Participación en la conferencia Safe Havens

Safe Havens es una conferencia anual del sector de las libertades artísticas y los derechos humanos que reúne desde 2013 a artistas, activistas, abogados y legisladores, para fomentar la creación de alianzas, el compartir de capacidades y el desarrollo de soluciones innovadoras. Cecilia Noce y Diana Arévalo asistieron en representación de CADAL.

Este año, la Conferencia Safe Havens se llevó a cabo en la Ciudad de México, los días 7, 8 y 9 de diciembre y se inspiró en la polifonía de los movimientos sociales y los actores locales que impulsan los debates sobre el medio ambiente, la igualdad de género, los derechos de las minorías, los derechos sociales y culturales y la justicia restaurativa. Inspirada en el eje transversal “Resistir, Reimaginar, Restaurar”, la Conferencia incluyó debates, talleres, sesiones de intercambios horizontales seguros y restringidos, conocidos como “colmena”, reuniones de networking e intervenciones artísticas.

Las sedes de la Conferencia incluyeron dos espacios emblemáticos relacionados con la defensa de los Derechos Humanos: el Museo de la Memoria y la Tolerancia, institución cuya misión es difundir la importancia de la tolerancia, la no violencia y los Derechos Humanos, y la Casa Refugio Citlaltépetl, una organización y espacio en la Ciudad de México que se dedica a dar cobijo y auxilio a escritores extranjeros que son perseguidos políticamente en sus lugares de origen.

La Conferencia contó con el apoyo de organizaciones locales, regionales e internacionales, enfocadas en la libertad de expresión artística y en la defensa de los derechos humanos, además de organismos internacionales y representantes de gobiernos locales y nacionales. Entre ellos cabe mencionar a PEN América, Artists at Risk Connection, Artículo 19, FAU, CADAL, UNESCO México, Embajada de Noruega en México y Embajada de Suecia en México.

CADAL participó a través de las propuestas de dos intervenciones artísticas enmarcadas en el proyecto KaribeArte, “Resistiendo con lírica” y “Mural Polifónico”, la colaboración en la formulación de un documento sobre el estado de la libertad de expresión artística y la participación en la reunión de trabajo sobre “Cuba y el rol de las organizaciones civiles: futuras acciones”.

“Resistiendo con lírica” fue un concierto llevado adelante por raperos de México, Cuba e Irán. Siguiendo la lógica de los espacios de improvisación y freestyle del rap, cada artista interpretó un tema relacionado con lo que significaba RESISTIR para ellos en cada uno de sus contextos y desde su arte. Los artistas se presentaron entre ellos, por lo que conocer la obra de cada uno fue fundamental y un gesto de solidaridad y respeto hacia el contexto e historia del otro.

Por Cuba participó David D'OMNI, músico, pintor y artivista cubano.

Por Irán se contó con la participación de Justina, quien es una cantante, rapera y compositora iraní. Sus letras se centran a menudo en cuestiones sociales, derechos humanos y discriminación de las mujeres y las minorías sexuales. Actualmente está exiliada en Suecia.

Por México participó Mare Advertencia Lirika, una cantante mexicana de rap, activista social y feminista, de origen zapoteca. A través del rap y otros ritmos musicales hace protesta social. Sus versos hablan sobre temas de género, derechos de los pueblos originarios, así como la situación política y social de México. También debía participar la rapera Afreeka La Negritud de Venezuela, pero el gobierno mexicano le denegó la visa para ingresar al país.

“Mural polifónico” fue una intervención visual llevada a adelante por los artistas Renacho Melgar de El Salvador, Catalina Blanca Molina de Nicaragua, refugiada en Costa Rica, y Yulier Rodríguez, artista urbano de Cuba.

