Prensa
Indignación legislativa
La transparencia del debate del presupuesto del PLN, además de publicitar la remuneración de los legisladores nacionales, serviría para poner la lupa en el gasto total del Congreso. Ello les permitiría a los propios diputados y senadores poder detectar los incrementos que se vienen produciendo en su ámbito de actuación, como el año pasado se conoció a través de un documento de CADAL del 10 de noviembre de 2011.
Fuente: Perfil (Argentina)
El aumento en el 100% de las dietas de los legisladores, bajo la lupa.
Por Gabriel C. Salvia (*)
Cuando el 21 de diciembre pasado se sancionó la ley 26728, de presupuesto general para la administración pública nacional, no se escucharon muchas voces indignadas. Sin embargo, el conocimiento público a inicios del corriente mes sobre el importante aumento en la remuneración de los legisladores -que entró en vigencia a partir de enero de 2012 y fue resuelto por los presidentes de ambas cámaras- provocó un rechazo generalizado.
Los diputados nacionales pasaron a ganar de $ 13.873,45 el mes de diciembre de 2011, a $ 34.589,47 en enero de 2012 según consta en los respectivos recibos de sueldo que hizo circular la diputada Laura Alonso.
Por su parte, la Senadora Nacional María Eugenia Estenssoro informó desde su página personal y las redes sociales que su ingreso neto mensual como legisladora (incluyendo la dieta, gastos de Representación y reintegro de pasajes aéreos y terrestres) pasó de $ 25.087 en diciembre de 2011 a $ 35.709.- en enero de 2012.
Ciertamente, el aumento parece excesivo, pero la cuestión de fondo es quién debe fijar las remuneraciones de los legisladores nacionales. Al respecto, una comisión bicameral integrada por miembros de la comisión de presupuesto y hacienda de ambas cámaras tendría que elaborar el presupuesto del Poder Legislativo Nacional (PLN), incluyendo las remuneraciones de sus integrantes, y su dictamen ponerlo a consideración en la Cámara de Diputados y posteriormente en el Senado. Su aprobación debería tener como límite el 31 de agosto, es decir, quince días antes que venza el plazo para que la Jefatura de Gabinete de Ministros envíe al Congreso el proyecto de ley de presupuesto nacional para el siguiente año.
De esta manera, antes de debatir la “ley de leyes”, el propio Congreso comenzaría por controlar y fijar sus propios gastos para luego remitir el dictamen de la Jurisdicción del PLN a la Jefatura de Gabinete para ser incluido en el proyecto de ley de presupuesto.
La transparencia del debate del presupuesto del PLN, además de publicitar la remuneración de los legisladores nacionales, serviría para poner la lupa en el gasto total del Congreso. Ello les permitiría a los propios diputados y senadores poder detectar los incrementos que se vienen produciendo en su ámbito de actuación, como el año pasado se conoció a través de un documento de CADAL del 10 de noviembre de 2011.
La investigación, recientemente “desempolvada”, a raíz del incremento de la remuneración de los legisladores nacionales, advertía que “entre 2001 y 2012, el presupuesto del Poder Legislativo Nacional aumentará unos 265 millones de dólares”.
Ahora, el aumento de los legisladores nacionales resulta muy irónico si votan los proyectos de ley, no sólo sin discutirlos, sino sin conocerlos. Es decir, ¡trabajando menos! ¿Acaso alguno de los diputados y senadores nacionales que asumieron sus bancas el 10 de diciembre pasado tuvieron tiempo para estudiar seriamente el proyecto de ley de presupuesto, aprobado el 14 de ese mes en la cámara baja y una semana después en el Senado?
La irresponsabilidad de los legisladores nacionales en otorgarle un cheque en blanco al Poder Ejecutivo, olvidándose que la principal función al ocupar sus bancas es cuidar el fruto del trabajo de sus representados, es lo que más debería indignar.
(*) especial para Perfil.com
Fuente: Perfil.com (Buenos Aires, Argentina)
Perfil (Argentina)
El aumento en el 100% de las dietas de los legisladores, bajo la lupa.
Por Gabriel C. Salvia (*)
Cuando el 21 de diciembre pasado se sancionó la ley 26728, de presupuesto general para la administración pública nacional, no se escucharon muchas voces indignadas. Sin embargo, el conocimiento público a inicios del corriente mes sobre el importante aumento en la remuneración de los legisladores -que entró en vigencia a partir de enero de 2012 y fue resuelto por los presidentes de ambas cámaras- provocó un rechazo generalizado.
Los diputados nacionales pasaron a ganar de $ 13.873,45 el mes de diciembre de 2011, a $ 34.589,47 en enero de 2012 según consta en los respectivos recibos de sueldo que hizo circular la diputada Laura Alonso.
Por su parte, la Senadora Nacional María Eugenia Estenssoro informó desde su página personal y las redes sociales que su ingreso neto mensual como legisladora (incluyendo la dieta, gastos de Representación y reintegro de pasajes aéreos y terrestres) pasó de $ 25.087 en diciembre de 2011 a $ 35.709.- en enero de 2012.
Ciertamente, el aumento parece excesivo, pero la cuestión de fondo es quién debe fijar las remuneraciones de los legisladores nacionales. Al respecto, una comisión bicameral integrada por miembros de la comisión de presupuesto y hacienda de ambas cámaras tendría que elaborar el presupuesto del Poder Legislativo Nacional (PLN), incluyendo las remuneraciones de sus integrantes, y su dictamen ponerlo a consideración en la Cámara de Diputados y posteriormente en el Senado. Su aprobación debería tener como límite el 31 de agosto, es decir, quince días antes que venza el plazo para que la Jefatura de Gabinete de Ministros envíe al Congreso el proyecto de ley de presupuesto nacional para el siguiente año.
De esta manera, antes de debatir la “ley de leyes”, el propio Congreso comenzaría por controlar y fijar sus propios gastos para luego remitir el dictamen de la Jurisdicción del PLN a la Jefatura de Gabinete para ser incluido en el proyecto de ley de presupuesto.
La transparencia del debate del presupuesto del PLN, además de publicitar la remuneración de los legisladores nacionales, serviría para poner la lupa en el gasto total del Congreso. Ello les permitiría a los propios diputados y senadores poder detectar los incrementos que se vienen produciendo en su ámbito de actuación, como el año pasado se conoció a través de un documento de CADAL del 10 de noviembre de 2011.
La investigación, recientemente “desempolvada”, a raíz del incremento de la remuneración de los legisladores nacionales, advertía que “entre 2001 y 2012, el presupuesto del Poder Legislativo Nacional aumentará unos 265 millones de dólares”.
Ahora, el aumento de los legisladores nacionales resulta muy irónico si votan los proyectos de ley, no sólo sin discutirlos, sino sin conocerlos. Es decir, ¡trabajando menos! ¿Acaso alguno de los diputados y senadores nacionales que asumieron sus bancas el 10 de diciembre pasado tuvieron tiempo para estudiar seriamente el proyecto de ley de presupuesto, aprobado el 14 de ese mes en la cámara baja y una semana después en el Senado?
La irresponsabilidad de los legisladores nacionales en otorgarle un cheque en blanco al Poder Ejecutivo, olvidándose que la principal función al ocupar sus bancas es cuidar el fruto del trabajo de sus representados, es lo que más debería indignar.
(*) especial para Perfil.com
Fuente: Perfil.com (Buenos Aires, Argentina)