¡Vos también podés ser parte!
(Clarín) ¿Fue necesario que se llegue a la actual situación tan extrema de una guerra brutal por parte de Rusia, para suspenderla del Consejo? ¿Cómo es que fue elegida? ¿Acaso no ha habido suficientes alertas para saber que Putin era un dictador? Persecución, encarcelamiento, tortura y hasta envenenamiento y asesinatos de opositores; elecciones maniatadas; absoluta imposibilidad de ejercicio de la libertad de prensa; represión a los derechos a la manifestación pacífica y de asociación; persecución de artistas, entre otras tantas violaciones a los derechos humanos eran conocidas por la comunidad internacional. Sin embargo, Rusia fue electa para el Consejo.
Un evento virtual para dar la bienvenida al embajador argentino Federico Villegas, presidente entrante del Consejo, dejó en claro los reclamos de activistas de derechos humanos de todo el mundo hacia una institución clave en las aspiraciones de la comunidad internacional para revertir los retrocesos de los derechos en varios países, así como prestar más atención y actuar con mayor determinación frente a los retos emergentes.
Estos posicionamientos resultan inentendibles. La grave situación de violaciones de derechos humanos en Nicaragua no está en duda y ha sido reflejada en informes de la CIDH, de la Alta Comisionada Bachelet y de numerosas organizaciones de la sociedad civil. El derecho internacional de los derechos humanos se basa en cierta cesión de soberanía por parte de los estados en favor del interés superior de la protección de los derechos fundamentales de las personas. Lo que justamente corresponde es intervenir en los casos de dictaduras que cometen graves violaciones.
(Clarín) En la política exterior democrática en derechos humanos implica pronunciarse frente a las violaciones por parte de gobiernos que criminalizan el ejercicio de las libertades civiles y políticas. Intervenir, entonces, es expresarse a través de las autoridades y representantes electos de un país democrático y, mediante su diplomacia, tanto en los organismos intergubernamentales como en las embajadas.
Quedó claro, tanto en el libro como en la charla, la distancia entre la defensa de los derechos humanos en un plano meramente discursivo, del que se llenan la boca incluso las dictaduras más groseras y perversas, y la verdadera puesta en práctica de esos valores. Se trata entonces de que los gobiernos democráticos y respetuosos en gran medida de los derechos humanos ejerzan una influencia activa sobre los más violentos. Lo cual, hasta el momento, solo sucede con cuentagotas.
Quien repase el sistema interamericano de justicia originado a partir de 1969 con la firma del Pacto de San José de Costa Rica —que dejaría de tener sentido con la eventual desaparición de la OEA—, podrá constatar el despropósito del presidente anfitrión del descolorido encuentro de la CELAC. Respecto, a la Unión Europea, la misma se creó con mutua cesión de soberanías precisamente para que el principio de «no intervención” no sea una tapadera para violar los derechos humanos dentro de fronteras. Alguien debería explicárselo a López Obrador.
Una vez mas no se comprende cómo el gobierno decide con una obsecuencia lamentable –digna de relaciones carnales- celebrar el cumpleaños de dictadores. Y lo hace en una fiesta plagada de invitados autócratas de todas las regiones y tendencias, como lo demuestran presencias que van desde el sanguinario filipino Rodrigo Duterte al autócrata cubano Migual Diaz Canel. De derecha a izquierda, de oriente a occidente y de norte a sur.
La resolución fue adoptada con 115 estados votando a favor, 28 absteniéndose, 15 votando en contra y 35 no han votado. Por abrumadora mayoría los estados aprobaron esta resolución, la primera en la Asamblea General desde 2009, por la cual decidieron incluir la responsabilidad de proteger en la agenda anual de la Asamblea General y solicitar formalmente que el Secretario General informe anualmente sobre el tema. Quienes rechazaron la Resolución son: Corea del Norte, Bielorrusia, Nicaragua, Venezuela, Zimbawe, Kirguistán, Indonesia, Burundi, Eritrea, Egipto, Bolivia, China, Rusia, Cuba y Siria.
