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Observatorio de Relaciones Internacionales y Derechos Humanos
Argentina y el boicot a los Juegos Olímpicos en Beijing
Mientras el gobierno chino acondiciona todo para que se realicen los Juegos Olímpicos y que el mundo vea esa parte entusiasta, cientos de tibetanos están siendo torturados, encarcelados y limitados en sus derechos fundamentales. Ante los reiterados abusos ejercidos hacia el pueblo tibetano -como así también con los Uigures, Hongkoneses, Taiwaneses, Mongoles del Sur, y activistas por los derechos humanos-, varios países han decidido boicotear el evento. ¿Cómo quedará la defensa e impulso de los derechos humanos que Argentina declama como ejes centrales de su política exterior?Por Juana Vilaplana
Los Juegos Olímpicos de Invierno tendrán lugar en Beijing, China, comenzarán el 4 de febrero y durarán hasta el 20 de ese mes. Este evento busca potenciar las competencias de los atletas, promover el deporte, enaltecer la representación de los deportistas para con su país y entretener al público. Sin embargo, ¿qué ocurre cuando, al mismo tiempo, se están violando y socavando los derechos humanos en el país donde se organizan los Juegos Olímpicos? ¿El entretenimiento es realmente divertido cuando hay personas sufriendo y siendo amenazadas? Este es el caso de los tibetanos.
Mientras el gobierno chino acondiciona todo para que se realicen los Juegos Olímpicos y que el mundo vea esa parte entusiasta, cientos de tibetanos están siendo torturados, encarcelados y limitados en sus derechos fundamentales.
Ante los reiterados abusos ejercidos hacia el pueblo tibetano -como así también con los Uigures, Hongkoneses, Taiwaneses, Mongoles del Sur, y activistas por los derechos humanos-, varios países, liderados por Estados Unidos, han decidido boicotear el evento.
En este punto, el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, ha pronunciado que no enviará a representantes diplomáticos a los Juegos Olímpicos porque no se puede normalizar los sucesos que están ocurriendo en China. A esta iniciativa se han unido Reino Unido, Canadá, Australia, Lituania, Nueva Zelanda, Japón, Estonia, Bélgica y Kosovo. Todos estos Estados remarcan la violación de derechos humanos que vive la población de China, entre ellos, el genocidio. También consideran, según lo manifestado por diplomáticos de cada país, la urgencia en la toma de decisiones, pues el que se realice el acontecimiento es ir en contra de los valores democráticos.
En relación con la idea anterior, la senadora australiana Kimberley Kitching argumentó que no unirse al boicot sería contradecir los principios reinantes de Australia, asimismo que el no pronunciarse es permitir los atropellos del Partido Comunista de China. Kitching señaló el "espectro de abusos desmesurados de los derechos humanos que ocurren en China".
Además de este accionar por parte de los países, también distintos organismos internacionales y organizaciones no gubernamentales han desarrollado actividades para boicotear los Juegos. La Red Internacional por el Tíbet, cuyo propósito consiste en maximizar la eficacia del movimiento mundial del Tíbet, desarrolla diversas campañas estratégicas, tales como firmar distintas peticiones para cancelar la propaganda China, para instar a los gobiernos a posicionarse respecto a las medidas de China, para exigirle a organizaciones internacionales (como el Grupo de los 7) que lleven al campo de discusión las arbitrariedades que está tomando China respecto a las minorías como los tibetanos, entre otras.
Cabe recordar que durante los Juegos Olímpicos del 2008, realizados también en Beijing, se vislumbraron los abusos contra los derechos humanos por parte de China. En memoria de dicho hecho, recientemente la Red Internacional por el Tíbet escribió una carta al secretario general de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, quien ha anunciado su concurrencia al evento. El propósito de la carta es para que recapacite en lo que su asistencia implicaría y en cómo todos los esfuerzos realizados en el 2008 y durante todo este tiempo para la ayuda de las etnias minoritarias víctimas de la represión China se desmoronarían. La carta le expresa que “su asistencia será vista como una prueba del flagrante desprecio de China por las leyes internacionales de derechos humanos y servirá para envalentonar las acciones de las autoridades chinas”.
Por otro lado, para generar impacto y difusión masiva sobre la situación en China, las organizaciones instan a pronunciarse mediante las plataformas sociales como Instagram y Twitter con el hashtag #NoBeijing2022 explicando las atrocidades que sufren estas etnias.
