Entrevistas
Análisis Latino
Raúl Ferro:
«Hay una gran oportunidad de desarrollo y de expansión de negocios que muy pocas empresas están viendo en América latina»
«Pueden comenzar a utilizar el talento empresarial, la infraestructura empresarial que existe en esos segmentos más pobres de la población, el espíritu emprendedor para generar círculos virtuosos de desarrollo en el que las empresas no solamente crean un producto para la gente de menores ingresos por un afán filantrópico, sino que lo hacen también con un sentido de negocios»Por Gabriel C. Salvia
Realizada el 8 de marzo en "Apertura Latinoamericana"
Raúl Ferro es periodista, ha vivido en Perú, Costa Rica, Argentina, España, Chile y México. Hasta hace poco, fue Director editorial de la revista América Economía, donde se desempeñó como editor de negocios de la revista con base en Santiago de Chile (1994-1998) y Ciudad de México (1998-1999) y posteriormente como editor general, con sede en Santiago. Con anterioridad fue reportero de publicaciones de negocios y finanzas en Perú (The Andean Report) y en Chile (The South Pacific Mail), además de corresponsal y colaborador de una serie de publicaciones en inglés tanto en Perú como en España, incluyendo el grupo Latin American Newsletters de Londres, Spanish Trends de Madrid y McGraw Hill News Services y Lagniappe Letter de Nueva York.
- Hay una “polarización” de los países latinoamericanos frente al ALCA.
- En toda esta gran actividad económica global, América Latina se está llevando un pedazo relativamente chico de la torta.
- Argentina se considera todavía un país de altísima volatilidad, con riesgos políticos muy altos.
- Diría que el caso paradigmático de falta de energía en estas reformas ha sido el mexicano.
- El gran pecado de América latina ha sido no saber aprovechar sus ventajas competitivas en recursos naturales.
Gabriel Salvia: ¿Cómo ve todos estos TLC que se están dando en distintos países de la región y que parecería que gradualmente van hacia un ALCA?
Raúl Ferro: Lo que se ve es una profundización de la polarización de las posturas pro ALCA y anti ALCA en América latina. Donde la mayor parte de los países en número se han demostrado proclives al ALCA y un grupo cada vez más reducido, que agrupa a Venezuela, Bolivia, Argentina, se separa del ALCA; Ecuador está en un término medio; y Brasil tiene su propia estrategia, no lo podemos poner con los demás. Pero es interesante cómo especialmente las economías medianas y pequeñas de América Latina están abrazando la idea del ALCA, o la idea de tener tratados de libre comercio con los Estados Unidos que es un poco el camino que utilizó la administración Bush desde hace un tiempo para tratar de conformar el ALCA; con bastante entusiasmo y sin tanta oposición como originalmente se creía que iba a haber en la opinión pública. Tenemos el caso de Perú que firmó sin que hubiera mayores protestas callejeras; tenemos el caso de Costa Rica, donde finalmente un candidato presidencial, con un discurso fuertemente anti ALCA estuvo a punto de ganar la presidencia, pero finalmente Oscar Arias fue confirmado como el ganador de las elecciones. Yo creo que hay una "polarización" de los países latinoamericanos frente al ALCA.
G. S.: ¿A qué se refieren algunos analistas cuando hablan de que al mundo le va bien y por eso se beneficia América Latina?
