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Corea del Norte bajo la lupa
Corea del Norte, China, Corea del Norte: el derrotero de quienes logran huir, son detenidos y repatriados
En 2021 llegaron a Corea del Sur 63 norcoreanos que escaparon de su país, una caída de 72,4% comparado con los 229 que lograron huir en 2020 y de 94% respecto de los 1.074 que lo hicieron en 2019, cuando aún no había pandemia. Es una cifra baja comparada con las decenas de miles de norcoreanos «fugitivos» o «desertores» (un término que varía según la mirada de cada país involucrado) que permanecen en China como inmigrantes ilegales y con una identidad falsa para evitar ser descubiertos, arrestados y regresados por la fuerza a Corea del Norte.Por Hayoung Ahn
(NKDB) La noticia de que Zhu Xinjiang, también conocido como Chu Hyon Kwon (주현권), escapó de una prisión china y estuvo prófugo durante más de cuarenta días hasta que fue arrestado en diciembre volvió a poner el foco de atención en los norcoreanos fugitivos en China. Chu Hyon Kwon escapó después de pasar nueve años detenido y poco antes de cumplir su condena a 11 años y 3 meses de cárcel. Según diferentes medios de comunicación, había cruzado el río que separa Corea del Norte de China en 2013 y robado dinero, teléfonos celulares y ropa en casas en un pueblo cercano. También se informó que apuñaló a una anciana que lo descubrió y que huyó de la escena antes de ser arrestado.
Claramente, Chu Hyon Kwon cometió en China los delitos por los que finalmente fue condenado, pero poca atención se prestó a qué lo llevó a cometer esos crímenes siendo un fugitivo norcoreano.
Incluso después de escapar, la perspectiva de recuperar su libertad después de cumplir la sentencia era un lujo que nunca iba a disfrutar: su condición de fugitivo o desertor de Corea del Norte tiene un precio que debía pagar. El resultado esperado es la repatriación forzosa, y luego su destino queda en manos del Estado [norcoreano] sin nadie que lo defienda. Solo se puede imaginar lo aterrador y horrible del castigo y el encarcelamiento en un lugar como Corea del Norte.
Elegir sobrevivir: escapando de Corea del Norte
Es difícil hacer una estimación precisa del número de norcoreanos que han huido de su país y viven en China. En algún momento se estimó que eran unas 30.000 personas, pero ONGs y gobiernos estiman ahora que, en la actualidad, hay decenas de miles de norcoreanos escapados viviendo en China.
Muchas razones pueden explicar por qué miles de personas decidieron cruzar ilegalmente la frontera de Corea del Norte para vivir en China. En los últimos años, la razón más común según Database Center for North Korean Human Rights (NKDB) y sus datos censales de los últimos veinte años, son las dificultades económicas en su país.
Las mujeres que huyen de Corea del Norte a China a causa de la situación económica pueden ser víctimas de la trata de personas al ser engañadas por intermediarios o aceptar voluntariamente ese riesgo simplemente para escapar de Corea del Norte, aún sabiendo de ese peligro.
En otros casos, quienes escapan tienen referencias laborales de familiares, conocidos e intermediarios y viven como inmigrantes ilegales en China. Comparten la ausencia de un país que los proteja, a ellos y a su identidad, pero eligen escapar de Corea del Norte para sobrevivir.
“Me repatriaron y finalmente me encarcelaron en la prisión 00 en 2010. Muchos presos murieron dentro. Yo pertenecía a la unidad de trabajo 00, y veía que cada mes morían en promedio 7-8 personas de mi unidad de trabajo. Una vez que estaban muertos, no había más dignidad para ellos. Los cadáveres eran doblados al medio y colocados en sacos que finalmente se arrojaban a un pozo. Aquellos que recibían visitas familiares periódicas estaban en mejores condiciones porque tenían alimentos adicionales. Pero si no tienes visitas, es probable que mueras de hambre”.
(Detención ilegal en la cárcel, E14-1-0368, Choi 00, mujer, provincia de Hamgyong del Norte.)
Los norcoreanos que deciden escapar a China, sea para vivir o solo como un medio para llegar a Corea del Sur, en última instancia deben optar por esconderse o crear una nueva identidad. Sin embargo, incluso si viven en China durante más de diez años con una identidad falsa, aún enfrentan el riesgo de una repatriación forzosa. Si alguien como un jefe o un vecino entrometido descubre su identidad de ciudadano norcoreano, este hecho se convierte en una debilidad de por vida. En los casos de repatriación forzosa, quienes han vivido en China durante mucho tiempo están sujetos a castigos más extremos, y no solo son agredidos y torturados duramente por haber permanecido tanto tiempo en China, sino que sus sentencias también son más largas.