(Clarín) La cínica decisión del gobierno argentino, vacía de argumentos jurídicos y morales, lo desenmascara dando por tierra su falsa retórica de compromiso por los derechos humanos. Pero no solo se trató del retiro de la denuncia ante la Corte Penal Internacional. Con esta perversa medida, se retiró también un Informe que recababa testimonios de exiliados venezolanos en nuestro país, abordado conforme los propios estándares exigidos por la Fiscalía, con los debidos resguardos de confidencialidad y con el apoyo de un equipo de abogados y psicólogos.
(Infobae) El presidente del Uruguay fue el único que tuvo un gesto sin precedentes de compromiso con los derechos humanos en la región al no invitar a su asunción a los Jefes de Estado de América Latina y el Caribe que carecen de legitimidad democrática: Miguel Díaz Canel, Cuba; Nicolás Maduro, Venezuela; y Daniel Ortega, Nicaragua. Lacalle Pou tiene que considerar salir de la CELAC, pues la presencia de Uruguay allí convalida a los tres gobiernos cuyos dictadores no fueron invitados a su asunción presidencial.
El pasado 18 de febrero el “International Institute on Race, Equality and Human Rights” celebró vía Facebook Live un encuentro con expertos de derechos humanos y ciudadanos nicaragüenses que han sido testigos y víctimas de los actos de represión y violencia del gobierno. En el marco del 46° período de sesiones del Consejo de Derechos Humanos (CDH) de las Naciones Unidas (ONU) se buscó hacer un breve relevamiento del actual avance de la crisis de DDHH en el país.
Ahora que acaba de comenzar el nuevo año, la agenda indica que habrá nuevas situaciones que encontrarán a Venezuela de cara a los organismos internacionales. Hay que tener presente que Venezuela no solo no ha cursado nunca una invitación abierta y permanente a los procedimientos especiales, sino que tampoco ha respondido en forma satisfactoria a la mayoría de los pedidos de visita efectuados por otros relatores especiales. Durante el mes de octubre de 2021 se realizará el tercer Examen Periódico Universal (EPU) de Venezuela. El EPU es una de las herramientas clave del Consejo de Derechos Humanos que recuerda a los Estados su responsabilidad de respetar y aplicar plenamente todos los derechos humanos y las libertades fundamentales.
Al involucrar junto con la Unión Europea a actores progresistas latinoamericanos que el régimen de Maduro esté dispuesto a escuchar, la administración Biden puede lograr abrir la puerta a la normalización democrática en Venezuela y así poner fin a la tragedia humanitaria en este país. Al mismo tiempo, el nuevo gobierno de Estados Unidos ayudaría a fortalecer el compromiso democrático de la izquierda latinoamericana en la región.
El argentino Juan Bautista Alberdi se adelantó a su tiempo al proponer vías hacia la paz. Propuso una profunda transformación en el abordaje de la dinámica internacional prevaleciente. En su repertorio destacan extender la justicia penal al ámbito universal; impulsar el comercio internacional sin barreras como herramienta para desestimular conflictos; potenciar el desarrollo de la “opinión del mundo” como síntesis de una conciencia universal, y educar para la paz. Como gran meta a alcanzar, propuso una organización de naciones capaz de superar los intereses de Estados particulares y de frenar el uso de la violencia entre ellos.
El episodio Raimundi refleja una tensión -la fidelidad ideológica sobre los principios- que cruza no sólo al gobierno sino también a organizaciones sociales y de derechos humanos del sur en su mirada sobre Venezuela. Sin embargo, con los diferentes informes disponibles desapareció el argumento de que no existe información confiable sobre los excesos del bolivarianismo sobre la población.