R. F.: Ciertamente América Latina está disfrutando las ventajas del gran dinamismo de la economía china, especialmente, y del buen momento que junto a la economía estadounidense están generando en la actividad económica mundial. Yo creo que aquí hay dos formas de ver cómo América Latina se está insertando en este proceso: uno es la optimista. Ciertamente, uno ve que los países latinoamericanos han aumentado fuertemente sus exportaciones, están muy bien en cuanto a la balanza comercial, sus productos se están vendiendo a alto precio en el mercado internacional y esto es algo que parece que va a sostenerse por algún tiempo. Sin embargo hay una visión negativa que uno podría tener de esto y es que en toda esta gran actividad económica global, América Latina se está llevando un pedazo relativamente chico de la torta. Ayer se realizó, precisamente aquí en Santiago de Chile, un seminario sobre los nuevos ejes que están moviendo a los mercados de capitales mundiales. Había expertos de China, de Francia, de Estados Unidos, de Europa, etc. Y la conclusión fue que sí, América latina se está beneficiando de este mayor dinamismo, pero cuando uno ve los flujos de inversión América latina está en penúltimo lugar antes de África; y África es todo en un conjunto. Si uno pone a Sudáfrica fuera, Sudáfrica está atrayendo mucha más inversión, mucho más capital y está gozando de mucha mayor actividad económica que los países latinoamericanos. Entonces, un poco la lectura que yo hago de todo esto es que América latina, desafortunadamente, no está pudiendo sacar todo el jugo que podría a la actual situación económica mundial y lo que es más preocupante es que está aprovechando a medias la oportunidad. O sea, ha aprovecho la oportunidad para sanear sus finanzas internas (ciertamente, las economías latinoamericanas están mucho más fuertes de lo que estaban hace cinco años desde el punto de vista macroeconómico). Pero han sido un poco tímidas, o bastante tímidas diría yo, a la hora de jugársela por continuar con las reformas que necesitan para hacer que sus economías sean más competitivas y que sus sociedades puedan desarrollarse y mejorar su nivel de vida. Yo creo que esa es la visión crítica que uno podría tener de lo que está sucediendo actualmente en América latina.
Sin embargo, hacia delante todavía parece que vamos a tener buenos vientos, por lo menos en el futuro previsible. China aparentemente ni siquiera ha hecho un "soft landing" como se discutía hace seis meses o un año. China directamente ha podido controlar sus problemas sin atenuar su ritmo de crecimiento económico. India ha entrado como un país que nadie tenía muy en cuenta en el mapa, y que de pronto se ha convertido en una gran fuerza en el juego económico global. Estados Unidos que pese a todo, pese a sus problemas de déficit, de cierto desmanejo económico, todavía muestra signos de mantener un dinamismo económico importante. Y está el tema de Japón que también ha mostrado una recuperación muy interesante y parece que podría volver a convertirse en una locomotora en Asia. Todo esto hace que el escenario sea, en resumen, relativamente optimista para América latina. Desafortunadamente no hay señales de que América latina esté dispuesta a aprovechar el momento y sea un poco más audaz en las reformas que necesita encarar
Constanza Mazzina: Al interior de la región, ¿existe una disparidad respecto de dónde hay más o menos inversiones?
R. F.: Sí, es cierto que cuando uno habla de inversiones en términos globales, inversiones en América latina, estamos hablando fundamentalmente de inversiones en México y Brasil, y en un segundo plano Chile. Y es curioso el caso argentino porque pese a todos los problemas, lo siguen observando muy de cerca. Pero Argentina se considera todavía un país de altísima volatilidad, con riesgos políticos muy altos. Pero es cierto, cuando uno habla de flujos de inversión, básicamente estamos hablando de Brasil y México. Eso no quita que otros países, otras economías mucho más pequeñas como Perú, Colombia y en menor medida algunos países centroamericanos, estén atrayendo flujos de inversión bastante interesantes en relación al tamaño de su economía. En el caso peruano muy asociado, por un lado, al tema de recursos naturales, fundamentalmente minería y, en menor medida petróleo. Pero por otro lado también al sector servicios. Entonces sí, uno puede dividir en dos grandes áreas cuando habla de flujos de inversión en América latina. Viéndolo en términos macroeconómicos globales, a la hora de ver cuánto suma frente a lo que atrae China o Indonesia o Tailandia, ciertamente son México y Brasil los jugadores que cuentan. Pero, cuando uno lo ve a un nivel un poco más micro, ve que hay otras economías de menor dimensión que también están atrayendo inversión.
