Reseñas
Análisis Latino
Memorias de un Embajador en Cuba – Los últimos años de Fidel Castro en el poder, de Bernd Wulffen
El diplomático alemán Bernd Wulffen se desempeñó como Embajador en Cuba desde 2001 a 2005 y tuvo la excelente idea de compartir su experiencia escribiendo este interesante libro. En ese período pasaron muchísimas situaciones importantes en Cuba, incluyendo la visita a la isla del ex presidente norteamericano Jimmy Carter, la presentación del Proyecto Varela, la ola represiva contra la oposición que incluyó la condena a 75 disidentes, la aplicación de la pena de muerte tras juicio sumario a tres cubanos que secuestraron una lancha para huir del país y la consecuente respuesta de la Unión Europea.Por Gabriel C. Salvia
(Editorial El Ateneo, octubre 2008)
El diplomático alemán Bernd Wulffen se desempeñó como Embajador en Cuba desde 2001 a 2005 y tuvo la excelente idea de compartir su experiencia escribiendo este interesante libro. En ese período pasaron muchísimas situaciones importantes en Cuba, incluyendo la visita a la isla del ex presidente norteamericano Jimmy Carter, la presentación del Proyecto Varela, la ola represiva contra la oposición que incluyó la condena a 75 disidentes, la aplicación de la pena de muerte tras juicio sumario a tres cubanos que secuestraron una lancha para huir del país y la consecuente respuesta de la Unión Europea.
Apenas arribó a Cuba, Wulffen tuvo que intervenir junto a otros diplomáticos europeos en el reclamo por el encarcelamiento de dos ciudadanos checos, uno de ellos un parlamentario; y durante su estadía aplicar las diferentes políticas en la isla por parte de la Unión Europea.
Pero además del repaso sobre los hechos políticos sucedidos en Cuba, el libro ofrece una mirada objetiva sobre la realidad del país y contiene relatos imperdibles de encuentros con Fidel Castro, funcionarios y amigos de la revolución, como Gabriel García Márquez y Diego Maradona.
El embajador caminó muy bien la isla y entró en contacto con una muestra muy representativa de la sociedad cubana. Así, el lector podrá enterarse de las situaciones diarias que tienen que vivir los cubanos, las ineficiencias económicas y también la descripción de zonas menos conocidas que las hermosas playas, como el barrio el Romerillo, que el autor del libro -cuya segunda residencia la tiene en Tucumán- lo compara con una villa miseria de la Argentina.
En particular, para los interesados en las relaciones internacionales con Cuba resultará de gran atractivo el relato sobre el papel de la Unión Europea, la variada y compleja relación con los Estados Unidos, y los conflictos vividos en este período con varios países, entre ellos México, España, Italia, República Checa y la Argentina. Además, es muy ilustrativa la tarea que describe Wulffen sobre los desafíos de la actividad diplomática bajo una dictadura. El diplomático alemán lo plantea así: “Cuando una democracia trata con un estado totalitario, se plantea un dilema. Por un lado, se corre el riesgo de apoyar al socio autoritario; por el otro, la gente espera con ansias la oferta cultural del socio democrático”.
Por haber invitado a los disidentes a la Fiesta Nacional de la Reunificación Alemana, en el marco de la política de la Unión Europea como respuesta a la ola represiva de la primavera negra del 2003, Wulffen sufrió el “congelamiento”, es decir, no era invitado a ninguna actividad oficial del régimen cubano y ningún funcionario de la dictadura asistía a sus recepciones. Sin embargo, el diplomático alemán pudo mantener una importante actividad en lo cultural y con el retorno de la política de complacencia europea con la dictadura volvió a recuperar el diálogo.
Vale la pena destacar especialmente un pasaje del libro. Se trata de una recepción en la residencia del embajador alemán con motivo de la visita de Dieter Posch, Ministro de Economía del estado de Hesse, a la cual sorpresivamente acudió Fidel Castro. Durante la misma, el embajador Wulffen y el ministro Posch realizaron frente al comandante planteos en defensa de los derechos humanos. “Las respuestas de Fidel”, como se titula este capítulo, son una muestra elocuente del carácter dictatorial, intolerante, fanático y antidemocrático que gobierna en Cuba desde hace medio siglo. Frente a estas características dogmáticas del régimen cubano, hay que preguntarse: ¿Tiene lógica que los países democráticos prioricen las relaciones comerciales y culturales con Cuba, en lugar de tener como tarea central allí a la promoción internacional de los derechos humanos?
Para concluir, de la lectura del libro queda claro que Wulffen realizó una muy digna tarea en Cuba, donde precisamente no abunda la diplomacia comprometida.