Sin embargo, la falta de cooperación de algunos estados, evidente una vez más en esta ocasión, fue, como dijo el embajador francés de derechos humanos François Croquette, "el elefante en la habitación". El hecho de que Bolivia, Cuba, Rusia, China, Arabia Saudita y Senegal no aceptaron la invitación a participar en el evento, refleja un aspecto que explica por qué el CDH ha sido criticado. Algunos países se burlan de los mecanismos internacionales de protección de los derechos humanos al sentarse en el CDH mientras que al mismo tiempo violan descaradamente los derechos humanos de sus propios ciudadanos.
La resolución fue adoptada en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU por 24 votos a favor, 19 abstenciones y 4 votos en contra. Argentina, Bahamas, Brasil, Chile, México, Perú y Uruguay votaron a favor la resolución que expresa su gran preocupación por la situación de los derechos humanos en Nicaragua. La excepción, que por supuesto no sorprende, ha sido la dictadura de Venezuela.
De todos los controles que la gente de todo el mundo ha aceptado con poca protesta en nombre de la salud pública, la prohibición de movimiento es la más relevante. La combinación de información gubernamental confiable, solidaridad con los desesperados y el uso inteligente de la tecnología sería sin duda una mejora con respecto a los bloqueos masivos que existen en gran parte del mundo.
Desde la perspectiva del compromiso con los derechos humanos tiene coherencia la decisión de las nuevas autoridades uruguayas que asumirán el próximo 1 de marzo, al no invitar a los autócratas de la región a la asunción presidencial. Es que habla mal de una democracia ejemplar el que le brinde “igualdad de trato y respeto” a autoridades de otros países que no surgieron de elecciones libres, íntegras y competitivas.
La toma de decisiones en materia de política exterior basadas más en la afinidad ideológica que en un mayor pragmatismo, podrían tener costos para el país. Situaciones, como la de reconocer a un embajador por sobre otro o apoyar una candidatura en lugar de otra, requieren necesariamente de posiciones definidas, que serán tanto más controversiales cuando se trate de países no democráticos.
Comenzando el 2020, Chile, Brasil, y en marzo también Uruguay, tendrán una postura crítica hacia el régimen de Nicolás Maduro, aunque con distintos grados de presión y distintas posturas sobre las medidas a tomar. Argentina, mientras tanto, bajó el nivel de sus críticas aunque tiene todavía una posición ambigua.
Puede parecer irónico y hasta insultante, tratándose de un régimen que el año pasado registró 5287 muertes por “resistencia a la autoridad” y que la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos ya denunció en su informe en julio de este año que habían 793 personas privadas arbitrariamente de su libertad.
Los acuerdos en los cuales los países de destino, que suelen ser las democracias más desarrolladas, pagan por no tener que aceptar más migrantes, no es lo que realmente tenían en mente las voces humanitarias que plantean la necesidad de cooperación internacional para enfrentar las crisis migratorias. Sin embargo, en el mundo entero es más común la cooperación multilateral para restringir la inmigración que para liberalizarla.
Tanto la convención internacional (SOLAS) de 1974 como la de 1979 (convención sobre la búsqueda y el rescate marítimo) evocan la obligación de los capitanes de socorrer a una persona en peligro en el mar y los Estados deben asegurar una asistencia personal. Entonces, resulta escandaloso considerar que la ayuda de los capitanes sea considerada como un crimen, e incluso vayan a la cárcel por este hecho.
(The Global Americans) Un mes después de impulsar PROSUR, el presidente chileno Sebastián Piñera afirma en su visita a China que «cada uno tiene el sistema político que quiera darse», antagonizando los principios mismos de la formación del nuevo mecanismo regional.
Entre los países de América Latina, 15 incluyen a la mención de los derechos humanos en su política exterior según las páginas web de sus respectivas cancillerías, aunque mayormente existe un desajuste entre la política exterior y la política interna de los mismos. Por su parte, Cuba, Nicaragua y Venezuela son los tres países latinoamericanos que no hacen de la defensa de los derechos humanos un objetivo de sus políticas exteriores.