C. M.: Mencionaba que América latina no está aprovechando el momento de bonanza de la economía mundial. ¿Esto lo relaciona, por ejemplo, con el caso argentino, de la volatilidad, la falta de seguridad jurídica y las reformas que todavía faltan? Y en relación a esto, el otro día leía un artículo del Banco Mundial, donde esta institución está condicionando los préstamos a la región a la eficacia de la lucha contra la corrupción. Entonces, ¿cuales serían estas reformas que todavía nos faltan como para poder bajar el nivel de volatilidad o de inseguridad jurídica de la región?
R. F.: Dependen mucho de cada país. Por ejemplo, yo te diría que el caso paradigmático de falta de energía en estas reformas ha sido el mexicano. Donde tienen un problema de estructura tributaria; o sea, el gobierno sigue financiando su presupuesto con los ingresos de PEMEX, la petrolera mexicana. Al mismo tiempo, PEMEX no tiene la capacidad de inversión para desarrollar nuevas reservas y seguir creciendo. Hay una legislación nacionalista que impide que los privados entren a explotar las reservas de gas natural. PEMEX no tiene el dinero para explotar esas reservas de gas natural, por ejemplo. Por lo que uno tiene la paradoja de que México siendo un país con grandes reservas de gas natural está viendo proyectos para importar gas natural y trae gas natural de Canadá en este momento. Y la paradoja de que PEMEX cuanto más alto está el precio del petróleo más plata pierde por la estructura de reparto de ingresos hacia el estado mexicano. Ese es un solo ejemplo, quizá el más grueso, del tipo de reformas que no sean hecho. Un país que también tiene problemas de reforma, pero que parece que las está encarando, es el caso brasileño. Brasil, con todos los problemas que acarrea: problemas de seguridad jurídica -por mal funcionamiento del sistema judicial-, hay problemas de corrupción a determinados niveles de la administración pública, hay problemas de burocracia, hay enredos tributarios muy difíciles de manejar, etc. Pese a tener todos estos problemas Brasil parece estar queriéndolos enfrentar, por lo menos esa es la percepción que uno tiene desde afuera. Pero, volviendo a tu pregunta, esos son todos los tipos de reformas que todavía hacen falta encarar.
Ricardo López Göttig: ¿Por qué piensa que América latina sigue siendo básicamente una región que sólo exporta a través del modelo agro exportador? Es decir, el modelo del siglo XIX, como Argentina que sigue exportando ganado y cereales y no diversifica sus productos de exportación.
R. F.: En general es una región exportadora de productos primarios: en el caso argentino y brasileño, agroindustrial; en el caso chileno y peruano productos mineros; en el venezolano petróleo, en el colombiano y brasileño café, etc. Sí, es una región altamente dependiente de los recursos naturales y yo creo que están anclados en eso porque han sido muy tímidos estos países, o incapaces de generar una estrategia para generar valor, para generar conocimiento alrededor de la explotación de esta economía basada en las materias primas que otros países hicieron hace muchas décadas. Hace poco el Banco Mundial cambió su visión sobre las estrategias basadas en la explotación de materias primas. Hasta hace un tiempo, cuando Jeffrey Sachs estaba a cargo del tema de competitividad dentro del Banco Mundial, las recetas de ese organismo y los informes apuntaban hacia que era errado apostar simplemente a los recursos naturales. Hoy el Banco Mundial está revisando esa postura y está estudiando casos como los de Finlandia, Nueva Zelanda, Australia o los mismos Estados Unidos, donde vieron cómo a partir de la explotación de los recursos naturales donde tenían