Reseñas
Análisis Latino
DEMOCRACIA EN AMÉRICA LATINA
Índice de desarrollo democrático de América latina. IDD-Lat 2004. Fundación Konrad Adenauer y Polilat.com. Año 2004.
Por CADAL
La Fundación Konrad Adenauer y el portal polilat.com elaboran anualmente el Índice de Desarrollo Democrático de América Latina (IDD-Lat), un informe que tiene como “objetivos destacar los logros y virtudes del proceso de avance hacia una mayor evolución democrática de las instituciones y sociedades de América Latina, y exponer sus vicios y falencias, para ayudar a imitar los primeros y eliminar y evitar estos últimos, para el desarrollo regional” (www.idd-la.org).
Dicho índice esta compuesto por una serie de indicadores agrupados en cuatro dimensiones. Mientras la dimensión I se refiere a las atribuciones de la democracia formal, es decir a aquellas condiciones que hacen democrático a un régimen político (elecciones libres, sufragio universal, participación plena), las ultimas tres dimensiones hacen alusión a los atributos de la democracia real y son los indicadores a los que se le asigna valor para elaborar el índice. En la dimensión II se pondera el Respeto de los Derechos Políticos y Libertades Civiles, los indicadores utilizados son el voto de adhesión política, el puntaje en el índice de derechos políticos y en el índice de libertades civiles elaborado por Freedom House y el genero en el gobierno; cabe agregar que la edición 2004 ha sumado a la inseguridad como condicionante de libertades y derechos. La dimensión III se releva la Calidad Institucional y Eficiencia Política basado en: el puntaje en el índice de percepción de la corrupción elaborado por Transparencia Internacional, la participación de los partidos políticos en el poder legislativo, una serie de indicadores que miden el nivel de Accountability y desestabilización de la democracia. Finalmente, la dimensión IV se refiere al Ejercicio del Poder Efectivo para Gobernar, que a su vez esta dividido en dos componentes. La Capacidad para generar políticas que aseguren el bienestar, medido a través del desempeño en salud y educación, el desempleo urbano y los hogares bajo la línea de pobreza es el primer componente. El segundo es la capacidad para generar políticas que aseguren la eficiencia económica conformado por los siguientes indicadores: el puntaje en el índice de libertad económica elaborado por Heritage Foundation, el PBI per capita, la brecha de ingreso, la inversión y el nivel de endeudamiento.
Veamos las algunas de las conclusiones de la edición 2004 para cada una de las dimensiones.
Dimensión II: los indicadores de Derechos Políticos y Libertades Civiles permanecen inalterables entre el IDD-Lat 2003 y el 2004. “Se afirma entonces (...) el contraste ente el incremento de la convicción democrática con la caída de la imagen de los dirigentes y de las estructuras políticas”. “Ante la falta de resultados, los ciudadanos latinoamericanos han ampliado su búsqueda en los procesos electorales, y a veces con violencia fuera de ellos, de nuevas capas de dirigentes con la capacidad de consolidar la democracia por vía de una elevación de la calidad de vida de sus pueblos”.(Pág. 24).
Dimensión III: en cuanto a la Calidad Institucional y Eficiencia Política, se concluye que no ha habido avances en materia percepción de corrupción y ni en la utilización de mecanismos de democracia directa, se observa algún logro en los indicadores de control legal y político (como la designación de jueces) mientras crece significativamente la convulsión social generada por la manifestación de grupos sin representación política en el sistema (campesinos, indígenas, desocupados). También ha crecido el numero de países afectado por el “factor de anormalidad”. (Pág. 39 y 40).
