Viva de Paddy Breathnach es una película que reflexiona sobre las nociones de masculinidad y diversidad sexual desde una perspectiva social cubana. La historia muestra el vínculo entre un padre autoritario y un hijo en plena exploración de su identidad. El relato reivindica el cuerpo como territorio de conquista para dejar atrás aquellas convenciones que perpetúan al sistema patriarcal. Y así poder derribar los estereotipos masculinos asociados a la violencia y la ausencia de sensibilidad.

Por Belén Ruiz Jelenic

Jesús tiene 18 años y un deseo profundo: ser un artista Drag Queen. Vive en La Habana, Cuba y se gana la vida con trabajos de peluquería. Nunca imaginó que su oficio se convertiría en el trampolín para descubrir una pasión artística que logra abrazar su soledad. No tiene familia, su madre murió y su padre abandonó el hogar cuando tenía tres años. Ahora, una vecina que podría ser su abuela acompaña su vida. El adolescente camina por las calles de su barrio como quien vaga sin rumbo. Su mirada refleja una profunda soledad que funciona como motor de búsqueda para que la trama avance.

Un día conoce a Mama, la dueña de un club nocturno drag, y comienza a peinar y arreglar las pelucas que usan en los shows. Los ojos de Jesús brillan cuando las divas suben al escenario. “Bienvenida al país de las maravillas", dice una de ellas. Su corazón vibra porque descubre una pasión desconocida e incierta, pero con la certeza de ser un posible hogar. Sin dudarlo se presenta a la audición con el nombre de Viva. Lleva un tocadiscos y un vinilo de Rosita Fornés, actriz, cantante y bailarina, conocida como la vedette de Cuba. Esa noche se quita su traje de peluquero y sube a las tablas por primera vez.

La película visibiliza la cultura drag, un arte que surgió en el siglo XVII cuando las mujeres no podían participar en el teatro, por eso los hombres las representaban. Con el paso del tiempo, ya en el siglo XX, el acto se transformó en un lugar seguro donde la comunidad LGBTIQ+ podía expresarse de una forma no heteronormada. Para Jesús ingresar al universo drag es un refugio. “Toda la vida me han hecho sentir culpable de lo que soy. Cuando entro al escenario me siento fuerte, sincero. Canto con el alma y nunca antes me había sentido así”, expresa con el alma.

Una noche en su segunda actuación en el bar aparece un hombre de forma inesperada y golpea su cara. Con la nariz empapada en sangre, Jesús descubre el regreso de su padre. Ángel es un ex boxeador que estuvo 15 años en la cárcel por haber matado a una persona en una pelea callejera. A partir de ese momento, se muda a la casa de su hijo, se apodera de su vida y le prohíbe actuar. Así comienza un vínculo tormentoso lleno de opresiones y violencia.

Jesús abandona los shows en el club y, para mantener a su padre, continúa con sus trabajos de peluquería y comienza a prostituirse. Su comunidad, su familia elegida va a buscarlo y salvarlo de la agresión que recibe. Pero dice que no, y se queda. Quiere comprender a su padre y descubrir más sobre su origen. ¿Qué hay detrás del abandono y la violencia? El macho es producto de un sistema patriarcal perverso. En esta historia el antihéroe es frágil, se quiebra. Su padre le dice que está muy enfermo, no le queda mucho tiempo de vida.

“El tiempo que les queda juntos trata de ser quien tu eres”, aconseja su mentora Mama. Entonces el protagonista toma las riendas de su cuerpo y su vida, acompaña a su padre pero le demuestra quien es y sube de nuevo al escenario. Ya no tiene miedo, ahora es libre. La película nos muestra como la búsqueda de la identidad puede estar atravesada por expectativas de la familia y de la sociedad. A medida que el relato avanza el conflicto vincular se transforma en una historia familiar de reconciliación, donde vemos a un padre y un hijo que se esfuerzan por comprenderse.

Belén Ruiz Jelenic

Periodista, productora y curadora audiovisual. Escribe artículos sobre cine y género para diferentes medios de comunicación y tiene experiencia profesional como productora periodística y reportera para medios audiovisuales como el Canal de la Ciudad y La Nación+. Además, Co-dirige. y programa la plataforma de películas solax.tv y organiza el Festival de Cine Bendita tú, dirigido por mujeres, trans y no binaries.