mayores ventajas competitivas fueron capaces de crear una economía del conocimiento, fueron capaces de crear innovación y tecnología que primero estuvieron enfocados en los sectores primarios, pero que con el tiempo empezaron a generar exportación de tecnología. Y eso es realmente el valor agregado más interesante que hoy se puede lograr. América latina por problemas, quizá de estructura académica, de una cultura de desconfianza y de falta de colaboración, no ha sido capaz de generar estos "clusters" en los negocios tradicionales. Sin embargo uno puede ver ejemplos interesantes que van en contra de esta visión. Lo que ha pasado con el "boom" agroalimentario chileno es bien interesante. Chile ya está exportando aproximadamente 7.000 millones de dólares en productos alimenticios. Muchos de ellos con bastante valor agregado como salmones, vinos, frutas producidas con alta tecnología. Y es un fenómeno que se está repitiendo en el caso peruano. Entonces yo diría que el gran pecado de América latina ha sido no saber aprovechar sus ventajas competitivas en recursos naturales. La visión del estado ha sido muy conservadora y muy corta: ha sido tratar de gravarlos con más impuestos y nada más. En lugar de funcionar como un catalizador para generar grandes áreas de investigación y de tecnología que permitan exportar servicios. Argentina tiene algunos casos puntuales de exportación de servicios a partir del agro: hay varias empresas que se han especializado no en criar vacas y cultivar soja, sino en administrar un modelo de negocios campestre y están exportando esos servicios. Yo creo que ese es el tipo de actividad que hay que empujar, que hay que estimular y que tanto gobierno como universidades, academias, las mismas empresas, tienen que comenzar a buscar como modelo. Pero para eso hace falta crear una cultura de colaboración y de confianza que, desafortunadamente, no es tan común en América latina.
G. S.: Finalmente, ¿podrías contarnos sobre estos casos interesantísimos de oportunidad de negocios en la base de la pirámide?
R F.: Sí, ese es el otro tema. Generalmente, cuando hablamos de innovación en América latina, la gente se olvida de que es un continente pobre y normalmente desarrolla productos y servicios para sectores altos y medios-altos de la población, y la gente pobre tiene que consumir esos recursos pagando más, paradójicamente, que la gente más rica. Lo que algunas empresas han descubierto es que en ese mercado hay una gran posibilidad, no solo de hacer negocios creando productos y servicios ad hoc para las necesidades de esa población; sino que además pueden comenzar a utilizar el talento empresarial, la infraestructura empresarial que existe en esos segmentos más pobres de la población, el espíritu emprendedor para generar círculos virtuosos de desarrollo en el que las empresas no solamente crean un producto para la gente de menores ingresos por un afán filantrópico, sino que lo hacen también con un sentido de negocios. El caso más emblemático en América latina es el llamado "Grupo Nueva"; una empresa que tiene negocios en el área forestal, en el área de aglomerados de madera y de tubos de PVC y sistemas de conducción de agua. Ellos se han establecido como metas para sí mismos que para el 2008 el 10% del ingreso de sus negocios tienen que venir de negocios con la base de la pirámide y tienen que ser negocios rentables, ciertamente. Pero ahí hay una gran oportunidad de desarrollo y de expansión de negocios que muy pocas empresas están viendo en América latina. Y las escuelas de negocios de América latina, que es donde deberían estar gestándose este tipo de cosas, recién lo están comenzando a incorporar a su campo de investigación.
