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Corea del Norte bajo la lupa
Derechos Humanos y seguridad internacional en Corea del Norte
Corea del Norte explicó que el solicitarle rendir cuentas de sus actos es una intromisión en los asuntos internos del país y que está en su derecho realizar pruebas militares ante posibles ataques de «fuerzas hostiles» de forma preventiva. El septuagésimo aniversario del armisticio de la Guerra de Corea es un recordatorio de que la paz sostenible en la Península de Corea sigue siendo difícil de alcanzar.Por Agustín Menéndez
Mientras se aproxima el septuagésimo aniversario de la firma del armisticio que puso un fin temporario a la Guerra de Corea (1950-1953), en lo que va del año, Corea del Norte ha lanzado 20 misiles balísticos incluyendo 4 ICBM (misiles balísticos intercontinentales). Estos lanzamientos son violaciones de múltiples resoluciones del Consejo de Seguridad; han aumentado las tensiones en el noreste de Asia y más allá; y están destinados a perfeccionar y desarrollar aún más los programas ilegales de armas de destrucción masiva y misiles balísticos de la RPDC.
Asimismo, el pasado 31 de mayo, la República Popular Democrática de Corea también intentó lanzar su primer satélite militar utilizando tecnología de misiles balísticos. Si bien es acorde al derecho que cualquier Estado soberano lance un satélite y realice actividades espaciales pacíficas, las resoluciones pertinentes del Consejo prohíben expresamente al régimen de Pyongyang realizar cualquier lanzamiento utilizando tecnología de misiles balísticos.
Hay que tener en cuenta que el alcance estimado del misil de combustible sólido lanzado el 12 de julio (“Hwasongpho-18”) podría superar los 15.000 kilómetros de distancia. Toda Asia, Europa, América del Norte y África, e incluso parte de América del Sur estarían dentro del rango de alcance de este sistema de lanzamiento que podría transportar ojivas nucleares ilegales.
El silencio pasmoso del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas ha permitido que ante cada lanzamiento Corea del Norte avance aun más en el desarrollo tecnológico de medios cada vez más sofisticados para lanzar ojivas nucleares. Asimismo, esta situación erosiona la credibilidad ya resquebrajada de las Naciones Unidas si se tiene en cuenta que Corea del Norte ha realizado 90 lanzamientos misilísticos desde el 2022 a la fecha.
El silencio del Consejo de Seguridad se debe al apoyo sin cortapisas de la República Popular China y la Federación Rusa los cuales no han permitido desde el año 2017 sentar a Corea del Norte y aplicar medidas que amplíen las últimas sanciones de contraproliferación (Resolución 2397). El 13 de julio, Corea del Norte tuvo que dar explicaciones del lanzamiento del día anterior ante el Consejo y presentar su postura.
Efectivamente, Corea del Norte explicó que el solicitarle rendir cuentas de sus actos es una intromisión en los asuntos internos del país y que está en su derecho realizar pruebas militares ante posibles ataques de “fuerzas hostiles” de forma preventiva.
El representante de China durante la reunión dijo que Estados Unidos y otros países que durante mucho tiempo han considerado a Pyongyang como una amenaza a la seguridad están obsesionados con las sanciones y la presión multilateral. Esto, sostuvo, ha puesto a la República Popular Democrática de Corea bajo una “enorme amenaza de seguridad”, mientras que las preocupaciones legítimas de seguridad de ese país nunca se han abordado.
Por su parte, la Federación Rusa a través de su representante alegó que Estados Unidos, la República de Corea y Japón continúan escalando sus ejercicios regionales y su cooperación militar, mientras que otros miembros del Consejo intentan dejar de lado ese factor.
En este punto es necesario explicar que detrás de cada lanzamiento se agravan las necesidades humanitarias ante la asignación de recursos a la costosísima construcción de misiles balísticos. lanzamientos y el programa de armas ilegales y de destrucción masiva. Por ejemplo, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura estima que 11,8 millones de personas están desnutridas y necesitan ayuda de emergencia en el país y que la situación es especialmente preocupante para los niños pequeños y las mujeres embarazadas y lactantes, que son los más vulnerables a la desnutrición. Es necesario también remarcar que los norcoreanos tienen el aporte mínimo de proteínas más bajo de los últimos 23 años y donde alrededor del 20% de los menores de 5 años sufre desnutrición, afectando ello sus capacidades cognitivas y su normal desarrollo.
Cabe señalar que desde que empezó la pandemia producto del COVID-19, Corea del Norte cerró sus fronteras inclusive bajo la orden de disparar a todo aquel que esté cerca de la frontera, ya queriendo entrar o salir del país, y que a raíz de esta emergencia de salud pública, Corea del Norte no ha permitido todavía el reingreso y la rotación sin trabas de la comunidad internacional, incluido el personal de las Naciones Unidas y el Coordinador Residente de las Naciones Unidas. De este modo, tanto los ojos del mundo como de la diplomacia de los pocos extranjeros que viven en el país no pueden informar ni dar testimonio de lo que está ocurriendo puertas adentro.
El septuagésimo aniversario del armisticio de la Guerra de Corea es un recordatorio de que la paz sostenible en la Península de Corea sigue siendo difícil de alcanzar. Es necesario que todas las partes redoblen los esfuerzos diplomáticos y el diálogo para lograr la estabilidad y una paz duradera.
