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El Examen Periódico Universal: Oportunidad inesperada en el Consejo de Derechos Humanos
Lo que garantiza el Examen Periódico Universal es que exista una instancia en la cual obligatoriamente se examine a todos los Estados miembro de Naciones Unidas. La primera sesión tuvo lugar en abril de 2008 y la última está prevista para 2011. Son los meses que pasaron y los que vienen hasta mediados de 2009 los más interesantes para América Latina.Por Pablo Brum
Una de las principales innovaciones del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas sobre su antecesora, la Comisión homónima, es un proceso llamado Examen Periódico Universal (EPU). Resulta una de las pocas ideas rescatables de la fundación de una organización que hasta ahora ha tenido un desempeño cuestionable.
La idea detrás del Examen Periódico Universal es que una organización como Naciones Unidas no debe estudiar el tema de los derechos humanos de forma ad hoc . Esa era la única forma en que se hacía bajo la Comisión: cuando un gobierno expresaba opiniones o preocupaciones sobre la situación en otro país, ese tema podía pasar a la agenda. Una vez ahí, se sometía a discusión del plenario e, hipotéticamente, se llegaba a una resolución.
Lo que garantiza el Examen Periódico Universal es que, además de la modalidad recién explicada -que sobrevive en el Consejo- exista una instancia en la cual obligatoriamente se examine a todos los Estados miembro de Naciones Unidas.
Así, se diseñó un proceso en el cual 192 gobiernos del mundo están repartidos en doce tandas de dieciséis cada una, esparcidas en un largo período de tiempo. La primera sesión tuvo lugar en abril de 2008 y la última está prevista para 2011. En cada sesión se considera una variedad de países de distintas regiones, culturas y situaciones de derechos humanos.
La metodología que decidió la Asamblea General de Naciones Unidas al ordenar la creación del EPU es que al momento de considerar un país se presenten tres informes sobre su respeto por los derechos humanos. El primero lo prepara el propio Estado que se está considerando. El segundo es una compilación, realizada por el personal de la Oficina de la Alta Comisionada para los Derechos Humanos de Naciones Unidas, de todo lo expresado por NU sobre la referida situación. Por último, un tercer informe de igual peso será el resultado de combinar los documentos que eleven distintas organizaciones no gubernamentales, centros de estudios, defensores de los derechos humanos, organizaciones regionales e internacionales, y representantes de la sociedad civil del país. En total, la variedad de fuentes hace que el Examen Periódico Universal tenga un potencial real para exponer las violaciones de los derechos y libertades humanas que cometen ciertos gobiernos, ya que a pesar de que pueden emitir propaganda en su informe e incluso lograr un tono moderado en el de la Alta Comisionada de Derechos Humanos, no podrán escudarse de las organizaciones independientes que conforman el tercer componente evaluativo.
Además, la resolución normativa del EPU emitida por el Consejo prevé otra innovación más: que el proceso de examen de cada país esté liderado por una troika o trío de relatores delegados de otros estados miembro. La principal tarea grupal de esas delegaciones es la elaboración del informe de trabajo, o informe final que resume tanto los tres informes presentados en el examen como el debate que se hubiese dado durante la sesión.
Entre otras directivas, esa resolución establece respecto al EPU que:
- El país examinado podrá pedir que uno de los tres relatores sea de su propio grupo regional y también podrá pedir sólo en una ocasión que se sustituya a un relator
- Un relator podrá pedir que se le excuse de participar en un determinado proceso de examen
- Las recomendaciones que cuenten con el apoyo del Estado examinado se señalarán como tales. Otras recomendaciones se recogerán junto con las observaciones correspondientes del Estado examinado. Unas y otras se incluirán en el informe final que ha de adoptar el Consejo
- El resultado del examen periódico universal, que ha de ser un mecanismo cooperativo, debería ser aplicado principalmente por el Estado examinado y, según corresponda, por otros actores interesados pertinentes
Por lo tanto, el Examen Periódico Universal puede y debe resultar un espacio en el cual un país deba oír todo tipo de críticas a su conducta respecto a la protección de los derechos humanos.
Al momento han transcurrido dos de las doce sesiones que se necesitarán para examinar a todos los integrantes de Naciones Unidas; una en abril y otra en mayo de 2008.