En cuanto a la postura de Argentina, en los últimos días el presidente Alberto Fernández ha respaldado su apoyo a la realización de los Juegos Olímpicos, pues presenciará la inauguración e incluso acompañará a Xi Jinping en la cena especial junto a otros nueve presidentes. ¿Cómo se entiende la presencia de Fernández avalando a la mayor dictadura del mundo cuando el sitio web de la Cancillería argentina expresa que “Los derechos humanos como política del Estado argentino constituyen uno de los pilares fundamentales de la política exterior argentina desde el regreso de la democracia?”
Juana Vilaplana
Los Juegos Olímpicos de Invierno tendrán lugar en Beijing, China, comenzarán el 4 de febrero y durarán hasta el 20 de ese mes. Este evento busca potenciar las competencias de los atletas, promover el deporte, enaltecer la representación de los deportistas para con su país y entretener al público. Sin embargo, ¿qué ocurre cuando, al mismo tiempo, se están violando y socavando los derechos humanos en el país donde se organizan los Juegos Olímpicos? ¿El entretenimiento es realmente divertido cuando hay personas sufriendo y siendo amenazadas? Este es el caso de los tibetanos.
Mientras el gobierno chino acondiciona todo para que se realicen los Juegos Olímpicos y que el mundo vea esa parte entusiasta, cientos de tibetanos están siendo torturados, encarcelados y limitados en sus derechos fundamentales.
Ante los reiterados abusos ejercidos hacia el pueblo tibetano -como así también con los Uigures, Hongkoneses, Taiwaneses, Mongoles del Sur, y activistas por los derechos humanos-, varios países, liderados por Estados Unidos, han decidido boicotear el evento.
En este punto, el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, ha pronunciado que no enviará a representantes diplomáticos a los Juegos Olímpicos porque no se puede normalizar los sucesos que están ocurriendo en China. A esta iniciativa se han unido Reino Unido, Canadá, Australia, Lituania, Nueva Zelanda, Japón, Estonia, Bélgica y Kosovo. Todos estos Estados remarcan la violación de derechos humanos que vive la población de China, entre ellos, el genocidio. También consideran, según lo manifestado por diplomáticos de cada país, la urgencia en la toma de decisiones, pues el que se realice el acontecimiento es ir en contra de los valores democráticos.
En relación con la idea anterior, la senadora australiana Kimberley Kitching argumentó que no unirse al boicot sería contradecir los principios reinantes de Australia, asimismo que el no pronunciarse es permitir los atropellos del Partido Comunista de China. Kitching señaló el "espectro de abusos desmesurados de los derechos humanos que ocurren en China".
Además de este accionar por parte de los países, también distintos organismos internacionales y organizaciones no gubernamentales han desarrollado actividades para boicotear los Juegos. La Red Internacional por el Tíbet, cuyo propósito consiste en maximizar la eficacia del movimiento mundial del Tíbet, desarrolla diversas campañas estratégicas, tales como firmar distintas peticiones para cancelar la propaganda China, para instar a los gobiernos a posicionarse respecto a las medidas de China, para exigirle a organizaciones internacionales (como el Grupo de los 7) que lleven al campo de discusión las arbitrariedades que está tomando China respecto a las minorías como los tibetanos, entre otras.
Cabe recordar que durante los Juegos Olímpicos del 2008, realizados también en Beijing, se vislumbraron los abusos contra los derechos humanos por parte de China. En memoria de dicho hecho, recientemente la Red Internacional por el Tíbet escribió una carta al secretario general de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, quien ha anunciado su concurrencia al evento. El propósito de la carta es para que recapacite en lo que su asistencia implicaría y en cómo todos los esfuerzos realizados en el 2008 y durante todo este tiempo para la ayuda de las etnias minoritarias víctimas de la represión China se desmoronarían. La carta le expresa que “su asistencia será vista como una prueba del flagrante desprecio de China por las leyes internacionales de derechos humanos y servirá para envalentonar las acciones de las autoridades chinas”.
Por otro lado, para generar impacto y difusión masiva sobre la situación en China, las organizaciones instan a pronunciarse mediante las plataformas sociales como Instagram y Twitter con el hashtag #NoBeijing2022 explicando las atrocidades que sufren estas etnias.
En cuanto a la postura de Argentina, en los últimos días el presidente Alberto Fernández ha respaldado su apoyo a la realización de los Juegos Olímpicos, pues presenciará la inauguración e incluso acompañará a Xi Jinping en la cena especial junto a otros nueve presidentes. ¿Cómo se entiende la presencia de Fernández avalando a la mayor dictadura del mundo cuando el sitio web de la Cancillería argentina expresa que “Los derechos humanos como política del Estado argentino constituyen uno de los pilares fundamentales de la política exterior argentina desde el regreso de la democracia?”