Apertura Latinoamericana se emite los días miércoles de 19 a 20 horas de Argentina por RADIOPALERMO 99.5 y se puede escuchar en vivo por Internet ingresando a www.radiopalermo.com.ar
Gabriel C. SalviaDirector GeneralActivista de derechos humanos enfocado en la solidaridad democrática internacional. En 2024 recibió el Premio Gratias Agit del Ministerio de Relaciones Exteriores de la República Checa. Es autor de los libros "Memoria, derechos humanos y solidaridad democrática internacional" (2024) y "Bailando por un espejismo: apuntes sobre política, economía y diplomacia en los gobiernos de Cristina Fernández de Kirchner" (2017). Además, compiló varios libros, entre ellos "75 años de la Declaración Universal de Derechos Humanos: Miradas desde Cuba" (2023), "Los derechos humanos en las relaciones internacionales y la política exterior" (2021), "Desafíos para el fortalecimiento democrático en la Argentina" (2015), "Un balance político a 30 años del retorno a la democracia en Argentina" (2013) y "Diplomacia y Derechos Humanos en Cuba" (2011), Sus columnas de opinión han sido publicadas en varios medios en español. Actualmente publica en Clarín, Perfil, Infobae y La Nación, de Argentina. Ha participado en eventos internacionales en América Latina, África, Asia, Europa, los Balcanes y en Estados Unidos. Desde 1992 se desempeña como director en Organizaciones de la Sociedad Civil y es miembro fundador de CADAL. Como periodista, trabajó entre 1992 y 1997 en gráfica, radio y TV especializado en temas parlamentarios, políticos y económicos, y posteriormente contribuyó con entrevistas en La Nación y Perfil.
Realizada el 8 de marzo en "Apertura Latinoamericana"
Raúl Ferro es periodista, ha vivido en Perú, Costa Rica, Argentina, España, Chile y México. Hasta hace poco, fue Director editorial de la revista América Economía, donde se desempeñó como editor de negocios de la revista con base en Santiago de Chile (1994-1998) y Ciudad de México (1998-1999) y posteriormente como editor general, con sede en Santiago. Con anterioridad fue reportero de publicaciones de negocios y finanzas en Perú (The Andean Report) y en Chile (The South Pacific Mail), además de corresponsal y colaborador de una serie de publicaciones en inglés tanto en Perú como en España, incluyendo el grupo Latin American Newsletters de Londres, Spanish Trends de Madrid y McGraw Hill News Services y Lagniappe Letter de Nueva York.
- Hay una “polarización” de los países latinoamericanos frente al ALCA.
- En toda esta gran actividad económica global, América Latina se está llevando un pedazo relativamente chico de la torta.
- Argentina se considera todavía un país de altísima volatilidad, con riesgos políticos muy altos.
- Diría que el caso paradigmático de falta de energía en estas reformas ha sido el mexicano.
- El gran pecado de América latina ha sido no saber aprovechar sus ventajas competitivas en recursos naturales.
Gabriel Salvia: ¿Cómo ve todos estos TLC que se están dando en distintos países de la región y que parecería que gradualmente van hacia un ALCA?
Raúl Ferro: Lo que se ve es una profundización de la polarización de las posturas pro ALCA y anti ALCA en América latina. Donde la mayor parte de los países en número se han demostrado proclives al ALCA y un grupo cada vez más reducido, que agrupa a Venezuela, Bolivia, Argentina, se separa del ALCA; Ecuador está en un término medio; y Brasil tiene su propia estrategia, no lo podemos poner con los demás. Pero es interesante cómo especialmente las economías medianas y pequeñas de América Latina están abrazando la idea del ALCA, o la idea de tener tratados de libre comercio con los Estados Unidos que es un poco el camino que utilizó la administración Bush desde hace un tiempo para tratar de conformar el ALCA; con bastante entusiasmo y sin tanta oposición como originalmente se creía que iba a haber en la opinión pública. Tenemos el caso de Perú que firmó sin que hubiera mayores protestas callejeras; tenemos el caso de Costa Rica, donde finalmente un candidato presidencial, con un discurso fuertemente anti ALCA estuvo a punto de ganar la presidencia, pero finalmente Oscar Arias fue confirmado como el ganador de las elecciones. Yo creo que hay una "polarización" de los países latinoamericanos frente al ALCA.
G. S.: ¿A qué se refieren algunos analistas cuando hablan de que al mundo le va bien y por eso se beneficia América Latina?