(Clarín) La lección que deja para los gobiernos verdaderamente comprometidos con la defensa de la institucionalidad democrática, es que frente a la inacción de varios organismos regionales ante la situación en Venezuela y Nicaragua, y la continua complacencia con Cuba, es conveniente entonces concentrar su presencia, recursos y participación en aquellos que tienen mayor trayectoria y eficacia, como es el caso de la OEA.
(Global Americans) En un momento en el cual la democracia se encuentra en retroceso a nivel mundial y con gobiernos que cuestionan su validez universal, desde la sociedad civil independiente en países marcados por el paso de la dictadura—como es el caso de la Argentina—se requiere de una mayor solidaridad internacional y compromiso democrático con las actuales víctimas del autoritarismo. De lo contrario, difícilmente el G20 podrá marcar la diferencia en el bienestar de las personas mas vulnerables.
(Perfil) El rechazo de una ONG de DDHH venezolana a un premio otorgado por la Cancillería argentina desató una polémica. Este lamentable episodio tiene que servirle a todos los actores involucrados para replantear el Premio y hacerlo más participativo, transparente y comprometido.
(Perfil) Los legisladores pueden presentar proyectos de declaración que condenen en países dictatoriales casos de violaciones de derechos humanos y solicitar pronunciamientos de sus respectivos gobiernos en los organismos intergubernamentales; denuncien los procesos electorales que no son libres, justos y transparentes en regímenes autocráticos; y reconozcan la labor e iniciativas de activistas democráticos en riesgo.
Carter en setiembre y octubre de 1976, durante su campaña electoral, realiza dos intervenciones públicas en defensa de los derechos humanos y cuando asume en enero de 1977 en su discurso de posesión declara una adhesión total a los DDHH, reafirmada en mayo de ese año al extender su compromiso con esos derechos hacia su política exterior.
(The Global Americans) Es inconcebible formar parte de un organismo que se define como «mecanismo intergubernamental de diálogo y concertación política» cuando estados que lo integran y controlan reprimen a la oposición política.
El ominoso silencio de las entidades defensoras de los DDHH -así como de los gobernantes que dicen defenderlos- en que transcurrió la detención de Xiaobo en nuestras sociedades sureñas, es una afrenta a la memoria de las víctimas latinoamericanas de aquellos años.
(Latin America Goes Global) Si el respeto a las libertades civiles y los derechos políticos estuviera efectivamente vinculado a las cláusulas adoptadas en los organismos intergubernamentales regionales, entonces América Latina sería la zona más democrática del mundo.
(Latin America Goes Global) Si Argentina estuviese fomentando una tendencia global de xenofobia sería preocupante, pero más que nada sorprendente. El país tiene uno de los regímenes migratorios más abiertos del mundo.
Los cancilleres de los países miembro del Mercosur tuvieron la oportunidad de vivir por unos minutos y en carne propia lo que significa tratar con funcionarios que representan a un gobierno despótico con su concepto ilimitado del poder, que desconoce todo tipo de normas y acuerdos que contraríen su voluntad.
(Latin America Goes Global) Recientemente se renovó un tercio de los miembros del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, logrando China, la mayor dictadura del mundo, nada menos que 180 votos y dejando en clara evidencia que obtuvo el apoyo de varias democracias desarrolladas. Por su parte, Cuba obtuvo 160 votos y Arabia Saudita 152. Estas tres dictaduras emblemáticas han sido electas cuatro veces para integrar el Consejo y son los tres países que cumplirán más años en el organismo entre 2007 y 2019.
Junto a las democracias desarrolladas y con la autoridad moral de solidaridad internacional recibida durante la última dictadura militar, Argentina puede jugar un papel de liderazgo en la elaboración de una agenda común en política exterior activa en derechos humanos.
(Bastión Digital) Las potencias occidentales además pueden demostrar una vez más la superioridad moral de los sistemas políticos liberales, que han tenido, comparativamente, una gran capacidad para absorber e integrar inmigrantes, aún los de regiones y tradiciones religiosas menos democráticas. Para países como la Argentina aceptar un modesto número de refugiados sería una forma de bajo costo (aunque no de riesgo cero) de contribuir a la supervivencia del liberalismo internacional y fortalecer su reputación como país abierto, apegado a la ley y solidario.
