Zuckerberg sin máscara
El líder de Facebook, Instagram y Threads se ha plegado por conveniencia a los designios de Trump.
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Se abre una nueva etapa en el Uruguay. Tanto Orsi como Delgado habían coincidido en que había que mejorar en seguridad; en el combate al narcotráfico; definir un ministerio de Justicia y mejorar la situación carcelaria que es apremiante. Es en el plano internacional donde las diferencias entre el presidente electo de Uruguay y la administración Lacalle Pou podrían tener notorias diferencias.
Los técnicos del oficialismo y 111 técnicos de la oposición, habían advertido sobre el riesgo de que ese plebiscito fuera aprobado. Los candidatos presidenciales se habían pronunciado en contra, aunque el candidato izquierdista dejó en libertad de acción a sus votantes. Se hipotecaba el futuro previsional de generaciones de uruguayos; desaparecían las AFAP y se cuestionaba la seguridad jurídica del país.
Entre octubre y noviembre, se llevaron a cabo dos elecciones en este pequeño país, vecino de Rumania y Ucrania, uno de los territorios más pobres de Europa en términos de PBI per cápita. Ambas estuvieron profundamente entrelazadas, porque Maia Sandu, Jefa de Estado desde 2020, representa la visión más proeuropea de la política local y ha encabezado el proceso que derivó en la candidatura a la UE en junio de 2022.
Guyana no necesita mirar muy lejos para ver cómo los Estados petroleros pueden fallar terriblemente. Su vecina Venezuela es el ejemplo perfecto de cómo la corrupción y una gobernanza inepta pueden convertir la riqueza petrolera en una paradójica maldición de los recursos, llevando el país a la pobreza e inestabilidad política.
Su gobierno ha sido exitoso en impulsar nuevos acuerdos defensivos y fortalecer los existentes.
La remoción de Juan José Zúñiga, de su cargo de comandante general del ejército, fue el último eslabón de una cadena compuesta por múltiples causas que llevaron al fallido golpe de Estado efectuado el miércoles 26 de junio pasado.
Entre el 6 y el 9 de junio, los ciudadanos votantes de la Unión Europea (UE) se dirigieron a las urnas para elegir un nuevo Parlamento Europeo. Aunque sigue habiendo una mayoría absoluta del centro democrático, el Parlamento Europeo se ha inclinado hacia la extrema derecha euroescéptica.
Salvo la anfitriona, Giorgia Meloni, primera ministra italiana, los demás gobernantes que se reunieron entre el 13 y el 15 de junio en Apulia, al sur de su país, enfrentan dinámicas políticas poco optimistas.
Desde 1994, con el arribo democrático, el Congreso Nacional Africano (ANC) ha sido el partido hegemónico. Pero eso ha comenzado a cambiar desde la elección del pasado 29 de mayo en la cual la agrupación pierde la mayoría parlamentaria por primera vez
Las amplias mayorías que tendrá Sheinbaum le permitirían concretar el «Plan C» de AMLO, consistente en varias reformas constitucionales donde destacan: elección popular de jueces, ministros de la Corte y autoridades electorales; y concretar la adscripción de la Guardia Nacional a la Secretaría de la Defensa Nacional, algo que la Suprema Corte de Justicia de la Nación declaró inconstitucional.
A cuatro meses de promediar su mandato, el presidente de Colombia Gustavo Petro, luego de la multitudinaria marcha ciudadana del pasado 21 de abril, mantiene su postura de confrontación con la oposición o accede consensuar, si aspira a reformar la previsión social y el mundo del trabajo del país, dos cambios pendientes luego de que no prosperara su reforma de la salud.
La victoria del candidato opositor, Bassirou Diomeye Faye, confirmada luego de la primera vuelta del pasado 24 de marzo, coloca al país de África occidental en una nueva era
Dos periódicos latinoamericanos, «El Tiempo», de Bogotá y «La Prensa Gráfica» de San Salvador, el pasado 8 de noviembre convocaron a diferentes expertos a debatir en el foro «América habla: Unidos para informarnos mejor», organizado en la capital salvadoreña, sobre el «Modelo Bukele» para enfrentar la criminalidad.
Quienes analizan este resultado electoral con categorías superadas por la realidad latinoamericana, e insisten en presentar a Milei como un «ultraderechista» enfrentado a un «progresismo», corren riesgo de equivocarse. Milei amenazó con extremismos en su campaña provocadora, pero no menos cierto es que los sectores políticos republicanos de Argentina serán los que sirvan de contención a los eventuales desbordes.
