Prensa
Diplomacia comprometida 2010
LA HABANA, Cuba, noviembre (www.cubanet.org) - Nuevamente CADAL (Centro para la apertura y el desarrollo de América Latina), invita a valorar el trabajo de los diplomáticos extranjeros en La Habana, para adjudicar el Premio a la Diplomacia Comprometida 2010. Según comenta la convocatoria, este reconocimiento es una forma de estimular a los profesionales de la diplomacia más destacados en el periodo 2009-10.
Fuente: Cubanet (Estados Unidos)
Aleaga Pesant (PD)
LA HABANA, Cuba, noviembre (www.cubanet.org) - Nuevamente CADAL (Centro para la apertura y el desarrollo de América Latina), invita a valorar el trabajo de los diplomáticos extranjeros en La Habana, para adjudicar el Premio a la Diplomacia Comprometida 2010. Según comenta la convocatoria, este reconocimiento es una forma de estimular a los profesionales de la diplomacia más destacados en el periodo 2009-10.
La selección es difícil, pues hay que deslindar entre la política de los gobiernos en relación a la dictadura, y la actitud personal del funcionario, y realmente es poco preciso dónde empieza una y termina la otra.
Me atrevo a sugerir tres nombres, y cabrían al menos otros cinco, todos europeos. Hasta donde conozco, los de América Latina tienen órdenes precisas de huir ante la presencia de un demócrata cubano, y lo hacen con mucho gusto. Los africanos y asiáticos tienen poco que ver con el compromiso democrático, por lo menos en Cuba. Están más interesados en importar mano de obra hacia sus países, que en promover la democracia.
Esta es mi lista de tres candidatos al Premio a la Diplomacia Comprometida.
Carlos Pérez- Desoy. Llegó a La Habana, cuando el peor de los diplomáticos españoles en La Habana, destruía las relaciones entre las fuerzas democráticas y España. Con mucha paciencia, sabiduría e infinito amor a la libertad comenzó a reconstruir el puente entre dos orillas, maltratadas por un canciller tan obstinado como incapaz. Carlos, con el talento de un relacionista público, la sutileza de un Talleyrand y la laboriosidad de un orfebre, explicó a todos los demócratas por separado y en equipo, la visión de la política exterior de su gobierno, y en qué puntos confluían con el deseo de libertad del pueblo cubano. Poco tiempo después de llegar a La Habana, ganó la simpatía, el apoyo y la comprensión de los demócratas que se relacionaron con él.
Volker Pellet. Este teutón asumió una tarea muy difícil. Sustituir a Michael Kleps, uno de los diplomáticos más carismáticos que pasaron por la isla en muchos años. Sin embargo, la simpatía que despertó Pellet en los medios democráticos y de la sociedad civil, por su sonrisa franca y su disposición a trabajar, lo puso a nivel. Reservado en extremo, fue muy sensible al tema de los prisioneros políticos y las Damas de Blanco, pero también a las acciones culturales del Club de Escritores. Fue vilipendiado duramente por los medios de comunicación comunistas, al observar las marchas de las Damas de Blanco y ser testigo de los mítines de repudio.
Ingemar Cederberg. El destino debió deparar otra historia para este funcionario sueco con experiencia en las transiciones democráticas de Chile y Paraguay, donde casualmente estuvo destacado como diplomático. Cederberg debió ver en la isla la construcción de un nuevo gobierno. Pero Ingemar no es dios. Su experiencia como diplomático le permitió deslindar de paja y provocadores su trabajo en Cuba. En su condición de hombre comprometido puso todo su talento y conocimiento, y promovió proyectos constructivos. No es una actitud aislada. Estocolmo apoya la democratización de la isla. Ingemar hizo su trabajo con eficiencia y precisión.
El anti premio
Si existe un Premio de Diplomacia Comprometida, debiera existir el anti premio, para aquellos diplomáticos más serviles a la tiranía, cuyas acciones pongan en ridículo con más énfasis a sus gobiernos.
En ese caso, el anti premio pudiera ser entregado al ex embajador brasilero Bernardo Pericare, el típico embajador latinoamericano alejado de los problemas libertarios de la nación cubana. Sobresalió por el ridículo en que puso al Presidente Lula durante su visita a La Habana. Lula, mostrando total ignorancia ante la prensa internacional, comparó al mártir Orlando Zapata Tamayo, con los ladrones de Sao Paulo. El embajador fue retirado y oficialmente se comentó que regresaba a Brasilia “enfermo”.
