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Radiografia del voto in? – util?
(7 Miradas) Quizá alguno de los 3 tenga un as en la manga y se genere una corriente de energía particular en el electorado. Si no es así, tal vez no haya mucho más para comentar hasta que se abran las urnas y veremos cómo terminó reflexionando el colectivo social.Por Carlos Fara
(7 Miradas) A falta de ideas, bueno es el pragmatismo: “si no hay un candidato que realmente te guste, votá al menos malo”. Agotado el eje cambio – continuidad, este debate tarde o temprano iba a darse. Lo dijimos en esta columna: los 3 factores de desequilibrio podían ser el liderazgo, la gobernabilidad y la lógica del menos malo.
Veamos qué le sucede a los votantes de cada candidato:
- los de Scioli: el 81 % no quiere que el próximo presidente sea Macri y solo el 27 % que no sea Massa;
- los de Macri: el 83 % no quiere que sea Scioli y solo el 16 % que no sea Massa;
- los de Massa: el 55 % no quiere que sea Scioli y el 32 % no quiere que sea Macri.
Esto es lo que explica que en el conjunto del electorado el 48 % no quiera que el próximo sea Macri, el 41 % que no sea Scioli y el 19 % que no sea Massa.
Al conjugarse estos datos con el 69 % que cree que Scioli será el próximo presidente (y así lo piensa el 45 % de los votantes de Massa y la mitad de los de Macri), el incentivo a la polarización es débil.
Da la impresión que las campañas ya han dado todo lo que podían:
- Scioli sigue con su prédica del desarrollo, hablando de previsibilidad y mandado a sus voceros a decir cosas que el no puede para no irritar más de la cuenta a la presidenta;
- Macri mutó a algunos objetivos generales (pobreza 0, unión de los argentinos), y está abrazando más que nunca la prédica original de Massa (mantengamos lo que está bien, cambiemos lo que está mal);
- Massa sigue con sus slogans propositivos y respaldado por 2 figuras de peso y madurez para equilibrar su ímpetu juvenil.
Quizá alguno de los 3 tenga un as en la manga y se genere una corriente de energía particular en el electorado. Si no es así, tal vez no haya mucho más para comentar hasta que se abran las urnas y veremos cómo terminó reflexionando el colectivo social.
Por tratarse de un escenario inédito en 32 años de democracia que obligará a reescribir varias certidumbres históricas, poco se debe esperar de las encuestas y se debe canalizar toda la ansiedad en la dinámica de los factores.
Quedan 8 días de campaña y 11 días de incertidumbre. Demasiado poco para torcer el rumbo de la historia.
Fuente: 7 Miradas (Buenos Aires, Argentina)
Carlos FaraSecretarioPresidente de Fara Veggetti desde 1991. Lleva 37 años dedicados a la consultoría política. Se especializa en Opinión Pública, Campañas Electorales y Comunicación de Gobierno. Ha recibido varios premios: entre ellos, el Premio Aristóteles a la Excelencia 2010 en el Dream Team del año, que se compone por los diez mejores consultores a nivel mundial en materia de campañas políticas. Ha participado en más de 200 campañas electorales en Argentina y Latinoamérica. Es ex presidente de la Asociación Latinoamericana de Consultores Políticos (ALaCoP), y fue el primer presidente de la Asociación Argentina de Consultores Políticos (AsACoP). Es presidente de la International Association of Political Consultants (IAPC) 2024-2025. Autor del primer libro en español dedicado íntegramente a la profesión, “¿Cómo ser un consultor político?”, que recibió el Premio de ALaCoP al Mejor Libro 2018.
(7 Miradas) A falta de ideas, bueno es el pragmatismo: “si no hay un candidato que realmente te guste, votá al menos malo”. Agotado el eje cambio – continuidad, este debate tarde o temprano iba a darse. Lo dijimos en esta columna: los 3 factores de desequilibrio podían ser el liderazgo, la gobernabilidad y la lógica del menos malo.
Veamos qué le sucede a los votantes de cada candidato:
- los de Scioli: el 81 % no quiere que el próximo presidente sea Macri y solo el 27 % que no sea Massa;
- los de Macri: el 83 % no quiere que sea Scioli y solo el 16 % que no sea Massa;
- los de Massa: el 55 % no quiere que sea Scioli y el 32 % no quiere que sea Macri.
Esto es lo que explica que en el conjunto del electorado el 48 % no quiera que el próximo sea Macri, el 41 % que no sea Scioli y el 19 % que no sea Massa.
Al conjugarse estos datos con el 69 % que cree que Scioli será el próximo presidente (y así lo piensa el 45 % de los votantes de Massa y la mitad de los de Macri), el incentivo a la polarización es débil.
Da la impresión que las campañas ya han dado todo lo que podían:
- Scioli sigue con su prédica del desarrollo, hablando de previsibilidad y mandado a sus voceros a decir cosas que el no puede para no irritar más de la cuenta a la presidenta;
- Macri mutó a algunos objetivos generales (pobreza 0, unión de los argentinos), y está abrazando más que nunca la prédica original de Massa (mantengamos lo que está bien, cambiemos lo que está mal);
- Massa sigue con sus slogans propositivos y respaldado por 2 figuras de peso y madurez para equilibrar su ímpetu juvenil.
Quizá alguno de los 3 tenga un as en la manga y se genere una corriente de energía particular en el electorado. Si no es así, tal vez no haya mucho más para comentar hasta que se abran las urnas y veremos cómo terminó reflexionando el colectivo social.
Por tratarse de un escenario inédito en 32 años de democracia que obligará a reescribir varias certidumbres históricas, poco se debe esperar de las encuestas y se debe canalizar toda la ansiedad en la dinámica de los factores.
Quedan 8 días de campaña y 11 días de incertidumbre. Demasiado poco para torcer el rumbo de la historia.
Fuente: 7 Miradas (Buenos Aires, Argentina)
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