Prensa
El PC argentino apoya a Filmus, antes apoyo al proceso militar
Daniel Filmus, candidato del presidente argentino Néstor Kirchner a la Jefatura de Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, acaba de recibir el apoyo del Partido Comunista Argentino (PCA) para el ballottage del 24 de junio, donde enfrentará a Mauricio Macri, el amplio ganador en la primera vuelta. Gabriel C. Salvia.
Fuente: Total News Agency
De esta manera, el Ministro de Educación de la Nación y candidato que dice representar al “progresismo cuya bandera son los derechos humanos”, se alía a un partido que ha sido un notorio cómplice de la dictadura militar argentina.
En efecto, el PCA apoyó el golpe militar del 24 de marzo de 1976 y sostenía que Jorge Rafael Videla era un militar democratizador que podría contener a los sectores más pinochetistas del ejército argentino.
Esa fue la posición que defendió en varias oportunidades el eterno Secretario General del PCA, Patricio Echegaray, más conocido como “Julio César”, y muchos recuerdan cómo aguerridamente fijó esa posición nada menos que en un encuentro en La Habana donde como parte de la “comitiva oficial” se enfrentó a los exiliados argentinos que estaban allí presentes.
Pero donde la complicidad del PCA con los militares está mejor documentada es en una de sus propias actas, repudiando la política norteamericana de Jimmy Carter que promovía la condena a los militares por violación de los Derechos Humanos: “Sentimos el deber de señalar que el gobierno de Carter, erigido en tribunal supremo que se atribuye el derecho a juzgar a las demás naciones del mundo, ha interferido en asuntos internos de nuestro país esgrimiendo hipócritamente el argumento de la violación de los derechos humanos…”.
Sin embargo, el gobierno del presidente Néstor Kirchner –y muy especialmente su esposa, la senadora Cristina Fernández de Kirchner- ha agasajado en varias oportunidades a Pat Derian, la secretaria de Derechos Humanos de Carter, cuyas acciones eran repudiadas por el PCA y, obviamente, por los militares.
Pero eso no es todo, la condena impulsada por el gobierno de Carter no tuvo éxito en la Comisión de Derechos Humanos en Ginebra debido al decisivo bloqueo que realizó el régimen comunista cubano de Fidel Castro, reuniendo el apoyo de los No Alineados y el grupo de países satélites de la entonces Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), algo a esta altura sobradamente documentado. Distinto fue el destino de la dictadura de Pinochet en Ginebra, que a diferencia de los militares argentinos, lo primero que hizo fue romper relaciones diplomáticas con Cuba. ¿Por qué acaso el Chile de Pinochet fue condenado y no sucedió lo mismo con la Argentina de Videla? La respuesta es más que obvia.
Sin embargo, la revisión de la Memoria durante la dictadura militar encuentra un deliberado olvido en la vinculación argentina-cubana en ese período, sobre lo cual hacen llamativo y contradictorio silencio los defensores de los derechos humanos que apoyan la candidatura de Daniel Filmus. Pero quedan muchas cosas más de una relación entre “comunistas y anti-comunistas” que se insiste en silenciar. Uno de los motivos de la alianza de la dictadura militar argentina con el régimen de Fidel Castro eran las relaciones comerciales del gobierno de Videla con la Unión Soviética, al cual le vendía granos violando el embargo comercial norteamericano, algo también más que conocido.
Pero lo más interesante: ¿Cuál era la entidad financiera argentina a través de la cual se realizaban estas operaciones? Quizás Carlos Heller, compañero de fórmula de Daniel Filmus como candidato a Vice Jefe de Gobierno y titular del Banco Credicoop, vinculado al PC, pueda brindar una respuesta. Lo cierto es que esa banca, no precisamente solidaria, que intermedió en ese negocio entre dictaduras, contribuyó a generar ingresos a los militares y sirvió también para fortalecer una alianza con el bloque socialista, lo cual, como se vio, impidió una condena internacional a la Argentina por violación a los Derechos Humanos. De haber prosperado dicha condena por iniciativa del gobierno de Estados Unidos, seguramente se hubiesen evitado desapariciones de personas, como de hecho sucedió en Chile y que fue reconocido por la Ministra Paulina Veloso en un discurso de hace un año en Ginebra, no pudiendo el Canciller argentino Jorge Taiana decir lo mismo que la funcionaria trasandina.
Lo aquí señalado es otro elemento más del efecto “boomerang” que viene generando la agresiva campaña kirchnerista contra el candidato que ganó ampliamente la primera vuelta y del cual habrá que ocuparse una vez que efectivamente gane, para ver si realmente representa algo distinto en política o si es sólo un referente oportunista del saldo de una derecha reciclada.
Pero mientras tanto, mejor que Daniel Filmus revise primero el pasado de sus socios electorales y que el kirchnerismo defienda honestamente la memoria y los derechos humanos.
Gabriel C. Salvia es Presidente y Director General del Centro para la Apertura y el Desarrollo de América Latina.
