Prensa
Promoción de la Apertura Política en Cuba
Las ocultas relaciones que mantuvo el castrismo con la dictadura militar argentina
Fuente: Diario Exterior.com (España)
El Centro para la Apertura y el Desarrollo para América latina (CADAL) le hizo llegar esta semana al canciller argentino Rafael Bielsa una nota donde le solicita que investigue las relaciones del gobierno de Fidel Castro con la dictadura militar argentina. El pedido del Centro se fundamentó en la certeza de la existencia de varios documentos que, de confirmarse, dejarían en ridículo al castrismo y a su defensa exaltada de los derechos humanos.
Por Luis Balcarce
Este pedido no pierde actualidad a pesar de los años transcurridos ya que, como es de público conocimiento, las leyes del perdón en Argentina han sido derogadas pocos días atrás y los juicios a los militares, reabiertos.
"Existen varios testimonios que certifican la complicidad del gobierno de Cuba con la dictadura militar argentina, incluyendo su cabildeo en las Naciones Unidas para impedir una condena internacional por las violaciones a los derechos humanos que aquí se estaban cometiendo", dice la nota, presentada en la Mesa de Entradas de la Cancillería.
En la misma, el director de CADAL, Gabriel Salvia, le solicita al canciller que "teniendo en cuenta el carácter prioritario que tienen los derechos humanos para el gobierno del presidente Néstor Kirchner", el ministerio a su cargo "elabore un informe sobre la relación del gobierno cubano de Fidel Castro con la dictadura militar argentina", para dilucidar "la complicidad de las dictaduras en la violación de los derechos humanos en la Argentina".
Los datos con los que cuenta la institución hablarían de una relación de mutuo apoyo entre la dictadura cubana y la militar argentina. Por un lado, las dos dictaduras necesitaban sumar apoyos para contrarrestar las denuncias internacionales por la violación de derechos humanos y en ese punto hay constancia de que se asistieron mutuamente. Por otro, Argentina contaba con la URSS como principal comprador de granos, lo cual hizo que las relaciones comerciales con Cuba, luego de un mal comienzo, tendieran a normalizarse hasta convertirse en un destacado socio comercial del país sudamericano. Por último, los dos formaron parte del Movimiento de Países No Alineados, grupo de países tercermundistas unidos por las pancartas de un nacionalismo rudimentario acompañado de un autoritarismo abyecto que pretendía diferenciarse de las recomendaciones de Washington formando un grupo de presión independiente.
Habla CADAL
Según CADAL, existe "constancia" de que en La Habana se celebró un Congreso sobre la situación de los Derechos Humanos en América Latina, "cuya declaración final excluyó la violación a los derechos humanos en la Argentina, por parte de la dictadura militar".
Diario Exterior consultó a Gabriel Salvia, quien amplió en detalle acerca de la relación entre Cuba y los militares. Salvia explica que varios periodistas han denunciado los acuerdos entre ambos bandos: "El periodista de La Nación Jorge Elías, -dice Salvia- al referirse a Fidel Castro, señalaba en un artículo la amnesia de aquellos que padecieron entre 1976 y 1983 los excesos de la dictadura (1). Por su parte, el periodista Andrés Oppenheimer recordaba que Castro fue un gran aliado de la dictadura militar que gobernó en la Argentina entre 1976 y 1983. En este artículo Oppenheimer cita a ex funcionarias de Derechos Humanos del gobierno de Carter, quienes dijeron que los argentinos y los cubanos trabajaron juntos para bloquear la moción de condena durante todo el período de la junta militar, y también que fue una negociación difícil: los rusos y los cubanos no querían hacer nada contra la Argentina. (2)
También la periodista Claudia Peiró, manifiesta Salvia, recuerda "la buena relación entre ambas dictaduras al decir que quien se tome el tedioso trabajo de leer los infinitos discursos pronunciados en aquellos años por el ´líder máximo´ de la revolución cubana tampoco encontrará jamás la palabra dictadura asociada al régimen de Jorge Rafael Videla, calificativo que Castro sí aplicaba sistemáticamente a Chile, Uruguay, Brasil, Paraguay y Bolivia. Para entender esta sociedad entre dictaduras, todos estos periodistas recuerdan la fuerte relación comercial que unía a la Argentina con la Unión Soviética, la nación de la cual Cuba era virtualmente una colonia."
