Derechos Humanos y
Solidaridad Democrática Internacional

Eventos

Monitoreo de la gobernabilidad democrática

13-11-2009

Foro Latino Global 2009

En el marco del vigésimo aniversario de la caída del Muro de Berlín, CADAL organizó en el hotel Regal Pacific de Buenos Aires, la edición 2009 del Foro Latino Global. El evento fue inaugurado por Bogdan Borusewicz, Presidente del Senado de la República de Polonia, ex disidente y miembro de Solidaridad, y luego incluyó los paneles: “Gobernabilidad democrática, calidad institucional y desempeño económico en Europa Central y del Este, 1989-2009” y “América Latina a 20 años de la caída del Muro de Berlín”.

En el marco del vigésimo aniversario de la caída del Muro de Berlín, CADAL organizó en el hotel Regal Pacific de Buenos Aires la edición 2009 del Foro Latino Global, el cual fue seguido por un centenar de asistentes. Esta actividad tiene como objetivo analizar el desempeño político, económico e institucional de la Argentina y América Latina en perspectiva comparada.

El Foro Latino Global 2009 fue inaugurado por Bogdan Borusewicz, Presidente del Senado de la República de Polonia, ex disidente y miembro de Solidaridad.

El primer panel del Foro Latino Global 2009 fue moderado por Tristán Rogriguez Loredo, Director del Consejo Consultivo de CADAL, analizó la “Gobernabilidad democrática, calidad institucional y desempeño económico en Europa Central y del Este, 1989-2009”, con exposiciones a cargo de S.E. Ion Vilcu, Embajador de la República de Rumania; S.E. Pavel Sipka, Embajador de la República de Eslovaquia; S.E. Stepan Zajac, Embajador de la República Checa; S.E. Avgustin Vivod, Embajador de la República de Eslovenia; y Jan Freigang, Primer Secretario de la Embajada de la República Federal Alemana.

El segundo panel fue moderado por José del Río, Director periodístico de la revista Apertura, y estuvo dedicado a analizar a “América Latina a 20 años de la caída del Muro de Berlín” con exposiciones a cargo de Ricardo López Göttig, Director del Consejo Académico de CADAL; el escritor Marcos Aguinis; el congresista y Ex Primer Ministro de la República del Perú, Jorge Del Castillo; y Christopher Sabatini, Editor-in-Chief, Americas Quarterly - Senior Director of Policy Americas Society/Council of the Americas.

Resumen de prensa:

CADAL celebró el vigésimo aniversario de la caída del Muro de Berlín

Representantes de Polonia, Alemania, Eslovenia, Eslovaquia, República Checa y Rumania recordaron los 20 años de la caída del muro de Berlín, en el marco del Foro Latino Global 2009, en un panel sobre “Gobernabilidad democrática, calidad institucional y desempeño económico en Europa Central y del Este”. Por su parte, Ricardo López Göttig, Director del Consejo Académico de CADAL; el escritor Marcos Aguinis; el congresista y Ex Primer Ministro de la República del Perú, Jorge Del Castillo; y Christopher Sabatini, Editor-in-Chief, Americas Quarterly - Senior Director of Policy Americas Society/Council of the Americas, expusieron en el panel “América Latina a 20 años de la caída del muro de Berlín”.

Gobernabilidad democrática, calidad institucional y desempeño económico en Europa Central y del Este, 1989-2009

“Aunque nos separaban miles de kilómetros y un océano en el medio, las ideas de Argentina y de toda Latinoamérica llegaron a Polonia y a los demás países de Europa”, finalizó diciendo Bogdan Borusewicz, presidente del Senado de Polonia, para dar por iniciado el foro donde los distintos panelistas comenzarían a brindar sus presentaciones.

El primer secretario de la Embajada de Alemania, Jan Freigang, luego de una síntesis explicativa de lo que fueron los primeros años luego de la caída del muro, y hasta rememorando la Noche de los cristales rotos acontecido el mismo día pero durante el régimen nazi, pidió que “nunca más, nunca más el silencio de los alemanes”. Asimismo, alertó sobre el resurgimiento de la extrema derecha en el Este probablemente debido “a una frustración económica en esta parte de Alemania y se busca una lamentable solución en este resurgimiento”. Según Jan Freigang el crecimiento no es muy intenso, pero fue determinante al decir que hoy se puede hablar de “un muro en la mente que todavía hay que derrumbar” y para lo cual “la política del Gobierno Federal es firme y está luchando contra esta vuelta.”

