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Observatorio de Relaciones Internacionales y Derechos Humanos
Bahrein: El grito por la libertad en la región árabe
El régimen en esta pequeña isla que es un aliado cercano a EEUU y que está ubicada en el medio de los estados árabes ricos del Golfo, continúa aumentando su brutal represión contra el pueblo de Bahrein al suprimir todas las manifestaciones pacíficas que a diario tienen lugar en las calles en zonas diferentes de la isla. El régimen no escatima en el uso de la fuerza excesiva contra el pueblo, apuntando a líderes de la oposición, activistas e incluso periodistas para impedir que informen. Bahrein es parte de la Primavera Árabe que dejó en claro que los árabes son iguales a cualquier otra clase de pueblo en el mundo.Por Reem Khalifa
A comienzos de 2011 Bahrein se convirtió en el tercer país en experimentar su propia “Primavera Árabe” luego de Tunes y Egipto. El 14 de febrero de 2011, miles de jóvenes marcharon hacia la capital, Manama, exigiendo reformas políticas. Las redes sociales crearon un espacio para los sin voz quienes nunca antes habían tenido la oportunidad de expresarse, y descubrieron a los medios sociales para expresarse y ser oídos en mayor escala superando los límites de Bahrein.
El régimen en esta pequeña isla que es un aliado cercano a EEUU y que está ubicada en el medio de los estados árabes ricos del Golfo, continúa aumentando su brutal represión contra el pueblo de Bahrein al suprimir todas las manifestaciones pacíficas que a diario tienen lugar en las calles en zonas diferentes de la isla. El régimen no escatima en el uso de la fuerza excesiva contra el pueblo, apuntando a líderes de la oposición, activistas e incluso periodistas para impedir que informen.
Tras 21 meses reprimiendo la revolución de Bahrein desde el 14 de marzo de 2011 con el apoyo de tropas sauditas y de Emiratos Arabes Unidos (EAU), las declaraciones de los funcionarios siempre llevan recomendaciones para el uso de la fuerza contra varias figuras incluyendo a la oposición. El régimen justifica dicho lenguaje amenazante en que la visión política en el país es vaga e impredecible.
Ahora la amenaza es utilizar la ley para suprimir a la oposición imponiendo más leyes que restrinjan las libertades y permitan a las autoridades sembrar más terror y horror en los ciudadanos. Esto quedó claro cuando el gobierno reformó el código penal y ahora habla de aprobar una ley para controlar las redes sociales. Todo esto sucede mientras el poder legislativo es incapaz de detener toda represión.
Observar la situación actual en Bahrein demuestra claramente que el aumento de la represión al impulsar nuevas leyes o modificarlas no detendrá el movimiento popular ni reducirá su ritmo. Esas decisiones del régimen indican que todos los intentos anteriores de un diálogo nacional eran sencillamente maniobras políticas del régimen que se niega a compartir el poder con cualquier partido y no pretende aceptar otras opiniones.
Hasta el momento el régimen no tiene un proyecto político y confía fundamentalmente en la solución de la seguridad que siempre fracasa. Sin embargo, la oposición está haciendo hincapié en que renuncie el gobierno actual y que rinda cuentas por todas las violaciones que ha cometido contra el pueblo de Bahrein desde el 14 de febrero de 2011.
La oposición hace responsable al gobierno por la mayoría de las violaciones a los derechos humanos e insiste que sea llevado a la justicia. Sin embargo la oposición está exigiendo un juicio contra todos los funcionarios involucrados en las violaciones a los derechos humanos y en la corrupción, destacando que los escándalos de corrupción por la malversación de fondos públicos indican que el gobierno es incapaz de dirigir el país.
En el primer aniversario del documento Manama (firmado el 6 de octubre de 2011), fue ampliamente aceptado por los ciudadanos de Bahrein como un documento político que ilustra las exigencias populares de los partidos de oposición que presentan las aspiraciones de los movimientos populares que surgieron el 14 de febrero de 2011.
En este documento la oposición exigía una reforma política, un parlamento con plenos poderes legislativos, un gobierno electo, confiar en que las soluciones represivas no impliquen más pérdidas humanitarias además de las pérdidas económicas y le pide al gobierno que inicie las soluciones políticas a través del Documento Manama considerándolas la única solución para la crisis política de Bahrein.
Bahrein es parte de la Primavera Árabe que dejó en claro que los árabes son iguales a cualquier otra clase de pueblo en el mundo.
El pueblo de Bahrein desea vivir con dignidad, libertad y justicia. Considero que las personas de Bahrein son parte de un movimiento global que lucha por la democracia y los derechos humanos y que merecen el apoyo de la comunidad internacional para lograr sus nobles objetivos. También pienso que las elites gobernantes deben relacionarse con el pueblo sobre la base de igualdad de derechos como señala la Declaración Universal de los Derechos Humanos y Occidente tendrá que mirar a la región del Golfo con los mismos ojos con los que miraron a Europa del Este en los 90.
