Comunicados
Monitoreo de la gobernabilidad democrática
La democracia bajo presión: La polarización y la represión están aumentando en todo el mundo
Este año CADAL renovó el convenio con la Bertelsmann Stiftung para traducir y publicar en español la metodología, las tendencias globales y los capítulos regionales del BTI. Además, CADAL elaborará publicaciones comparando el desempeño de varios países en el BTI entre los años 2006 y 2018.
Limitaciones a la libertad de expresión, elecciones amañadas y ansias de poder del populismo... No son solo los dictadores los que recurren al rodillo represor. Los gobiernos de los regímenes democráticos también intentan infligir más mano dura. Y la brecha social es más amplia que nunca. El actual Índice de Transformación de la Fundación Bertelsmann muestra las razones de esta tendencia y los países que se ven más afectados.
Gütersloh (Alemania) La calidad de la democracia, economía de mercado y gobernanza se hallan en niveles mínimos desde hace 12 años. Estos son los resultados de la nueva edición del Índice de Transformación de la Fundación Bertelsmann (BTI), que desde 2004 examina con regularidad los acontecimientos políticos y económicos en 129 países en desarrollo y emergentes. Cuarenta gobiernos, incluidos los de las democracias avanzadas, han coartado el Estado de derecho y las libertades políticas en los últimos dos años y 50 países han restringido las libertades políticas. Los dirigentes políticos no están a la altura de los desafíos que plantea la economía mundial y, a menudo, lo consiguen a costa de la población más desfavorecida. Numerosos gobiernos no encuentran la fórmula para luchar contra el repunte de conflictos sociales, éticos y religiosos, o incluso suscitan estas tensiones.
Una de las causas fundamentales de esos resultados negativos estriba en la incapacidad y falta de entendimiento de muchos gobiernos para responder a los conflictos sociales internos con la vía del diálogo y el consenso. Según el Índice, la disposición de los Gobiernos a aplacar los conflictos ha retrocedido en 58 Estados desde 2006. Tras resultar electos, son numerosos los líderes que constriñen las libertades políticas para armar su estructura de poder. Este es especialmente el caso de los populistas autoritarios, como en Hungría o Turquía, que a su vez llegaron al poder gracias a las protestas civiles y la polarización. «Muchos gobernantes tratan de consolidar su liderazgo mediante medidas represivas, pero a la larga, la gobernanza que se rige por la fuerza en vez del diálogo desemboca siempre en un callejón sin salida», afirma Aart de Geus, presidente de la Fundación Bertelsmann, al comentar los resultados del estudio.
A mayor desigualdad, menor libertad. Los autores juzgan el desarrollo socioeconómico deficiente como una de las trabas al avance hacia la democracia y la sostenibilidad económica. En 72 países en desarrollo y emergentes se constatan graves problemas de pobreza y desigualdad social. En 22 de ellos, como la India, Sudáfrica y Venezuela, incluso ha empeorado el nivel de desarrollo socioeconómico en la última década. También ha disminuido en estos últimos diez años el porcentaje de países analizados que han alcanzado un nivel de inclusión social entre moderado y bueno, a saber, de un 33% a un 25%.
El número de ciudadanos que vive en condiciones no solo más desigualitarias, sino también de mayor represión sigue engrosándose. En la actualidad, 3.300 millones de personas viven en un régimen autocrático (frente a los 4.200 que viven en un sistema democrático), cifra sin precedentes desde que se inició el estudio. De los 129 países en desarrollo y en transformación estudiados, el Índice de Transformación, cataloga 58 de autocracias y 71 de democracias (en 2016 eran 74 los países democráticos). Sin embargo, lo preocupante no es el número ligeramente mayor de autocracias. El verdadero problema es que en un número creciente de democracias los derechos civiles se han recortado y el Estado de derecho se ha erosionado. Antiguos buques insignia de la democracia como Brasil, Polonia y Turquía figuran entre los mayores perdedores del Índice de Transformación.
Solamente Burkina Faso y Sri Lanka han dado pasos significativos hacia la democracia durante el periodo del estudio. Por el contrario, en un total de 13 países, incluido Yemen, Mozambique y Turquía, la situación política ha experimentado un deterioro sustancial. Cinco de estos 13 países ya no cumplen ningún estándar democrático mínimo: países como Bangladesh, Líbano, Mozambique, Nicaragua y Uganda, cuya democracia se ha erosionado gradualmente a lo largo de los años, vuelven a tener gobiernos con tintes autocráticos. Con frecuencia, las restricciones de la calidad de las elecciones fueron decisivas.
