADAL). Twitter @lopezgottig
Fuente: El País (Madrid, España), 15 de octubre de 2014
El País (España)
Por Ricardo López Göttig
A menos de dos semanas para la primera vuelta electoral en Uruguay, el escenario sigue siendo el de una elección disputada, voto a voto. El candidato presidencial Tabaré Vázquez, del oficialista Frente Amplio, encabeza las intenciones en las encuestas con el 42% de acuerdo con varios sondeos, seguido diez puntos atrás por Luis Lacalle Pou, del Partido Nacional. El expresidente Vázquez tuvo que realizar algunos cambios en su campaña, adaptándose a los nuevos tiempos de la comunicación y de la sociedad uruguaya, lo que le permitió recuperar uno o dos puntos en las preferencias.
Si los comicios fuesen hoy, es muy probable que el Frente Amplio pierda la mayoría parlamentaria de la que ha gozado, y Tabaré Vázquez enfrente en una segunda vuelta a fines de noviembre a Lacalle Pou, que podría contar con el respaldo del Partido Colorado —el otro partido fundacional, que gobernó Uruguay durante la mayor parte de su historia—, tal como ocurrió en comicios anteriores. A dos meses del eventual balotaje, las encuestas indican que Vázquez triunfaría por sólo un punto de diferencia.
Es que Tabaré Vázquez no logra ubicarse en el centro del debate electoral. Por un lado, se ha negado sistemáticamente a confrontarse en debates con los otros candidatos —Lacalle Pou, Pedro Bordaberry y Pablo Mieres—, así como evitó sentarse junto a ellos en presentaciones en la Universidad de la República. En un país con una cultura cívica del diálogo, de la transparencia y de proximidad de los políticos con la ciudadanía, esta actitud despierta recelos, por lo que Vázquez comprendió que debía salir de su posición de distancia. Señal de este cambio es que Raúl Sendic, el compañero de la fórmula, creó recientemente una cuenta en Twitter, ya que los políticos del Frente Amplio son reacios a comunicarse a través de las redes sociales, en notoria diferencia con las otras fuerzas políticas.
Una discusión que trajo calor a esta campaña, celebrada en plena primavera austral, es la llegada de seis prisioneros de Guantánamo. El presidente Mujica aceptó la solicitud del Gobierno de Estados Unidos de recibir a media docena de presos por “cuestiones humanitarias”, así como también arribarán próximamente algunas familias de refugiados de la guerra civil en Siria. El segundo contingente no ha sido motivo de debate, ya que Uruguay tiene una tradición de asilo humanitario que permanece invariable a pesar de los cambios de gobierno. Pero el posible arribo de los prisioneros de Guantánamo ha vuelto a poner en el centro de la discusión a Luis Lacalle Pou quien, al ser consultado por la embajada de los Estados Unidos, expresó su negativa a recibirlos si llegara a la primera magistratura. La embajadora estadounidense Julissa Reynoso intervino de un modo imprudente, afirmando que debía recibirlos de cualquier modo, habiendo un compromiso firmado.
El presidente Mujica intervino también, de modo agresivo —faceta que no muestra en sus entrevistas con medios extranjeros—, vinculando la llegada de los prisioneros con eventuales facilidades en el comercio con Estados Unidos. De este modo, el Frente Amplio queda descolocado por izquierda, perdiendo la bandera del “antiimperialismo” —por ese costado ideológico, es probable que el pequeño partido Unidad Popular logre una banca en el Parlamento, arrebatándosela al FA—, y Lacalle Pou ha vuelto a ser objeto de cuestionamientos por parte del presidente Mujica, a quien le está vedado participar en la campaña electoral.
El jueves 8 de octubre, la Asociación Nacional de Broadcasters Uruguayos (ANDEBU) organizó el “Ateneo de los presidenciables”, al que fueron invitados los siete candidatos a la primera magistratura. Tabaré Vázquez adujo problemas de agenda, por lo que su atril quedó vacío en un programa que fue transmitido simultáneamente por tres canales de televisión y por radio. Los candidatos estaban ordenados por orden alfabético, desde Gonzalo Abella hasta César Vega, por lo que el sitio de Vázquez debiera haber estado en un lugar visible. No obstante —y acá se despiertan las suspicacias—, el atril vacío de Vázquez quedó a un costado de Abella, casi invisible en el extremo, aun cuando todos los candidatos hicieron mención a la notoria ausencia del representante del Frente Amplio. Y si bien no fue técnicamente un debate, sí hubo una prolija presentación de los programas de gobierno en cuestiones como salud, educación, economía y seguridad. En esa oportunidad se lució Pedro Bordaberry, el candidato colorado, quien exhibió solvencia y prestancia, además de invitar sorpresivamente en el discurso final a Luis Lacalle Pou a debatir en un próximo programa televisivo.
En esta primera vuelta a fines de octubre se definirá, también, la composición del Parlamento, una elección compleja porque el sistema electoral uruguayo de lemas y sublemas permite que cada partido (lema) pueda presentar varias listas de candidatos al Senado y la Cámara de Representantes. El escenario más probable es que el Frente Amplio pierda la mayoría, ya que, además de Unidad Popular, también podría ingresar el ecologista PERI, muy crítico con la política medioambiental de las dos presidencias del FA.
¿Podrá Lacalle Pou superar el porcentaje histórico de votos del Partido Nacional? ¿El Partido Colorado logrará recuperar antiguos votantes que migraron en sus preferencias hacia el Frente Amplio? ¿El Frente Amplio seguirá perdiendo votos desde su costado radical hacia nuevas expresiones, y el centroizquierda hacia el Partido Independiente? ¿Cómo incidirá el referéndum para reformar la Constitución para bajar la edad de imputabilidad de 18 a 16 años? Los candidatos y los partidos tienen estrategias para responder a estos interrogantes, pero la palabra final la darán las urnas el domingo 26. Ese mismo día, casualmente, en el gigante vecino, Brasil, se dirime la segunda vuelta entre Dilma Rousseff y Aécio Neves.
Ricardo López Göttig es doctor en Historia, analista del Centro para la Apertura y el Desarrollo de América Latina (CADAL). Twitter @lopezgottig
Fuente: El País (Madrid, España), 15 de octubre de 2014