Entrevistas
Análisis Latino
Sol García Basulto:
«La desinformación es uno de los peores problemas que tenemos en Cuba»
Descubrí que tenía dos opciones para ser libre: emigrar o quedarme y luchar para cambiar las cosas. Decidí quedarme porque no tiene el menor sentido irse de un lugar al que siempre tendrás que volver. Realmente hay un contraste, hay un antes y un después del periodismo independiente en mi vida, y si antes vivía muda y callada ahora puedo canalizar lo que sentimos. No es menos cierto que tiene efectos secundarios, pero es el precio de la libertad.Por Gabriel C. Salvia
La periodista es parte del equipo de La Hora de Cuba, corresponsal de 14ymedio en Camagüey y ha colaborado con Diario de Cuba y La Cuarta Columna. En sus colaboraciones periodísticas aborda temas de carácter político-social y cultural. Fue detenida en varias oportunidades. Una de ellas cuando realizaba la cobertura del juicio por la muerte de un joven rockero, ocasión en la que fue despojada de su cámara fotográfica y sometida a un interrogatorio. En su última detención fue impedida de viajar a Panamá para asistir a un curso de periodismo.
Nació en 1988 en el municipio Santa Cruz, al sur de Camagüey. Estudió Artes plásticas en una escuela de formación de Instructores de Arte y cursó el primer año de Historia del Arte en la Universidad de Oriente en Santiago de Cuba, carrera que no pudo terminar por su rechazo a las arbitrariedades del sistema.
¿Cuándo y por qué ingresó al periodismo independiente en Cuba?
Escribí mi primer texto en julio del 2015, un material sobre la violencia cultural inspirado en la muerte de un joven asesinado brutalmente por una pandilla en Camagüey. Después seguí escribiendo sobre otros temas como la extrema pobreza que viven los hogares mono parentales maternos en Cuba, o el alto precio de la vida. Los textos fueron publicados en La Hora de Cuba y 14ymedio. Entonces empecé a ver el periodismo como una manera de canalizar no solo mi opinión sino la de esos cubanos que el mundo no conoce porque no los busca Granma o Juventud Rebelde y que son el verdadero rostro del país. Comprendí el poder que tiene la prensa para oxigenar la mente colectiva, para unir esas etnias sociales que los medios oficiales disipan al distraer su atención con mentiras o verdades triviales. Los pilares de una reforma están en la divulgación, en los medios de prensa. De hecho, los mismos que hoy acusan el periodismo independiente usaron los medios para defenderse. La historia de Cuba está poblada de boletines, diarios y emisoras de radio que marcaron el futuro de cada etapa.
¿Cómo era su vida antes de ingresar al periodismo independiente y qué conocimiento tenía de las voces críticas al gobierno de Cuba dentro de la Isla?
La verdad que siempre me miraron como a una irreverente. Desde mi adolescencia ya tenía problemas para adaptarme al régimen, los reglamentos de las escuelas, los actos públicos y la inutilidad de la prensa oficial eran cosas indignantes. Conocí a algunas personas que intentaban desdoblar la política y luego encontré un grupo más grande en mi generación. Supe como son acosadas las personas que piensan diferente, o que piensan igual que muchos solo que se atreven a decirlo. Descubrí que tenía dos opciones para ser libre: emigrar o quedarme y luchar para cambiar las cosas. Decidí quedarme porque no tiene el menor sentido irse de un lugar al que siempre tendrás que volver. Realmente hay un contraste, hay un antes y un después del periodismo independiente en mi vida, y si antes vivía muda y callada ahora puedo canalizar lo que sentimos. No es menos cierto que tiene efectos secundarios, pero es el precio de la libertad y no me arrepiento de nada.
Al consultar las fuentes que cita en sus notas periodísticas, ¿cómo se presenta? ¿Hubo alguna represalia para alguna de sus fuentes por ser citadas en 14ymedio?