Pero quien más ha llamado la atención sobre este punto, destaca Salvia, es el intelectual argentino Juan José Sebreli, quien en una reciente conferencia señaló algunos aspectos del comportamiento de Cuba con respecto a la dictadura militar argentina que a lo mejor algunos han olvidado o desconocen. "Hay que recordar -según Sebreli- que cuando la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas reunida en Ginebra propició una condena a la dictadura militar, incluyendo el tema de los desaparecidos, fueron dos países, Rusia y Cuba, quienes se opusieron terminantemente a esta declaración y finalmente votaron en contra de ella juntamente con, obviamente, la delegación argentina. Esta relación idílica entre Cuba y la dictadura militar culmina en la Guerra de las Malvinas, cuando recorrió el mundo la foto de nuestro canciller abrazado con Fidel Castro."
Datos concretos
Diario Exterior investigó estas pistas dadas por Sebreli y pudo constatar que durante la primera etapa del gobierno de Videla, la Secretaría de Comercio Exterior y Negociaciones Económicas Internacionales amplió un crédito concedido a Cuba en 1973, medida que contó con el aval no sólo del presidente Videla sino también de los intereses ligados a la industria metalúrgica y automotriz, precisamente los mismos que representara el ex ministro de Economía de Perón, José Ber Gelbard, cuando en 1973 inició las gestiones tendientes a la firma de convenios comerciales con La Habana. (4)
Durante la etapa de Videla en el poder (1976-1981), la más sangrienta en relación a la violación de derechos humanos de toda la historia argentina, los contactos económicos con Cuba se fortalecieron, lo que llevó al gobierno cubano a invitar a Videla a participar a la Reunión de Países No Alineados en La Habana a celebrarse en septiembre de de 1979. Videla no aceptó esta invitación dado que era absurdo dar a conocer el apoyo argentino a quien era conocido en aquel entonces como "el principal promotor de la "subversión marxista" en la región. Sin embargo, Videla terminó enviando como delegado a la conferencia de La Habana al subsecretario de Relaciones Exteriores, el comodoro Carlos Cavándoli.
Esta decisión obedeció a la necesidad del régimen militar de evitar un total aislamiento internacional y de encontrar respaldo para sus reclamos en la guerra de Malvinas. La delegación argentina presentó su disconformidad a varias de las propuestas allí presentadas. Sin embargo, la presencia de Cavándoli fue un factor que llevó a un progresivo mejoramiento de los vínculos comerciales argentino-cubanos, tendencia que se registró hacia fines de 1979. (5) Además, se logró la inclusión de un párrafo en la resolución final que reafirmaba la soberanía argentina sobre las islas Malvinas. (6)
Párrafo aparte merece la fluida relación de la Junta Militar con la ex Unión Soviética. A pesar de la matriz ideológica anticomunista del régimen militar, Videla decidió intensificar las relaciones comerciales con Moscú, en respuesta a un contexto externo en el que las exportaciones agropecuarias argentinas se enfrentaron con restricciones en sus mercados de colocación tradicionales. Este perfil "pragmático", según el historiador argentino Carlos Escudé, se debió a que los productores agropecuarios percibieron a la URSS y al Este europeo como importantes mercados alternativos. En la reunión de gabinete del 25 de marzo de 1977, el ministro de economía Martínez de Hoz defendió la necesidad de profundizar las relaciones económicas con Moscú como único medio para mejorar la balanza comercial, en un contexto donde el mercado de Europa Occidental estaba cerrado para las exportaciones argentinas por la presencia de fuertes barreras arancelarias.
