Prensa
Fútbol para Todos y cultura política inmadura
Lo que demuestra el apoyo a este cuestionable programa oficial es el predominio de una cultura política inmadura, de la cual son principales responsables el gobierno nacional y los miembros del Congreso de la Nación que –al considerar el proyecto de ley de presupuesto– aprueban sin la debida discusión el uso de recursos públicos para subsidiar el fútbol, iniciativa que no registra precedentes en ningún país serio.
Fuente: Diario Río Negro (General Roca, Pcia. de Río Negro, Argentina)
GABRIEL SALVIA (*)
Casi la mitad de los consultados por una encuesta que el Centro para la Apertura y el Desarrollo de América Latina (Cadal) le encargó a la Consultora Carlos Fara y Asociados (45%) se manifestaron "de acuerdo" en reasignar los fondos que cuesta el Programa Fútbol para Todos, que en el 2013 están previstos en 1.200 millones de pesos, a necesidades sociales más urgentes. Entre estos, 36% consideró que los recursos que actualmente subsidian el fútbol deberían destinarse a "Educación superior, ciencia y tecnología", 27% a "Salud, programas sociales y/o previsión social", 19% a "Defensa, seguridad interior y justicia" y 10% a "Obra pública, infraestructura y/o vivienda".
Y de la encuesta surge un detalle llamativo, sobre todo si se considera que la inseguridad es uno de los temas que más preocupan en la Argentina: tan sólo una parte minoritaria de los encuestados, que no alcanza a 10%, considera que los recursos destinados al Programa Fútbol para Todos deberían reasignarse a la seguridad interior.
Del otro lado, 49% se opone a la reasignación y, de esta porción, 56% considera que el Estado debería seguir encargándose de la difusión gratuita del fútbol, mientras que 35% opina lo mismo, pero con una regulación de la publicidad oficial para evitar su utilización propagandística por parte del gobierno de turno.
La encuesta, que se llevó a cabo en la capital federal y el Gran Buenos Aires entre el 9 y 12 de marzo, alcanzó a 442 casos, de los cuales 53% fueron mujeres, y el nivel socioeconómico de los consultados incluyó a 42% de clase baja, 49% de clase media y 9% de clase alta.
Teniendo en cuenta que los sondeos de opinión reflejan un nivel de aprobación del gobierno nacional que ronda 30/35%, está claro que el apoyo al Programa Fútbol para Todos alcanza a sectores críticos a la gestión de Cristina Kirchner. Esto último pudo haber sido uno de los motivos que llevó a Mauricio Macri, aspirante presidencial para el 2015, a dar marcha atrás en su planteo de eliminar el subsidio al fútbol.
Si bien la transmisión gratuita de los partidos cuenta con un apoyo significativo, es preocupante que la dirigencia política opositora no pueda ofrecer una alternativa al cuestionable programa oficial creado por el kirchnerismo en el 2009 mediante una simple decisión administrativa. El tema no es tan menor como puede suponerse, sino todo lo contrario, pues la calidad de la gestión pública está relacionada con el nivel de gasto, las prioridades que se asignan y la eficiencia en la implementación de sus políticas.
Al respecto, más allá de que el fútbol es una actividad profesional, que los clubes afiliados a la AFA son entidades privadas y que existe una suficiente demanda de público dispuesta a pagar por ver los partidos, lo más cuestionable del Programa Fútbol para Todos es destinarle recursos del presupuesto nacional, cuando existen gran cantidad de necesidades sociales que merecen atenderse de manera prioritaria.
Por eso, la situación habla mal del gobierno nacional, de un sector importante de la sociedad argentina y de la mayor parte de la dirigencia opositora, ya que se justifica el uso de recursos públicos para sostener una actividad recreativa cuando el Estado no logra atender satisfactoriamente las principales tareas que justifican su existencia o su rol subsidiario.
En definitiva, lo que demuestra el apoyo a este cuestionable programa oficial es el predominio de una cultura política inmadura, de la cual son principales responsables el gobierno nacional y los miembros del Congreso de la Nación que –al considerar el proyecto de ley de presupuesto– aprueban sin la debida discusión el uso de recursos públicos para subsidiar el fútbol, iniciativa que no registra precedentes en ningún país serio.