Renacho Melgar es un artista visual de El Salvador que trabaja principalmente el dibujo y la pintura tanto en series pequeñas como en grandes murales. Desde 2021 ha sufrido el acoso, hostigamiento y censura por parte del gobierno de su país a partir de una obra paradójica que tenía como figura central al presidente Nayib Bukele. En 2022 su situación se agravó y la exposición “Hospitales” fue censurada en al menos dos ocasiones.

Catalina Blanca Molina, artista nicaragüense nacida en Chinandega (1992), pintora tradicionalista y artesana de elementos botánicos. Su obra es una mezcla de técnicas tradicionales más la influencia fresca de la ilustración fantástica propia de los tiempos actuales.

Yulier Rodríguez, artista cubano-grafitero, conocido como Yulier P, nacido en Camagüey, de formación autodidacta. Su obra satiriza y cuestiona al poder comunista de la isla y sus consecuencias en la vida de los cubanos, por lo que ha sido víctima de detenciones arbitrarias y amenazas por parte de las autoridades de su país.

Siguiendo el espíritu de ciclos anteriores de Karibe Arte los artistas se reunieron a través de encuentros virtuales para definir una temática del mural en forma conjunta y las posibilidades de realizar la actividad teniendo en cuenta los impedimentos de circulación de Cuba y México.

A pesar de los esfuerzos realizados frente a las embajadas de México, Suecia y Noruega en Cuba y Costa Rica, Yulier Rodríguez y Catalina Blanca Molina no pudieron viajar por no contar con visas que le permitieran ingresar al país. La pieza final, por lo tanto, fue modificada para que pudiera realizarse en los días que duraba la conferencia.  Centrada en la violencia política y social, el mural polifónico, estuvo formado por una pieza central realizada en su mayoría por Renacho Melgar, en lápiz, tinta y carbonilla sobre papel. Esa pieza de 6x4 metros fue acompañada por piezas en la misma técnica, realizadas desde el lunes 6 hasta el viernes 9 de diciembre, momento en que fue expuesta.

Las piezas menores incluyeron dos momentos, dedicados a Cuba y Nicaragua. El primero incluyó los retratos de los artistas cubanos encarcelados, Luis Manuel Otero Alcántara, Maykel Osorbo y Randy Arteaga, así como el retrato del propio Yulier Rodríguez. El segundo momento incluyó la representación de la lucha de Nicaragua a través de retratos anónimos de mujeres y hombres pidiendo justicia. Todo el recorrido de la obra estuvo marcado por la inclusión de símbolos históricos de la violencia y la lucha por los derechos humanos. Hubo referencia a los desaparecidos a través de la inclusión de dos recursos clásicos de su representación: el siluetazo y los espejos, también se incluyeron las referencias a las luchas locales actuales en redes sociales, a través de la inclusión de los hashtags #SOSNicaragua y #SOSCuba.

La intervención “Mural polifónico” fue la acción artística de cierre. El viernes 9 de diciembre, fue posible presentar la pieza y hacer referencia a las realidades particulares que atraviesan Cuba y Nicaragua a la vez que se debatió sobre las similitudes con las realidades de otras regiones del mundo. Como cierre final se invitó a los participantes, entre ellos artistas, activistas, miembros de ONGs, autoridades gubernamentales a realizar pequeñas piezas que fueron incluidas en el mosaico general. De esta forma, la pieza contó con referencias a la lucha de las mujeres y la sociedad civil en Irán, la violencia y lucha por los derechos humanos en Guatemala, a la violencia vivida por diferentes artistas en Sudán, Ucrania, entre otros.

Las piezas más pequeñas fueron donadas por el artista a Casa Refugio para que puedan utilizarse y exponerse durante el próximo año. Con ese fin, el desmontaje se realizó con la colaboración de la curadora Kara Blackmore, curadora y antropóloga que trabaja en la intersección entre las artes, el patrimonio y la reconstrucción post-conflicto, quien realizó el catálogo y embalaje de las piezas del artista y de las diferentes intervenciones del público el 9 de diciembre.