El triunfo por paliza sobre Sergio Massa abre una ventana de oportunidad para sumar a aquellas facciones del peronismo que no responden al liderazgo de Cristina Fernández de Kirchner. Ello choca con el discurso que Milei utilizó en la campaña y demandará un estilo bastante más negociador de su parte.
El nuevo gobierno a conformarse en los próximos meses tendrá la tarea de revertir el declive democrático, que no será fácil. Duda cuenta con poder de veto y mandato hasta 2025; PiS aún tiene cooptadas a instituciones públicas como el Tribunal Constitucional y el Consejo Nacional del Poder Judicial, además de la emisora estatal TVP. Y su discurso ha marcado a fuego a una generación de polacos.
El consenso, y no la polarización, parecen ser la idea mayoritaria en la ciudadanía general, con lo que los principales partidos —Liberal, Conservador, de la U, Cambio Radical, — ganaron posiciones en los concejos de las ciudades principales, Medellín, Cali, Barranquilla, y Bucaramanga, así como en las asambleas legislativas de los 32 departamentos del país.
El logro milenario de la historia humana respecto a conocer la verdad; a que el delito no debe quedar impune; y a que haya justicia y no repetición de las violaciones a los derechos humanos ocurridas en nuestros países, estaría empañado por no haber convencido de la necesidad de rechazo a todo tipo de dictaduras a importantes sectores de nuestras sociedades.
(Clarín) Milei representa una ideología dogmática, que combina libertarianismo económico con conservadurismo político, que además de no aplicarse en ningún país del mundo niega el disenso y la posibilidad de confrontar pacíficamente las opiniones, es decir, de practicar la tolerancia política, que es la base de la convivencia democrática.
No se trata de una puja entre socialistas contra liberales, ni de socialdemócratas contra comunistas, ni de otras variantes ideológicas. No es un debate de ideas, sino que es una devaluación de la democracia con cierto avance de fabuladores de baja calidad, pero con aparente éxito en la difusión de disparates.
El presidente Gustavo Petro vive la mayor crisis en diez meses de mandato, desatada por dos funcionarios de su gobierno muy próximos a él, ya destituidos: su jefa de Despacho de la Presidencia y mano derecha Laura Sarabia, y uno de sus artífices electorales en la región Caribe, y embajador colombiano en Caracas, Armando Benedetti.
¿Qué es común a la Argentina, Chile y Ecuador, tres casos a los que se les podrían suman otros países de la región? La inseguridad creciente y sin solución de continuidad. El narcotráfico y su permanente captación entre miles de jóvenes que no ven futuro porque ni trabajan ni estudian. El crecimiento del crimen organizado.
Las sociedades más abiertas y prósperas del mundo son precisamente las más respetuosas de los derechos humanos, que para garantizarlos cuentan con altos niveles de austeridad y transparencia gubernamental, todo lo contrario a lo que fueron en la Argentina los gobiernos de Carlos Menem, tan admirados por Javier Milei y tan criticados por la intelectualidad liberal de entonces.
Congresistas de posturas ideológicas aparentemente contrapuestas —llámese si se quiere de ultraderecha y ultraizquierda— ya se habían unido en anteriores oportunidades para rechazar el juicio político al presidente golpista. De haberse procedido con la Constitución en las instancias en que se propuso la destitución de Castillo, por lo menos tanta muerte y destrucción que hoy se registra quizás se habría evitado.
Censurar las consecuencias, pero incentivar las causas. He aquí la hipocresía que ofrecen algunos dirigentes políticos latinoamericanos ante la asonada perpetrada por vándalos ultraderechistas, seguidores del expresidente Jair Bolsonaro, contra la institucionalidad brasileña ocurrida durante unas temibles horas del pasado domingo 8 de enero, felizmente reducida a eso: una asonada antidemocrática y progolpista, solucionada por las fuerzas del orden.
Venezuela, Honduras, Guatemala y El Salvador son países con bajo nivel de Estado de derecho y tasas altas de homicidios, se destacó durante una de las sesiones.
¿Tiene chance la administración Petro de arribar a la paz total? ¿Es posible cumplir el objetivo solamente con iniciativa colombiana? ¿Cómo reaccionará el crimen organizado con redes y coordinaciones que trascienden fronteras?