Reem Khalifa es periodista de Bharein que escribe sobre cuestiones de su país para Associated Press y columnas de opinión sobre asuntos de Medio Oriente y el Norte de África en diversas publicaciones de Medio Oriente.
Traducción de Hernán Alberro
Reem Khalifa
A comienzos de 2011 Bahrein se convirtió en el tercer país en experimentar su propia “Primavera Árabe” luego de Tunes y Egipto. El 14 de febrero de 2011, miles de jóvenes marcharon hacia la capital, Manama, exigiendo reformas políticas. Las redes sociales crearon un espacio para los sin voz quienes nunca antes habían tenido la oportunidad de expresarse, y descubrieron a los medios sociales para expresarse y ser oídos en mayor escala superando los límites de Bahrein.
El régimen en esta pequeña isla que es un aliado cercano a EEUU y que está ubicada en el medio de los estados árabes ricos del Golfo, continúa aumentando su brutal represión contra el pueblo de Bahrein al suprimir todas las manifestaciones pacíficas que a diario tienen lugar en las calles en zonas diferentes de la isla. El régimen no escatima en el uso de la fuerza excesiva contra el pueblo, apuntando a líderes de la oposición, activistas e incluso periodistas para impedir que informen.
Tras 21 meses reprimiendo la revolución de Bahrein desde el 14 de marzo de 2011 con el apoyo de tropas sauditas y de Emiratos Arabes Unidos (EAU), las declaraciones de los funcionarios siempre llevan recomendaciones para el uso de la fuerza contra varias figuras incluyendo a la oposición. El régimen justifica dicho lenguaje amenazante en que la visión política en el país es vaga e impredecible.
Ahora la amenaza es utilizar la ley para suprimir a la oposición imponiendo más leyes que restrinjan las libertades y permitan a las autoridades sembrar más terror y horror en los ciudadanos. Esto quedó claro cuando el gobierno reformó el código penal y ahora habla de aprobar una ley para controlar las redes sociales. Todo esto sucede mientras el poder legislativo es incapaz de detener toda represión.
Observar la situación actual en Bahrein demuestra claramente que el aumento de la represión al impulsar nuevas leyes o modificarlas no detendrá el movimiento popular ni reducirá su ritmo. Esas decisiones del régimen indican que todos los intentos anteriores de un diálogo nacional eran sencillamente maniobras políticas del régimen que se niega a compartir el poder con cualquier partido y no pretende aceptar otras opiniones.
Hasta el momento el régimen no tiene un proyecto político y confía fundamentalmente en la solución de la seguridad que siempre fracasa. Sin embargo, la oposición está haciendo hincapié en que renuncie el gobierno actual y que rinda cuentas por todas las violaciones que ha cometido contra el pueblo de Bahrein desde el 14 de febrero de 2011.
La oposición hace responsable al gobierno por la mayoría de las violaciones a los derechos humanos e insiste que sea llevado a la justicia. Sin embargo la oposición está exigiendo un juicio contra todos los funcionarios involucrados en las violaciones a los derechos humanos y en la corrupción, destacando que los escándalos de corrupción por la malversación de fondos públicos indican que el gobierno es incapaz de dirigir el país.
En el primer aniversario del documento Manama (firmado el 6 de octubre de 2011), fue ampliamente aceptado por los ciudadanos de Bahrein como un documento político que ilustra las exigencias populares de los partidos de oposición que presentan las aspiraciones de los movimientos populares que surgieron el 14 de febrero de 2011.
En este documento la oposición exigía una reforma política, un parlamento con plenos poderes legislativos, un gobierno electo, confiar en que las soluciones represivas no impliquen más pérdidas humanitarias además de las pérdidas económicas y le pide al gobierno que inicie las soluciones políticas a través del Documento Manama considerándolas la única solución para la crisis política de Bahrein.
Bahrein es parte de la Primavera Árabe que dejó en claro que los árabes son iguales a cualquier otra clase de pueblo en el mundo.
El pueblo de Bahrein desea vivir con dignidad, libertad y justicia. Considero que las personas de Bahrein son parte de un movimiento global que lucha por la democracia y los derechos humanos y que merecen el apoyo de la comunidad internacional para lograr sus nobles objetivos. También pienso que las elites gobernantes deben relacionarse con el pueblo sobre la base de igualdad de derechos como señala la Declaración Universal de los Derechos Humanos y Occidente tendrá que mirar a la región del Golfo con los mismos ojos con los que miraron a Europa del Este en los 90.
Reem Khalifa es periodista de Bharein que escribe sobre cuestiones de su país para Associated Press y columnas de opinión sobre asuntos de Medio Oriente y el Norte de África en diversas publicaciones de Medio Oriente.
Traducción de Hernán Alberro