Las democracias ofrecen una mejor gobernanza que las autocracias
Estos acontecimientos son motivo de preocupación para los ciudadanos, porque la corrupción, la exclusión social y las barreras económicas a la competencia son más generalizadas que nunca en las autocracias. De acuerdo con el BTI, a pesar de todo, doce democracias tienen éxito en la lucha contra la corrupción y solo una autocracia. Únicamente dos autocracias frente a 11 democracias aprueban en suficiente igualdad de oportunidades. En cuanto a regulación de mercados y sistema de competencias, funcionan en una de cada dos democracias (36) comparado con una de cada siete autocracias (8). «Los dirigentes políticos de todo el mundo deben resistir la tentación de pretender la estabilidad mediante el desmantelamiento de la democracia. El BTI refleja claramente que los sistemas antidemocráticos no son en modo alguno más estables y eficientes que las democracias», manifiesta Aart de Geus.
China, que en los últimos diez años ha aumentado de manera considerable su contribución a la economía mundial, debido a su historia reciente sirve de ejemplo con respecto al bienestar en un Estado de falta de libertad. No obstante, el que atribuye el éxito económico de China solo a su sistema político está pasando por alto en gran medida los malos resultados económicos de las autocracias en general y los peligros de un culto a la persona Así lo ilustra también un análisis a otros sistemas autocráticos como Rusia, Tailandia y Venezuela. En estos países, la economía y la democracia llevan estancadas desde hace años, según afirman los expertos del Índice de Transformación.
Desde 2006, el Índice de transformación de la Fundación Bertelsmann (BTI) analiza y evalúa con periodicidad bianual la calidad de la democracia, la economía de mercado y la buena gobernanza en 129 países en vías de desarrollo y transformación. La evaluación se fundamenta en los detallados informes sobre cada uno de los países, elaborados por 250 especialistas provenientes de las principales universidades y think tanks de prestigio internacional. El BTI es el único índice que aborda una comparación a nivel internacional midiendo la calidad de la gobernanza con datos propios, y que ofrece un análisis detallado del rendimiento de la gestión política de los procesos de transformación.
En 2014, el Centro para la Apertura y el Desarrollo de América Latina (CADAL) suscribió un convenio con la Bertelsmann Stiftung para traducir y publicar en español la metodología, las tendencias globales y los capítulos regionales del BTI. Las Tendencias Globales y los capítulos de la Argentina y Uruguay se presentan desde 2014 en eventos que CADAL organiza en Buenos Aires y Montevideo.
Contacto: Robert Schwarz
Teléfono: +49 5241 81-81402
E-Mail: robert.schwarz@bertelsmann-stiftung.de
Para obtener más información, consulte www.bertelsmann-stiftung.de
Para más información y análisis sobre el Índice de Transformación, consulte el sitio web del proyecto www.bti-project.de
Limitaciones a la libertad de expresión, elecciones amañadas y ansias de poder del populismo... No son solo los dictadores los que recurren al rodillo represor. Los gobiernos de los regímenes democráticos también intentan infligir más mano dura. Y la brecha social es más amplia que nunca. El actual Índice de Transformación de la Fundación Bertelsmann muestra las razones de esta tendencia y los países que se ven más afectados.
Gütersloh (Alemania) La calidad de la democracia, economía de mercado y gobernanza se hallan en niveles mínimos desde hace 12 años. Estos son los resultados de la nueva edición del Índice de Transformación de la Fundación Bertelsmann (BTI), que desde 2004 examina con regularidad los acontecimientos políticos y económicos en 129 países en desarrollo y emergentes. Cuarenta gobiernos, incluidos los de las democracias avanzadas, han coartado el Estado de derecho y las libertades políticas en los últimos dos años y 50 países han restringido las libertades políticas. Los dirigentes políticos no están a la altura de los desafíos que plantea la economía mundial y, a menudo, lo consiguen a costa de la población más desfavorecida. Numerosos gobiernos no encuentran la fórmula para luchar contra el repunte de conflictos sociales, éticos y religiosos, o incluso suscitan estas tensiones.
Una de las causas fundamentales de esos resultados negativos estriba en la incapacidad y falta de entendimiento de muchos gobiernos para responder a los conflictos sociales internos con la vía del diálogo y el consenso. Según el Índice, la disposición de los Gobiernos a aplacar los conflictos ha retrocedido en 58 Estados desde 2006. Tras resultar electos, son numerosos los líderes que constriñen las libertades políticas para armar su estructura de poder. Este es especialmente el caso de los populistas autoritarios, como en Hungría o Turquía, que a su vez llegaron al poder gracias a las protestas civiles y la polarización. «Muchos gobernantes tratan de consolidar su liderazgo mediante medidas represivas, pero a la larga, la gobernanza que se rige por la fuerza en vez del diálogo desemboca siempre en un callejón sin salida», afirma Aart de Geus, presidente de la Fundación Bertelsmann, al comentar los resultados del estudio.