Siempre me presento como lo que soy: aficionada al periodismo que hace periodismo de manera independiente para medios de prensa digitales y cito los medios. A veces la gente pregunta si puede tener problemas por ello, a lo que yo respondo: "todo puede ser" y doy argumentos. Normalmente se arriesgan porque a nadie aquí le parece mal lo que hago ni les gusta que les prohíban hablar. Incluso algunos lo usan en su defensa y me piden divulgar sus experiencias. En casos extremos, donde la fuente tiene mucho que perder, como su trabajo o un puesto importante, le queda el derecho de negarse a responder mis preguntas. En ese caso suelo agregar al reportaje la negativa del funcionario o la institución. Un caso específico de represalia contra una de mis fuentes es el de Cristóbal Aranda Soto, el administrador del área estatal de acopio del agromercado central de Camagüey. Este hombre me dio una entrevista, en el mes de julio, sobre la escasez de los productos cárnicos en el mercado. Cuando salió la entrevista en 14ymedio lo presionaron tanto que tuvo que decir que yo me había presentado con una credencial falsa , una chaqueta de periodista y diciendo que era del equipo del Granma y del Adelante, para no perder su puesto. Por su declaración amenazaron con acusarme por un delito llamado Usurpación de la responsabilidad legal. Esa me la tienen guardada, supongo. Es lo que se puede esperar de personas que tratan de poner en mi contra hasta a mis amigos más fieles.
¿Qué consecuencias ha tenido para usted ejercer el periodismo independiente en Cuba?
Me ha traído feas consecuencias: arrestos, persecución y el acoso de las autoridades. He llegado a sentir que mi país me odia, pero también me siento realizada como ser humano y como profesional. Lo más importante en la vida es ser autónomo, pensar con ideas propias, no caer en la trampa de los políticos y estar siempre atentos a lo mal hecho. Aunque por ello estés cuatro veces en manos de las autoridades, y las personas que amas salgan lastimadas. Son cosas que se hacen por el bien común.
Luego de su reciente detención, ¿qué desafíos encuentra para continuar en el periodismo independiente? ¿Teme ir presa?
No me gustaría cumplir una sanción de privación de libertad, me encanta estar con mi hijo, mi familia, viajar y conocer gente, pero tampoco tengo miedo. Creo en la libertad más allá de las rejas. La libertad es un estado mental, es una actitud ante la vida. Me pueden encerrar 100 años en un pozo oscuro, allí en el fondo del pozo seguiré escribiendo aunque sea en Braille. Mi peor condena sería no poder escribir, dejar de decir lo que pienso, pero eso nadie me lo puede prohibir. Las motivaciones son las mismas, el dolor y la frustración de la gente que veo sufrir sin haber hecho algo para merecerlo. Y el desafío de cambiar las cosas sigue vigente.
¿Qué información del exterior sigue para enterarse más sobre lo que pasa en Cuba?
La desinformación es uno de los peores problemas que tenemos en Cuba. Los medios oficiales son pobres y superficiales en temas de acontecimiento social. El estado bloquea aquellas páginas y sitios web que no le simpatizan. Pero conocemos alternativas, como los proxys. A través de un proxy se puede leer 14ymedio, Martí noticias, Diario de Cuba y cualquier sitio bloqueado. Así es como nos mantenemos informados.
¿Qué libros y autores han influido en sus ideas y labor periodística?
Me inclino por autores cubanos como Gastón Baquero, Severo Sarduy y en especial José Martí que donó títulos decisivos a la historia, como: "El Presidio Político en Cuba" y "Nuestra América".