Apoyo a Malvinas
La necesidad del régimen militar de contar con aliados externos para su reivindicación de derechos sobre las islas Malvinas potenció en los canales diplomáticos la importancia del foro de No Alineados, especialmente a partir de la invasión argentina a las islas el 2 de abril de 1982. En este sentido, merecen destacarse el comunicado del 26 de abril de 1982 del Primer Buró de Coordinación de Países No Alineados presidido por Cuba, que reconoció la soberanía argentina de las islas Malvinas, y el del Segundo Buró de Coordinación del 5 de mayo, similar al anterior. Estos favores recibidos por Cuba fueron agradecidos por la Junta Militar durante la Reunión de No Alineados en Nueva Delhi, en marzo de 1983, ocasión en la que el coronel Reinaldo B. Bignone agradeció a Castro el apoyo otorgado a la reivindicación argentina sobre el archipiélago.
Durante la corta gestión de Bignone, No Alineados fue -junto con Naciones Unidas- uno de los foros privilegiados para continuar los reclamos de soberanía en las Malvinas. Estos coquetos con NO Alineados, donde muchos de sus países miembros se declaraban abiertamente comunistas, generó fuertes repudios y divisiones dentro de la cúpula militar pero también manifiestas muestras de apoyo, sobre todo por parte de la clase política argentina.
De hecho, Bignone se entrevistó en Nueva Delhi no sólo con Fidel Castro sino también el líder de la OLP, Yasser Arafat y representantes de Tanzania, Nigeria una subcomisión del Comité de Cuestiones Controvertidas. Como si fuera una carcajada de la Historia, la Junta Militar terminó haciendo buenas migas con dirigentes mundiales que habían entrenado a jefes del ERP y de Montoneros, a quienes los militares persiguieron hasta su exterminio durante toda la guerra sucia.
Notas
1- "Capaces de olvidar, o de disculpar, el desliz que cometió en 1980 en Ginebra: desdibujó el drama de los desaparecidos en una resolución con letra norteamericana que pretendía ser puntual. Terminó siendo una condena lavada, y centrifugada, con música de la Unión Soviética, principal importadora de granos de la Argentina".
2- En su columna del 13 de febrero de 2001 Andrés Oppenheime escribe: "En efecto, en 1980 y 1981, cuando el gobierno de Carter trató de lograr una condena a la Argentina en la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas en Ginebra, Cuba se opuso tenazmente y ayudó a crear un bloque de países para frenar la moción".
3- En una nota publicada el 10 de febrero de 2001 en la revista La Primera.
4- "Por el próximo viaje de Fraguío a La Habana. Expectativa de empresarios", La Opinión, 21 de octubre de 1976, p. 15, y "Mediante la ampliación del crédito concedido en 1973. Recibirían fuerte impulso las ventas argentinas a Cuba", La Opinión, 27 de noviembre de 1976, p. 11.
5- Ver M. Rapoport: "La posición internacional de la Argentina y las relaciones argentino-soviéticas", en Argentina en el mundo, 1973-1987, Bs. As., 1988.
6- A. Vacs, "Back to the Origins".
7- Algunos dirigentes políticos -que comprendieron una variada gama desde el radicalismo y el peronismo hasta algunos sectores de izquierda y nacionalistas- respaldaron con distintos matices la posición adoptada por Bignone en Nueva Delhi. Tales fueron, entre otros, los casos del dirigente de la UCR línea interna del Movimiento de Afirmación Yrigoyenista (MAY) Luis León, de los dirigentes justicialistas Angel Federico Robledo, Deolindo Felipe Bittel y Raúl Matera; de los militantes del Partido Comunista (PC); del titular del Movimiento Nacionalista Constitucional Alberto Asseff; del dirigente del Frente Izquierda Popular (FIP) Jorge Abelardo Ramos; y del líder del Partido Intransigente (PI), Oscar Alende.