A mayor desigualdad, menor libertad. Los autores juzgan el desarrollo socioeconómico deficiente como una de las trabas al avance hacia la democracia y la sostenibilidad económica. En 72 países en desarrollo y emergentes se constatan graves problemas de pobreza y desigualdad social. En 22 de ellos, como la India, Sudáfrica y Venezuela, incluso ha empeorado el nivel de desarrollo socioeconómico en la última década. También ha disminuido en estos últimos diez años el porcentaje de países analizados que han alcanzado un nivel de inclusión social entre moderado y bueno, a saber, de un 33% a un 25%.
El número de ciudadanos que vive en condiciones no solo más desigualitarias, sino también de mayor represión sigue engrosándose. En la actualidad, 3.300 millones de personas viven en un régimen autocrático (frente a los 4.200 que viven en un sistema democrático), cifra sin precedentes desde que se inició el estudio. De los 129 países en desarrollo y en transformación estudiados, el Índice de Transformación, cataloga 58 de autocracias y 71 de democracias (en 2016 eran 74 los países democráticos). Sin embargo, lo preocupante no es el número ligeramente mayor de autocracias. El verdadero problema es que en un número creciente de democracias los derechos civiles se han recortado y el Estado de derecho se ha erosionado. Antiguos buques insignia de la democracia como Brasil, Polonia y Turquía figuran entre los mayores perdedores del Índice de Transformación.
Solamente Burkina Faso y Sri Lanka han dado pasos significativos hacia la democracia durante el periodo del estudio. Por el contrario, en un total de 13 países, incluido Yemen, Mozambique y Turquía, la situación política ha experimentado un deterioro sustancial. Cinco de estos 13 países ya no cumplen ningún estándar democrático mínimo: países como Bangladesh, Líbano, Mozambique, Nicaragua y Uganda, cuya democracia se ha erosionado gradualmente a lo largo de los años, vuelven a tener gobiernos con tintes autocráticos. Con frecuencia, las restricciones de la calidad de las elecciones fueron decisivas.
Las democracias ofrecen una mejor gobernanza que las autocracias
Estos acontecimientos son motivo de preocupación para los ciudadanos, porque la corrupción, la exclusión social y las barreras económicas a la competencia son más generalizadas que nunca en las autocracias. De acuerdo con el BTI, a pesar de todo, doce democracias tienen éxito en la lucha contra la corrupción y solo una autocracia. Únicamente dos autocracias frente a 11 democracias aprueban en suficiente igualdad de oportunidades. En cuanto a regulación de mercados y sistema de competencias, funcionan en una de cada dos democracias (36) comparado con una de cada siete autocracias (8). «Los dirigentes políticos de todo el mundo deben resistir la tentación de pretender la estabilidad mediante el desmantelamiento de la democracia. El BTI refleja claramente que los sistemas antidemocráticos no son en modo alguno más estables y eficientes que las democracias», manifiesta Aart de Geus.
China, que en los últimos diez años ha aumentado de manera considerable su contribución a la economía mundial, debido a su historia reciente sirve de ejemplo con respecto al bienestar en un Estado de falta de libertad. No obstante, el que atribuye el éxito económico de China solo a su sistema político está pasando por alto en gran medida los malos resultados económicos de las autocracias en general y los peligros de un culto a la persona Así lo ilustra también un análisis a otros sistemas autocráticos como Rusia, Tailandia y Venezuela. En estos países, la economía y la democracia llevan estancadas desde hace años, según afirman los expertos del Índice de Transformación.
Desde 2006, el Índice de transformación de la Fundación Bertelsmann (BTI) analiza y evalúa con periodicidad bianual la calidad de la democracia, la economía de mercado y la buena gobernanza en 129 países en vías de desarrollo y transformación. La evaluación se fundamenta en los detallados informes sobre cada uno de los países, elaborados por 250 especialistas provenientes de las principales universidades y think tanks de prestigio internacional. El BTI es el único índice que aborda una comparación a nivel internacional midiendo la calidad de la gobernanza con datos propios, y que ofrece un análisis detallado del rendimiento de la gestión política de los procesos de transformación.
En 2014, el Centro para la Apertura y el Desarrollo de América Latina (CADAL) suscribió un convenio con la Bertelsmann Stiftung para traducir y publicar en español la metodología, las tendencias globales y los capítulos regionales del BTI. Las Tendencias Globales y los capítulos de la Argentina y Uruguay se presentan desde 2014 en eventos que CADAL organiza en Buenos Aires y Montevideo.
Contacto: Robert Schwarz
Teléfono: +49 5241 81-81402
E-Mail: robert.schwarz@bertelsmann-stiftung.de
Para obtener más información, consulte www.bertelsmann-stiftung.de
Para más información y análisis sobre el Índice de Transformación, consulte el sitio web del proyecto www.bti-project.de