Pavel Sipka, embajador de Eslovaquia recordó la Revolución de Terciopelo (Nov. /1989) en la que “artistas, en general, se pusieron en la primera fila para el cambio político y gracias a su entusiasmo la transformación fue casi sin sacrificios humanos”. También aludió a la división de Checoslovaquia y al consiguiente nacimiento de Eslovaquia y República Checa (1993).

Luego de comentar brevemente los aspectos económicos positivos de su región explicó que “no todo es bonito”, ya que el individualismo en Eslovaquia ha crecido drásticamente convirtiéndose en un factor negativo para la población.

El embajador rumano, Ion Vilcu, mencionó que todos los países comunistas tuvieron en común el camino hacia la democracia, “un desafío en común”. Reconoció que hay cierto descontento en Rumania por la situación económica que allí se vive luego de la crisis, pero afirmó que “no hay, ni habrá nostálgicos comunistas en mi país”.

Stepan Zajac, embajador checo, explicó la reforma económica en su país caracterizada como un cambio económico neoliberal, luego de la caída del muro, y que conllevó una ola de privatizaciones con problemas muy conocidos para los argentinos tras la década de los noventa.

Por su parte, el embajador de Eslovenia, Avgustin Vivod, remarcó el importante y fundamental rol de la Iglesia Católica, el Papa Juan Pablo II y otras iglesias en el largo y doloroso camino que significó esta época.

América Latina a 20 años de la caída del muro de Berlín

Ricardo López Göttig, Director del Consejo Académico de CADAL; el escritor Marcos Aguinis; el congresista y Ex Primer Ministro de la República del Perú, Jorge Del Castillo; y Christopher Sabatini, Editor-in-Chief, Americas Quarterly - Senior Director of Policy Americas Society/Council of the Americas, expusieron en el panel “América Latina a 20 años de la caída del muro de Berlín”.

López Gôttig abrió el panel realizando una síntesis histórica del socialismo, recalcando que se siente preocupado “por las democracias que se suicidan” haciendo referencia a los países latinoamericanos. “Yo encuentro en América Latina que no estamos dispuestos a aprender de las muertes y estancamientos”, explicó; “necesitamos mucha memoria”.

Christopher Sabatini habló de marxismo y aclaró que Marx “no entendió el poder del nacionalismo y las ideas más allá de la clase, ni tampoco el populismo y su poder, que puede cambiar o ser manipulado por un líder populista”. Por lo que llegó a la conclusión de que en América Latina no existe el marxismo, sino que es “una representación de algo mucho más peligroso, el fracaso de las reformas neoliberales, es más bien una reacción contra el capitalismo corrupto, pero a favor del mercado”.

El congresista Jorge Del Castillo dilucidó que la crisis es consecuencia del excesivo neoliberalismo en la región y declaró que “están dividiendo a América Latina, como un queso, en países con modelos autoritarios encabezados por Hugo Chávez, lo que nos lleva a un riesgo de guerra desencadenando una carrera armamentista”. Del Castillo se mostró preocupado por la situación regional y no prevé una solución a corto plazo.

Marcos Aguinis ilustró su intervención con ejemplos enriquecedores explicando que el problema en Latinoamérica es “la confusión o corrupción de las palabras”, donde la izquierda “mantiene a los pobres como pobres a través de planes sociales”; la derecha “no tiene sensibilidad social”; el mercado, “suena a una suerte de entidad maligna y peligrosa chupasangue”; la teoría neoliberal “está demonizada” y se confunde al presidente democrático con la elección democrática. Para ilustrar el último caso hizo referencia a Hitler: “Hitler fue elegido democráticamente, pero después demolió las instituciones democráticas”. Concluyó diciendo que lo existen hoy en Venezuela, Ecuador, Nicaragua y en Argentina mismo pueden ser llamadas “pseudo-democracias”.

Aguinis destacó que la gran diferencia del muro de Berlín con otros muros como el de México o China, es que el de Berlín era una cárcel, “la gente no podía salir”. Al igual que en Cuba, pero “donde el muro es de agua”.

Finalmente, Aguinis declaró que algunas personas le expresaron con temor y vergüenza que había nostalgia por la época comunista, porque “antes todos trabajaban, podían ir al hospital y no había ni que pensar, porque ya lo hacía el partido”. El escritor fue determinante con esta cuestión y dijo que “la libertad no es fácil, exige de madurez e implica peligro, no es gratis. Hay miedo a la libertad en los seres humanos, por eso se sigue a líderes carismáticos, porque es más fácil volver a ser niños, creerles y seguirlos a ellos”.