Dimensión IV: en lo que respecta a la capacidad para generar políticas que aseguren bienestar (componente 1), la evolución muestra este año un nuevo retroceso. El desempleo y la mortalidad infantil han aumentado, a la vez que ha habido un menor esfuerzo en materia de inversión publica en salud. Como dato positivo puede señalarse una reducción en los niveles de pobreza, aunque de forma leve. En cuanto al desempeño económico (componente 2), se concluye que ninguno de los países ha escapado a la situación de lento crecimiento cuando no han caído en fases recesivas. Además, se destaca que casi media década de bajo crecimiento y restricciones externas, han minado el margen de maniobra de las autoridades para manejar la coyuntura económica. (Pág. 64).
Entre las conclusiones generales parecen dignas de destacar algunas de carácter negativo y otras de carácter positivo: “El régimen político, las instituciones y sus actores, se enfrentan a un incesante acoso por parte de múltiples fuerzas actores externos e internos que atentan contra un mayor desarrollo democrático” (Pág. 15). “La participación electoral ha tenido una nueva caída en los países donde hubo elecciones, como expresión de desapego hacia la política”. “Los valores del indicador de percepción de corrupción no han disminuido todo lo que esperamos en relación a la necesidad (de transparencia)”. “Se incrementa la fragmentación política en los congresos”. “Se incrementó en numero de países con crisis resueltas mediante mecanismos de anormalidad democrática”. (Pág. 10).
Sin embargo el trabajo también da cuenta de una serie de signos muy alentadores: “a pesar de las crisis, los países de la región no han buscado un regreso al autoritarismo, en cambio, han sostenido muy ampliamente sus instituciones democráticas”. “Las ciudadanas y ciudadanos empiezan a distinguir entre la democracia como sistema de gobierno y el desempeño de los gobernantes en particular”, convirtiéndose en “demócratas insatisfechos lo que explica parcialmente porque los movimientos de oposición no tienden hoy hacia soluciones militares sino hacia lideres populistas que se presentan como ajenos al poder tradicional y que prometen perspectivas innovadoras”. (Pág. 10).
Finalmente, en el trabajo se intenta hacer un “trazo grueso” acerca del camino seguido por los países mejor desarrollo democrático (Pág 11):
- Respeto y fortalecimiento de las instituciones democráticas.
- Fortaleza de los partidos políticos.
- Baja corrupción.
- Políticas sin estridencias, sostenidas a largo plazo.
La Fundación Konrad Adenauer y el portal polilat.com elaboran anualmente el Índice de Desarrollo Democrático de América Latina (IDD-Lat), un informe que tiene como “objetivos destacar los logros y virtudes del proceso de avance hacia una mayor evolución democrática de las instituciones y sociedades de América Latina, y exponer sus vicios y falencias, para ayudar a imitar los primeros y eliminar y evitar estos últimos, para el desarrollo regional” (www.idd-la.org).
Dicho índice esta compuesto por una serie de indicadores agrupados en cuatro dimensiones. Mientras la dimensión I se refiere a las atribuciones de la democracia formal, es decir a aquellas condiciones que hacen democrático a un régimen político (elecciones libres, sufragio universal, participación plena), las ultimas tres dimensiones hacen alusión a los atributos de la democracia real y son los indicadores a los que se le asigna valor para elaborar el índice. En la dimensión II se pondera el Respeto de los Derechos Políticos y Libertades Civiles, los indicadores utilizados son el voto de adhesión política, el puntaje en el índice de derechos políticos y en el índice de libertades civiles elaborado por Freedom House y el genero en el gobierno; cabe agregar que la edición 2004 ha sumado a la inseguridad como condicionante de libertades y derechos. La dimensión III se releva la Calidad Institucional y Eficiencia Política basado en: el puntaje en el índice de percepción de la corrupción elaborado por Transparencia Internacional, la participación de los partidos políticos en el poder legislativo, una serie de indicadores que miden el nivel de Accountability y desestabilización de la democracia. Finalmente, la dimensión IV se refiere al Ejercicio del Poder Efectivo para Gobernar, que a su vez esta dividido en dos componentes. La Capacidad para generar políticas que aseguren el bienestar, medido a través del desempeño en salud y educación, el desempleo urbano y los hogares bajo la línea de pobreza es el primer componente. El segundo es la capacidad para generar políticas que aseguren la eficiencia económica conformado por los siguientes indicadores: el puntaje en el índice de libertad económica elaborado por Heritage Foundation, el PBI per capita, la brecha de ingreso, la inversión y el nivel de endeudamiento.