Muchos norcoreanos escapan por razones económicas, pero se mantienen en contacto con sus hijos y padres y les hacen llegar remesas e información del exterior. El gobierno de Corea del Norte, sin embargo, ha reforzado recientemente sus leyes penales al establecer la reeducación laboral durante cinco años o más” incluso por intentar escapar con fines económicos, y mucho más si se trata de intentar llegar a Corea del Sur. Esto es esperable por parte del régimen norcoreano, que promulgó la “Ley de pensamiento antirreaccionario” en diciembre de 2020 para controlar más a fondo cualquier idea externa contraria al Estado, demostrando su miedo a la información proveniente del exterior y sus intentos de evitar su difusión.
Según el Libro Blanco de 2020 sobre derechos humanos de Corea del Norte publicado por NKDB, en China hubo 7.857 casos de repatriación forzosa y 19.769 casos de “detención ilegal” como resultado. Estas medidas tomadas contra las personas que cruzan la frontera dan como resultado torturas, agresiones y terribles muertes en los centros de detención. Esta es la dura realidad de quienes escapan de Corea del Norte para sobrevivir.
China y la Convención sobre refugiados de la ONU
China repatria por la fuerza a los norcoreanos que escapan a pesar de ser parte de la Convención sobre Refugiados de 1951, por la que los signatarios están obligados a no devolver a refugiados si esto puede ponerlos en riesgo de persecución o tortura. China considera que los norcoreanos escapados son inmigrantes ilegales, en lugar de refugiados, lo que les permite tratarlos como criminales de acuerdo con el sistema legal del país. Tomás Ojea Quintana, relator especial de la ONU sobre derechos humanos en Corea del Norte, ha señalado enérgicamente que “el problema es muy grave y el gobierno chino está desafiando el derecho internacional”.
No hay garantía de que las críticas de la comunidad internacional cambien esta actitud del gobierno chino. En varios casos en que los norcoreanos fugitivos que corrían el riesgo de ser repatriados pudieron escapar y llegar a Corea del Sur mediante negociaciones secretas, la actitud de China hacia ellos fue similar al trato hacia las personas cautivas o rehenes. Si mantener el status quo sigue siendo conveniente para China, continuará con su política actual.
Afirmar que es una suerte no haber nacido en Corea del Norte implica ser consciente del tipo de lugar que es Corea del Norte y el hecho de que muchos reconocen que no podrían sobrevivir allí. La Declaración Universal de Derechos Humanos bien puede considerarse una de las bases del siglo XXI: según este texto, la existencia de un ser humano es inherentemente digna de dignidad y protección y de ello se deriva que la dignidad de un individuo sea inalienable por ser “universal”.
En un mundo de derechos humanos universales, debemos alzar la voz en defensa de los débiles más allá de decir un “qué suerte que no me tocó a mí”. Si el derecho a la dignidad no está naturalmente protegido, no podemos saber cuándo puede tocarnos.
Instar al gobierno chino a cumplir con sus obligaciones
“En el año 2000, Kim 00 se asoció con un trabajador que cambiaba moneda extranjera para vender piñones. Como el trabajador no le dio su parte, Kwon 00 tampoco lo hizo con la suya, de modo que el trabajador denunció a Kwon 00, y por lo tanto, la Secretaría de Seguridad Ciudadana lo investigó. Cuando él solicitó un nuevo juicio, lo tuvo, pero fue sentenciado con diez años adicionales, trece en total por haber complicado el asunto”. (Violaciones del derecho a un juicio justo y a una audiencia pública, E10-1-796, Kim 00, varón, provincia de Hamgyong del Norte.)
Por miedo a una repatriación forzosa, Chu Hyon Kwon escapó de una prisión china, pero su encarcelamiento en China ha vuelto a comenzar. Sin embargo, su repatriación forzosa sólo ha sido suspendida temporalmente y por un tiempo limitado. Aunque es poco probable que la frontera entre ambos países se abra en lo inmediato debido a la pandemia de COVID-19, no puede descartarse por completo la posibilidad de que sea enviado de regreso a Corea del Norte.
A medida que Chu se acercaba al final de su condena, su "escape" puede haber sido su única oportunidad de sobrevivir. China debería reconsiderar su práctica de repatriación forzada a la luz de la Convención sobre los refugiados y de la Convención contra la tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes.