En esas primeras dos sesiones ya se examinaron a algunos importantes países latinoamericanos. En la primera les tocó a Brasil, Ecuador y Argentina. Vale la pena notar que Cuba integró la troika de países que encabezó el examen de Argentina. En la segunda sesión sólo se examinaron dos países latinoamericanos: Guatemala y Perú. Nuevamente Cuba participó como relator, al ser uno de los miembros de la troika de Perú.
Simultáneamente, a los países de América Latina les tocó integrar troikas en el examen de países de otras regiones del mundo. Por ejemplo, a Uruguay le tocó integrar la que condujo el examen de Argelia, en donde existe un régimen notoriamente violador de los derechos humanos. A Brasil, Bolivia y Perú les tocó participar respectivamente en las de las democracias europeas Polonia, Finlandia y Holanda. En la segunda sesión algunos de estos países volvieron a integrar troikas examinadoras. Perú integró la que lideró el proceso de revisión de la República de Corea; Uruguay el de Suiza y, entre otros, Brasil participó en el examen de Guatemala y Mali.
Las próximas sesiones del Consejo auguran acontecimientos de aún mayor interés para quienes monitorean la conducta de los gobiernos latinoamericanos en el área de los derechos humanos.
En la tercera sesión, que tendrá lugar en diciembre de este año, a Uruguay le tocará integrar el trío de relatores del examen de una de las democracias más ejemplares de África: Botswana. Argentina hará lo mismo con Emiratos Árabes Unidos y Chile con la violenta dictadura de Turkmenistán. Además, será el turno de ser examinado de uno de los países latinoamericanos con una situación más compleja en el área de los derechos humanos: Colombia.
Sin embargo, es en la cuarta y quinta sesiones en que se verán algunos de los momentos claves de la conducta de estos gobiernos. En la cuarta, que tendrá lugar en febrero, será el turno de examinar a Cuba. En el Consejo de Derechos Humanos pocos países ejercen el grado de influencia que tiene el régimen de La Habana. La diplomacia de ese país es experta en la formación de alianzas con otras dictaduras para acaparar la agenda, el tono y las decisiones de instituciones como el Consejo. De hecho, en Ginebra sólo la delegación de Egipto tiene más prominencia que la cubana en su esfuerzo por sabotear la noción misma de derechos humanos y por invertir el propósito del Consejo: resaltar a las dictaduras y condenar a las democracias.
Además de eso, Cuba es una de los últimos regímenes totalitarios en el mundo, y una enorme prisión que causa vergüenza en América Latina. Sin embargo, esa no parece ser la opinión de algunos de los gobiernos democráticos de la región, en particular los que integran el Consejo de Derechos Humanos. El Examen Periódico Universal de Cuba será entonces una oportunidad para comprobar el compromiso de los países libres de América Latina con la causa de la libertad y los derechos humanos. Todo esto se ve potenciado por el hecho de que Uruguay integra la troika de países que liderará el examen de Cuba. Es difícil encontrar un contraste tan grande: el gobierno más represivo de América Latina y uno de los que detenta el historial democrático y liberal más extenso de esa región.
La razón por la que es importante proyectar un foco sobre estos acontecimientos es que es muy común que los gobiernos se refugien en la suerte de impunidad que rodea las actividades en Ginebra, y no cumplan con su mandato. Esa es la historia abreviada del Consejo de Derechos Humanos en sí, una institución que ha hecho menos por esa causa que organizaciones privadas con mucho menos poder y recursos. En la práctica, las delegaciones en Ginebra suelen votar basándose en cálculos de poder, ideologías radicales e intercambios de favores más que en las causas que se les ordena defender.
Por eso existirá una oportunidad muy importante para examinar a América Latina cuando la cuarta sesión se complemente con la quinta, que tendrá lugar en mayo. En esa ocasión será el turno de examinar a Uruguay, y en la troika estará Argentina. Cuando sea el turno de Chile, Cuba formará parte de la troika que lo examinará.
En conclusión, a pesar de que el Examen Periódico Universal se extiende hasta 2011, son los meses que pasaron y los que vienen hasta mediados de 2009 los más interesantes para América Latina. El producto del trabajo que se realice en Ginebra reflejará el carácter y el compromiso de los gobiernos de la región ante el resto del mundo.
Pablo Brum es Investigador Asociado del Centro para la Apertura y el Desarrollo de América Latina (CADAL).
