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Análisis Sínico

13-03-2023

Serios desafíos para la economía china

En la sesión del legislativo comunista se anunciaron reformas institucionales que supondrán una mayor concentración de poder y un mayor control de la economía.
Por Juan Pablo Cardenal
Foto: Wikipedi

La sesión anual de la Asamblea Nacional Popular (ANP) celebrada la semana pasada en Beijing dejó, además de la confirmación del tercer mandato de Xi Jinping como presidente nacional, las líneas maestras que fijarán el rumbo de las políticas económicas del país asiático a corto y medio plazo. De entrada, un objetivo de crecimiento económico del 5% para este año, un ritmo poco alentador comparado con los crecimientos desbocados previos al Covid, pero que el gobierno chino confía alcanzar gracias al repunte del consumo tras el daño autoinfligido con la política de Covid-cero. Sólo en el despliegue de quioscos para pruebas PCR por todo el país, China dilapidó el equivalente al producto interno bruto de Estonia. Una decisión ideológica e inútil.

Asimismo, el discurso del primer ministro saliente, Li Keqiang, reveló dos de las necesidades estratégicas del gigante. Por un lado, ser autosuficiente en materia tecnológica, objetivo prioritario por el impacto mayúsculo que suponen los controles de EE. UU a la exportación de semiconductores y tecnología afín a China, a los que se han sumado Japón y Países Bajos. Para reducir la dependencia de tecnología extranjera y acelerar el proceso para lograr la autosuficiencia, el Ejecutivo chino prepara un paquete de 143.000 millones de dólares para apoyar a la industria, entre otros incentivos a las empresas del sector. Este desembolso está justificado, pues alrededor del sector de los chips pivota el resto de las industrias clave. Es, por tanto, un movimiento que China ve como transcendental para coronar su modernización.

Por otro lado, otro gran objetivo de Beijing, mencionado expresamente durante el cónclave, es garantizar su seguridad alimentaria. Ello convierte a América Latina en estratégica para los intereses del país asiático, pues es en Brasil, Argentina, Perú, Chile y otros países regionales donde China se garantiza su suministro futuro de soja, cereal, carne, pescado o fruta, además de minerales y demás recursos extractivos. Esta oportunidad evidente conlleva, sin embargo, un riesgo implícito: que el intercambio de recursos naturales por manufacturas consolide el modelo primario-exportador y, por tanto, que América Latina quede subordinada a los intereses chinos. El bajo valor añadido de las materias primas no genera riqueza industrial a largo plazo y el coste medioambiental y social es conocido. La historia demuestra que se cronifican así las relaciones de dependencia.

También se anunciaron en la sesión del legislativo comunista reformas institucionales que supondrán una mayor concentración de poder y un mayor control de la economía. En concreto, se anunció la creación de un nuevo organismo regulador para la supervisión del sector financiero, lo que podría sentar las bases de una futura reestructuración del sistema financiero tras años de excesos y si se percibe riesgo sistémico. Ha sido, en esencia, una ANP volcada en reactivar la economía, maltrecha por el Covid. Pero con el control estricto del sector privado, la dirección económica a través de las estructuras del Partido Comunista, la abierta hostilidad contra Occidente y el riesgo geopolítico, las perspectivas no pueden ser muy optimistas. 

Juan Pablo Cardenal
Juan Pablo Cardenal
Editor de Análisis Sínico
Periodista y escritor. Entre 2003 y 2014 fue corresponsal en China de sendos diarios españoles, especializándose desde 2009 en la expansión internacional del gigante asiático. Desde entonces ha investigado dicho fenómeno en 40 países de 4 continentes al objeto de entender las consecuencias de las inversiones, infraestructuras y préstamos chinos en los países receptores. De dicha investigación han resultado tres libros, de los que es co-autor con otro periodista, entre ellos “La silenciosa conquista china” (Crítica, 2011) y “La imparable conquista china” (Crítica, 2015), traducidos a 12 idiomas. Desde 2016 ha dirigido proyectos de investigación para entender el poder blando chino y la estrategia de Pekín para ganar en influencia política en América Latina, lo que resultó en la publicación de varios informes. Ha impartido también conferencias en distintas instituciones internacionales y ha publicado capítulos sobre China en libros que abordan dichas temáticas, además de haber contribuido con sus análisis y artículos en El País, El Mundo, Clarín, The New York Times, Project Syndicate y el South China Morning Post, entre otros. Su última obra es “La Telaraña” (Ariel, 2020), que aborda la trama internacional de la crisis política en Cataluña.
 
 
 

 
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