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RABIA ANTE LA DERROTA
Las recientes agresiones desatadas por el régimen castrista contra la ciudadanía, con motivo del incidente de la Embajada de México en La Habana, en numerosas capitales de todo el Mundo han tenido como resultado el aumento de la legitimidad y del prestigio del movimiento cubano en pro de la democracia y los derechos humanos..
Por Ricardo Bofill
Las recientes agresiones desatadas por el régimen castrista contra la ciudadanía, con motivo del incidente de la Embajada de México en La Habana, en numerosas capitales de todo el Mundo han tenido como resultado el aumento de la legitimidad y del prestigio del movimiento cubano en pro de la democracia y los derechos humanos. Este resultado, de los ataques brutales lanzados por Fidel Castro contra los sectores de la población cubana que anhelan escapar del manicomio nacional, ha tomado por sorpresa al viejo tirano y a sus agentes, quienes como era de esperar, a su vez han respondido a este éxito de la disidencia con nuevos operativos de barbarie contra numerosos activistas en todo el país.
La esencia de lo que a Fidel Castro se le escapó de las manos, al lidiar con la crisis de la Sede Diplomática Mexicana, fue que en todas partes se resaltó el hecho de que el conocido enfrentamiento surgió como consecuencia de los gestos que habían tenido con el Presidente de México Vicente Fox y con su Canciller Jorge Castañeda, recibiendo y respaldando a una delegación de opositores cubanos, durante la visita de los dignatarios aztecas a Cuba.
Todo la prensa mexicana y en los medios de comunicación del resto de América Latina, de los Estados Unidos y de Europa, la noticia de la discordia Cuba-México por el asunto de los aspirantes de asilo en la Embajada Azteca en la capital cubana, se explicó en el marco de la rabia de Fidel Castro, sobre todo contra Jorge Castañeda, por sus acciones solidarias a favor del respeto de los Derechos Humanos en Cuba y por sus gestiones, procurando para que el Gobierno Mexicano le concediera el status de oposición reconocida, a las organizaciones de sociedad civil independiente y contestataria al castrismo, que se han extendido por todo el país, a contrapelo de la represión en su contra.
En realidad, este es el significado de la mencionada crisis que resonó en la opinión pública; en las Presidencias, en los Parlamentos y en otras entidades nacionales; así como en las instituciones internacionales de derechos humanos, incluyendo las de Naciones Unidas.
Sin embargo, esta humillante derrota en la trascendental arena para Fidel Castro de la imagen pública, ha provocado otra las furias de psicosis del Comandante, contra la valiente membresía de las agrupaciones oposicionistas y de renaciente sociedad civil independiente de la Nación.
Entre decenas de atrocidades que este otro desfogue de soberbia de Castro ha articulado, tenemos la denuncia de que una vez mas el líder de la Fundación Cubana de Derechos Humanos, el prestigioso abogado invidente Juan Carlos González Leyva, fue vandalizado a golpes por los sicarios del Gobierno. Así mismo, el destacado opositor Delio Laureano Requejo Rodríguez, ha sido virtualmente secuestrado por guardias del G-2 y, hasta ahora, se desconoce su paradero. En igual sentido, han llegado desde Cuba decenas de protestas sobre operativos de barbarie similares, contra activistas cívicos en virtualmente todos los rincones de la Isla.
Como es natural, estas nuevas actas acusatorias contra Fidel Castro las haremos llegar a las entidades mundiales de Derechos Humanos correspondientes, para que formen parte de los expendientes criminales de los comisarios comunistas de Cuba.
Ricardo Bofill
Las recientes agresiones desatadas por el régimen castrista contra la ciudadanía, con motivo del incidente de la Embajada de México en La Habana, en numerosas capitales de todo el Mundo han tenido como resultado el aumento de la legitimidad y del prestigio del movimiento cubano en pro de la democracia y los derechos humanos. Este resultado, de los ataques brutales lanzados por Fidel Castro contra los sectores de la población cubana que anhelan escapar del manicomio nacional, ha tomado por sorpresa al viejo tirano y a sus agentes, quienes como era de esperar, a su vez han respondido a este éxito de la disidencia con nuevos operativos de barbarie contra numerosos activistas en todo el país.
La esencia de lo que a Fidel Castro se le escapó de las manos, al lidiar con la crisis de la Sede Diplomática Mexicana, fue que en todas partes se resaltó el hecho de que el conocido enfrentamiento surgió como consecuencia de los gestos que habían tenido con el Presidente de México Vicente Fox y con su Canciller Jorge Castañeda, recibiendo y respaldando a una delegación de opositores cubanos, durante la visita de los dignatarios aztecas a Cuba.
Todo la prensa mexicana y en los medios de comunicación del resto de América Latina, de los Estados Unidos y de Europa, la noticia de la discordia Cuba-México por el asunto de los aspirantes de asilo en la Embajada Azteca en la capital cubana, se explicó en el marco de la rabia de Fidel Castro, sobre todo contra Jorge Castañeda, por sus acciones solidarias a favor del respeto de los Derechos Humanos en Cuba y por sus gestiones, procurando para que el Gobierno Mexicano le concediera el status de oposición reconocida, a las organizaciones de sociedad civil independiente y contestataria al castrismo, que se han extendido por todo el país, a contrapelo de la represión en su contra.
En realidad, este es el significado de la mencionada crisis que resonó en la opinión pública; en las Presidencias, en los Parlamentos y en otras entidades nacionales; así como en las instituciones internacionales de derechos humanos, incluyendo las de Naciones Unidas.
Sin embargo, esta humillante derrota en la trascendental arena para Fidel Castro de la imagen pública, ha provocado otra las furias de psicosis del Comandante, contra la valiente membresía de las agrupaciones oposicionistas y de renaciente sociedad civil independiente de la Nación.
Entre decenas de atrocidades que este otro desfogue de soberbia de Castro ha articulado, tenemos la denuncia de que una vez mas el líder de la Fundación Cubana de Derechos Humanos, el prestigioso abogado invidente Juan Carlos González Leyva, fue vandalizado a golpes por los sicarios del Gobierno. Así mismo, el destacado opositor Delio Laureano Requejo Rodríguez, ha sido virtualmente secuestrado por guardias del G-2 y, hasta ahora, se desconoce su paradero. En igual sentido, han llegado desde Cuba decenas de protestas sobre operativos de barbarie similares, contra activistas cívicos en virtualmente todos los rincones de la Isla.
Como es natural, estas nuevas actas acusatorias contra Fidel Castro las haremos llegar a las entidades mundiales de Derechos Humanos correspondientes, para que formen parte de los expendientes criminales de los comisarios comunistas de Cuba.