Pablo BrumInvestigador Asociado del Centro para la Apertura y el Desarrollo de América Latina (CADAL). Es licenciado en Estudios Internacionales por la Universidad ORT, Uruguay. Entre sus publicaciones en CADAL se encuentran: “El Examen Periódico Universal: Oportunidad inesperada en el Consejo de Derechos Humanos”, “Evaluando a la Alta Comisionada de Derechos Humanos de Naciones Unidas”; y “Rogue States: Acerca de un concepto interesante y su aplicación a América Latina”.
Una de las principales innovaciones del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas sobre su antecesora, la Comisión homónima, es un proceso llamado Examen Periódico Universal (EPU). Resulta una de las pocas ideas rescatables de la fundación de una organización que hasta ahora ha tenido un desempeño cuestionable.
La idea detrás del Examen Periódico Universal es que una organización como Naciones Unidas no debe estudiar el tema de los derechos humanos de forma ad hoc . Esa era la única forma en que se hacía bajo la Comisión: cuando un gobierno expresaba opiniones o preocupaciones sobre la situación en otro país, ese tema podía pasar a la agenda. Una vez ahí, se sometía a discusión del plenario e, hipotéticamente, se llegaba a una resolución.
Lo que garantiza el Examen Periódico Universal es que, además de la modalidad recién explicada -que sobrevive en el Consejo- exista una instancia en la cual obligatoriamente se examine a todos los Estados miembro de Naciones Unidas.
Así, se diseñó un proceso en el cual 192 gobiernos del mundo están repartidos en doce tandas de dieciséis cada una, esparcidas en un largo período de tiempo. La primera sesión tuvo lugar en abril de 2008 y la última está prevista para 2011. En cada sesión se considera una variedad de países de distintas regiones, culturas y situaciones de derechos humanos.
La metodología que decidió la Asamblea General de Naciones Unidas al ordenar la creación del EPU es que al momento de considerar un país se presenten tres informes sobre su respeto por los derechos humanos. El primero lo prepara el propio Estado que se está considerando. El segundo es una compilación, realizada por el personal de la Oficina de la Alta Comisionada para los Derechos Humanos de Naciones Unidas, de todo lo expresado por NU sobre la referida situación. Por último, un tercer informe de igual peso será el resultado de combinar los documentos que eleven distintas organizaciones no gubernamentales, centros de estudios, defensores de los derechos humanos, organizaciones regionales e internacionales, y representantes de la sociedad civil del país. En total, la variedad de fuentes hace que el Examen Periódico Universal tenga un potencial real para exponer las violaciones de los derechos y libertades humanas que cometen ciertos gobiernos, ya que a pesar de que pueden emitir propaganda en su informe e incluso lograr un tono moderado en el de la Alta Comisionada de Derechos Humanos, no podrán escudarse de las organizaciones independientes que conforman el tercer componente evaluativo.
Además, la resolución normativa del EPU emitida por el Consejo prevé otra innovación más: que el proceso de examen de cada país esté liderado por una troika o trío de relatores delegados de otros estados miembro. La principal tarea grupal de esas delegaciones es la elaboración del informe de trabajo, o informe final que resume tanto los tres informes presentados en el examen como el debate que se hubiese dado durante la sesión.
Entre otras directivas, esa resolución establece respecto al EPU que:
- El país examinado podrá pedir que uno de los tres relatores sea de su propio grupo regional y también podrá pedir sólo en una ocasión que se sustituya a un relator
- Un relator podrá pedir que se le excuse de participar en un determinado proceso de examen
- Las recomendaciones que cuenten con el apoyo del Estado examinado se señalarán como tales. Otras recomendaciones se recogerán junto con las observaciones correspondientes del Estado examinado. Unas y otras se incluirán en el informe final que ha de adoptar el Consejo
- El resultado del examen periódico universal, que ha de ser un mecanismo cooperativo, debería ser aplicado principalmente por el Estado examinado y, según corresponda, por otros actores interesados pertinentes
Por lo tanto, el Examen Periódico Universal puede y debe resultar un espacio en el cual un país deba oír todo tipo de críticas a su conducta respecto a la protección de los derechos humanos.
Al momento han transcurrido dos de las doce sesiones que se necesitarán para examinar a todos los integrantes de Naciones Unidas; una en abril y otra en mayo de 2008.