Por Gabriel C. Salvia
Gabriel C. SalviaDirector GeneralActivista de derechos humanos enfocado en la solidaridad democrática internacional. En 2024 recibió el Premio Gratias Agit del Ministerio de Relaciones Exteriores de la República Checa. Es autor de los libros "Memoria, derechos humanos y solidaridad democrática internacional" (2024) y "Bailando por un espejismo: apuntes sobre política, economía y diplomacia en los gobiernos de Cristina Fernández de Kirchner" (2017). Además, compiló varios libros, entre ellos "75 años de la Declaración Universal de Derechos Humanos: Miradas desde Cuba" (2023), "Los derechos humanos en las relaciones internacionales y la política exterior" (2021), "Desafíos para el fortalecimiento democrático en la Argentina" (2015), "Un balance político a 30 años del retorno a la democracia en Argentina" (2013) y "Diplomacia y Derechos Humanos en Cuba" (2011), Sus columnas de opinión han sido publicadas en varios medios en español. Actualmente publica en Clarín, Perfil, Infobae y La Nación, de Argentina. Ha participado en eventos internacionales en América Latina, África, Asia, Europa, los Balcanes y en Estados Unidos. Desde 1992 se desempeña como director en Organizaciones de la Sociedad Civil y es miembro fundador de CADAL. Como periodista, trabajó entre 1992 y 1997 en gráfica, radio y TV especializado en temas parlamentarios, políticos y económicos, y posteriormente contribuyó con entrevistas en La Nación y Perfil.
La periodista es parte del equipo de La Hora de Cuba, corresponsal de 14ymedio en Camagüey y ha colaborado con Diario de Cuba y La Cuarta Columna. En sus colaboraciones periodísticas aborda temas de carácter político-social y cultural. Fue detenida en varias oportunidades. Una de ellas cuando realizaba la cobertura del juicio por la muerte de un joven rockero, ocasión en la que fue despojada de su cámara fotográfica y sometida a un interrogatorio. En su última detención fue impedida de viajar a Panamá para asistir a un curso de periodismo.
Nació en 1988 en el municipio Santa Cruz, al sur de Camagüey. Estudió Artes plásticas en una escuela de formación de Instructores de Arte y cursó el primer año de Historia del Arte en la Universidad de Oriente en Santiago de Cuba, carrera que no pudo terminar por su rechazo a las arbitrariedades del sistema.
¿Cuándo y por qué ingresó al periodismo independiente en Cuba?
Escribí mi primer texto en julio del 2015, un material sobre la violencia cultural inspirado en la muerte de un joven asesinado brutalmente por una pandilla en Camagüey. Después seguí escribiendo sobre otros temas como la extrema pobreza que viven los hogares mono parentales maternos en Cuba, o el alto precio de la vida. Los textos fueron publicados en La Hora de Cuba y 14ymedio. Entonces empecé a ver el periodismo como una manera de canalizar no solo mi opinión sino la de esos cubanos que el mundo no conoce porque no los busca Granma o Juventud Rebelde y que son el verdadero rostro del país. Comprendí el poder que tiene la prensa para oxigenar la mente colectiva, para unir esas etnias sociales que los medios oficiales disipan al distraer su atención con mentiras o verdades triviales. Los pilares de una reforma están en la divulgación, en los medios de prensa. De hecho, los mismos que hoy acusan el periodismo independiente usaron los medios para defenderse. La historia de Cuba está poblada de boletines, diarios y emisoras de radio que marcaron el futuro de cada etapa.
¿Cómo era su vida antes de ingresar al periodismo independiente y qué conocimiento tenía de las voces críticas al gobierno de Cuba dentro de la Isla?
La verdad que siempre me miraron como a una irreverente. Desde mi adolescencia ya tenía problemas para adaptarme al régimen, los reglamentos de las escuelas, los actos públicos y la inutilidad de la prensa oficial eran cosas indignantes. Conocí a algunas personas que intentaban desdoblar la política y luego encontré un grupo más grande en mi generación. Supe como son acosadas las personas que piensan diferente, o que piensan igual que muchos solo que se atreven a decirlo. Descubrí que tenía dos opciones para ser libre: emigrar o quedarme y luchar para cambiar las cosas. Decidí quedarme porque no tiene el menor sentido irse de un lugar al que siempre tendrás que volver. Realmente hay un contraste, hay un antes y un después del periodismo independiente en mi vida, y si antes vivía muda y callada ahora puedo canalizar lo que sentimos. No es menos cierto que tiene efectos secundarios, pero es el precio de la libertad y no me arrepiento de nada.
