Derechos Humanos y
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Entrevistas

Análisis Latino

10-07-2007

Martín Fraguío:

«Los biocombustibles y las energías renovables nos van a dar mayor estabilidad»

«Cuando uno ve las fluctuaciones del precio del petróleo durante el siglo XX y lo que va del siglo XXI y uno hace el mismo análisis de todas las materias primas agrícolas, nota que estas materias primas son más estables y siempre tendientes a la baja».
Por Gabriel C. Salvia

Desde hace tres años se desempeña como director ejecutivo de MAIZAR –Asociación Maíz Argentino-.
Ingeniero en Producción Agropecuaria y Master of Business Administration (Universidad Católica Argentina).
Profesor adjunto a cargo de la Cátedra de Análisis del Sector Agroalimentario en la Facultad de Ciencias Sociales y Económicas de la Universidad Católica Argentina.
Fue Coordinador del consorcio exportador de Frutas Finas Patagónicas y creador del sitio de internet RemateHacienda.com
Hasta su venta en 1994 fue Jefe de la División Agropecuaria Agip Argentina S.A.
Desde 1981 es Socio fundador y coordinador de actividades de la Asociación Argentino Japonesa.

Gabriel Salvia: ¿Qué son los biocombustibles y por qué serían mejor a los que conocemos tradicionalmente?

Martín Fraguío: Los biocombustibles son combustibles líquidos que sustituyen a los combustibles fósiles. Los más difundidos son el biodisel que sustituye al gasoil y el etanol que sustituye a la nafta y tienen como materia prima productos de origen vegetal. Entonces, cuando son usados en un motor a combustión interna y este larga los gases al ambiente por el caño de escape del motor del auto o del colectivo, los gases que libera son ambientalmente mucho menos dañinos que los derivados del petróleo, o sea su efecto es más neutro.

G. S.: ¿Dónde se comenzaron a aplicar los biocombustibles?

M. F.: El primer país que le apuesta fuerte a esto es Brasil. Hace 30 años Brasil instaló lo que se llama el programa Pro-alcohol y tenía como objetivo lograr la independencia en la importación de los derivados del petróleo. En ese momento no habían descubierto petróleo en Brasil y no querían depender exclusivamente de esto. Sabían que ellos podían desarrollar su agricultura y especialmente el cultivo de caña azúcar y a partir de la misma empiezan a producir alcohol y a hacer todo el desarrollo tecnológico para usar el alcohol en gran escala en los motores: desarrollo de motores, estaciones de servicio, surtidores, sistemas de logísticas, transporte, distribución, mezcla con nafta; y hoy Brasil es el líder mundial en este tipo de tecnología y está vendiendo sus patentes a empresas de todo el mundo.

G. S.: ¿No llama la atención la crítica de que los biocombustibles son algo impuesto por el “centro contra la periferia”, cuando surgió en Brasil?

Martín FraguíoM. F.: Sin duda, Lo interesante de este tema es que a diferencia de las grandes obras de infraestructura energética de los países que se genera en un gobierno central, todo este tema de las energías renovables y de los biocombustibles se generan desde la periferia de cada país. En las zonas más pobres dicen: “podemos hacer este cultivo, este cultivo lo podemos transformar en generación de energía eléctrica con biomasa y sacar un biocombustible” y así sucesivamente se van generando actores que toman la responsabilidad del desarrollo de su país desde estos lugares alejados. No hace falta que haya un gran presidente poderoso o dictador para que estas cosas se hagan. Se necesita gente comprometida que lo vaya llevando adelante.

G. S.: ¿Cómo recibe esta novedad la industria automotriz y qué cambios se podrían producir en los vehículos?

M. F.: Brasil hace todo el trabajo del pionero, soportando épocas de nafta muy barata y no abandonando el programa Pro-alcohol, como sí hizo la Argentina en un momento que se llamó Alconafta. Y en los últimos cinco o seis años empiezan los países más desarrollados, o sea con mayor capacidad de hacer subsidios, a llevar adelante los biocombustibles para sustituir los combustibles fósiles y lograr una mejora ambiental. Entonces hoy ya esta industria de los biocombustibles, en especial del etanol, en el mundo está bastante desarrollada y las empresas automotrices empiezan a ver que sus modelos no pueden estar afuera de la sustitución de los combustibles fósiles de petróleo por biocombustibles. Entonces hay toda una nueva oportunidad que ven las empresas automotrices de vender modelos más modernos adaptados a este tipo de combustible más eficiente con mayor rendimiento, o sea, lo ven como una oportunidad

G. S.: ¿Cómo lo ven aquellos que a simple vista se verían perjudicados, como los que producen la nafta, el diesel y el gas?