En esas primeras dos sesiones ya se examinaron a algunos importantes países latinoamericanos. En la primera les tocó a Brasil, Ecuador y Argentina. Vale la pena notar que Cuba integró la troika de países que encabezó el examen de Argentina. En la segunda sesión sólo se examinaron dos países latinoamericanos: Guatemala y Perú. Nuevamente Cuba participó como relator, al ser uno de los miembros de la troika de Perú.
Simultáneamente, a los países de América Latina les tocó integrar troikas en el examen de países de otras regiones del mundo. Por ejemplo, a Uruguay le tocó integrar la que condujo el examen de Argelia, en donde existe un régimen notoriamente violador de los derechos humanos. A Brasil, Bolivia y Perú les tocó participar respectivamente en las de las democracias europeas Polonia, Finlandia y Holanda. En la segunda sesión algunos de estos países volvieron a integrar troikas examinadoras. Perú integró la que lideró el proceso de revisión de la República de Corea; Uruguay el de Suiza y, entre otros, Brasil participó en el examen de Guatemala y Mali.
Las próximas sesiones del Consejo auguran acontecimientos de aún mayor interés para quienes monitorean la conducta de los gobiernos latinoamericanos en el área de los derechos humanos.
En la tercera sesión, que tendrá lugar en diciembre de este año, a Uruguay le tocará integrar el trío de relatores del examen de una de las democracias más ejemplares de África: Botswana. Argentina hará lo mismo con Emiratos Árabes Unidos y Chile con la violenta dictadura de Turkmenistán. Además, será el turno de ser examinado de uno de los países latinoamericanos con una situación más compleja en el área de los derechos humanos: Colombia.
Sin embargo, es en la cuarta y quinta sesiones en que se verán algunos de los momentos claves de la conducta de estos gobiernos. En la cuarta, que tendrá lugar en febrero, será el turno de examinar a Cuba. En el Consejo de Derechos Humanos pocos países ejercen el grado de influencia que tiene el régimen de La Habana. La diplomacia de ese país es experta en la formación de alianzas con otras dictaduras para acaparar la agenda, el tono y las decisiones de instituciones como el Consejo. De hecho, en Ginebra sólo la delegación de Egipto tiene más prominencia que la cubana en su esfuerzo por sabotear la noción misma de derechos humanos y por invertir el propósito del Consejo: resaltar a las dictaduras y condenar a las democracias.
Además de eso, Cuba es una de los últimos regímenes totalitarios en el mundo, y una enorme prisión que causa vergüenza en América Latina. Sin embargo, esa no parece ser la opinión de algunos de los gobiernos democráticos de la región, en particular los que integran el Consejo de Derechos Humanos. El Examen Periódico Universal de Cuba será entonces una oportunidad para comprobar el compromiso de los países libres de América Latina con la causa de la libertad y los derechos humanos. Todo esto se ve potenciado por el hecho de que Uruguay integra la troika de países que liderará el examen de Cuba. Es difícil encontrar un contraste tan grande: el gobierno más represivo de América Latina y uno de los que detenta el historial democrático y liberal más extenso de esa región.
La razón por la que es importante proyectar un foco sobre estos acontecimientos es que es muy común que los gobiernos se refugien en la suerte de impunidad que rodea las actividades en Ginebra, y no cumplan con su mandato. Esa es la historia abreviada del Consejo de Derechos Humanos en sí, una institución que ha hecho menos por esa causa que organizaciones privadas con mucho menos poder y recursos. En la práctica, las delegaciones en Ginebra suelen votar basándose en cálculos de poder, ideologías radicales e intercambios de favores más que en las causas que se les ordena defender.
Por eso existirá una oportunidad muy importante para examinar a América Latina cuando la cuarta sesión se complemente con la quinta, que tendrá lugar en mayo. En esa ocasión será el turno de examinar a Uruguay, y en la troika estará Argentina. Cuando sea el turno de Chile, Cuba formará parte de la troika que lo examinará.
En conclusión, a pesar de que el Examen Periódico Universal se extiende hasta 2011, son los meses que pasaron y los que vienen hasta mediados de 2009 los más interesantes para América Latina. El producto del trabajo que se realice en Ginebra reflejará el carácter y el compromiso de los gobiernos de la región ante el resto del mundo.
Pablo Brum es Investigador Asociado del Centro para la Apertura y el Desarrollo de América Latina (CADAL).