(Bastión Digital) La decisión de Macri rompe el consenso compartido hasta ahora por prácticamente todos los gobiernos de América del Sur y reduce el margen de acción del chavismo frente a un resultado adverso en las urnas. Ya no solo deberá sopesar los costos internos en caso que quiera reforzar aún el sesgo autoritario que hoy exhibe Venezuela. Sino que con el anuncio de Macri, el gobierno venezolano ya sabe por adelantado que no habrá un solidario silencio ni en el vecindario ni dentro del Mercosur frente a un nuevo giro autoritario.
(El País/España) A la llegada de miles de refugiados, la Unión Europea debe transformarla en una oportunidad para la paz y la promoción de los valores democráticos. Porque además de brindar la asistencia humanitaria de salud, vivienda, alimentación y ropa, puede brindar el conocimiento y la experiencia de cómo funcionan las democracias de Occidente.
Los argumentos de los militares uruguayos para proscribir a Ferreira Aldunate y Seregni - exiliado uno; y preso político durante 11 años el otro - fueron previsibles: por ser enemigos de la patria. También los argumentos de los militares que hoy mandan en Venezuela son tan previsibles como espurios: la proscripción de Machado obedecería a que no habría declarado los cesta -tickets (bono de alimentación) en su declaración jurada de patrimonio.
(Bastión Digital) Al mismo tiempo que el Gobierno argentino presume de un liderazgo internacional en materia de derechos humanos, visita China ignorando las denuncias de las principales organizaciones internacionales sobre ese país, que incluyen control y censura total a los medios de comunicación, persecución a activistas, encarcelamientos sin fundamento legal, y tortura. En un año de elecciones es necesario sincerar la política exterior en derechos humanos.
Desde la perspectiva democrática, integrar en el Consejo de Derechos Humanos a Estados cuyos gobiernos violan severamente las libertades civiles y políticas no sólo desvirtúa el objetivo del organismo, sino que representa una afrenta internacional a las víctimas de estos regímenes represivos.
(Buenos Aires Herald) Si bien EE.UU. siempre prefiere la acción colectiva sobre la unilateral, el alcance limitado del ataque al régimen sirio no justifica el alto costo diplomático que implica lograr el apoyo internacional y la complicada logística que requiere dicha acción multilateral. Por su parte, América Latina se ha mantenido fuera del debate sobre cómo responder mejor al gobierno sirio. Sin líderes con una voz respetada en el ámbito internacional, la posición de América Latina no se ha oído.
Cada vez que referentes políticos y sociales expresan de distintas formas su apoyo a la dictadura cubana, ello contribuye a erosionar internamente los valores democráticos y la independencia de poderes. Por eso es curioso que algunos de estos referentes se escandalicen ahora por las pretensiones kirchneristas de «ir por todo», pues sus admirados revolucionarios cubanos lo hicieron en tan sólo dos años, entre 1959 y 1961.
¿Cómo se puede elegir a Venezuela para formar parte de un proceso tan importante del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas, cuando rechaza las recomendaciones sobre las nociones más básicas de garantía del Estado de Derecho en su propio país?
(Revista Perspectiva) Al ver la actitud de complicidad que tienen los países del Alba con todas las dictaduras, cabe preguntarse: ¿cómo pueden democracias admirables, como Chile y Uruguay, defender a las víctimas de violaciones a los derechos humanos, y al mismo tiempo, estrechar lazos regionales con gobiernos aliados de las dictaduras que lesionan esas libertades fundamentales?
(Análisis Latino) según Bob Carr, Canciller de Australia, si Estados Unidos hubiera querido extraditarlo, lo hubieran hecho durante su estancia en Gran Bretaña antes de su asilo en la embajada ecuatoriana porque un arreglo firme de extradición con el Reino Unido. A su vez, Cecilia Riddselius del Ministerio de Justicia de Suecia, declaró que su país nunca va a entregar a una persona a la pena de muerte.
