Prensa
CUBA, ÚNICO PAÍS AMERICANO CON CENSURA LEGAL DE PRENSA
Fuente: Ambito Financiero (Argentina)
Informe sobre la situación en el continente destaca el triste récord.
En el mapa están México, Brasil, Venezuela y Haití
Cuba continúa destacándose en el ranking negativo sobre la censura en América latina, al ser el único país de la región en el que impera una política de Estado que prohíbe la libre expresión, según un estudio elaborado por la organización Centro para la Apertura y el Desarrollo de América Latina (CADAL) y la fundación demócrata cristiana alemana Konrad Adenauer (KA).
El gobierno de Fidel Castro encabeza la lista negra, ya que cuenta con leyes que prohíben la libertad de expresión y éstas son cumplidas a rajatabla por la Justicia.
Sin embargo, la situación no es óptima en varias localidades y regiones de América latina. En muchos casos, «la ley contempla la libertad de prensa, pero el Estado no la protege hasta el punto de que el periodista está en inmediato riesgo físico», alerta el informe dirigido por el docente universitario Fernando Ruiz. En esta situación, calificada como «zona roja», se ubica la frontera norte de México, el Departamento de Arauca en Colombia y la ciudad dominicana de Azua.
Acoso
La «zona marrón», en la que «no existe riesgo físico para el periodista, pero hay un acoso que conmociona» a trabajadores de prensa, incluye al estado brasileño de Mato Grosso, Chiapas, Caracas y Haití. Por lo general, en estas regiones o ciudades no hay una política estatal de persecución a la prensa, pero actúan grupos paraestatales o al menos consentidos por las autoridades. En el resto de América latina se vive una situación « amarilla», «ya que existen formas no generalizadas de acoso que no conmocionan al periodismo, pero sí dificultan seriamente el trabajo profesional».
En cuanto a la Argentina, una anterior edición del informe, en mayo pasado, sólo alertaba como «zona marrón» a Santiago del Estero, antes de la actual intervención.
El trabajo elaborado por Ruiz, profesor de periodismo en la Universidad Austral, denuncia además «la débil protesta del resto del periodismo latinoamericano por la situación de los periodistas independientes cubanos».
Como ejemplo de la crítica situación del periodismo en Cuba, cabe señalar los siguientes aspectos de la legislación isleña:
«Se reconoce a los ciudadanos libertad de palabra y prensa conforme a los fines de la sociedad socialista» (artículo 53 de la Constitución).
Ninguna de las libertades reconocidas puede ser ejercida contra ... la existencia y los fines del Estado socialista, ni contra la decisión del pueblo cubano de constituir el socialismo y el comunismo. La infracción a este principio es punible (art. 62).
El informe cita el disparatado alegato de los fiscales cubanos a la hora de acusar al periodista y poeta Raúl Rivero, el más emblemático de los disidentes encarcelados en marzo de 2003 y liberado recientemente: «En el registro domiciliario efectuado al acusado, se le ocupó una radio Sony, un grabador, un cargador digital de baterías, una máquina de escribir, una computadora personal, varios casetes de audio y de video con información destinada a subvertir, dieciocho sobres con artículos periodísticos, entre otros materiales de carácter subversivo».
«Cuba es la única zona negra para la libertad de prensa en América latina, pues la ley prohíbe, y existe un Estado para hacer cumplir esa ley autoritaria en todo el territorio», evalúa el documento de CADAl y KA.
En Cúcuta, ciudad al norte de Colombia, se registra una situación alarmante, con amenazas concretas a varios periodistas por la acción de la guerrilla de las FARC y los paramilitares de ultraderecha de AUC. El presidente Alvaro
Uribe «denunció la infiltración de paramilitares en el gobierno de la ciudad», añade el informe.
Una situación similar se vive en el norte de México, con trece periodistas asesinados en los últimos diez años. La amenaza en el estado de Tamaulipas y en las ciudades de Tijuana y Ciudad Juárez proviene del narcotráfico.
Tensión
En Caracas, en tanto, «existe un grado oficial o paraoficial de acoso administrativo, legislativo y judicial, en medio de un alto grado de polarización que tensiona el trabajo de los periodistas». Indica el informe que en Venezuela «hay un intento de sustituir la democraciapor un nuevo modelo político, en el cual los mediadores son suplantados por los medios».
Por último, el informe de Ruiz también alude al creciente debate sobre «el rol político de los medios que pueden influir en la libertad de prensa». Al respecto cita el caso de Chile. En el país trasandino se destaca un sesgo de prensa favorable hacia la oposición. En la elección de 2000, cuando Ricardo Lagos fue electo presidente, los medios apoyaron en su totalidad al candidato de la derecha «con la excepción de un canal de TV (estatal) y varias radios», analiza el documento que cita, a su vez, un trabajo del Programa de Naciones Unidas para le Desarrollo (PNUD).