R. F.: Ciertamente América Latina está disfrutando las ventajas del gran dinamismo de la economía china, especialmente, y del buen momento que junto a la economía estadounidense están generando en la actividad económica mundial. Yo creo que aquí hay dos formas de ver cómo América Latina se está insertando en este proceso: uno es la optimista. Ciertamente, uno ve que los países latinoamericanos han aumentado fuertemente sus exportaciones, están muy bien en cuanto a la balanza comercial, sus productos se están vendiendo a alto precio en el mercado internacional y esto es algo que parece que va a sostenerse por algún tiempo. Sin embargo hay una visión negativa que uno podría tener de esto y es que en toda esta gran actividad económica global, América Latina se está llevando un pedazo relativamente chico de la torta. Ayer se realizó, precisamente aquí en Santiago de Chile, un seminario sobre los nuevos ejes que están moviendo a los mercados de capitales mundiales. Había expertos de China, de Francia, de Estados Unidos, de Europa, etc. Y la conclusión fue que sí, América latina se está beneficiando de este mayor dinamismo, pero cuando uno ve los flujos de inversión América latina está en penúltimo lugar antes de África; y África es todo en un conjunto. Si uno pone a Sudáfrica fuera, Sudáfrica está atrayendo mucha más inversión, mucho más capital y está gozando de mucha mayor actividad económica que los países latinoamericanos. Entonces, un poco la lectura que yo hago de todo esto es que América latina, desafortunadamente, no está pudiendo sacar todo el jugo que podría a la actual situación económica mundial y lo que es más preocupante es que está aprovechando a medias la oportunidad. O sea, ha aprovecho la oportunidad para sanear sus finanzas internas (ciertamente, las economías latinoamericanas están mucho más fuertes de lo que estaban hace cinco años desde el punto de vista macroeconómico). Pero han sido un poco tímidas, o bastante tímidas diría yo, a la hora de jugársela por continuar con las reformas que necesitan para hacer que sus economías sean más competitivas y que sus sociedades puedan desarrollarse y mejorar su nivel de vida. Yo creo que esa es la visión crítica que uno podría tener de lo que está sucediendo actualmente en América latina.
Sin embargo, hacia delante todavía parece que vamos a tener buenos vientos, por lo menos en el futuro previsible. China aparentemente ni siquiera ha hecho un "soft landing" como se discutía hace seis meses o un año. China directamente ha podido controlar sus problemas sin atenuar su ritmo de crecimiento económico. India ha entrado como un país que nadie tenía muy en cuenta en el mapa, y que de pronto se ha convertido en una gran fuerza en el juego económico global. Estados Unidos que pese a todo, pese a sus problemas de déficit, de cierto desmanejo económico, todavía muestra signos de mantener un dinamismo económico importante. Y está el tema de Japón que también ha mostrado una recuperación muy interesante y parece que podría volver a convertirse en una locomotora en Asia. Todo esto hace que el escenario sea, en resumen, relativamente optimista para América latina. Desafortunadamente no hay señales de que América latina esté dispuesta a aprovechar el momento y sea un poco más audaz en las reformas que necesita encarar
Constanza Mazzina: Al interior de la región, ¿existe una disparidad respecto de dónde hay más o menos inversiones?
R. F.: Sí, es cierto que cuando uno habla de inversiones en términos globales, inversiones en América latina, estamos hablando fundamentalmente de inversiones en México y Brasil, y en un segundo plano Chile. Y es curioso el caso argentino porque pese a todos los problemas, lo siguen observando muy de cerca. Pero Argentina se considera todavía un país de altísima volatilidad, con riesgos políticos muy altos. Pero es cierto, cuando uno habla de flujos de inversión, básicamente estamos hablando de Brasil y México. Eso no quita que otros países, otras economías mucho más pequeñas como Perú, Colombia y en menor medida algunos países centroamericanos, estén atrayendo flujos de inversión bastante interesantes en relación al tamaño de su economía. En el caso peruano muy asociado, por un lado, al tema de recursos naturales, fundamentalmente minería y, en menor medida petróleo. Pero por otro lado también al sector servicios. Entonces sí, uno puede dividir en dos grandes áreas cuando habla de flujos de inversión en América latina. Viéndolo en términos macroeconómicos globales, a la hora de ver cuánto suma frente a lo que atrae China o Indonesia o Tailandia, ciertamente son México y Brasil los jugadores que cuentan. Pero, cuando uno lo ve a un nivel un poco más micro, ve que hay otras economías de menor dimensión que también están atrayendo inversión.
