Comunicados
Análisis Sínico
Una bandera por el Tíbet
A 62 años del levantamiento tibetano del 10 de marzo de 1959, rebelándose contra la opresión china impuesta hacía 9 años, desde CADAL lanzamos la campaña «Una bandera por el Tíbet», para recordar esta lucha que no cesa y hacerles saber a los tibetanos que no nos es indiferente su destino.
Como nación independiente, Tíbet contaba con un gobierno soberano, una bandera y moneda nacional, un sistema postal, una lengua propia, así como leyes y costumbres. Tras la invasión militar de China las restricciones que las familias tibetanas y los monasterios han vivido son cada vez mayores.
Hoy, el simple hecho de ondear los colores de la Bandera Nacional Tibetana significa tortura, prisión, desaparición y posiblemente la muerte. Por eso llamamos a izar nosotros la bandera del Tíbet con una acción muy simple: poniéndolas en nuestros perfiles de las redes sociales.
La solidaridad democrática es un compromiso que ejercemos en todos los ámbitos en donde se presenta la oportunidad y, en este caso, la visibilidad que nos da la virtualidad no la podemos dejar pasar.
Llamamos, también, al Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación y la Cancillería a que honren la tradición democrática y de defensa de los DDHH en la que se inscribe nuestro país y que se sumen a esta acción izando en sus edificios la bandera de nuestros hermanos tibetanos.
Como nación independiente, Tíbet contaba con un gobierno soberano, una bandera y moneda nacional, un sistema postal, una lengua propia, así como leyes y costumbres. Tras la invasión militar de China las restricciones que las familias tibetanas y los monasterios han vivido son cada vez mayores.
Hoy, el simple hecho de ondear los colores de la Bandera Nacional Tibetana significa tortura, prisión, desaparición y posiblemente la muerte. Por eso llamamos a izar nosotros la bandera del Tíbet con una acción muy simple: poniéndolas en nuestros perfiles de las redes sociales.
La solidaridad democrática es un compromiso que ejercemos en todos los ámbitos en donde se presenta la oportunidad y, en este caso, la visibilidad que nos da la virtualidad no la podemos dejar pasar.
Llamamos, también, al Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación y la Cancillería a que honren la tradición democrática y de defensa de los DDHH en la que se inscribe nuestro país y que se sumen a esta acción izando en sus edificios la bandera de nuestros hermanos tibetanos.