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Observatorio de Relaciones Internacionales y Derechos Humanos
El suspenso de las elecciones en Venezuela
(Análisis Latino) Las próximas elecciones en Venezuela, a realizarse el 7 de octubre próximo, tienen a un público expectante no sólo a nivel nacional sino también en toda la región latinoamericana.Por Micaela Hierro Dori
(Análisis Latino) Desde el año 1999, la única alternancia en el poder en Venezuela fue la de los siete vicepresidentes que acompañaron a Hugo Chávez, militar y político quien pretende cumplir en el Palacio de Miraflores 20 años en el caso de ganar el 7 de Octubre un nuevo período de 6 años.
El contexto electoral está determinado por una oposición fortalecida que ha alcanzado un consenso de estrategia común y elegido como candidato único por primarias el 12 de febrero último a Henrique Capriles Radonski. El Gobernador del Estado de Miranda de 39 años, en su precoz carrera política ya fue diputado nacional, Alcalde del Municipio de Baruta por dos períodos y ahora como candidato presidencial la juega de invicto en todos los procesos electorales que ha participado.
El candidato de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) es apoyado mayoritariamente por la clase alta (81,19%) y la población urbana (53,19%), mientras que el candidato del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) es apoyado mayoritariamente por la clase baja (51, 89%) y rural (51, 35%). Sin embargo, en los estratos sociales más bajos Capriles está sólo 3 puntos abajo en las encuestas (48,11%).
Si Capriles gana adeptos en las clases bajas y medias es porque existe una porción de esta población que ejerce un voto castigo a la gestión del Presidente que no resolvió los problemas principales de estos sectores: la inseguridad y el empleo genuino.
Asimismo, esta parte del electorado no siempre puede emitir su voto libremente dado que son dependientes de los programas sociales y beneficios del modelo asistencialista chavista, por lo que se advierte que el voto por miedo puede tener aún cierta fuerza de definición en las elecciones. Tras los referéndums por la reforma constitucional del 2007 y del 2008 donde ganó el NO a la propuesta del Presidente y de la Asamblea Nacional de Venezuela, hubo denuncias de utilización de las listas del CNE para “castigar” a quienes se opusieron, quitándoles sus empleos en el sector público o los beneficios de créditos inmobiliarios, entre otros ejemplos.
Aún son muy inciertos cuáles serán los resultados del 7 de octubre. Las encuestas son muy dispares entre sí, mientras hay algunas que como Predicmática dan por ganador a Capriles por apenas 4 puntos, existen otras encuestas, denunciadas por la oposición de ficticias, que le dan una ventaja a Chávez de un 18% (Instituto Venezolano de Análisis de Datos) o un 13% (Datanálisis).
Ahora bien, existen cuestionamientos sobre los escenarios futuros. Por un lado, en el caso que gane Chávez primero se cuestiona por cuánto tiempo más gobernará, dado el estado de gravedad de su salud, con un cáncer que se ha expandido a los huesos y amenaza con inhabilitarlo para el ejercicio de sus funciones como primer mandatario. Si bien el se ha declarado libre de cáncer, se especula con que sus declaraciones hayan sido sólo con el objetivo de parar la fuga de votos. Segundo, ante el triunfo del oficialismo las denuncias de fraude electoral que pueda llegar a hacer la oposición serían infructuosas. Una reciente misión del UNASUR ha afirmado la solidez y confiabilidad del sistema electoral de Venezuela y ante la ausencia de observadores de la Organización de Estados Americanos (OEA) se prevé que desde la región pocos se hagan eco de las posibles denuncias de fraude posteriores a los comicios.
Por otro lado, en el caso que gane Capriles, los cuestionamientos son acerca de la gobernabilidad democrática, la reacción del ejército chavista entrenados por efectivos cubanos, y si se pudiera desencadenar una ola de violencia y movilizaciones sociales que incluso pueda afectar a la región.
Algunos países miembros del ALBA que se beneficiaron de los petrodólares temen que se les acabe el “crédito de amigos” que tenían con Venezuela, especialmente Cuba sería la más afectada considerando la precaria situación que enfrentan las arcas revolucionarias.
Además, países vecinos como Colombia que ve afectada su seguridad interior cuando no existe el control suficiente en territorio venezolano de la movilización de las FARC, siguen de cerca las últimas semanas de la campaña.