Agustín MenéndezInvestigador AsociadoLicenciado en Ciencia Política y Abogado (UBA). Cursó estudios de Maestría en Historia (UTDT). Becario KGIP (Korean Government Invitation Program). Especializado en temas de la Península Coreana y la violación de Derechos Humanos en Corea del Norte. Actualmente trabaja en la Unidad de Información Financiera en el área de Coordinación Internacional en materia de lavado de activos. financiamiento del terrorismo y proliferación de armas de destrucción masiva. Colabora en distintos medios gráficos y radiales.
Mientras se aproxima el septuagésimo aniversario de la firma del armisticio que puso un fin temporario a la Guerra de Corea (1950-1953), en lo que va del año, Corea del Norte ha lanzado 20 misiles balísticos incluyendo 4 ICBM (misiles balísticos intercontinentales). Estos lanzamientos son violaciones de múltiples resoluciones del Consejo de Seguridad; han aumentado las tensiones en el noreste de Asia y más allá; y están destinados a perfeccionar y desarrollar aún más los programas ilegales de armas de destrucción masiva y misiles balísticos de la RPDC.
Asimismo, el pasado 31 de mayo, la República Popular Democrática de Corea también intentó lanzar su primer satélite militar utilizando tecnología de misiles balísticos. Si bien es acorde al derecho que cualquier Estado soberano lance un satélite y realice actividades espaciales pacíficas, las resoluciones pertinentes del Consejo prohíben expresamente al régimen de Pyongyang realizar cualquier lanzamiento utilizando tecnología de misiles balísticos.
Hay que tener en cuenta que el alcance estimado del misil de combustible sólido lanzado el 12 de julio (“Hwasongpho-18”) podría superar los 15.000 kilómetros de distancia. Toda Asia, Europa, América del Norte y África, e incluso parte de América del Sur estarían dentro del rango de alcance de este sistema de lanzamiento que podría transportar ojivas nucleares ilegales.
El silencio pasmoso del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas ha permitido que ante cada lanzamiento Corea del Norte avance aun más en el desarrollo tecnológico de medios cada vez más sofisticados para lanzar ojivas nucleares. Asimismo, esta situación erosiona la credibilidad ya resquebrajada de las Naciones Unidas si se tiene en cuenta que Corea del Norte ha realizado 90 lanzamientos misilísticos desde el 2022 a la fecha.
El silencio del Consejo de Seguridad se debe al apoyo sin cortapisas de la República Popular China y la Federación Rusa los cuales no han permitido desde el año 2017 sentar a Corea del Norte y aplicar medidas que amplíen las últimas sanciones de contraproliferación (Resolución 2397). El 13 de julio, Corea del Norte tuvo que dar explicaciones del lanzamiento del día anterior ante el Consejo y presentar su postura.
Efectivamente, Corea del Norte explicó que el solicitarle rendir cuentas de sus actos es una intromisión en los asuntos internos del país y que está en su derecho realizar pruebas militares ante posibles ataques de “fuerzas hostiles” de forma preventiva.
El representante de China durante la reunión dijo que Estados Unidos y otros países que durante mucho tiempo han considerado a Pyongyang como una amenaza a la seguridad están obsesionados con las sanciones y la presión multilateral. Esto, sostuvo, ha puesto a la República Popular Democrática de Corea bajo una “enorme amenaza de seguridad”, mientras que las preocupaciones legítimas de seguridad de ese país nunca se han abordado.
Por su parte, la Federación Rusa a través de su representante alegó que Estados Unidos, la República de Corea y Japón continúan escalando sus ejercicios regionales y su cooperación militar, mientras que otros miembros del Consejo intentan dejar de lado ese factor.
En este punto es necesario explicar que detrás de cada lanzamiento se agravan las necesidades humanitarias ante la asignación de recursos a la costosísima construcción de misiles balísticos. lanzamientos y el programa de armas ilegales y de destrucción masiva. Por ejemplo, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura estima que 11,8 millones de personas están desnutridas y necesitan ayuda de emergencia en el país y que la situación es especialmente preocupante para los niños pequeños y las mujeres embarazadas y lactantes, que son los más vulnerables a la desnutrición. Es necesario también remarcar que los norcoreanos tienen el aporte mínimo de proteínas más bajo de los últimos 23 años y donde alrededor del 20% de los menores de 5 años sufre desnutrición, afectando ello sus capacidades cognitivas y su normal desarrollo.
Cabe señalar que desde que empezó la pandemia producto del COVID-19, Corea del Norte cerró sus fronteras inclusive bajo la orden de disparar a todo aquel que esté cerca de la frontera, ya queriendo entrar o salir del país, y que a raíz de esta emergencia de salud pública, Corea del Norte no ha permitido todavía el reingreso y la rotación sin trabas de la comunidad internacional, incluido el personal de las Naciones Unidas y el Coordinador Residente de las Naciones Unidas. De este modo, tanto los ojos del mundo como de la diplomacia de los pocos extranjeros que viven en el país no pueden informar ni dar testimonio de lo que está ocurriendo puertas adentro.
El septuagésimo aniversario del armisticio de la Guerra de Corea es un recordatorio de que la paz sostenible en la Península de Corea sigue siendo difícil de alcanzar. Es necesario que todas las partes redoblen los esfuerzos diplomáticos y el diálogo para lograr la estabilidad y una paz duradera.