El caso de Chu Hyon Kwon no es un incidente aislado. Hay innumerables norcoreanos escapados que cruzan ríos y montañas, revelando que esta historia de tomar una "decisión final" para evitar ser enviados de regreso al Norte es demasiado común.
Traducción: Agustín Menéndez
Edición: Florencia Grieco
Las opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de sus autores y no representan necesariamente la opinión de CADAL.
Hayoung AhnInvestigador en NKDB.
(NKDB) La noticia de que Zhu Xinjiang, también conocido como Chu Hyon Kwon (주현권), escapó de una prisión china y estuvo prófugo durante más de cuarenta días hasta que fue arrestado en diciembre volvió a poner el foco de atención en los norcoreanos fugitivos en China. Chu Hyon Kwon escapó después de pasar nueve años detenido y poco antes de cumplir su condena a 11 años y 3 meses de cárcel. Según diferentes medios de comunicación, había cruzado el río que separa Corea del Norte de China en 2013 y robado dinero, teléfonos celulares y ropa en casas en un pueblo cercano. También se informó que apuñaló a una anciana que lo descubrió y que huyó de la escena antes de ser arrestado.
Claramente, Chu Hyon Kwon cometió en China los delitos por los que finalmente fue condenado, pero poca atención se prestó a qué lo llevó a cometer esos crímenes siendo un fugitivo norcoreano.
Incluso después de escapar, la perspectiva de recuperar su libertad después de cumplir la sentencia era un lujo que nunca iba a disfrutar: su condición de fugitivo o desertor de Corea del Norte tiene un precio que debía pagar. El resultado esperado es la repatriación forzosa, y luego su destino queda en manos del Estado [norcoreano] sin nadie que lo defienda. Solo se puede imaginar lo aterrador y horrible del castigo y el encarcelamiento en un lugar como Corea del Norte.
Elegir sobrevivir: escapando de Corea del Norte
Es difícil hacer una estimación precisa del número de norcoreanos que han huido de su país y viven en China. En algún momento se estimó que eran unas 30.000 personas, pero ONGs y gobiernos estiman ahora que, en la actualidad, hay decenas de miles de norcoreanos escapados viviendo en China.
Muchas razones pueden explicar por qué miles de personas decidieron cruzar ilegalmente la frontera de Corea del Norte para vivir en China. En los últimos años, la razón más común según Database Center for North Korean Human Rights (NKDB) y sus datos censales de los últimos veinte años, son las dificultades económicas en su país.
Las mujeres que huyen de Corea del Norte a China a causa de la situación económica pueden ser víctimas de la trata de personas al ser engañadas por intermediarios o aceptar voluntariamente ese riesgo simplemente para escapar de Corea del Norte, aún sabiendo de ese peligro.
En otros casos, quienes escapan tienen referencias laborales de familiares, conocidos e intermediarios y viven como inmigrantes ilegales en China. Comparten la ausencia de un país que los proteja, a ellos y a su identidad, pero eligen escapar de Corea del Norte para sobrevivir.
“Me repatriaron y finalmente me encarcelaron en la prisión 00 en 2010. Muchos presos murieron dentro. Yo pertenecía a la unidad de trabajo 00, y veía que cada mes morían en promedio 7-8 personas de mi unidad de trabajo. Una vez que estaban muertos, no había más dignidad para ellos. Los cadáveres eran doblados al medio y colocados en sacos que finalmente se arrojaban a un pozo. Aquellos que recibían visitas familiares periódicas estaban en mejores condiciones porque tenían alimentos adicionales. Pero si no tienes visitas, es probable que mueras de hambre”.
(Detención ilegal en la cárcel, E14-1-0368, Choi 00, mujer, provincia de Hamgyong del Norte.)
Los norcoreanos que deciden escapar a China, sea para vivir o solo como un medio para llegar a Corea del Sur, en última instancia deben optar por esconderse o crear una nueva identidad. Sin embargo, incluso si viven en China durante más de diez años con una identidad falsa, aún enfrentan el riesgo de una repatriación forzosa. Si alguien como un jefe o un vecino entrometido descubre su identidad de ciudadano norcoreano, este hecho se convierte en una debilidad de por vida. En los casos de repatriación forzosa, quienes han vivido en China durante mucho tiempo están sujetos a castigos más extremos, y no solo son agredidos y torturados duramente por haber permanecido tanto tiempo en China, sino que sus sentencias también son más largas.