Son varias y muy vergonzosas las actitudes de doble standard de Argentina, Brasil y Uruguay respecto a la defensa de la democracia y los derechos humanos.
Un gobierno seriamente comprometido con la defensa y promoción internacional de los Derechos Humanos no realiza una visita oficial a un país gobernado por una dictadura para tratar exclusivamente asuntos comerciales. Y mucho menos los representantes de un gobierno democrático pueden caer en actitudes frívolas, como si la falta de libertades en un país como Angola fuera motivo para actitudes festivas.
las democracias sudamericanas pro mercado, que garantizan la alternancia de personas y partidos en el poder, deberían encontrar una alternativa superadora de integración regional. Esto significa blanquear las enormes diferencias políticas, económicas e institucionales entre los países de América Latina, que como nunca antes la situación en Siria puso en evidencia.
Al igual que lo han hecho internamente erosionando la democracia y el estado de derecho, los países que lideran el bloque del ALBA adoptan la misma estrategia en la OEA, intentando obstaculizar su funcionamiento y cuestionando los principios establecidos de manera tan clara para formar parte del organismo.
La actitud de los regímenes chavista y castrista es la legitimación activa de un genocidio, a conciencia y mientras se perpetra ese crimen de lesa humanidad a la vista de todo el planeta. Los acompaña el silencio de unos cuantos, como los gobiernos de los demás países latinoamericanos, que no han abierto la boca ante el horror sirio.
En esta década América latina ha dado dos pasos para alejarse de Occidente y sus valores tradicionales de libertad y democracia: la construcción de regímenes que como el de Chávez, ya no merecen ser considerados democracias, sino dictaduras plebiscitarias, y el viraje de gobiernos que sí son claramente democráticos, como los de Brasil, Uruguay, Argentina, etc., pero que practican un doble estándar descarado en materia de política exterior.
La retórica diplomática es muchas veces vaga y tendencialmente genérica, porque busca disociar al emisor de su discurso de los hechos crudos, tal como se comprueba por estos días. Pero el analista tiene la obligación de ver, al contrario, cómo se conecta la retórica de las cancillerías y de los líderes políticos con los hechos en el terreno.
La solidaridad con Kaddafi, mientras este enviaba los MIG y los tanques a reprimir, también llegaba desde La Habana. La solidaridad de Fidel Castro con Kaddafi tiene también un mensaje interno de disciplinamiento: ni se les ocurra un levantamiento, que yo haré como Kaddafi en Libia.
En la gira por Túnez, Egipto, Argelia y Libia, en noviembre de 2008, Cristina Fernández de Kirchner no tuvo en cuenta la realidad política de los respectivos países y la necesidad de llevar allí solidaridad democrática internacional.
La postura de la Argentina de no invitar a la Cumbre en Mar del Plata al presidente de Honduras y seguir legitimando a la obscena dictadura cubana, tiene la complicidad de la Secretaría General de la Organización de Estados Iberoamericanos y de todos los mandatarios que avalan esa hipocresía.
Hacer alianzas puntuales para cuestionar la distribución de poder actual en el mundo es un objetivo legítimo y oportuno. Sin embargo, viene siendo perseguido al precio de la pasividad hacia los violadores contumaces de derechos humanos.
BUENOS AIRES, jul 16 (DyN).- Si bien, desde el pragmatismo, China hoy representa una oportunidad económica increible, el punto a explorar es si al compromiso con los derechos humanos hoy se lo considera o no como una política de estado prioritaria en las relaciones exteriores que la Argentina está moralmente obligada a adoptar.
Lo habitual es que en las relaciones internacionales del kirchnerismo con las dictaduras el tema de los derechos humanos esté ausente en todas las expresiones públicas de la presidenta argentina con sus “honorables” visitantes, como ha sucedido este año con los representantes no democráticos de Siria, Qatar y Vietnam.
