Prensa
Una encuesta demasiado costosa
Con la complicidad de toda la dirigencia política quedó desvirtuada la esencia de las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias, las que sirvieron solamente para conocer el respaldo ciudadano con que cuenta el oficialismo kirchnerista y para dirimir el liderazgo de la oposición. En los hechos, resultó una encuesta demasiado costosa y otra muestra de la falta de iniciativa de la oposición para convertir las primarias en una oportunidad para diferenciarse del kirchnerismo.
Fuente: Perfil (Argentina)
Por Gabriel C. Salvia*
Con la complicidad de toda la dirigencia política quedó desvirtuada la esencia de las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias, las que sirvieron solamente para conocer el respaldo ciudadano con que cuenta el oficialismo kirchnerista y para dirimir el liderazgo de la oposición.
En los hechos, resultó una encuesta demasiado costosa y otra muestra de la falta de iniciativa de la oposición para convertir las primarias en una oportunidad para diferenciarse del kirchnerismo.
Es cierto que presidente puede ser uno solo y que las figuras políticas relevantes de alcance nacional escasean, pero en total se renuevan este año 130 cargos de diputados nacionales y 24 senadores nacionales cuyas candidaturas definitivas de la oposición podrían haber surgido de una competencia animada entre dos o más listas por partido o frente político.
Eso le hubiera permitido a la oposición atraer mayor participación electoral entre sus candidatos, sumar una cantidad total de votos que los fortalezca para la elección general y apostar a mantener o aumentar el número de miembros en el Congreso.
En definitiva, con las candidaturas únicas a presidente y vicepresidente de la Nación por cada partido o frente electoral que se presentaron a competir en las elecciones primarias de ayer, lo mismo que en la mayoría de los casos de listas de candidatos a diputados y senadores nacionales, se sigue demostrando que el “dedo divino” está por encima de la declamada invitación a la participación política que se hace desde todos los sectores.
En el caso del oficialismo que impulsó la implementación de las primarias, la designación del compañero de fórmula de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, el actual ministro de Economía, Amado Boudou, puso en extrema evidencia la total carencia de convicciones de la titular del Poder Ejecutivo Nacional respecto a sus anteriores expresiones a favor de una mayor democratización.
Hay que recordar que al anunciar la presentación del proyecto de ley de democratización de la representación política, la presidenta Cristina Kirchner expresaba el 28 de octubre de 2009 que con la implementación de las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias se brindaba respuesta a “una de las principales críticas que ha tenido nuestro sistema de partidos, por parte de la ciudadanía no militante, no participativa de la política en el sentido de decir que todo se resuelve adentro de un cuarto y que todo se decide con el dedo de uno, o de dos, o de tres”.
Ahora, conocidos los ganadores y perdedores entre los candidatos presidenciales de la oposición, la nueva oportunidad que se les presenta a quienes pretenden derrotar al kirchnerismo es conformar una coalición alternativa detrás de la candidatura más votada y menos resistida para así polarizar la votación del 23 de octubre.
Para ello sólo alcanza con establecer consensos muy básicos: garantizar la gobernabilidad democrática respetando la división e independencia de poderes, el carácter federal que estable la constitución y concentrar la agenda política en el tratamiento legislativo prolongado de los temas más relevantes, como el proyecto de ley de Presupuesto 2012 cuyo texto final puede representar en sí mismo un programa integral de gestión.
Está claro que el kirchnerismo no comparte las formas republicanas y el estilo político que caracteriza a la convivencia democrática. Por eso, si se considera que un nuevo mandato de Cristina Kirchner sería muy perjudicial para la institucionalidad del país, más de un líder de la oposición tendrá la enorme responsabilidad de asumir una postura pública que de todas maneras muchos de sus propios votantes tomarán secretamente el cuarto domingo de octubre.
*Director del Centro para la Apertura y el Desarrollo de América latina (Cadal).
Fuente: Diario Perfil (Buenos Aires, Argentina)
Perfil (Argentina)
Por Gabriel C. Salvia*
Con la complicidad de toda la dirigencia política quedó desvirtuada la esencia de las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias, las que sirvieron solamente para conocer el respaldo ciudadano con que cuenta el oficialismo kirchnerista y para dirimir el liderazgo de la oposición.
En los hechos, resultó una encuesta demasiado costosa y otra muestra de la falta de iniciativa de la oposición para convertir las primarias en una oportunidad para diferenciarse del kirchnerismo.
Es cierto que presidente puede ser uno solo y que las figuras políticas relevantes de alcance nacional escasean, pero en total se renuevan este año 130 cargos de diputados nacionales y 24 senadores nacionales cuyas candidaturas definitivas de la oposición podrían haber surgido de una competencia animada entre dos o más listas por partido o frente político.
Eso le hubiera permitido a la oposición atraer mayor participación electoral entre sus candidatos, sumar una cantidad total de votos que los fortalezca para la elección general y apostar a mantener o aumentar el número de miembros en el Congreso.
En definitiva, con las candidaturas únicas a presidente y vicepresidente de la Nación por cada partido o frente electoral que se presentaron a competir en las elecciones primarias de ayer, lo mismo que en la mayoría de los casos de listas de candidatos a diputados y senadores nacionales, se sigue demostrando que el “dedo divino” está por encima de la declamada invitación a la participación política que se hace desde todos los sectores.
En el caso del oficialismo que impulsó la implementación de las primarias, la designación del compañero de fórmula de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, el actual ministro de Economía, Amado Boudou, puso en extrema evidencia la total carencia de convicciones de la titular del Poder Ejecutivo Nacional respecto a sus anteriores expresiones a favor de una mayor democratización.
Hay que recordar que al anunciar la presentación del proyecto de ley de democratización de la representación política, la presidenta Cristina Kirchner expresaba el 28 de octubre de 2009 que con la implementación de las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias se brindaba respuesta a “una de las principales críticas que ha tenido nuestro sistema de partidos, por parte de la ciudadanía no militante, no participativa de la política en el sentido de decir que todo se resuelve adentro de un cuarto y que todo se decide con el dedo de uno, o de dos, o de tres”.
Ahora, conocidos los ganadores y perdedores entre los candidatos presidenciales de la oposición, la nueva oportunidad que se les presenta a quienes pretenden derrotar al kirchnerismo es conformar una coalición alternativa detrás de la candidatura más votada y menos resistida para así polarizar la votación del 23 de octubre.
Para ello sólo alcanza con establecer consensos muy básicos: garantizar la gobernabilidad democrática respetando la división e independencia de poderes, el carácter federal que estable la constitución y concentrar la agenda política en el tratamiento legislativo prolongado de los temas más relevantes, como el proyecto de ley de Presupuesto 2012 cuyo texto final puede representar en sí mismo un programa integral de gestión.
Está claro que el kirchnerismo no comparte las formas republicanas y el estilo político que caracteriza a la convivencia democrática. Por eso, si se considera que un nuevo mandato de Cristina Kirchner sería muy perjudicial para la institucionalidad del país, más de un líder de la oposición tendrá la enorme responsabilidad de asumir una postura pública que de todas maneras muchos de sus propios votantes tomarán secretamente el cuarto domingo de octubre.
*Director del Centro para la Apertura y el Desarrollo de América latina (Cadal).
Fuente: Diario Perfil (Buenos Aires, Argentina)