Discurso de Don Bogdan Borusewicz Presidente del Senado de la República de Polonia pronunciado en el Centro para la Apertura y el Desarrollo de América Latina con ocasión del XX aniversario de la caída del Muro de Berlín
Viernes, 13 de noviembre de 2009 

EL GOBIERNO DEMOCRÁTICO, LA CALIDAD INSTITUCIONAL Y EL DESARROLLO ECONÓMICO EN EUROPA CENTRAL Y ORIENTAL EN LOS AÑOS 1989–2009

Señoras y señores,

Como introducción al panel sobre los gobiernos democráticos, la calidad institucional y el desarrollo económico en Europa Central y Oriental después de 1989, me basaré principalmente en la experiencia de Polonia en este campo.

Al encontrarme con Ustedes, Señoras y Señores, con ocasión del XX aniversario de la caída del Muro de Berlín, quisiera sin embargo recordar algunos acontecimientos que la precedieron, sin los cuales la caída del comunismo y del muro no se hubiera producido.

El proceso de desintegración del sistema comunista había comenzado unos años antes en Polonia. El desacuerdo con el sistema totalitario iba aumentando en nuestro país desde que dicho modelo de gobierno nos fuera impuesto al término de la Segunda Guerra Mundial. Para mí, como para muchos polacos, la lucha por el cambio significó una participación directa en una difícil actividad opositora. El momento crucial fue, sin lugar a dudas, el año 1980. No cabe ninguna duda que el día 31 de agosto de 1980, día de la firma de los Acuerdos de Agosto entre las autoridades comunistas de Polonia y los obreros en huelga en Gdańsk, es el inicio de la caída del comunismo. Los Acuerdos se firmaron al finalizarse una gran huelga que yo llamaría insurrección nacional. La importancia de aquel día ha sido reconocida incluso por los que entonces se encontraban del otro lado como nuestros adversarios. Reconocieron, que fue el momento crucial en el cual Polonia y toda Europa Central y Oriental emprendieron el camino hacia la libertad. En agosto de 1980 comenzó definitivamente el proceso de transformación que concluyó 9 años después.

En agosto de 1980 fue cuestionado el núcleo de la ideología comunista: la dictadura del proletariado. Fueron precisamente los obreros quienes dijeron "no" a las autoridades comunistas. Este hecho ocasionó el desmoronamiento ideológico del partido que se había proclamado representante de los intereses de la clase obrera. A partir de este momento el partido ya no tenía a quien remitirse. De la dictadura del proletariado no quedaba más que la dictadura. Cuando en 1980 las autoridades suscribían los Acuerdos con Solidaridad, la situación económica del país se estaba degradando a un ritmo vertiginoso, provocando aumentos drásticos de precios, un enorme endeudamiento del país, nuevas huelgas y manifestaciones. El 13 de diciembre de 1981 las autoridades comunistas recurrieron a la fuerza, imponiendo la ley marcial. Sin embargo, ni la presencia del ejército en las calles, ni los disparos a los huelguistas, ni la reclusión de miles de sindicalistas pudieron frenar el visible debilitamiento del régimen, gracias a la acción del movimiento “Solidaridad”. En esa situación, la Junta de los Generales decidió iniciar las negociaciones con “Solidaridad”. A principios de 1989 comenzaron las sesiones de la llamada "Mesa Redonda" que concluyeron con las primeras elecciones libres al Senado y parcialmente libres a la Cámara de Diputados. Las elecciones fueron un gran triunfo de la oposición, de “Solidaridad”. El proceso iniciado en Polonia con el nacimiento de “Solidaridad” en 1980, y que se vio coronado con las elecciones democráticas de 1989, fue sin duda el catalizador de los posteriores cambios en Europa, llamados el Otoño de los Pueblos. El desarrollo de los acontecimientos en Polonia desencadenó transformaciones similares en los demás países socialistas de Europa Central y Oriental, sobre todo en Hungría, Checoslovaquia, República Democrática Alemana, Bulgaria, Rumania y Albania. Finalmente la Unión Soviética se desintegró, cayó el muro de Berlín, ambas Alemanias pudieron unificarse y así pudieron nacer naciones democráticas en esta parte del mundo.