(*) Presidente del Centro para la Apertura y el Desarrollo de América latina (Cadal)
Fuente: Diario Río Negro (General Roca, Argentina)
Diario Río Negro (General Roca, Pcia. de Río Negro, Argentina)
GABRIEL SALVIA (*)
Casi la mitad de los consultados por una encuesta que el Centro para la Apertura y el Desarrollo de América Latina (Cadal) le encargó a la Consultora Carlos Fara y Asociados (45%) se manifestaron "de acuerdo" en reasignar los fondos que cuesta el Programa Fútbol para Todos, que en el 2013 están previstos en 1.200 millones de pesos, a necesidades sociales más urgentes. Entre estos, 36% consideró que los recursos que actualmente subsidian el fútbol deberían destinarse a "Educación superior, ciencia y tecnología", 27% a "Salud, programas sociales y/o previsión social", 19% a "Defensa, seguridad interior y justicia" y 10% a "Obra pública, infraestructura y/o vivienda".
Y de la encuesta surge un detalle llamativo, sobre todo si se considera que la inseguridad es uno de los temas que más preocupan en la Argentina: tan sólo una parte minoritaria de los encuestados, que no alcanza a 10%, considera que los recursos destinados al Programa Fútbol para Todos deberían reasignarse a la seguridad interior.
Del otro lado, 49% se opone a la reasignación y, de esta porción, 56% considera que el Estado debería seguir encargándose de la difusión gratuita del fútbol, mientras que 35% opina lo mismo, pero con una regulación de la publicidad oficial para evitar su utilización propagandística por parte del gobierno de turno.
La encuesta, que se llevó a cabo en la capital federal y el Gran Buenos Aires entre el 9 y 12 de marzo, alcanzó a 442 casos, de los cuales 53% fueron mujeres, y el nivel socioeconómico de los consultados incluyó a 42% de clase baja, 49% de clase media y 9% de clase alta.
Teniendo en cuenta que los sondeos de opinión reflejan un nivel de aprobación del gobierno nacional que ronda 30/35%, está claro que el apoyo al Programa Fútbol para Todos alcanza a sectores críticos a la gestión de Cristina Kirchner. Esto último pudo haber sido uno de los motivos que llevó a Mauricio Macri, aspirante presidencial para el 2015, a dar marcha atrás en su planteo de eliminar el subsidio al fútbol.
Si bien la transmisión gratuita de los partidos cuenta con un apoyo significativo, es preocupante que la dirigencia política opositora no pueda ofrecer una alternativa al cuestionable programa oficial creado por el kirchnerismo en el 2009 mediante una simple decisión administrativa. El tema no es tan menor como puede suponerse, sino todo lo contrario, pues la calidad de la gestión pública está relacionada con el nivel de gasto, las prioridades que se asignan y la eficiencia en la implementación de sus políticas.
Al respecto, más allá de que el fútbol es una actividad profesional, que los clubes afiliados a la AFA son entidades privadas y que existe una suficiente demanda de público dispuesta a pagar por ver los partidos, lo más cuestionable del Programa Fútbol para Todos es destinarle recursos del presupuesto nacional, cuando existen gran cantidad de necesidades sociales que merecen atenderse de manera prioritaria.
Por eso, la situación habla mal del gobierno nacional, de un sector importante de la sociedad argentina y de la mayor parte de la dirigencia opositora, ya que se justifica el uso de recursos públicos para sostener una actividad recreativa cuando el Estado no logra atender satisfactoriamente las principales tareas que justifican su existencia o su rol subsidiario.
En definitiva, lo que demuestra el apoyo a este cuestionable programa oficial es el predominio de una cultura política inmadura, de la cual son principales responsables el gobierno nacional y los miembros del Congreso de la Nación que –al considerar el proyecto de ley de presupuesto– aprueban sin la debida discusión el uso de recursos públicos para subsidiar el fútbol, iniciativa que no registra precedentes en ningún país serio.
(*) Presidente del Centro para la Apertura y el Desarrollo de América latina (Cadal)
Fuente: Diario Río Negro (General Roca, Argentina)