Diario Exterior.com (España)Cooperación, Desarrollo y Política Exterior
El Centro para la Apertura y el Desarrollo para América latina (CADAL) le hizo llegar esta semana al canciller argentino Rafael Bielsa una nota donde le solicita que investigue las relaciones del gobierno de Fidel Castro con la dictadura militar argentina. El pedido del Centro se fundamentó en la certeza de la existencia de varios documentos que, de confirmarse, dejarían en ridículo al castrismo y a su defensa exaltada de los derechos humanos.
Por Luis Balcarce
Este pedido no pierde actualidad a pesar de los años transcurridos ya que, como es de público conocimiento, las leyes del perdón en Argentina han sido derogadas pocos días atrás y los juicios a los militares, reabiertos.
"Existen varios testimonios que certifican la complicidad del gobierno de Cuba con la dictadura militar argentina, incluyendo su cabildeo en las Naciones Unidas para impedir una condena internacional por las violaciones a los derechos humanos que aquí se estaban cometiendo", dice la nota, presentada en la Mesa de Entradas de la Cancillería.
En la misma, el director de CADAL, Gabriel Salvia, le solicita al canciller que "teniendo en cuenta el carácter prioritario que tienen los derechos humanos para el gobierno del presidente Néstor Kirchner", el ministerio a su cargo "elabore un informe sobre la relación del gobierno cubano de Fidel Castro con la dictadura militar argentina", para dilucidar "la complicidad de las dictaduras en la violación de los derechos humanos en la Argentina".
Los datos con los que cuenta la institución hablarían de una relación de mutuo apoyo entre la dictadura cubana y la militar argentina. Por un lado, las dos dictaduras necesitaban sumar apoyos para contrarrestar las denuncias internacionales por la violación de derechos humanos y en ese punto hay constancia de que se asistieron mutuamente. Por otro, Argentina contaba con la URSS como principal comprador de granos, lo cual hizo que las relaciones comerciales con Cuba, luego de un mal comienzo, tendieran a normalizarse hasta convertirse en un destacado socio comercial del país sudamericano. Por último, los dos formaron parte del Movimiento de Países No Alineados, grupo de países tercermundistas unidos por las pancartas de un nacionalismo rudimentario acompañado de un autoritarismo abyecto que pretendía diferenciarse de las recomendaciones de Washington formando un grupo de presión independiente.
Habla CADAL
Según CADAL, existe "constancia" de que en La Habana se celebró un Congreso sobre la situación de los Derechos Humanos en América Latina, "cuya declaración final excluyó la violación a los derechos humanos en la Argentina, por parte de la dictadura militar".
Diario Exterior consultó a Gabriel Salvia, quien amplió en detalle acerca de la relación entre Cuba y los militares. Salvia explica que varios periodistas han denunciado los acuerdos entre ambos bandos: "El periodista de La Nación Jorge Elías, -dice Salvia- al referirse a Fidel Castro, señalaba en un artículo la amnesia de aquellos que padecieron entre 1976 y 1983 los excesos de la dictadura (1). Por su parte, el periodista Andrés Oppenheimer recordaba que Castro fue un gran aliado de la dictadura militar que gobernó en la Argentina entre 1976 y 1983. En este artículo Oppenheimer cita a ex funcionarias de Derechos Humanos del gobierno de Carter, quienes dijeron que los argentinos y los cubanos trabajaron juntos para bloquear la moción de condena durante todo el período de la junta militar, y también que fue una negociación difícil: los rusos y los cubanos no querían hacer nada contra la Argentina. (2)
También la periodista Claudia Peiró, manifiesta Salvia, recuerda "la buena relación entre ambas dictaduras al decir que quien se tome el tedioso trabajo de leer los infinitos discursos pronunciados en aquellos años por el ´líder máximo´ de la revolución cubana tampoco encontrará jamás la palabra dictadura asociada al régimen de Jorge Rafael Videla, calificativo que Castro sí aplicaba sistemáticamente a Chile, Uruguay, Brasil, Paraguay y Bolivia. Para entender esta sociedad entre dictaduras, todos estos periodistas recuerdan la fuerte relación comercial que unía a la Argentina con la Unión Soviética, la nación de la cual Cuba era virtualmente una colonia."