Resulta incompatible para un país democrático como la Argentina, cuyos legisladores surgen de elecciones libres y multipartidarias que posibilitan la representación política plural, que algunos de los Grupos de Amistad Parlamentaria que se conforman se enlacen con regímenes represivos en materia de libertades fundamentales.
Siguiendo el criterio que el Canciller Jorge Taiana tomó respecto a Honduras, ¿la Argentina debería expulsar a los embajadores de Angola, Arabia Saudita, Argelia, Belarús, China, Cuba, Egipto, Emiratos Árabes Unidos, Irán, Libia, República Democrática del Congo, Siria y Vietnam?
¿Cómo es posible que países de la talla y las aspiraciones de México, Brasil o Chile desperdicien su capital político en Cuba, una dictadura totalitaria que vive en la pobreza extrema y que de hecho se dedicó en el pasado a atacar la democracia por todo el continente?
El kirchnerismo ha utilizado políticamente el tema de los derechos humanos y carece de la mínima convicción sobre los mismos. El viaje de Cristina a Cuba ya no deja ninguna duda al respecto, especialmente cuando como ''broche de oro'' fue recibida por el anciano dictador Fidel Castro y tuvo la ligereza de considerar ese hecho como ''una distinción para todo el pueblo argentino''.
Trasciende sólo hasta ahora que la visita de Cristina a Cuba estaría limitada a lo comercial. Si esto es así, el viaje sería cuestionable desde dos aspectos, ya que hacer negocios en Cuba es muy riesgoso y por otro lado, para un gobierno que levanta como lo hace el argentino la bandera de los derechos humanos, no sería posible abstenerse de mencionar la situación de los mismos en Cuba.
En el viaje con propósitos comerciales a Argelia, Túnez, Egipto y Libia, la Presidenta argentina pisará el suelo de cuatro países con serios problemas en materia de derechos humanos. Entonces, como defensora de los Derechos Humanos, Cristina Fernández de Kirchner está obligada a reclamar a sus anfitriones por el respeto a las libertades fundamentales en sus respectivos países.
Bachelet no debió tomar partido en esta disputa política en la que ha devenido el evento olímpico. Ya que ella misma fue víctima de violaciones a los derechos humanos, su decisión de apoyar la utilización política que el gobierno chino ha dado a los juegos comprensiblemente ha decepcionado a los defensores de los derechos humanos en el mundo.
Cristina Fernández de Kirchner debería incluir en su agenda de política exterior a la promoción internacional de los Derechos Humanos. De esta manera, estaría cubriendo un enorme vacío que dejó la administración de su esposo Néstor, al armonizar la política interna en Derechos Humanos del anterior gobierno con la política exterior en dicha materia. Al respecto, debería limitar la relación diplomática al rango de Encargado de Negocios en países donde no se garantizan las libertades democráticas fundamentales, abandonar el “pragmatismo pinochetista” en el comercio internacional, endurecer la posición argentina frente al régimen cubano y marcar prudente distancia frente el gobierno de Hugo Chávez.
Nuestra política exterior se beneficiaría mucho más si Bachelet y Foxley concuerdan una agenda que incorpore la preocupación de la Presidenta por la región y el interés de Foxley por promover el modelo. De lo contrario, abundarán los potenciales conflictos y los errores no forzados. Hasta ahora, Foxley ha logrado convencer a la Presidenta en momentos clave. Pero Bachelet mantiene la prerrogativa de decidir las prioridades de política exterior.
Lejos del dramatismo de los hechos de 1982, el gobierno de Kirchner parece también estar subordinando aspectos importantes de la política exterior a sus necesidades políticas internas. Las recientes manifestaciones oficiales de enojo u hostilidad hacia el presidente uruguayo, el presidente del BID (ambos declarados amigos de la Argentina) o los gobiernos de España, Francia y el Reino Unido, parecen tener como destinatarios, no sólo a esos actores, sino especialmente a la opinión pública local.