El triunfo de Lula (50,90%) sobre Bolsonaro (49,10%) evidencia que Brasil está partido en dos y con una inusitada crispación en la sociedad que fue alentada por los candidatos, así como por innumerables noticias falsas y campañas de agravios mutuos.
Los procesos políticos latinoamericanos por los cuales un sistema democrático se convirtió en autoritario o dictatorial han determinado otras lecturas de la realidad regional. Hoy en Latinoamérica no se trata de «izquierda o derecha», sino de qué tanto se respetan y defienden o no, los derechos humanos, en su acepción universal e indivisible, en cada Estado de la región.
El presidente electo colombiano se movió rápidamente en asegurar un marco de responsabilidad institucional y económica y en crear un clima de diálogo con la oposición conservadora. Su futuro gobierno deberá encarar ahora el difícil legado de décadas de ausencia del Estado y de violencia política que dejó miles de muertos, todo lo cual se tradujo en millones de colombianos en situación de pobreza y de extrema vulnerabilidad en materia de seguridad, justicia y el ejercicio de derechos.
Los votantes colombianos le dieron su confianza por primera vez a un candidato de izquierda, quien llamó a mejorar el capitalismo colombiano para superar «el feudalismo y la esclavitud» en uno de los países más desiguales de América Latina. Tanto él como la vicepresidenta electa, Francia Márquez, subrayaron la necesidad de dejar atrás los odios y sectarismos que tienen dividido al país, a fin de que Colombia sea una sola nación, unida en su diversidad.
El ascenso de Rodolfo Hernández, un outsider sin experiencia demasiado relevante en política que disputará la presidencia con el izquierdista Gustavo Petro, ratifica no solo la exigencia de cambio en el electorado colombiano, sino el fenómeno más amplio del avance de personalidades ajenas a la dirigencia tradicional en América Latina.
El cambio político-electoral en Colombia viene dándose desde 2018, cuando Petro obtuvo casi un 42% de los votos en el balotaje (más de 8 millones de votos en casi 20 millones), algo nunca registrado por la izquierda en la historia electoral colombiana. Si el domingo 29 se mantienen altos porcentajes de abstención electoral en las presidenciales, como un 46% registrado en 2018, los resultados electorales pueden encuadrarse dentro de lo previsto por las empresas encuestadoras.
El economista costarricense Rodrigo Chaves, que se presentó a las elecciones como un outsider de la política tradicional, se impuso en la segunda vuelta presidencial y gobernará un país relativamente estable pero con altos índices de pobreza y en un contexto regional convulso. Chaves, que arrastra una polémica por acoso sexual, sumó otra controversia en campaña al advertir que recurrirá a las consultas populares si entiende que su agenda de gobierno se dificulta en el Congreso.
Colombia comenzó a perfilar su futuro político para los próximos años en las elecciones del 13 de marzo pasado, que definieron la composición del Congreso y decidieron a la vez los candidatos de las distintas fuerzas para las presidenciales de fines de mayo. El candidato de izquierda Gustavo Petro quedó al frente de su coalición y fue también quien reunió más votos en términos absolutos. Se estima que la contienda se decidirá en segunda vuelta.
El comienzo del 2022 latinoamericano puede analizarse desde diferentes planos. Veamos dos de ellos: la criminalidad y los cambios políticos. Dos enfoques aparentemente diferentes, que en la región están imbricados.
Boric ha ido evolucionando, sin abandonar sus posiciones de izquierda. Ya en su época como dirigente estudiantil mostró disposición al diálogo, arriesgando costos políticos. La profundidad y dirección de la evolución política de Boric es la pregunta del millón de dólares (literalmente, para muchos inversionistas). Sus primeras señales tras ganar la elección han sido de moderación y respeto por la institucionalidad. El gran peligro puede estar en su coalición y en cómo reaccionará ante las dificultades que enfrentará su gobierno.
Ya presidente electo, Boric se ubicó como el presidente de todos los chilenos. Con humildad convocó a trabajar todos juntos, en unión, un proceso de dialogo en demostración de que no en vano proviene del medio parlamentario, donde se hizo en el debate democrático y la búsqueda de consensos. El empate de sectores partidarios en el Congreso es «una oportunidad para lograr acuerdos», sostuvo en la noche del triunfo donde en su discurso sobrevolaba la Concertación de Partidos por la Democracia que gobernó en Chile desde 1990 hasta 2010 con partidos de izquierda, centroizquierda y centro.