Pero quien más ha llamado la atención sobre este punto, destaca Salvia, es el intelectual argentino Juan José Sebreli, quien en una reciente conferencia señaló algunos aspectos del comportamiento de Cuba con respecto a la dictadura militar argentina que a lo mejor algunos han olvidado o desconocen. "Hay que recordar -según Sebreli- que cuando la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas reunida en Ginebra propició una condena a la dictadura militar, incluyendo el tema de los desaparecidos, fueron dos países, Rusia y Cuba, quienes se opusieron terminantemente a esta declaración y finalmente votaron en contra de ella juntamente con, obviamente, la delegación argentina. Esta relación idílica entre Cuba y la dictadura militar culmina en la Guerra de las Malvinas, cuando recorrió el mundo la foto de nuestro canciller abrazado con Fidel Castro."
Datos concretos
Diario Exterior investigó estas pistas dadas por Sebreli y pudo constatar que durante la primera etapa del gobierno de Videla, la Secretaría de Comercio Exterior y Negociaciones Económicas Internacionales amplió un crédito concedido a Cuba en 1973, medida que contó con el aval no sólo del presidente Videla sino también de los intereses ligados a la industria metalúrgica y automotriz, precisamente los mismos que representara el ex ministro de Economía de Perón, José Ber Gelbard, cuando en 1973 inició las gestiones tendientes a la firma de convenios comerciales con La Habana. (4)
Durante la etapa de Videla en el poder (1976-1981), la más sangrienta en relación a la violación de derechos humanos de toda la historia argentina, los contactos económicos con Cuba se fortalecieron, lo que llevó al gobierno cubano a invitar a Videla a participar a la Reunión de Países No Alineados en La Habana a celebrarse en septiembre de de 1979. Videla no aceptó esta invitación dado que era absurdo dar a conocer el apoyo argentino a quien era conocido en aquel entonces como "el principal promotor de la "subversión marxista" en la región. Sin embargo, Videla terminó enviando como delegado a la conferencia de La Habana al subsecretario de Relaciones Exteriores, el comodoro Carlos Cavándoli.
Esta decisión obedeció a la necesidad del régimen militar de evitar un total aislamiento internacional y de encontrar respaldo para sus reclamos en la guerra de Malvinas. La delegación argentina presentó su disconformidad a varias de las propuestas allí presentadas. Sin embargo, la presencia de Cavándoli fue un factor que llevó a un progresivo mejoramiento de los vínculos comerciales argentino-cubanos, tendencia que se registró hacia fines de 1979. (5) Además, se logró la inclusión de un párrafo en la resolución final que reafirmaba la soberanía argentina sobre las islas Malvinas. (6)
Párrafo aparte merece la fluida relación de la Junta Militar con la ex Unión Soviética. A pesar de la matriz ideológica anticomunista del régimen militar, Videla decidió intensificar las relaciones comerciales con Moscú, en respuesta a un contexto externo en el que las exportaciones agropecuarias argentinas se enfrentaron con restricciones en sus mercados de colocación tradicionales. Este perfil "pragmático", según el historiador argentino Carlos Escudé, se debió a que los productores agropecuarios percibieron a la URSS y al Este europeo como importantes mercados alternativos. En la reunión de gabinete del 25 de marzo de 1977, el ministro de economía Martínez de Hoz defendió la necesidad de profundizar las relaciones económicas con Moscú como único medio para mejorar la balanza comercial, en un contexto donde el mercado de Europa Occidental estaba cerrado para las exportaciones argentinas por la presencia de fuertes barreras arancelarias.