Muchos norcoreanos escapan por razones económicas, pero se mantienen en contacto con sus hijos y padres y les hacen llegar remesas e información del exterior. El gobierno de Corea del Norte, sin embargo, ha reforzado recientemente sus leyes penales al establecer la reeducación laboral durante cinco años o más” incluso por intentar escapar con fines económicos, y mucho más si se trata de intentar llegar a Corea del Sur. Esto es esperable por parte del régimen norcoreano, que promulgó la “Ley de pensamiento antirreaccionario” en diciembre de 2020 para controlar más a fondo cualquier idea externa contraria al Estado, demostrando su miedo a la información proveniente del exterior y sus intentos de evitar su difusión.
Según el Libro Blanco de 2020 sobre derechos humanos de Corea del Norte publicado por NKDB, en China hubo 7.857 casos de repatriación forzosa y 19.769 casos de “detención ilegal” como resultado. Estas medidas tomadas contra las personas que cruzan la frontera dan como resultado torturas, agresiones y terribles muertes en los centros de detención. Esta es la dura realidad de quienes escapan de Corea del Norte para sobrevivir.
China y la Convención sobre refugiados de la ONU
China repatria por la fuerza a los norcoreanos que escapan a pesar de ser parte de la Convención sobre Refugiados de 1951, por la que los signatarios están obligados a no devolver a refugiados si esto puede ponerlos en riesgo de persecución o tortura. China considera que los norcoreanos escapados son inmigrantes ilegales, en lugar de refugiados, lo que les permite tratarlos como criminales de acuerdo con el sistema legal del país. Tomás Ojea Quintana, relator especial de la ONU sobre derechos humanos en Corea del Norte, ha señalado enérgicamente que “el problema es muy grave y el gobierno chino está desafiando el derecho internacional”.
No hay garantía de que las críticas de la comunidad internacional cambien esta actitud del gobierno chino. En varios casos en que los norcoreanos fugitivos que corrían el riesgo de ser repatriados pudieron escapar y llegar a Corea del Sur mediante negociaciones secretas, la actitud de China hacia ellos fue similar al trato hacia las personas cautivas o rehenes. Si mantener el status quo sigue siendo conveniente para China, continuará con su política actual.
Afirmar que es una suerte no haber nacido en Corea del Norte implica ser consciente del tipo de lugar que es Corea del Norte y el hecho de que muchos reconocen que no podrían sobrevivir allí. La Declaración Universal de Derechos Humanos bien puede considerarse una de las bases del siglo XXI: según este texto, la existencia de un ser humano es inherentemente digna de dignidad y protección y de ello se deriva que la dignidad de un individuo sea inalienable por ser “universal”.
En un mundo de derechos humanos universales, debemos alzar la voz en defensa de los débiles más allá de decir un “qué suerte que no me tocó a mí”. Si el derecho a la dignidad no está naturalmente protegido, no podemos saber cuándo puede tocarnos.
Instar al gobierno chino a cumplir con sus obligaciones
“En el año 2000, Kim 00 se asoció con un trabajador que cambiaba moneda extranjera para vender piñones. Como el trabajador no le dio su parte, Kwon 00 tampoco lo hizo con la suya, de modo que el trabajador denunció a Kwon 00, y por lo tanto, la Secretaría de Seguridad Ciudadana lo investigó. Cuando él solicitó un nuevo juicio, lo tuvo, pero fue sentenciado con diez años adicionales, trece en total por haber complicado el asunto”. (Violaciones del derecho a un juicio justo y a una audiencia pública, E10-1-796, Kim 00, varón, provincia de Hamgyong del Norte.)
Por miedo a una repatriación forzosa, Chu Hyon Kwon escapó de una prisión china, pero su encarcelamiento en China ha vuelto a comenzar. Sin embargo, su repatriación forzosa sólo ha sido suspendida temporalmente y por un tiempo limitado. Aunque es poco probable que la frontera entre ambos países se abra en lo inmediato debido a la pandemia de COVID-19, no puede descartarse por completo la posibilidad de que sea enviado de regreso a Corea del Norte.
A medida que Chu se acercaba al final de su condena, su "escape" puede haber sido su única oportunidad de sobrevivir. China debería reconsiderar su práctica de repatriación forzada a la luz de la Convención sobre los refugiados y de la Convención contra la tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes.
El caso de Chu Hyon Kwon no es un incidente aislado. Hay innumerables norcoreanos escapados que cruzan ríos y montañas, revelando que esta historia de tomar una "decisión final" para evitar ser enviados de regreso al Norte es demasiado común.
Traducción: Agustín Menéndez
Edición: Florencia Grieco
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