Llegó la época de la transformación en Polonia. Los cambios afectaron tanto al régimen político, como a la economía y a la esfera social. Fue constituida la segunda cámara del Parlamento - el Senado - que hoy tengo el honor de representar en calidad de Presidente. En este punto me gustaría aclarar, que aunque el Senado tiene en Polonia una historia de más de 500 años, puesto que proviene de la institución del Consejo Real, hubo periodos en los cuales no existía en nuestro sistema político. En estos periodos mi patria perdía su soberanía y libertad. Así fue también en la época del comunismo. Al caer el comunismo en 1989, el Senado fue restituido, convirtiéndose en la primera institución plenamente democrática en nuestro país. Tras las elecciones del mes de junio de 1989, 99 de los 100 escaños fueron ocupados por los representantes del movimiento “Solidaridad”. En las elecciones parcialmente libres a la Cámara de Diputados “contratada”, “Solidaridad” consiguió los 161 escaños del cupo del 35% liberado por el poder. El Senado democrático pronto inició los trabajos para restituir en Polonia un gobierno territorial auténtico. Los trabajos legislativos comenzaron ya en julio de 1989. Nuestro objetivo en aquel momento era descentralizar el poder y entregarlo a los ciudadanos y a las comunidades territoriales. Este modelo es reconocido en el mundo entero como uno de los pilares del orden democrático. Las primeras elecciones democráticas para los consejos municipales tuvieron lugar apenas un año después del comienzo de los trabajos sobre un paquete de leyes para crear autoridades regionales en Polonia.

En septiembre de 1989 la Cámara de Diputados del Parlamento polaco, nombró al primer gobierno democrático de Polonia, con Tadeusz Mazowiecki al frente. La situación económica del país era entonces muy mala. El problema más grave era la hiperinflación que a finales de 1989, alcanzaba niveles de cientos de por ciento al año. El programa de la estabilización económica fue concebido por el economista que Ustedes seguramente conocen: Leszek Balcerowicz. En el gobierno de Tadeusz Mazowiecki ocupó el puesto de ministro de finanzas y a su vez cumplió la función de vice primer ministro. Su plan preveía una terapia de choque, pasando de una economía centralmente planificada a una de libre mercado. En el transcurso de un año y medio se consiguió reducir la inflación anual de 685,8% (en 1990) a 60%, aproximar el tipo de cambio del zloty a los valores reales, imponer la convertibilidad interna, realizar una reforma del sistema bancario, equilibrar el mercado minorista interno, e iniciar las reformas fiscales y de seguros que fueron continuadas por los siguientes gobiernos. Además de la reducción de la inflación, el resultado de la implementación del paquete de leyes denominado "plan de Balcerowicz" fue una reducción importante del déficit presupuestario, la eliminación de las carencias del mercado y de la distribución central de bienes, la reducción de la deuda externa y un aumento notable de las reservas de divisas. Polonia comenzó a registrar el mayor crecimiento económico de todos los países del antiguo bloque del Este que se tradujo en la creación, en el lapso de dos años, de 600 mil empresas privadas que crearon 1,5 millones de puestos de trabajo. La gradual afluencia de inversiones extranjeras directas en los años siguientes ayudó a compensar el atraso tecnológico de la economía, a mejorar el estado del medioambiente y a limitar el consumo de energía debido a la actividad económica. El valor total de las inversiones extranjeras en Polonia en los años 1989- 2007 ha superado 142 mil millones de dólares americanos.

Estos impresionantes índices económicos se lograron, sin embargo, con un elevado costo social. Las reformas ocasionaron una reducción importante del nivel de vida de varios grupos de la población, sobre todo de los trabajadores del poco productivo grupo de empresas estatales, creando zonas de desempleo estructural que en muchos casos persisten hasta hoy. Al acceder al poder, los representantes de “Solidaridad” , nos enfrentamos al dilema de defender el interés económico particular de las personas o realizar las necesarias, aunque dolorosas, reformas de la economía para salvarla de un colapso total. Participando activamente en la creación de la nueva realidad de Polonia después de 1989, personalmente no entré en aquel entonces al nuevo gobierno. Permanecí en las estructuras del sindicato “Solidaridad” para poder justificar ante sus miembros la necesidad de tan radicales cambios. Procuré mitigar el estado de ánimo de los sindicalistas y el descontento creciente que si no se hubiese controlado habría podido echar a perder el éxito de la caída del comunismo.

Mi viaje a Nicaragua para observar las elecciones resultó entre otras cosas convincente. Al aterrizar en Managua cambié dinero. Los billetes me mancharon los dedos. Resultaba que acababan de imprimir sobre ellos tres ceros adicionales. La tinta aún no se había secado. Aquel hecho me hizo entender lo que pudo haber sido la inflación si no hubiera sido frenada a tiempo.

