Prensa
En juego la hegemonía de los Kirchner
Fuente: El Nacional (Venezuela)
ARGENTINA Convocados 28 millones de votantes a las elecciones legislativas.
Pese a contar con más apoyo popular, el Gobierno puede perder mayoría parlamentaria.
Jesús Uzcátegui Superlano
jeuzcategui@el-nacional.com
Argentina acude hoy a la urnas para renovar el Congreso y los parlamentos provinciales, en unos comicios que pondrán a prueba la maquinaria del oficialismo, cuyo abanderado principal es el ex presidente Néstor Kirchner. De acuerdo con encuestas y especialistas, la pareja presidencial estaría a punto de perder la hegemonía que mantiene en las dos cámaras del Poder Legislativo.
El evento se perfila reñido, situación que hasta ahora nunca habían afrontado los esposos Kirchner, que desde 2003 conducen un modelo de supremacía del Estado.
En un gesto que demuestra el significado que otorga a la contienda, la jefa del Estado, Cristina Fernández de Kirchner, ha proclamado que las elecciones legislativas representan un plebiscito para su gestión.
Cerca de 28 millones de electores están convocados para renovar la mitad de los 247 escaños de la Cámara de Diputados y un tercio de las 72 bancas del Senado, ambas controladas por el oficialista Frente para la Victoria.
La campaña, según expertos, careció de contenido político y fue opacada por la indiferencia del electorado. "Estamos ante un claro retroceso en el debate político por una de las campañas más pobres desde el retorno a la democracia, en 1983. Candidaturas testimoniales, en las que una figura representativa asume la tarea de atraer electores sin que asuma el cargo de llegar a ganar; además del clientelismo político y mensajes vacíos, lleva a que nadie piense en la responsabilidad que tiene un legislador", advierte Gabriel Salvia, director del Centro para la Apertura y el Desarrollo de América Latina.
En entredicho. A pesar del nublado panorama para el kirchnerismo, sigue siendo la primera fuerza en popularidad.
Las encuestas le adjudican un promedio de 30% de votos, delante de la socialdemócrata Unión Cívica Radical en coalición con la ex candidata presidencial Elisa Carrió, con 25%.
En tercer lugar, una alianza de neoliberales y peronistas disidentes de derecha, con 15%.
Rosendo Fraga, presidente de la consultora Nueva Mayoría, advierte, no obstante, que el favoritismo hacia el peronismo gobernante está en entredicho. "En octubre de 2007, el oficialismo obtuvo 43% para parlamentarios nacionales y ahora tendrá entre 10 y 13 puntos menos. Puede perder cuatro bancas en el Senado y en Diputados tendrá 16 bancas menos aproximadamente.
Un bloque que hoy tiene 115 y que negocia con pequeñas fuerzas para llegar al quórum de 129 en la Cámara Baja, ahora quedará con menos de 100, con lo cual se le hará más difícil negociar", describió.
Varios sondeos indican que el oficialismo saldrá derrotado en la Capital Federal y las provincias de Córdoba, Santa Fe y Mendoza, cuatro de los cinco distritos más poblados.
La batalla crucial será librada en la provincia de Buenos Aires, con casi 40% del padrón electoral, en donde se enfrenta Kirchner contra el magnate de las tiendas por departamento Francisco de Narváez, del llamado peronismo de derecha.
Mayoría fragmentada. La oposición argentina opera dividida por falta de un acuerdos para actuar en coalición frente al kirchnerismo.
Básicamente, se presenta una disidencia conformada por una parte importante del peronismo, afecto a la práctica neoliberal; y el resto la integran sectores tradicionales de diversas ideologías.
"A partir del lunes se analizarán a los ganadores y perdedores. Son muchas las figuras de la oposición que son presidenciables y que de acuerdo con esta elección seguirán o no en la carrera", dice Salvia.
Con la vista en el futuro, y para garantizar su gobernabilidad, Cristina Fernández de Kirchner tendrá que buscar acuerdos y consensos.
"Por más que se tenga la mayoría, siempre es importante que en el proceso legislativo haya un amplio debate sobre los temas de más trascendencia, que abarque a todos los sectores, para así mantener el Estado de Derecho y la seguridad jurídica", dice.
El director de Cadal considera este episodio como una oportunidad para el oficialismo de llevar adelante el debate que tiene pendiente con el país, y tener mayor disposición al diálogo.
Sin embargo, Fraga sostiene que la actuación de Néstor Kirchner es lejana a la conciliación. "Frente a la elección más difícil que enfrenta en 16 años, opta por redoblar el conflicto con el campo, el empresariado y los medios de comunicación", explica.
Incluso, es partidario de una posible radicalización en el Gobierno, similar a la del presidente Hugo Chávez. "Entonces serán los decretos del Ejecutivo, las resoluciones ministeriales y de otros entes públicos, la manipulación judicial, los instrumentos de poder a los cuales Kirchner recurrirá para profundizar el giro en la dirección del modelo venezolano", concluye.
Salvia, por su parte, apuesta a que el matrimonio Kirchner no se arriesgará a radicalizar sus acciones porque se reducirá "el margen de maniobra de un gobierno que empieza a mostrar síntomas de impopularidad".
