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Argentina 2011: está en marcha el plan de la sucesión sin ''traumas''
Solamente Scioli o Reutemann le garantizan esa ''gobernabilidad'' que barrerá bajo la alfombra la montaña de desprolijidades y groserías de la larga era K. Los servicios del olvido serán vitales para lograr una sucesión sin inoportunas citas a Comodoro Py.Por Pablo Díaz de Brito
En 1991, Carlos Reutemann le ganó la gobernación de Santa Fe al radical Horacio Usandizaga y suplantó al desprestigiado justicialista Víctor Reviglio. El Lole trajo orden y prolijidad a la administración santafesina, que las necesitaba desesperadamente después de dos períodos caóticos bajo el signo del PJ. Pero en algo el Lole no se metió: nadie fue citado por la Justicia por esos tremendos desbarajustes, que terminaron con Vernet, gobernador entre el 83 y87, exiliado políticamente, y luego prematuramente jubilado, al igual que su sucesor Reviglio. Dos fantasmas de la política santafesina: nadie los recuerda, nadie los conoce y nadie los menciona, a los dos primeros gobernadores de la democracia en Santa Fe.
Se afirma ahora por estas tierras santafesinas que el mismo trato preferencial le garantizaría el Lole a Néstor Kirchner en 2011: transición tranquila, nada de "locuras" en la Justicia, asuntillo que tanto debe preocupar por estas horas al caudillo máximo de El Calafate. Si el patagónico ya se da por prejubilado y admite su sucesión, cosa que todos, más o menos, descuentan, es lógico que apueste a dos nombres preferenciales para suceder a su esposa: Scioli o, si no, Reutemann. Sólo ellos dos le garantizan esa "gobernabilidad" que barrerá bajo la alfombra la montaña de desprolijidades y groserías de la larga era K. Porque si algo no tuvo el matrimonio K fue su Dromi. Está claro que De Vido no lo es, y ciertamente Jaime tampoco. Esta gente desconoce la sutileza, la habilidad para no dejar huelllas jurídicamente perseguibles. Dromi, precisamente. Acompañado en su invisible y vital tarea, por varias hábiles espadas, todas provenientes de la abogacía: el hermano Eduardo Menem, el Flaco Eduardo Bauzá y el locuaz Carlos Corach. No hay nadie de ese calibre en el estrecho y provinciano mundo K. Por ello, los servicios del olvido serán vitales para lograr una sucesión sin inoportunas citas a Comodoro Py.
Ante este plan, tácito pero claro, entra a tallar como único antídoto el sector social que en 2011 se prevé dignamente derrotado bajo el rótulo de Encuentro Cívico, o como se llame para entonces la alianza CC-UCR-Socialismo. Dependerá de este sector, de la clase media-media no peronista, y de la presión pública que se ejerza, que el barrido bajo la alfombra no sea tan descarado y deje algo en la superficie para que los jueces, quitado finalmente el yugo de Diana Conti y Carlos Kunkel en el Consejo de la Magistratura, se decidan de una bendita vez a meter cuchillo en el grueso bubón de podredumbre que dejará el paso del peronismo progre por el poder.
Pablo Díaz de BritoPeriodista.
En 1991, Carlos Reutemann le ganó la gobernación de Santa Fe al radical Horacio Usandizaga y suplantó al desprestigiado justicialista Víctor Reviglio. El Lole trajo orden y prolijidad a la administración santafesina, que las necesitaba desesperadamente después de dos períodos caóticos bajo el signo del PJ. Pero en algo el Lole no se metió: nadie fue citado por la Justicia por esos tremendos desbarajustes, que terminaron con Vernet, gobernador entre el 83 y87, exiliado políticamente, y luego prematuramente jubilado, al igual que su sucesor Reviglio. Dos fantasmas de la política santafesina: nadie los recuerda, nadie los conoce y nadie los menciona, a los dos primeros gobernadores de la democracia en Santa Fe.
Se afirma ahora por estas tierras santafesinas que el mismo trato preferencial le garantizaría el Lole a Néstor Kirchner en 2011: transición tranquila, nada de "locuras" en la Justicia, asuntillo que tanto debe preocupar por estas horas al caudillo máximo de El Calafate. Si el patagónico ya se da por prejubilado y admite su sucesión, cosa que todos, más o menos, descuentan, es lógico que apueste a dos nombres preferenciales para suceder a su esposa: Scioli o, si no, Reutemann. Sólo ellos dos le garantizan esa "gobernabilidad" que barrerá bajo la alfombra la montaña de desprolijidades y groserías de la larga era K. Porque si algo no tuvo el matrimonio K fue su Dromi. Está claro que De Vido no lo es, y ciertamente Jaime tampoco. Esta gente desconoce la sutileza, la habilidad para no dejar huelllas jurídicamente perseguibles. Dromi, precisamente. Acompañado en su invisible y vital tarea, por varias hábiles espadas, todas provenientes de la abogacía: el hermano Eduardo Menem, el Flaco Eduardo Bauzá y el locuaz Carlos Corach. No hay nadie de ese calibre en el estrecho y provinciano mundo K. Por ello, los servicios del olvido serán vitales para lograr una sucesión sin inoportunas citas a Comodoro Py.
Ante este plan, tácito pero claro, entra a tallar como único antídoto el sector social que en 2011 se prevé dignamente derrotado bajo el rótulo de Encuentro Cívico, o como se llame para entonces la alianza CC-UCR-Socialismo. Dependerá de este sector, de la clase media-media no peronista, y de la presión pública que se ejerza, que el barrido bajo la alfombra no sea tan descarado y deje algo en la superficie para que los jueces, quitado finalmente el yugo de Diana Conti y Carlos Kunkel en el Consejo de la Magistratura, se decidan de una bendita vez a meter cuchillo en el grueso bubón de podredumbre que dejará el paso del peronismo progre por el poder.
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