C. M.: Mencionaba que América latina no está aprovechando el momento de bonanza de la economía mundial. ¿Esto lo relaciona, por ejemplo, con el caso argentino, de la volatilidad, la falta de seguridad jurídica y las reformas que todavía faltan? Y en relación a esto, el otro día leía un artículo del Banco Mundial, donde esta institución está condicionando los préstamos a la región a la eficacia de la lucha contra la corrupción. Entonces, ¿cuales serían estas reformas que todavía nos faltan como para poder bajar el nivel de volatilidad o de inseguridad jurídica de la región?
R. F.: Dependen mucho de cada país. Por ejemplo, yo te diría que el caso paradigmático de falta de energía en estas reformas ha sido el mexicano. Donde tienen un problema de estructura tributaria; o sea, el gobierno sigue financiando su presupuesto con los ingresos de PEMEX, la petrolera mexicana. Al mismo tiempo, PEMEX no tiene la capacidad de inversión para desarrollar nuevas reservas y seguir creciendo. Hay una legislación nacionalista que impide que los privados entren a explotar las reservas de gas natural. PEMEX no tiene el dinero para explotar esas reservas de gas natural, por ejemplo. Por lo que uno tiene la paradoja de que México siendo un país con grandes reservas de gas natural está viendo proyectos para importar gas natural y trae gas natural de Canadá en este momento. Y la paradoja de que PEMEX cuanto más alto está el precio del petróleo más plata pierde por la estructura de reparto de ingresos hacia el estado mexicano. Ese es un solo ejemplo, quizá el más grueso, del tipo de reformas que no sean hecho. Un país que también tiene problemas de reforma, pero que parece que las está encarando, es el caso brasileño. Brasil, con todos los problemas que acarrea: problemas de seguridad jurídica -por mal funcionamiento del sistema judicial-, hay problemas de corrupción a determinados niveles de la administración pública, hay problemas de burocracia, hay enredos tributarios muy difíciles de manejar, etc. Pese a tener todos estos problemas Brasil parece estar queriéndolos enfrentar, por lo menos esa es la percepción que uno tiene desde afuera. Pero, volviendo a tu pregunta, esos son todos los tipos de reformas que todavía hacen falta encarar.
Ricardo López Göttig: ¿Por qué piensa que América latina sigue siendo básicamente una región que sólo exporta a través del modelo agro exportador? Es decir, el modelo del siglo XIX, como Argentina que sigue exportando ganado y cereales y no diversifica sus productos de exportación.