Apoyo a Malvinas
La necesidad del régimen militar de contar con aliados externos para su reivindicación de derechos sobre las islas Malvinas potenció en los canales diplomáticos la importancia del foro de No Alineados, especialmente a partir de la invasión argentina a las islas el 2 de abril de 1982. En este sentido, merecen destacarse el comunicado del 26 de abril de 1982 del Primer Buró de Coordinación de Países No Alineados presidido por Cuba, que reconoció la soberanía argentina de las islas Malvinas, y el del Segundo Buró de Coordinación del 5 de mayo, similar al anterior. Estos favores recibidos por Cuba fueron agradecidos por la Junta Militar durante la Reunión de No Alineados en Nueva Delhi, en marzo de 1983, ocasión en la que el coronel Reinaldo B. Bignone agradeció a Castro el apoyo otorgado a la reivindicación argentina sobre el archipiélago.
Durante la corta gestión de Bignone, No Alineados fue -junto con Naciones Unidas- uno de los foros privilegiados para continuar los reclamos de soberanía en las Malvinas. Estos coquetos con NO Alineados, donde muchos de sus países miembros se declaraban abiertamente comunistas, generó fuertes repudios y divisiones dentro de la cúpula militar pero también manifiestas muestras de apoyo, sobre todo por parte de la clase política argentina.
De hecho, Bignone se entrevistó en Nueva Delhi no sólo con Fidel Castro sino también el líder de la OLP, Yasser Arafat y representantes de Tanzania, Nigeria una subcomisión del Comité de Cuestiones Controvertidas. Como si fuera una carcajada de la Historia, la Junta Militar terminó haciendo buenas migas con dirigentes mundiales que habían entrenado a jefes del ERP y de Montoneros, a quienes los militares persiguieron hasta su exterminio durante toda la guerra sucia.
Notas
1- "Capaces de olvidar, o de disculpar, el desliz que cometió en 1980 en Ginebra: desdibujó el drama de los desaparecidos en una resolución con letra norteamericana que pretendía ser puntual. Terminó siendo una condena lavada, y centrifugada, con música de la Unión Soviética, principal importadora de granos de la Argentina".
2- En su columna del 13 de febrero de 2001 Andrés Oppenheime escribe: "En efecto, en 1980 y 1981, cuando el gobierno de Carter trató de lograr una condena a la Argentina en la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas en Ginebra, Cuba se opuso tenazmente y ayudó a crear un bloque de países para frenar la moción".
3- En una nota publicada el 10 de febrero de 2001 en la revista La Primera.
4- "Por el próximo viaje de Fraguío a La Habana. Expectativa de empresarios", La Opinión, 21 de octubre de 1976, p. 15, y "Mediante la ampliación del crédito concedido en 1973. Recibirían fuerte impulso las ventas argentinas a Cuba", La Opinión, 27 de noviembre de 1976, p. 11.
5- Ver M. Rapoport: "La posición internacional de la Argentina y las relaciones argentino-soviéticas", en Argentina en el mundo, 1973-1987, Bs. As., 1988.
6- A. Vacs, "Back to the Origins".
7- Algunos dirigentes políticos -que comprendieron una variada gama desde el radicalismo y el peronismo hasta algunos sectores de izquierda y nacionalistas- respaldaron con distintos matices la posición adoptada por Bignone en Nueva Delhi. Tales fueron, entre otros, los casos del dirigente de la UCR línea interna del Movimiento de Afirmación Yrigoyenista (MAY) Luis León, de los dirigentes justicialistas Angel Federico Robledo, Deolindo Felipe Bittel y Raúl Matera; de los militantes del Partido Comunista (PC); del titular del Movimiento Nacionalista Constitucional Alberto Asseff; del dirigente del Frente Izquierda Popular (FIP) Jorge Abelardo Ramos; y del líder del Partido Intransigente (PI), Oscar Alende.