Integra el Consejo Editorial de Perspectiva: Revista Latinoamericana de Política, Economía y Sociedad.
Es Becario de la Fundación Friedrich A. Von Hayek y Editor del "Burocratómetro".
Total News Agency
De esta manera, el Ministro de Educación de la Nación y candidato que dice representar al “progresismo cuya bandera son los derechos humanos”, se alía a un partido que ha sido un notorio cómplice de la dictadura militar argentina.
En efecto, el PCA apoyó el golpe militar del 24 de marzo de 1976 y sostenía que Jorge Rafael Videla era un militar democratizador que podría contener a los sectores más pinochetistas del ejército argentino.
Esa fue la posición que defendió en varias oportunidades el eterno Secretario General del PCA, Patricio Echegaray, más conocido como “Julio César”, y muchos recuerdan cómo aguerridamente fijó esa posición nada menos que en un encuentro en La Habana donde como parte de la “comitiva oficial” se enfrentó a los exiliados argentinos que estaban allí presentes.
Pero donde la complicidad del PCA con los militares está mejor documentada es en una de sus propias actas, repudiando la política norteamericana de Jimmy Carter que promovía la condena a los militares por violación de los Derechos Humanos: “Sentimos el deber de señalar que el gobierno de Carter, erigido en tribunal supremo que se atribuye el derecho a juzgar a las demás naciones del mundo, ha interferido en asuntos internos de nuestro país esgrimiendo hipócritamente el argumento de la violación de los derechos humanos…”.
Sin embargo, el gobierno del presidente Néstor Kirchner –y muy especialmente su esposa, la senadora Cristina Fernández de Kirchner- ha agasajado en varias oportunidades a Pat Derian, la secretaria de Derechos Humanos de Carter, cuyas acciones eran repudiadas por el PCA y, obviamente, por los militares.
Pero eso no es todo, la condena impulsada por el gobierno de Carter no tuvo éxito en la Comisión de Derechos Humanos en Ginebra debido al decisivo bloqueo que realizó el régimen comunista cubano de Fidel Castro, reuniendo el apoyo de los No Alineados y el grupo de países satélites de la entonces Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), algo a esta altura sobradamente documentado. Distinto fue el destino de la dictadura de Pinochet en Ginebra, que a diferencia de los militares argentinos, lo primero que hizo fue romper relaciones diplomáticas con Cuba. ¿Por qué acaso el Chile de Pinochet fue condenado y no sucedió lo mismo con la Argentina de Videla? La respuesta es más que obvia.
Sin embargo, la revisión de la Memoria durante la dictadura militar encuentra un deliberado olvido en la vinculación argentina-cubana en ese período, sobre lo cual hacen llamativo y contradictorio silencio los defensores de los derechos humanos que apoyan la candidatura de Daniel Filmus. Pero quedan muchas cosas más de una relación entre “comunistas y anti-comunistas” que se insiste en silenciar. Uno de los motivos de la alianza de la dictadura militar argentina con el régimen de Fidel Castro eran las relaciones comerciales del gobierno de Videla con la Unión Soviética, al cual le vendía granos violando el embargo comercial norteamericano, algo también más que conocido.
Pero lo más interesante: ¿Cuál era la entidad financiera argentina a través de la cual se realizaban estas operaciones? Quizás Carlos Heller, compañero de fórmula de Daniel Filmus como candidato a Vice Jefe de Gobierno y titular del Banco Credicoop, vinculado al PC, pueda brindar una respuesta. Lo cierto es que esa banca, no precisamente solidaria, que intermedió en ese negocio entre dictaduras, contribuyó a generar ingresos a los militares y sirvió también para fortalecer una alianza con el bloque socialista, lo cual, como se vio, impidió una condena internacional a la Argentina por violación a los Derechos Humanos. De haber prosperado dicha condena por iniciativa del gobierno de Estados Unidos, seguramente se hubiesen evitado desapariciones de personas, como de hecho sucedió en Chile y que fue reconocido por la Ministra Paulina Veloso en un discurso de hace un año en Ginebra, no pudiendo el Canciller argentino Jorge Taiana decir lo mismo que la funcionaria trasandina.
Lo aquí señalado es otro elemento más del efecto “boomerang” que viene generando la agresiva campaña kirchnerista contra el candidato que ganó ampliamente la primera vuelta y del cual habrá que ocuparse una vez que efectivamente gane, para ver si realmente representa algo distinto en política o si es sólo un referente oportunista del saldo de una derecha reciclada.
Pero mientras tanto, mejor que Daniel Filmus revise primero el pasado de sus socios electorales y que el kirchnerismo defienda honestamente la memoria y los derechos humanos.
Gabriel C. Salvia es Presidente y Director General del Centro para la Apertura y el Desarrollo de América Latina.
Integra el Consejo Editorial de Perspectiva: Revista Latinoamericana de Política, Economía y Sociedad.
Es Becario de la Fundación Friedrich A. Von Hayek y Editor del "Burocratómetro".