Derechos Humanos y
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Observatorio de Relaciones Internacionales y Derechos Humanos

14-10-2018

Nabeel Rajab: el activista bahreiní preso que desafió a Arabia Saudita

Nabeel Rajab está preso desde el 13 de junio de 2016 y se encuentra en riesgo de sufrir una condena por quince años más. Detrás de la detención del activista y presidente del Centro de Derechos Humanos de Bahréin, solo se esconden acusaciones deliberadas e injustas por parte del gobierno saudí. Paradójicamente, Bahréin acaba de ser electa para integrar el Consejo de Derechos Humanos de la ONU.
Por Lucía Rizzi

Las detenciones esporádicas comenzaron en 2012, la detención se concretó en 2016 y la sentencia se confirmó en 2018, cuando la Corte de Casación de Bahréin lo condenó por declaraciones que dio en entrevistas televisivas, en las que denunció violaciones de derechos humanos realizadas por el gobierno saudí en el conflicto yemení. Seguido a esto, en junio de 2018, fue sentenciado a cinco años más de prisión; esta vez, por llevar sus denuncias a Twitter. En ambos casos, sus palabras fueron interpretadas como diseminación de rumores falsos en tiempos de guerra y ofensas a un país extranjero, además de ser consideradas como insultos a un organismo de derecho público. Entre los casos pendientes, se encuentran denuncias por “difundir noticias y afirmaciones falsas y rumores perniciosos que socavan el prestigio del Estado”a partir de artículos publicados en diversos medios extranjeros, como The New York Times o Le monde.

Nabeel Rajab le ha dado voz a las víctimas del sufrimiento que se vive en Yemen. El Grupo de Trabajo sobre Detenciones Arbitrarias de la ONU ha calificado y denunciado su encarcelación como arbitraria y discriminatoria, exigiendo su inmediata liberación. Asimismo, la Organización Mundial Contra la Tortura, además de haber acusado a las autoridades bahreiníes de violar abiertamente los principios de libertad de expresión, manifestó denuncias sobre la posibilidad de maltrato al acusado y anunció que su integridad física y psicológica se encuentra severamente amenazada. Paradójicamente, el pasado 12 de octubre Bahréin resultó electo en la Asamblea General de la ONU, por 165 votos de 193 países, para integrar el Consejo de Derechos Humanos entre 2019 y 2021.

Tal y como expresa en su cuenta de Twitter, Nabeel Rajab apoya la lucha pacífica por la justicia social, la democracia y los derechos humanos. Su trabajo ha sido parte de esta constante lucha en defensa de víctimas inocentes: es fundador y actual presidente del Centro de Derechos Humanos de Bahréin, director fundador del Centro de Derechos Humanos del Golfo y miembro de la Junta Asesora de la organización Human Rights Watch del MENA. El precio a pagar por actuar acorde a sus principios ha sido un acoso político y judicial que amenaza su dignidad y libertad.

Son personas como Nabeel Rajab las que el mundo debería proteger. Su trabajo para la defensa de derechos humanos lo han sometido a injusticias inaceptables. Autoridades a nivel mundial deberían peticionar al gobierno de Bahréin la liberación de Nabeel Rajab y acabar con el acoso judicial. Tal y como ha expresado Amnistía Internacional: “la condena a cinco años de prisión impuesta hoy al destacado defensor de los derechos humanos Nabeel Rajab por expresar pacíficamente sus opiniones en Internet ilustra el total desprecio de las autoridades bahreiníes por la libertad de expresión”.

Arabia Saudita, líder de la coalición árabe de la cual Bahréin es miembro, se encuentra involucrada en el conflicto yemení desde el año 2015 y diversos organismos de derechos humanos la acusaron de cometer crímenes de guerra, entre ellos, bombardeos aéreos a poblaciones civiles. El conflicto yemení ha causado la peor crisis humanitaria de la historia. Tres años de guerra han provocado que un 68% de las personas requirieran asistencia humanitaria. Según un informe de Amnistía Internacional, entre los crímenes de guerra cometidos por ambos bandos, se incluyen reclutamiento de niños soldados, ataques contra

viviendas, edificios civiles e instalaciones médicas y maltrato a los prisioneros de guerra. Asimismo, el bloqueo naval ha empeorado la situación de hambruna vivida en Yemen. Alrededor de 2.2 millones de niños se encuentran malnutridos, de los cuales se estima que 400.000 corren riesgo de inanición. Nabeel Rajab ha sido uno de los pocos valientes en atreverse a enfrentar al gobierno saudí.

Lucía Rizzi
Lucía Rizzi
Voluntaria del Observatorio de Relaciones Internacionales y Derechos Humanos de CADAL
 
 
 

 
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