Derechos Humanos y
Solidaridad Democrática Internacional

Prensa

04-10-2005

Razones del crecimiento chileno

Fuente: Clarín (Argentina)

Jorge Marshall Rivera. ECONOMISTA. EX MINISTRO DE ECONOMIA DE CHILE

Una explicación frecuente de los buenos resultados de la economía chilena es que ha aplicado las políticas correctas , como las del Consenso de Washington. Otra, diferente, plantea que dicho desempeño responde a una buena gobernabilidad , consistente en lograr grados razonables de consensos, instituciones sólidas y eficientes y buenas políticas. La interrelación entre estos factores ha permitido tanto la continuidad como los ajustes al modelo chileno .

El retorno a la democracia en 1990 enfatizó la estabilidad política y económica, en un período cargado de altas expectativas e incertidumbres. No sólo se ofrecía un camino de renovada unidad para dejar atrás el período autoritario sino también hacerse cargo de las transformaciones que vivían la mayoría de las economías del mundo , y que en Chile se reflejan en la apertura iniciada en los 70.

La política económica buscó asegurar la estabilidad, la reinserción internacional y fortalecer las políticas sociales. El diálogo entre autoridades, trabajadores y sector privado, sellado en un pacto social, permitió generar confianzas recíprocas, hecho valorado por la ciudadanía que percibía que las dimensiones política y económica de la estabilidad se reforzaban entre sí. Este énfasis en consolidar los consensos básicos recogía las lecciones de las transiciones de otros países de América latina . El camino de democracia y apertura fue abrazado por todos los sectores, facilitando la aplicación de políticas que hoy son un activo de credibilidad .

La elección de 1989 alimentó las expectativas de revertir el fuerte abandono de las políticas sociales. Se generó la percepción de una deuda social que debía resolverse mediante el incremento del gasto, postergándose las iniciativas de reformas estructurales que revisaran incentivos y calidad de los programas. La fase de estabilidad culmina con un crecimiento elevado y la disipación de las incertidumbres.

Sin embargo, junto con el progreso en muchas áreas, se genera un exceso de confianza en la capacidad de crecimiento. El nulo efecto del Tequilazo en 1995 pareció confirmar la sensación de inmunidad. Así, la sociedad se vuelve menos tolerante a los costos asociados a las nuevas políticas , debilitándose los consensos y aumentando la fragmentación de las decisiones, incluso dentro de la propia Concertación. Este fenómeno no afectó principios básicos como la liberalización comercial, la estabilidad macroeconómica o el uso de los mercados, sino más bien la agenda de reformas microeconómicas y sociales en esta fase.

Post crisis asiática, el escenario externo permaneció sombrío hasta 2003, lo que obstaculizó varias iniciativas del gobierno. Retomar el camino que consolidó una renovación de las confianzas llevó casi dos años .

Esta actitud logró traducirse en iniciativas concretas gracias a la capacidad institucional y la búsqueda de consensos. Se destacan la aplicación de un marco renovado para la política macro, el regreso de las reformas microeconómicas y la reforma del Estado.

Así se renovó la confianza para enfrentar nuevos desafíos, lo que se refleja en un alto consenso en torno a las prioridades: la persistencia de las desigualdades sociales y la brecha de productividad con los países desarrollados .

Existe hoy abundante evidencia de políticas e instituciones que promueven el crecimiento. A partir de ella se debe elaborar una agenda para las condiciones específicas de cada país. En este proceso son indispensables los acuerdos y las instituciones , por lo que el pragmatismo es un ingrediente del buen gobierno.

En la complejidad de la economía global el aporte más importante de la política macro es la estabilidad, lo que se obtiene con credibilidad, compromisos y confianza en los mercados . Las reglas de política son mecanismos que dan estabilidad en una economía pequeña y abierta. Su ausencia o debilidad redujo la credibilidad durante la crisis asiática y afectó las políticas.

Las políticas de calidad se apoyan en una base institucional sólida, con capacidad para ejercer los indispensables contrapesos de los grupos de interés. Tanto la fragmentación como la centralización excesivas de las decisiones ponen en riesgo su calidad.

Los grupos de interés tienden a bloquear las reformas , por lo que mejorar la interacción entre el ámbito técnico y la deliberación política ayuda a destrabar esta amenaza.

En síntesis, la experiencia muestra que la relación entre buenas políticas, instituciones y consensos razonables está lejos de ser lineal , lo que refuerza un enfoque que aprovecha las oportunidades que se presentan para empujar las reformas. Este enfoque requiere nuevos estilos de liderazgo, alianzas políticas y formación de consensos.

Clarín (Argentina)
Clarín (Argentina)
 
 
 

 
Más de Clarín (Argentina)
 
 
Ultimos videos