Por ello, las próximas elecciones en Venezuela tienen a un público expectante no sólo a nivel nacional sino también en toda la región latinoamericana.
Micaela Hierro DoriMicaela Hierro Dori.
(Análisis Latino) Desde el año 1999, la única alternancia en el poder en Venezuela fue la de los siete vicepresidentes que acompañaron a Hugo Chávez, militar y político quien pretende cumplir en el Palacio de Miraflores 20 años en el caso de ganar el 7 de Octubre un nuevo período de 6 años.
El contexto electoral está determinado por una oposición fortalecida que ha alcanzado un consenso de estrategia común y elegido como candidato único por primarias el 12 de febrero último a Henrique Capriles Radonski. El Gobernador del Estado de Miranda de 39 años, en su precoz carrera política ya fue diputado nacional, Alcalde del Municipio de Baruta por dos períodos y ahora como candidato presidencial la juega de invicto en todos los procesos electorales que ha participado.
El candidato de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) es apoyado mayoritariamente por la clase alta (81,19%) y la población urbana (53,19%), mientras que el candidato del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) es apoyado mayoritariamente por la clase baja (51, 89%) y rural (51, 35%). Sin embargo, en los estratos sociales más bajos Capriles está sólo 3 puntos abajo en las encuestas (48,11%).
Si Capriles gana adeptos en las clases bajas y medias es porque existe una porción de esta población que ejerce un voto castigo a la gestión del Presidente que no resolvió los problemas principales de estos sectores: la inseguridad y el empleo genuino.
Asimismo, esta parte del electorado no siempre puede emitir su voto libremente dado que son dependientes de los programas sociales y beneficios del modelo asistencialista chavista, por lo que se advierte que el voto por miedo puede tener aún cierta fuerza de definición en las elecciones. Tras los referéndums por la reforma constitucional del 2007 y del 2008 donde ganó el NO a la propuesta del Presidente y de la Asamblea Nacional de Venezuela, hubo denuncias de utilización de las listas del CNE para “castigar” a quienes se opusieron, quitándoles sus empleos en el sector público o los beneficios de créditos inmobiliarios, entre otros ejemplos.
Aún son muy inciertos cuáles serán los resultados del 7 de octubre. Las encuestas son muy dispares entre sí, mientras hay algunas que como Predicmática dan por ganador a Capriles por apenas 4 puntos, existen otras encuestas, denunciadas por la oposición de ficticias, que le dan una ventaja a Chávez de un 18% (Instituto Venezolano de Análisis de Datos) o un 13% (Datanálisis).
Ahora bien, existen cuestionamientos sobre los escenarios futuros. Por un lado, en el caso que gane Chávez primero se cuestiona por cuánto tiempo más gobernará, dado el estado de gravedad de su salud, con un cáncer que se ha expandido a los huesos y amenaza con inhabilitarlo para el ejercicio de sus funciones como primer mandatario. Si bien el se ha declarado libre de cáncer, se especula con que sus declaraciones hayan sido sólo con el objetivo de parar la fuga de votos. Segundo, ante el triunfo del oficialismo las denuncias de fraude electoral que pueda llegar a hacer la oposición serían infructuosas. Una reciente misión del UNASUR ha afirmado la solidez y confiabilidad del sistema electoral de Venezuela y ante la ausencia de observadores de la Organización de Estados Americanos (OEA) se prevé que desde la región pocos se hagan eco de las posibles denuncias de fraude posteriores a los comicios.
Por otro lado, en el caso que gane Capriles, los cuestionamientos son acerca de la gobernabilidad democrática, la reacción del ejército chavista entrenados por efectivos cubanos, y si se pudiera desencadenar una ola de violencia y movilizaciones sociales que incluso pueda afectar a la región.
Algunos países miembros del ALBA que se beneficiaron de los petrodólares temen que se les acabe el “crédito de amigos” que tenían con Venezuela, especialmente Cuba sería la más afectada considerando la precaria situación que enfrentan las arcas revolucionarias.
Además, países vecinos como Colombia que ve afectada su seguridad interior cuando no existe el control suficiente en territorio venezolano de la movilización de las FARC, siguen de cerca las últimas semanas de la campaña.
Por ello, las próximas elecciones en Venezuela tienen a un público expectante no sólo a nivel nacional sino también en toda la región latinoamericana.