Sebastián Lacunza
Ambito Financiero (Argentina)
Informe sobre la situación en el continente destaca el triste récord.
En el mapa están México, Brasil, Venezuela y Haití
Cuba continúa destacándose en el ranking negativo sobre la censura en América latina, al ser el único país de la región en el que impera una política de Estado que prohíbe la libre expresión, según un estudio elaborado por la organización Centro para la Apertura y el Desarrollo de América Latina (CADAL) y la fundación demócrata cristiana alemana Konrad Adenauer (KA).
El gobierno de Fidel Castro encabeza la lista negra, ya que cuenta con leyes que prohíben la libertad de expresión y éstas son cumplidas a rajatabla por la Justicia.
Sin embargo, la situación no es óptima en varias localidades y regiones de América latina. En muchos casos, «la ley contempla la libertad de prensa, pero el Estado no la protege hasta el punto de que el periodista está en inmediato riesgo físico», alerta el informe dirigido por el docente universitario Fernando Ruiz. En esta situación, calificada como «zona roja», se ubica la frontera norte de México, el Departamento de Arauca en Colombia y la ciudad dominicana de Azua.
Acoso
La «zona marrón», en la que «no existe riesgo físico para el periodista, pero hay un acoso que conmociona» a trabajadores de prensa, incluye al estado brasileño de Mato Grosso, Chiapas, Caracas y Haití. Por lo general, en estas regiones o ciudades no hay una política estatal de persecución a la prensa, pero actúan grupos paraestatales o al menos consentidos por las autoridades. En el resto de América latina se vive una situación « amarilla», «ya que existen formas no generalizadas de acoso que no conmocionan al periodismo, pero sí dificultan seriamente el trabajo profesional».
En cuanto a la Argentina, una anterior edición del informe, en mayo pasado, sólo alertaba como «zona marrón» a Santiago del Estero, antes de la actual intervención.
El trabajo elaborado por Ruiz, profesor de periodismo en la Universidad Austral, denuncia además «la débil protesta del resto del periodismo latinoamericano por la situación de los periodistas independientes cubanos».
Como ejemplo de la crítica situación del periodismo en Cuba, cabe señalar los siguientes aspectos de la legislación isleña:
«Se reconoce a los ciudadanos libertad de palabra y prensa conforme a los fines de la sociedad socialista» (artículo 53 de la Constitución).
Ninguna de las libertades reconocidas puede ser ejercida contra ... la existencia y los fines del Estado socialista, ni contra la decisión del pueblo cubano de constituir el socialismo y el comunismo. La infracción a este principio es punible (art. 62).
El informe cita el disparatado alegato de los fiscales cubanos a la hora de acusar al periodista y poeta Raúl Rivero, el más emblemático de los disidentes encarcelados en marzo de 2003 y liberado recientemente: «En el registro domiciliario efectuado al acusado, se le ocupó una radio Sony, un grabador, un cargador digital de baterías, una máquina de escribir, una computadora personal, varios casetes de audio y de video con información destinada a subvertir, dieciocho sobres con artículos periodísticos, entre otros materiales de carácter subversivo».
«Cuba es la única zona negra para la libertad de prensa en América latina, pues la ley prohíbe, y existe un Estado para hacer cumplir esa ley autoritaria en todo el territorio», evalúa el documento de CADAl y KA.
En Cúcuta, ciudad al norte de Colombia, se registra una situación alarmante, con amenazas concretas a varios periodistas por la acción de la guerrilla de las FARC y los paramilitares de ultraderecha de AUC. El presidente Alvaro
Uribe «denunció la infiltración de paramilitares en el gobierno de la ciudad», añade el informe.
Una situación similar se vive en el norte de México, con trece periodistas asesinados en los últimos diez años. La amenaza en el estado de Tamaulipas y en las ciudades de Tijuana y Ciudad Juárez proviene del narcotráfico.
Tensión
En Caracas, en tanto, «existe un grado oficial o paraoficial de acoso administrativo, legislativo y judicial, en medio de un alto grado de polarización que tensiona el trabajo de los periodistas». Indica el informe que en Venezuela «hay un intento de sustituir la democraciapor un nuevo modelo político, en el cual los mediadores son suplantados por los medios».
Por último, el informe de Ruiz también alude al creciente debate sobre «el rol político de los medios que pueden influir en la libertad de prensa». Al respecto cita el caso de Chile. En el país trasandino se destaca un sesgo de prensa favorable hacia la oposición. En la elección de 2000, cuando Ricardo Lagos fue electo presidente, los medios apoyaron en su totalidad al candidato de la derecha «con la excepción de un canal de TV (estatal) y varias radios», analiza el documento que cita, a su vez, un trabajo del Programa de Naciones Unidas para le Desarrollo (PNUD).
Sebastián Lacunza