El proyecto votado en los primeros días de noviembre obtuvo un amplio respaldo en ambas cámaras: en la Cámara de los Diputados se aprobó por 82 votos a favor, 20 en contra y 2 abstenciones. Horas antes, la Cámara Alta le dio el visto bueno con el respaldo de 21 senadores, 8 en contra y 3 abstenciones. Que el ejercicio de los derechos humanos es su mejor defensa, es una definición correcta. Pero también que la defensa de los derechos humanos requiere de enseñanza, divulgación, modificaciones culturales (nunca rápidas), activismo pro derechos, para lograr la voluntad política que opera el cambio.
(Clarín) Lo que vemos hoy –en las protestas, en las encuestas y en el comportamiento del dólar—no hace más que confirmar los temores desatados hace dos años: Chile dejó de ser lo que era. Para quienes apoyan las protestas, Chile cambió para bien. Pero me temo que puede haber cambiado para mal. El problema no son las demandas ciudadanas, muchas de las cuáles apuntan a las debilidades de un proceso que, si bien sacó a millones de chilenos de la pobreza y puso a Chile en el camino al desarrollo, no se hizo cargo de la precariedad social que también generó. El problema está en la forma en que se ha canalizado el debate y la narrativa política.
(Clarín) ¿Qué ocurriría si el 14 de noviembre el resultado es similar al de las PASO? El gobierno de Alberto Fernández quedaría sumamente debilitado y con dos años de mandato por delante. A pesar de la reacción positiva de los mercados financieros, que descuentan tal vez de manera algo apurada un giro hacia políticas pro-mercado en 2023, hay motivos para la cautela. El gobierno probablemente doble la apuesta de cara a las elecciones e intente recuperar los votos perdidos con una inyección de dinero, incluso a costa de agravar los desequilibrios macroeconómicos existentes.
El país más pequeño de África continental superó una larga época de dictadura y enfrenta actualmente desafíos ante la inminencia de elecciones en diciembre. En la lista de favoritos para el período 2022-2027, Barrow tiene altísimas chances de imponerse con cómoda ventaja pese a que la economía no sea el fuerte de su gestión y el desempleo, sobre todo en sectores juveniles, se mantenga alto, en un país que necesita mucho de la ayuda internacional para salir del marasmo que representó la era Jammeh en tanto autoritarismo y corrupción.
(Clarín) Si, como muchos creen, el Congreso se empeña en sacar a Castillo del gobierno, se desatará una crisis de gobernabilidad de proporciones. Por el contrario, si el gobierno del presidente Castillo logra superar la amenaza de un Congreso hostil y se consolida, el Perú corre el riesgo serio de entrar en un proceso de deterioro de sus libertades sin contar con mecanismos suficientemente sólidos para proteger la institucionalidad democrática de eventuales excesos autoritarios, como hemos visto en muchos países latinoamericanos.
¿Pedro Castillo Terrones (51) vuela por debajo del radar o paga precio a la improvisación e inexperiencia? La izquierda moderada del Perú se está preguntando hacia dónde realmente se conduce la administración Castillo. Por otra parte, la confirmación de las principales autoridades económicas anunciadas durante la campaña electoral ofrece un crédito a la gestión del maestro presidente que seguirá cobrando el sueldo del magisterio. Con un Congreso extremadamente fragmentado como el que hoy presenta Perú, es difícil discernir las estrategias de los diferentes sectores parlamentarios en lo inmediato. El centro político debe retomar su protagonismo en Perú a riesgo de que el enfrentamiento entre los extremos hunda al país en una pugna estéril.
El nuevo ministro de Hacienda, Juan Manuel Restrepo, anunció una nueva reforma tributaria que no gravará bajo ningún concepto a la clase media y pobre; ni impondrá el IVA a los productos de la canasta familiar; sino que apuntará a que las empresas paguen más impuestos con lo que llegaría a una recaudación imprescindible (en eso está de acuerdo todo el espectro político) de 7500 millones de dólares. La paradoja es que con el bloqueo de carreteras y las medidas que van más allá de la protesta pacífica, Colombia ha perdido ya casi la mitad de ese dinero.