El Nacional (Venezuela)
ARGENTINA Convocados 28 millones de votantes a las elecciones legislativas.
Pese a contar con más apoyo popular, el Gobierno puede perder mayoría parlamentaria.
Jesús Uzcátegui Superlano
jeuzcategui@el-nacional.com
Argentina acude hoy a la urnas para renovar el Congreso y los parlamentos provinciales, en unos comicios que pondrán a prueba la maquinaria del oficialismo, cuyo abanderado principal es el ex presidente Néstor Kirchner. De acuerdo con encuestas y especialistas, la pareja presidencial estaría a punto de perder la hegemonía que mantiene en las dos cámaras del Poder Legislativo.
El evento se perfila reñido, situación que hasta ahora nunca habían afrontado los esposos Kirchner, que desde 2003 conducen un modelo de supremacía del Estado.
En un gesto que demuestra el significado que otorga a la contienda, la jefa del Estado, Cristina Fernández de Kirchner, ha proclamado que las elecciones legislativas representan un plebiscito para su gestión.
Cerca de 28 millones de electores están convocados para renovar la mitad de los 247 escaños de la Cámara de Diputados y un tercio de las 72 bancas del Senado, ambas controladas por el oficialista Frente para la Victoria.
La campaña, según expertos, careció de contenido político y fue opacada por la indiferencia del electorado. "Estamos ante un claro retroceso en el debate político por una de las campañas más pobres desde el retorno a la democracia, en 1983. Candidaturas testimoniales, en las que una figura representativa asume la tarea de atraer electores sin que asuma el cargo de llegar a ganar; además del clientelismo político y mensajes vacíos, lleva a que nadie piense en la responsabilidad que tiene un legislador", advierte Gabriel Salvia, director del Centro para la Apertura y el Desarrollo de América Latina.
En entredicho. A pesar del nublado panorama para el kirchnerismo, sigue siendo la primera fuerza en popularidad.
Las encuestas le adjudican un promedio de 30% de votos, delante de la socialdemócrata Unión Cívica Radical en coalición con la ex candidata presidencial Elisa Carrió, con 25%.
En tercer lugar, una alianza de neoliberales y peronistas disidentes de derecha, con 15%.
Rosendo Fraga, presidente de la consultora Nueva Mayoría, advierte, no obstante, que el favoritismo hacia el peronismo gobernante está en entredicho. "En octubre de 2007, el oficialismo obtuvo 43% para parlamentarios nacionales y ahora tendrá entre 10 y 13 puntos menos. Puede perder cuatro bancas en el Senado y en Diputados tendrá 16 bancas menos aproximadamente.
Un bloque que hoy tiene 115 y que negocia con pequeñas fuerzas para llegar al quórum de 129 en la Cámara Baja, ahora quedará con menos de 100, con lo cual se le hará más difícil negociar", describió.
Varios sondeos indican que el oficialismo saldrá derrotado en la Capital Federal y las provincias de Córdoba, Santa Fe y Mendoza, cuatro de los cinco distritos más poblados.
La batalla crucial será librada en la provincia de Buenos Aires, con casi 40% del padrón electoral, en donde se enfrenta Kirchner contra el magnate de las tiendas por departamento Francisco de Narváez, del llamado peronismo de derecha.
Mayoría fragmentada. La oposición argentina opera dividida por falta de un acuerdos para actuar en coalición frente al kirchnerismo.
Básicamente, se presenta una disidencia conformada por una parte importante del peronismo, afecto a la práctica neoliberal; y el resto la integran sectores tradicionales de diversas ideologías.
"A partir del lunes se analizarán a los ganadores y perdedores. Son muchas las figuras de la oposición que son presidenciables y que de acuerdo con esta elección seguirán o no en la carrera", dice Salvia.
Con la vista en el futuro, y para garantizar su gobernabilidad, Cristina Fernández de Kirchner tendrá que buscar acuerdos y consensos.
"Por más que se tenga la mayoría, siempre es importante que en el proceso legislativo haya un amplio debate sobre los temas de más trascendencia, que abarque a todos los sectores, para así mantener el Estado de Derecho y la seguridad jurídica", dice.
El director de Cadal considera este episodio como una oportunidad para el oficialismo de llevar adelante el debate que tiene pendiente con el país, y tener mayor disposición al diálogo.
Sin embargo, Fraga sostiene que la actuación de Néstor Kirchner es lejana a la conciliación. "Frente a la elección más difícil que enfrenta en 16 años, opta por redoblar el conflicto con el campo, el empresariado y los medios de comunicación", explica.
Incluso, es partidario de una posible radicalización en el Gobierno, similar a la del presidente Hugo Chávez. "Entonces serán los decretos del Ejecutivo, las resoluciones ministeriales y de otros entes públicos, la manipulación judicial, los instrumentos de poder a los cuales Kirchner recurrirá para profundizar el giro en la dirección del modelo venezolano", concluye.
Salvia, por su parte, apuesta a que el matrimonio Kirchner no se arriesgará a radicalizar sus acciones porque se reducirá "el margen de maniobra de un gobierno que empieza a mostrar síntomas de impopularidad".