Gabriel C. SalviaDirector GeneralActivista de derechos humanos enfocado en la solidaridad democrática internacional. En 2024 recibió el Premio Gratias Agit del Ministerio de Relaciones Exteriores de la República Checa. Es autor de los libros "Memoria, derechos humanos y solidaridad democrática internacional" (2024) y "Bailando por un espejismo: apuntes sobre política, economía y diplomacia en los gobiernos de Cristina Fernández de Kirchner" (2017). Además, compiló varios libros, entre ellos "75 años de la Declaración Universal de Derechos Humanos: Miradas desde Cuba" (2023), "Los derechos humanos en las relaciones internacionales y la política exterior" (2021), "Desafíos para el fortalecimiento democrático en la Argentina" (2015), "Un balance político a 30 años del retorno a la democracia en Argentina" (2013) y "Diplomacia y Derechos Humanos en Cuba" (2011), Sus columnas de opinión han sido publicadas en varios medios en español. Actualmente publica en Clarín, Perfil, Infobae y La Nación, de Argentina. Ha participado en eventos internacionales en América Latina, África, Asia, Europa, los Balcanes y en Estados Unidos. Desde 1992 se desempeña como director en Organizaciones de la Sociedad Civil y es miembro fundador de CADAL. Como periodista, trabajó entre 1992 y 1997 en gráfica, radio y TV especializado en temas parlamentarios, políticos y económicos, y posteriormente contribuyó con entrevistas en La Nación y Perfil.
(Editorial El Ateneo, octubre 2008)
El diplomático alemán Bernd Wulffen se desempeñó como Embajador en Cuba desde 2001 a 2005 y tuvo la excelente idea de compartir su experiencia escribiendo este interesante libro. En ese período pasaron muchísimas situaciones importantes en Cuba, incluyendo la visita a la isla del ex presidente norteamericano Jimmy Carter, la presentación del Proyecto Varela, la ola represiva contra la oposición que incluyó la condena a 75 disidentes, la aplicación de la pena de muerte tras juicio sumario a tres cubanos que secuestraron una lancha para huir del país y la consecuente respuesta de la Unión Europea.
Apenas arribó a Cuba, Wulffen tuvo que intervenir junto a otros diplomáticos europeos en el reclamo por el encarcelamiento de dos ciudadanos checos, uno de ellos un parlamentario; y durante su estadía aplicar las diferentes políticas en la isla por parte de la Unión Europea.
Pero además del repaso sobre los hechos políticos sucedidos en Cuba, el libro ofrece una mirada objetiva sobre la realidad del país y contiene relatos imperdibles de encuentros con Fidel Castro, funcionarios y amigos de la revolución, como Gabriel García Márquez y Diego Maradona.
El embajador caminó muy bien la isla y entró en contacto con una muestra muy representativa de la sociedad cubana. Así, el lector podrá enterarse de las situaciones diarias que tienen que vivir los cubanos, las ineficiencias económicas y también la descripción de zonas menos conocidas que las hermosas playas, como el barrio el Romerillo, que el autor del libro -cuya segunda residencia la tiene en Tucumán- lo compara con una villa miseria de la Argentina.
En particular, para los interesados en las relaciones internacionales con Cuba resultará de gran atractivo el relato sobre el papel de la Unión Europea, la variada y compleja relación con los Estados Unidos, y los conflictos vividos en este período con varios países, entre ellos México, España, Italia, República Checa y la Argentina. Además, es muy ilustrativa la tarea que describe Wulffen sobre los desafíos de la actividad diplomática bajo una dictadura. El diplomático alemán lo plantea así: “Cuando una democracia trata con un estado totalitario, se plantea un dilema. Por un lado, se corre el riesgo de apoyar al socio autoritario; por el otro, la gente espera con ansias la oferta cultural del socio democrático”.
Por haber invitado a los disidentes a la Fiesta Nacional de la Reunificación Alemana, en el marco de la política de la Unión Europea como respuesta a la ola represiva de la primavera negra del 2003, Wulffen sufrió el “congelamiento”, es decir, no era invitado a ninguna actividad oficial del régimen cubano y ningún funcionario de la dictadura asistía a sus recepciones. Sin embargo, el diplomático alemán pudo mantener una importante actividad en lo cultural y con el retorno de la política de complacencia europea con la dictadura volvió a recuperar el diálogo.
Vale la pena destacar especialmente un pasaje del libro. Se trata de una recepción en la residencia del embajador alemán con motivo de la visita de Dieter Posch, Ministro de Economía del estado de Hesse, a la cual sorpresivamente acudió Fidel Castro. Durante la misma, el embajador Wulffen y el ministro Posch realizaron frente al comandante planteos en defensa de los derechos humanos. “Las respuestas de Fidel”, como se titula este capítulo, son una muestra elocuente del carácter dictatorial, intolerante, fanático y antidemocrático que gobierna en Cuba desde hace medio siglo. Frente a estas características dogmáticas del régimen cubano, hay que preguntarse: ¿Tiene lógica que los países democráticos prioricen las relaciones comerciales y culturales con Cuba, en lugar de tener como tarea central allí a la promoción internacional de los derechos humanos?
Para concluir, de la lectura del libro queda claro que Wulffen realizó una muy digna tarea en Cuba, donde precisamente no abunda la diplomacia comprometida.