Derechos Humanos y
Solidaridad Democrática Internacional

Prensa

19-05-2005

'CASTRO SE APROVECHA DE LA AMISTAD DE KIRCHNER'

Fuente: La Nación (Argentina)

- Entrevista con Húber Matos, ex comandante de la revolución cubana
- Sostuvo que el Presidente debería traer a Hilda Molina
- En vísperas del viaje de Kirchner a La Habana, el otrora líder revolucionario presentó en Buenos Aires un libro sobre un preso de conciencia.
- Pidió solidaridad a los argentinos.

Después de haber sido uno de los tres comandantes que derrotaron a la dictadura de Fulgencio Batista y entraron victoriosos en La Habana en enero de 1959, Húber Matos conoció mejor que nadie a Fidel Castro. Tanto lo conoció que, 10 meses después, comenzó un penoso derrotero de 20 años de prisión; fue condenado por sedición y traición. El otro comandante, Camilo Cienfuegos, desapareció misteriosamente en un accidente de aviación.

"Castro se aprovecha de la amistad de Kirchner -dice Matos, de 87 años, en una entrevista con LA NACION-. ¿No se hizo amigo del Papa y, después, se burló de él? En Chávez encontró un regalo del cielo."

En su tercera visita a Buenos Aires, Matos aboga por "la solidaridad del pueblo argentino" con Jorge Luis García Pérez, alias Antúnez, privado de la libertad desde hace 15 años y autor, en las cárceles en las cuales ha estado, del libro "Boitel vive, testimonio desde el actual presidio cubano", editado por el Centro para la Apertura y el Desarrollo de América latina (Cadal) y la Fundación Konrad Adenauer.

Antúnez, de 40 años, condenado en 1990 a 18 años de prisión por "actos en contra de los principios y la revolución que ponen en peligro la integridad interna", tiene una particularidad que, según Matos, empeora su situación: es negro. Y es, a su vez, un preso de conciencia (contrario al régimen) que ha hecho, en sucesivas ocasiones, huelgas de hambre.

La idea de Matos, autor del prólogo del libro, consiste en apelar a "la solidaridad del pueblo argentino", de modo de transmitir la inquietud a Kirchner poco antes del viaje previsto inicialmente para fines de mes a La Habana. En él, admite, la principal preocupación será "traer a la doctora Hilda Molina", impedida de conocer a sus nietos en la Argentina.

En 1982, Matos visitó por primera vez la Argentina como muestra de solidaridad por la guerra de las Malvinas; "no con el gobierno militar", aclara. En 2003, realizó su segundo viaje al país para presentar su propio libro, "Cómo llegó la noche. Revolución y condena de un idealista cubano", editado por Tusquets. En esta ocasión, acompañado por Gabriel Salvia, director de Cadal, presentó el libro de Antúnez.

Patrimonio de Cuba

"La revolución se prostituyó apenas llegó al poder -dice Matos-. Empezó fusilando gente. Fue de terror, de paredón. Castro es un hombre carismático que tiene el encanto del líder: promete cosas bellas, pero no piensa cumplirlas."

-¿Cómo ve a Chávez?

-Es un bufón que cree que es una lumbrera y que va a repetir la historia de Bolívar. Tiene el petróleo. Encontró un país en estado de frustración. Tampoco cumplió con sus promesas ni piensa cumplirlas. Dice disparates por televisión. Habla de la revolución bolivariana. Y confiesa que hay que reinventar el socialismo. Quizá lo más alarmante sea el armamentismo y sus vínculos con la narcoguerrilla colombiana, el movimiento de Evo Morales en Bolivia, Daniel Ortega en Nicaragua, lo peor de El Salvador y el santuario de bandoleros que hay en Cuba.

-¿Por qué cree usted que Kirchner simpatiza con Castro?

-A Kirchner le queda un compromiso con la izquierda, pero va adoptando una posición cada vez más parecida a la de Lula. Lo sabe la mayoría en los Estados Unidos. Castro se aprovecha de la amistad de Kirchner. No hay reciprocidad. Lo demuestra con la doctora Molina. Si hubiese sido una adversaria del régimen o una conspiradora? Pero esa mujer sólo quiere ver a su familia y no puede porque su cerebro es patrimonio de Cuba. Es un disparate.

-¿Qué representa hoy el Che Guevara?

-El Che me confesó que era más o menos marxista, pero no comulgaba con el estalinismo ni con la Unión Soviética. Simpatizaba con los chinos.

-¿Y Castro?

-No creo que odie a nadie más que a Húber Matos. No se atrevió a fusilarme. Me hicieron horrores. Cada dos meses venía uno de la seguridad del Estado a decirme: "Tú sabes que estás condenado a 20 años, pero no sales; tienes que morir en prisión". Estoy vivo de milagro. Fueron 20 años y un día hasta la madrugada del 21 de octubre de 1979. Me liberaron en San José de Costa Rica. Cuatro días antes me habían dado una soberana paliza; pensé que me habían reventado el hígado. A Antúnez le quedan tres años de condena, pero está muy debilitado por las huelgas de hambre. Temo que pueda pasarle algo y, por eso, pido solidaridad con él y con el pueblo de Cuba.

Por Jorge Elías
De la Redacción de LA NACION

 

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