El cacareado sistema igualitario que pretendía abolir las clases sociales nunca estuvo a la altura de la propaganda. Desde el primer día se estableció una diferencia de castas entre los líderes revolucionarios y el resto de la población. Lo mismo sucede con las razas, donde los blancos han tenido ventajas. Las diferencias sociales se acentuaron debido a las remesas, con las que muchos construyen una vida próspera mientras el resto navega en la pobreza.

Por Pedro Acosta Peña

Quienes piensan que en Cuba hubo en algún momento igualdad económica y racial está muy alejado de la realidad cubana y lo que ha acontecido a través de estas seis décadas de "revolución".

La preconizada igualdad entre los cubanos, la eliminación de las clases sociales y del racismo, así como otros supuestos logros del régimen entronizado en la isla fue otra de las artimañas de Fidel Castro.

En Cuba, desde el mismo 1 de enero de 1959 se comenzó a establecer otro tipo de casta social. Las mismas estuvieron    encabezadas por los "barbudos", como se bautizó a las huestes de Fidel. El grado militar y el rango político de los que accedieron al poder en esa fecha determinaba su estatus económico y social y con ello su nivel de vida.

Repartos y zonas como el Casino Deportivo, Chol, Nuevo Vedado, Baltimore y El Laguito, entre otros, pasaron de manos de la pequeña, mediana y alta burguesía capitalista a las de la naciente, y en continuo ascenso, burguesía revolucionaria.

Recordemos que el Che se instaló en una vistosa mansión del balneario de Tarará, y Fidel, tras alojarse durante varios meses en el Hotel Habana Hilton se instaló en la llamada Casona de Colimar, una de las más lujosas propiedades de ese balneario habanero.

No en balde Raúl Castro, desde finales de la década de los ochenta, comenzó a plantear que en Cuba había igualdad, no igualitarismo, todo producto de la diferencia que ya empezaba a ser notable entre la alta jerarquía militar y política en Cuba con relación a esos humildes que decían representar. Ese nuevo argumento, claro está, surgió porque los hijos y nietos, ajenos a la política del régimen, mostraban impúdicamente los privilegios de que disfrutaban, algo siempre negado por los dirigentes cubanos.

Castas y razas

Este complejo entramado de castas fidelistas no solo conllevó diferencias económicas, sino también raciales, pues la mayoría de esos barbudos eran de la raza blanca, algo que se acentuaba más en la obtención de importantes grados militares.

Para brindar una mejor idea de ello debemos señalar que de los treinta y dos “comandantes” que bajaron de la Sierra Maestra y del Es cambray, solo tres eran de raza negra, y en el primer Consejo de Ministros Revolucionario sus doce integrantes eran blancos.

Aunque han pretendió balancear y edulcorar el sistema, el racismo se ha mantenido hasta nuestros días. De los sesenta y cuatro integrantes del Buró Político, Consejo de Estado y Consejo de Ministros, los más altos niveles de dirección en Cuba, el ochenta por ciento es de la raza blanca. La situación se manifiesta también en otros niveles de dirección política y económica del país.

Como muy bien apunta el informe BTI 2022 en su capítulo sobre Cuba, la inmensa mayoría de la emigración cubana es fenotípicamente blanca y ello, a través de los años también ha acentuado la deferencia económica y racial en el país.

Indiscutiblemente el acceso a las remesas en divisas libremente convertibles ha posibilitado, a aquellos que la reciben, tener un nivel de vida muy superior al resto del país. También poseerlas les permite instalar negocios de más calidad, de mayor poder adquisitivo, o sea en zonas donde acude el turista.

El ejemplo más elocuente está en los restaurantes y bares particulares, pues los mejores de ellos están manos de hijos y nietos de altos dirigentes del país y de aquellos que al recibir remesas tienen en su poder una moneda fuerte y de curso legal en todo el mundo.

Esto además les ha permitido poder viajar a otros países y allí comprar los equipos necesarios para su vivienda y negocios particulares, y les permite al mismo tiempo establecer relaciones de trabajo con ciudadanos de otros países, lo que les proporciona una mejor promoción para sus establecimientos.

La crítica situación económica que actualmente confronta el país, unida a las problemáticas expuestas anteriormente, agravan más aun la vida de todos, y agudizan en extremo   las diferencias económicas y sociales entre la población cubana.

La incapacidad demostrada por el régimen tampoco ha resuelto las diferencias raciales, muy por el contrario. En la actual situación se ha profundizado, siempre en perjuicio de los afrodescendientes.  

Intensa propaganda

En Cuba, a pesar de la intensa propaganda del régimen no se eliminaron las clases sociales, la corrupción, la prostitución, el juego y el racismo.

Fidel manifestó públicamente, hablando del tema, que en todo caso las "jineteras" cubanas, entiéndase prostitutas, eran las más cultas y sanas del mundo.

También, en un Congreso de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), donde discutían sobre la fuerte presencia del racismo en el país, expresó: "Pensamos que con dictar leyes -habría que buscarlas muy bien-  eliminaríamos el racismo, pero por desgracia no ha sido así".

De manera incomprensible muy pocos países, organizaciones de la sociedad civil y organismos internacionales, han sabido valorar en su justa medida los problemas económicos, sociales y raciales de Cuba. No han profundizado en la realidad del país. La propaganda de izquierda y la ayuda intencional que el régimen cubano ha distribuido por el mundo, todo a expensas del sacrificio su pueblo, les ha nublado la vista y se han ido por las ramas.

Quien en verdad conozca lo que sucede en Cuba, sabe que hablar de igualdad económica, social y política en la isla ha sido y es un eufemismo.

Pedro Acosta Peña

Codirector y conductor del programa Zoom Cubano (Radio Libertaria de Chile), y secretario de comunicación del Consejo para la Transición Democrática en Cuba (CTDC).