Al evaluar la eficacia de las drásticas decisiones tomadas por el gobierno democrático de Polonia de aquel tiempo, conviene recordar que en el otoño de 1989 el comunismo cayó en toda la región. No podíamos contar con una ayuda significativa de Occidente, puesto que no éramos los únicos que se encontraban en una situación difícil. Sin embargo, con el tiempo se hizo evidente que la terapia de choque por la que se optó en Polonia era una elección acertada. La falta de consecuencia y de determinación habría aumentado los costos sociales, neutralizando los beneficiosos efectos del cambio. Eso habría sido una verdadera tragedia social. Esa negativa versión de la transformación se pudo observar en ese entonces en Ucrania. Se iniciaban reformas que no se conseguían llevar a cabo. Hubo costos sin ningún cambio positivo. Al principio de los años noventa los gobernantes asustaban a la sociedad ucraniana con la terapia de choque. Algunos años después ya sólo se oían voces de arrepentimiento que Ucrania no adoptó el mismo camino que Polonia.

Las dificultades que experimentamos hoy en Polonia en sectores como el de la salud, que no fue incluido en el programa de reformas desde el principio, confirman que una reforma rápida y radical, en un contexto difícil garantiza la eficacia y la perdurabilidad de la transformación. Encaminada oportunamente, la economía polaca afronta hoy con éxito los problemas globales. La estabilidad está asegurada por su posición en la Unión Europea , de la cual somos miembros hace 5 años y la seguridad militar, desde 1998, por pertenecer a la Organización del Tratado del Atlántico Norte ( OTAN).

En sus pronósticos recientes, la Comisión Europea ha confirmado que Polonia será el único país de la Unión Europea que cerrará el corriente año con un balance positivo. Inclusive subió su pronóstico de crecimiento del PIB para Polonia en el 2009, de 1% a 1,2%. Según la Comisión , en 2010  la economía de Polonia crecerá un 1,8% y en 2012, un 3,2%. Como lo subrayó el comisario europeo de economía, Joaquín Almunia, fue la gestión del gobierno polaco contra la crisis la que ha traído tan buenos resultados.

Señoras y Señores,

Para incentivarlos a participar en el debate durante este panel, quisiera compartir con Ustedes algunas observaciones sobre el desarrollo de las instituciones democráticas en Polonia en los últimos años.

Polonia es una democracia joven. En nuestro país sigue continuando el debate sobre el papel de los diferentes órganos del Estado, incluyendo el papel del Presidente de la República y del Senado. Sin embargo, se puede afirmar rotundamente que nuestra democracia poco a poco se esta convirtiendo en una democracia madura.

Prestamos una especial atención a la participación de la sociedad en el debate público. Todas las reformas van precedidas por la etapa de consultas sociales en el seno de la llamada “comisión tripartita”, en la que están representados el gobierno, los sindicatos y las organizaciones patronales. El Senado realiza la idea del diálogo social mediante la colaboración con organizaciones no gubernamentales. En la presente legislatura fue creado el Grupo Parlamentario para la Cooperación con las Organizaciones no Gubernamentales. Asimismo fue creada la instancia de las “peticiones” mediante la cual los ciudadanos pueden transmitir al Senado todo tipo de solicitudes, propuestas o requerimientos relativos a la vida pública.

Insistimos también en la transparencia de la vida pública. Los tres poderes en Polonia, el legislativo, el ejecutivo y el judicial, se completan eficazmente con el cuarto poder, es decir los medios de comunicación. El control de la actividad política por parte de los medios de comunicación es muy escrupuloso y permite desenmascarar cualquier patología de la vida pública, eliminando de esta forma del escenario político a cualquier persona deshonesta.

Señoras y Señores,

El comunismo era un sistema que creaba la ilusión de la participación de los ciudadanos en la vida pública y en la toma de decisiones. Pero cayó sobre todo porque fue económicamente ineficiente. A algunos había podido parecerles que la vida en aquel sistema era más fácil. Era posible creerlo porque el comunismo distribuía más de lo que producía. No suponía competencia para las economías de mercado; si hubiese persistido más tiempo en Polonia, seríamos probablemente aun más conscientes de la quiebra de aquel sistema. Gracias a su caída y una rápida reforma de la economía y del modelo de funcionamiento de la sociedad, nos hemos ahorrado unas experiencias aun más dolorosas.

Hoy miramos hacia el futuro con optimismo, conscientes de que en aquellos tiempos caíamos y que ahora nuestro camino nos debe llevar a las alturas. La bajada necesita, es verdad, menos esfuerzo que la subida, pero nuestra posición hoy, sin duda cada vez más fuerte, constituye nuestra recompensa. La mejor prueba de ello es el hecho de que somos hoy el único país de la Unión Europea que registra un continuo crecimiento económico en tiempos de una crisis global. Parece también que vamos a ser el único país de la Unión Europea que va a salir de la crisis indemne.

Gracias por su atención y los invito a participar en el debate.

 
 
 

 
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