El cambio de gobierno trae algunos aires de modernización como el intento de tener una burocracia profesional, que luche contra la corrupción. Además, se propone retomar el control y mejorar la reputación de las políticas públicas en diferentes áreas del país, así como acercar a Montenegro a la Unión Europea con el fin de alcanzar beneficios económicos y comerciales. Sin embargo, el tinte etnicista del Primer Ministro y de su gobierno no pasan desapercibidos, así como tampoco la creciente influencia de países como Rusia y Serbia.
Al cumplirse 20 años de su fallecimiento, sus análisis y opiniones sobre la realidad argentina siguen más vigentes que nunca. “Actividades y prácticas que son ilícitas no sufren penalización alguna”. “Lo que falta es una suma de creatividad, vocación y mentalidad tanto en el nivel público como privado. O, dicho de otro modo, que es urgente modificar pautas y actitudes culturales que van más allá de un gobierno de turno”. “El estancamiento o la decadencia de un país -verbigracia, la Argentina- están directamente asociados con la pérdida de un valor esencial como lo es la cultura de trabajo”. “La tolerancia es la base de muchos otros progresos, además de la mejor vacuna, a largo plazo, contra los graves déficit argentinos en muchos órdenes”.
Las propuestas generales de Castillo y Perú Libre tienen importantes similitudes con los postulados de la dictadura militar nacionalista de izquierda de Juan Velasco Alvarado que gobernó el Perú entre 1968 y 1975. Con una grave crisis institucional y sin partidos políticos funcionales, Perú enfrenta un gran desafío en la elección del 6 de junio. Más allá de sus posiciones ideológicas, tanto Castillo como su contrincante tienen tendencias autocráticas.
La composición de la Asamblea Nacional refleja la fragmentación política de Ecuador. La coalición que apoyó a Arauz tiene 48 de los 137 asientos de la Asamblea, frente a 31 de la de Lasso y sus aliados. Pachakutik, por su parte, tiene 27 asientos. Ante este escenario, el presidente electo, Guillermo Lasso, deberá desplegar todas sus dotes negociadoras para ir adelante con las reformas pro inversión y pro empleo de su plan de gobierno y, especialmente, con las medidas de austeridad fiscal.
Bulgaria no sólo es el país más pobre de la Unión Europea, también tiene los peores índices de corrupción (según Transparencia Internacional) y la menor libertad de prensa (según Reporteros sin Fronteras) en el bloque; por esto resultó tan promisoria la irrupción de una figura popular enfrentada a los partidos tradicionales, a un status quo cuestionado. Sin embargo, el líder oficialista, renunció dos veces al cargo de Primer Ministro y las dos veces volvió a ser electo. ¿Podrá lograrlo nuevamente?
En medio de lo que la oposición llama una “caza de brujas”, el Tribunal de la Ciudad de Tbilisi aceptó el pasado 17 de febrero la petición de la fiscalía de enviar al principal opositor del gobierno regente, Nika Melia, a prisión preventiva tras acusaciones de organizar manifestaciones violentas en 2019. La renuncia de Gajaria no ha hecho más que profundizar la crisis política en Georgia; ha dejado a la luz los nuevos quiebres dentro del partido político dominante que, desde las elecciones del 2018, ha visto sus caudales de votos reducidos.
La clase política del Perú cayó un peldaño más estos días tras destaparse el vacunagate. El escándalo, a menos de dos meses de las elecciones generales del 11 de abril, no hace sino hundir más la imagen de la clase política peruana y de las instituciones del estado y alimenta la creciente desafección de la población por la política y sus dirigentes. Peligroso escenario. Como ha sido la norma en los últimos 30 años, la debacle política peruana corre por un camino totalmente ajeno al de la economía.
La primera vuelta electoral del pasado 7 de febrero definió qué tipo de país quiere la ciudadanía ecuatoriana y la segunda, prevista para el 11 de abril, determinará quién será el nuevo Presidente, instancia para la que ya logró un puesto Andrés Arauz (36) el delfín de Correa, que se postuló por la nueva coalición, Unión por la Esperanza (UNES). El sistema político ecuatoriano vive una crisis importante. Prueba de ello fueron las 16 fórmulas electorales que compitieron en la elección.
El G-20 es considerado el evento internacional del año para la diplomacia argentina y el papel que el país está llamado a desempeñar, el de presidente y organizador, justifica el amplio apoyo que el gobierno decidió otorgarle.
Entre las medidas administrativas con efecto inmediato, el Presidente de Chile mencionó dos categorías de inmigrantes que se verán afectados por unos tratos diferentes: los venezolanos y los haitianos.