Veamos las algunas de las conclusiones de la edición 2004 para cada una de las dimensiones.
Dimensión II: los indicadores de Derechos Políticos y Libertades Civiles permanecen inalterables entre el IDD-Lat 2003 y el 2004. “Se afirma entonces (...) el contraste ente el incremento de la convicción democrática con la caída de la imagen de los dirigentes y de las estructuras políticas”. “Ante la falta de resultados, los ciudadanos latinoamericanos han ampliado su búsqueda en los procesos electorales, y a veces con violencia fuera de ellos, de nuevas capas de dirigentes con la capacidad de consolidar la democracia por vía de una elevación de la calidad de vida de sus pueblos”.(Pág. 24).
Dimensión III: en cuanto a la Calidad Institucional y Eficiencia Política, se concluye que no ha habido avances en materia percepción de corrupción y ni en la utilización de mecanismos de democracia directa, se observa algún logro en los indicadores de control legal y político (como la designación de jueces) mientras crece significativamente la convulsión social generada por la manifestación de grupos sin representación política en el sistema (campesinos, indígenas, desocupados). También ha crecido el numero de países afectado por el “factor de anormalidad”. (Pág. 39 y 40).
Dimensión IV: en lo que respecta a la capacidad para generar políticas que aseguren bienestar (componente 1), la evolución muestra este año un nuevo retroceso. El desempleo y la mortalidad infantil han aumentado, a la vez que ha habido un menor esfuerzo en materia de inversión publica en salud. Como dato positivo puede señalarse una reducción en los niveles de pobreza, aunque de forma leve. En cuanto al desempeño económico (componente 2), se concluye que ninguno de los países ha escapado a la situación de lento crecimiento cuando no han caído en fases recesivas. Además, se destaca que casi media década de bajo crecimiento y restricciones externas, han minado el margen de maniobra de las autoridades para manejar la coyuntura económica. (Pág. 64).
Entre las conclusiones generales parecen dignas de destacar algunas de carácter negativo y otras de carácter positivo: “El régimen político, las instituciones y sus actores, se enfrentan a un incesante acoso por parte de múltiples fuerzas actores externos e internos que atentan contra un mayor desarrollo democrático” (Pág. 15). “La participación electoral ha tenido una nueva caída en los países donde hubo elecciones, como expresión de desapego hacia la política”. “Los valores del indicador de percepción de corrupción no han disminuido todo lo que esperamos en relación a la necesidad (de transparencia)”. “Se incrementa la fragmentación política en los congresos”. “Se incrementó en numero de países con crisis resueltas mediante mecanismos de anormalidad democrática”. (Pág. 10).
Sin embargo el trabajo también da cuenta de una serie de signos muy alentadores: “a pesar de las crisis, los países de la región no han buscado un regreso al autoritarismo, en cambio, han sostenido muy ampliamente sus instituciones democráticas”. “Las ciudadanas y ciudadanos empiezan a distinguir entre la democracia como sistema de gobierno y el desempeño de los gobernantes en particular”, convirtiéndose en “demócratas insatisfechos lo que explica parcialmente porque los movimientos de oposición no tienden hoy hacia soluciones militares sino hacia lideres populistas que se presentan como ajenos al poder tradicional y que prometen perspectivas innovadoras”. (Pág. 10).
Finalmente, en el trabajo se intenta hacer un “trazo grueso” acerca del camino seguido por los países mejor desarrollo democrático (Pág 11):
- Respeto y fortalecimiento de las instituciones democráticas.
- Fortaleza de los partidos políticos.
- Baja corrupción.
- Políticas sin estridencias, sostenidas a largo plazo.