R. F.: En general es una región exportadora de productos primarios: en el caso argentino y brasileño, agroindustrial; en el caso chileno y peruano productos mineros; en el venezolano petróleo, en el colombiano y brasileño café, etc. Sí, es una región altamente dependiente de los recursos naturales y yo creo que están anclados en eso porque han sido muy tímidos estos países, o incapaces de generar una estrategia para generar valor, para generar conocimiento alrededor de la explotación de esta economía basada en las materias primas que otros países hicieron hace muchas décadas. Hace poco el Banco Mundial cambió su visión sobre las estrategias basadas en la explotación de materias primas. Hasta hace un tiempo, cuando Jeffrey Sachs estaba a cargo del tema de competitividad dentro del Banco Mundial, las recetas de ese organismo y los informes apuntaban hacia que era errado apostar simplemente a los recursos naturales. Hoy el Banco Mundial está revisando esa postura y está estudiando casos como los de Finlandia, Nueva Zelanda, Australia o los mismos Estados Unidos, donde vieron cómo a partir de la explotación de los recursos naturales donde tenían mayores ventajas competitivas fueron capaces de crear una economía del conocimiento, fueron capaces de crear innovación y tecnología que primero estuvieron enfocados en los sectores primarios, pero que con el tiempo empezaron a generar exportación de tecnología. Y eso es realmente el valor agregado más interesante que hoy se puede lograr. América latina por problemas, quizá de estructura académica, de una cultura de desconfianza y de falta de colaboración, no ha sido capaz de generar estos "clusters" en los negocios tradicionales. Sin embargo uno puede ver ejemplos interesantes que van en contra de esta visión. Lo que ha pasado con el "boom" agroalimentario chileno es bien interesante. Chile ya está exportando aproximadamente 7.000 millones de dólares en productos alimenticios. Muchos de ellos con bastante valor agregado como salmones, vinos, frutas producidas con alta tecnología. Y es un fenómeno que se está repitiendo en el caso peruano. Entonces yo diría que el gran pecado de América latina ha sido no saber aprovechar sus ventajas competitivas en recursos naturales. La visión del estado ha sido muy conservadora y muy corta: ha sido tratar de gravarlos con más impuestos y nada más. En lugar de funcionar como un catalizador para generar grandes áreas de investigación y de tecnología que permitan exportar servicios. Argentina tiene algunos casos puntuales de exportación de servicios a partir del agro: hay varias empresas que se han especializado no en criar vacas y cultivar soja, sino en administrar un modelo de negocios campestre y están exportando esos servicios. Yo creo que ese es el tipo de actividad que hay que empujar, que hay que estimular y que tanto gobierno como universidades, academias, las mismas empresas, tienen que comenzar a buscar como modelo. Pero para eso hace falta crear una cultura de colaboración y de confianza que, desafortunadamente, no es tan común en América latina.
G. S.: Finalmente, ¿podrías contarnos sobre estos casos interesantísimos de oportunidad de negocios en la base de la pirámide?
R F.: Sí, ese es el otro tema. Generalmente, cuando hablamos de innovación en América latina, la gente se olvida de que es un continente pobre y normalmente desarrolla productos y servicios para sectores altos y medios-altos de la población, y la gente pobre tiene que consumir esos recursos pagando más, paradójicamente, que la gente más rica. Lo que algunas empresas han descubierto es que en ese mercado hay una gran posibilidad, no solo de hacer negocios creando productos y servicios ad hoc para las necesidades de esa población; sino que además pueden comenzar a utilizar el talento empresarial, la infraestructura empresarial que existe en esos segmentos más pobres de la población, el espíritu emprendedor para generar círculos virtuosos de desarrollo en el que las empresas no solamente crean un producto para la gente de menores ingresos por un afán filantrópico, sino que lo hacen también con un sentido de negocios. El caso más emblemático en América latina es el llamado "Grupo Nueva"; una empresa que tiene negocios en el área forestal, en el área de aglomerados de madera y de tubos de PVC y sistemas de conducción de agua. Ellos se han establecido como metas para sí mismos que para el 2008 el 10% del ingreso de sus negocios tienen que venir de negocios con la base de la pirámide y tienen que ser negocios rentables, ciertamente. Pero ahí hay una gran oportunidad de desarrollo y de expansión de negocios que muy pocas empresas están viendo en América latina. Y las escuelas de negocios de América latina, que es donde deberían estar gestándose este tipo de cosas, recién lo están comenzando a incorporar a su campo de investigación.
Apertura Latinoamericana se emite los días miércoles de 19 a 20 horas de Argentina por RADIOPALERMO 99.5 y se puede escuchar en vivo por Internet ingresando a www.radiopalermo.com.ar