Al consultar las fuentes que cita en sus notas periodísticas, ¿cómo se presenta? ¿Hubo alguna represalia para alguna de sus fuentes por ser citadas en 14ymedio?
Siempre me presento como lo que soy: aficionada al periodismo que hace periodismo de manera independiente para medios de prensa digitales y cito los medios. A veces la gente pregunta si puede tener problemas por ello, a lo que yo respondo: "todo puede ser" y doy argumentos. Normalmente se arriesgan porque a nadie aquí le parece mal lo que hago ni les gusta que les prohíban hablar. Incluso algunos lo usan en su defensa y me piden divulgar sus experiencias. En casos extremos, donde la fuente tiene mucho que perder, como su trabajo o un puesto importante, le queda el derecho de negarse a responder mis preguntas. En ese caso suelo agregar al reportaje la negativa del funcionario o la institución. Un caso específico de represalia contra una de mis fuentes es el de Cristóbal Aranda Soto, el administrador del área estatal de acopio del agromercado central de Camagüey. Este hombre me dio una entrevista, en el mes de julio, sobre la escasez de los productos cárnicos en el mercado. Cuando salió la entrevista en 14ymedio lo presionaron tanto que tuvo que decir que yo me había presentado con una credencial falsa , una chaqueta de periodista y diciendo que era del equipo del Granma y del Adelante, para no perder su puesto. Por su declaración amenazaron con acusarme por un delito llamado Usurpación de la responsabilidad legal. Esa me la tienen guardada, supongo. Es lo que se puede esperar de personas que tratan de poner en mi contra hasta a mis amigos más fieles.
¿Qué consecuencias ha tenido para usted ejercer el periodismo independiente en Cuba?
Me ha traído feas consecuencias: arrestos, persecución y el acoso de las autoridades. He llegado a sentir que mi país me odia, pero también me siento realizada como ser humano y como profesional. Lo más importante en la vida es ser autónomo, pensar con ideas propias, no caer en la trampa de los políticos y estar siempre atentos a lo mal hecho. Aunque por ello estés cuatro veces en manos de las autoridades, y las personas que amas salgan lastimadas. Son cosas que se hacen por el bien común.
Luego de su reciente detención, ¿qué desafíos encuentra para continuar en el periodismo independiente? ¿Teme ir presa?
No me gustaría cumplir una sanción de privación de libertad, me encanta estar con mi hijo, mi familia, viajar y conocer gente, pero tampoco tengo miedo. Creo en la libertad más allá de las rejas. La libertad es un estado mental, es una actitud ante la vida. Me pueden encerrar 100 años en un pozo oscuro, allí en el fondo del pozo seguiré escribiendo aunque sea en Braille. Mi peor condena sería no poder escribir, dejar de decir lo que pienso, pero eso nadie me lo puede prohibir. Las motivaciones son las mismas, el dolor y la frustración de la gente que veo sufrir sin haber hecho algo para merecerlo. Y el desafío de cambiar las cosas sigue vigente.
¿Qué información del exterior sigue para enterarse más sobre lo que pasa en Cuba?
La desinformación es uno de los peores problemas que tenemos en Cuba. Los medios oficiales son pobres y superficiales en temas de acontecimiento social. El estado bloquea aquellas páginas y sitios web que no le simpatizan. Pero conocemos alternativas, como los proxys. A través de un proxy se puede leer 14ymedio, Martí noticias, Diario de Cuba y cualquier sitio bloqueado. Así es como nos mantenemos informados.
¿Qué libros y autores han influido en sus ideas y labor periodística?
Me inclino por autores cubanos como Gastón Baquero, Severo Sarduy y en especial José Martí que donó títulos decisivos a la historia, como: "El Presidio Político en Cuba" y "Nuestra América".
Por Gabriel C. Salvia