Cubanet (Estados Unidos)
Aleaga Pesant (PD)
LA HABANA, Cuba, noviembre (www.cubanet.org) - Nuevamente CADAL (Centro para la apertura y el desarrollo de América Latina), invita a valorar el trabajo de los diplomáticos extranjeros en La Habana, para adjudicar el Premio a la Diplomacia Comprometida 2010. Según comenta la convocatoria, este reconocimiento es una forma de estimular a los profesionales de la diplomacia más destacados en el periodo 2009-10.
La selección es difícil, pues hay que deslindar entre la política de los gobiernos en relación a la dictadura, y la actitud personal del funcionario, y realmente es poco preciso dónde empieza una y termina la otra.
Me atrevo a sugerir tres nombres, y cabrían al menos otros cinco, todos europeos. Hasta donde conozco, los de América Latina tienen órdenes precisas de huir ante la presencia de un demócrata cubano, y lo hacen con mucho gusto. Los africanos y asiáticos tienen poco que ver con el compromiso democrático, por lo menos en Cuba. Están más interesados en importar mano de obra hacia sus países, que en promover la democracia.
Esta es mi lista de tres candidatos al Premio a la Diplomacia Comprometida.
Carlos Pérez- Desoy. Llegó a La Habana, cuando el peor de los diplomáticos españoles en La Habana, destruía las relaciones entre las fuerzas democráticas y España. Con mucha paciencia, sabiduría e infinito amor a la libertad comenzó a reconstruir el puente entre dos orillas, maltratadas por un canciller tan obstinado como incapaz. Carlos, con el talento de un relacionista público, la sutileza de un Talleyrand y la laboriosidad de un orfebre, explicó a todos los demócratas por separado y en equipo, la visión de la política exterior de su gobierno, y en qué puntos confluían con el deseo de libertad del pueblo cubano. Poco tiempo después de llegar a La Habana, ganó la simpatía, el apoyo y la comprensión de los demócratas que se relacionaron con él.
Volker Pellet. Este teutón asumió una tarea muy difícil. Sustituir a Michael Kleps, uno de los diplomáticos más carismáticos que pasaron por la isla en muchos años. Sin embargo, la simpatía que despertó Pellet en los medios democráticos y de la sociedad civil, por su sonrisa franca y su disposición a trabajar, lo puso a nivel. Reservado en extremo, fue muy sensible al tema de los prisioneros políticos y las Damas de Blanco, pero también a las acciones culturales del Club de Escritores. Fue vilipendiado duramente por los medios de comunicación comunistas, al observar las marchas de las Damas de Blanco y ser testigo de los mítines de repudio.
Ingemar Cederberg. El destino debió deparar otra historia para este funcionario sueco con experiencia en las transiciones democráticas de Chile y Paraguay, donde casualmente estuvo destacado como diplomático. Cederberg debió ver en la isla la construcción de un nuevo gobierno. Pero Ingemar no es dios. Su experiencia como diplomático le permitió deslindar de paja y provocadores su trabajo en Cuba. En su condición de hombre comprometido puso todo su talento y conocimiento, y promovió proyectos constructivos. No es una actitud aislada. Estocolmo apoya la democratización de la isla. Ingemar hizo su trabajo con eficiencia y precisión.
El anti premio
Si existe un Premio de Diplomacia Comprometida, debiera existir el anti premio, para aquellos diplomáticos más serviles a la tiranía, cuyas acciones pongan en ridículo con más énfasis a sus gobiernos.
En ese caso, el anti premio pudiera ser entregado al ex embajador brasilero Bernardo Pericare, el típico embajador latinoamericano alejado de los problemas libertarios de la nación cubana. Sobresalió por el ridículo en que puso al Presidente Lula durante su visita a La Habana. Lula, mostrando total ignorancia ante la prensa internacional, comparó al mártir Orlando Zapata Tamayo, con los ladrones de Sao Paulo. El embajador fue retirado y oficialmente se comentó que regresaba a Brasilia “enfermo”.