M. F.: Las compañías petroleras tienen en general dos negocios en uno. Un negocio es lo que se llama de “aguas abajo”, que es el negocio de la estación de servicio. Las compañías petroleras que son muy fuertes en este rubro son las que tienen cada vez menos reservas en el mundo y tienen una presencia más comercial. Para ellos, es aceptable sustituir un derivado del petróleo por un biocombustible. Pero después está la otra parte de la compañía petrolera, (el negocio de “aguas arriba”), que es el negocio de la búsqueda, la exploración y el transporte del crudo hasta la destilería, donde ahí las compañías dueñas de la mayor parte del petróleo del mundo son compañías estatales, como el caso de PDVSA que es la propietaria de casi todo el petróleo de Venezuela y Sauri es la propietaria del petróleo de Arabia Saudita. Así, estas compañías en general están totalmente en contra del desarrollo de energías renovables porque ven que a medida que el mundo va desarrollando sistemas alternativos a los combustibles fósiles creen que peligran sus negocios. Hay mucha gente que cree que no peligra nada, porque el consumo en el mundo aumenta tan rápido que es lo mismo si el mundo no desarrolla otras fuentes de energía del petróleo y entonces va a ser mas caro y va a haber siempre una parte muy grande de la población mundial que no va a tener acceso a ninguna fuente de energía. Actualmente, hay cerca de 2.500 millones de personas en el mundo que no tiene acceso a la electricidad y eso es una cantidad de gente enorme que no puede disponer de lo mínimo, que es que un chico pueda estudiar con iluminación, tener una heladera, tener un artefacto, una computadora, Internet. Entonces es demasiada gente como para que estén afuera de lo esencial de la energía.

G. S.: ¿Puede ser por ese motivo que se afecte a las grandes empresas estatales, como el caso de PDVSA, por lo cual Chávez salió públicamente a criticar a los biocombustibles?

M. F.: Es interesante repasar los distintos estadios de las declaraciones de Chávez. Inicialmente dice que esto es un invento del diablo, que es el actual presidente de Estados Unidos, George Bush, que inventa todo esto del etanol. Por lo tanto, esto debería ser prohibido, pues es algo terrible. Cuando hace la cumbre energética en la Isla Margarita su discurso de apertura fue en contra de los biocombustibles, pero cuando él hace su discurso del cierre dice algo así: “la prensa me malinterpretó cuando yo hablaba de los biocombustibles. Yo en realidad siempre hablé bien de los biocombustibles y para demostrar esto ahora me comprometo que cada destilería de PDVSA va a tener al lado una plata productora de etanol y entonces toda nuestra nafta va salir mezclada con etanol. Es decir, van a hacer todo mezcla de nafta con etanol de caña de azúcar o de maíz. También ahora me comprometo frente a Lula, presidente de Brasil, que nosotros vamos a importar etanol brasilero libre de aranceles, porque la gran pelea que tiene hoy Brasil es con Estados Unidos, que es su primer cliente a nivel mundial y que sí le pone aranceles a la importación de etanol al mercado americano”. Entonces creo que hoy el único jefe de estado en el mundo que tiene un argumento en contra de los biocombustibles es en realidad Fidel Castro. Creo que ya hoy Chávez viendo a todos sus vecinos de Centroamérica y también el caso más importante que fue el de Ecuador, donde él con el presidente Correa tiene una relación muy particular, porque van tratando de hacer como un frente común y Correa le dijo directamente “en todo colaboramos, somos como hermanos, pero que no se meta con el tema del combustible”. Porque para Ecuador, que es un exportador de petróleo pero un importador de nafta, Correa le dice a Chávez que para ellos el biocombustible significa el desarrollo de decenas de miles de puestos de trabajo en el campo, en las ciudades, la construcción de una nueva industria, pero además les significa la liberación de importaciones de nafta por 250 millones de dólares por año que para su país es la cantidad de plata que necesitan para la construcción de infraestructura, la importación del equipamiento médico y un montón de otras cosas. Entonces Correa le dijo a Chávez que en esto directamente no se meta, porque es la solución a los problemas crónicos que tiene la economía ecuatoriana.

G. S.: Una de las críticas de Fidel Castro es que se convertiría a los alimentos en biocombustibles cuando hay gente que se está muriendo de hambre. ¿Qué tiene esto de cierto?

M. F.: La visión antigua que tenemos es que la energía viene de los combustibles fósiles, sobre todo del petróleo, carbón, del gas natural y que los alimentos viene de los vegetales. Pero hoy empieza a haber consenso en el mundo en que la fuente de energía del planeta Tierra es el Sol y lo que tenemos que hacer los seres humanos es capturar la energía del Sol en la forma más eficiente posible, que es lo que hacen los vegetales a través de la fotosíntesis, que es la ecuación básica de la vida, ya que no habría vida en la Tierra si no hubiera habido el fenómeno de la fotosíntesis que hacen los vegetales. Entonces, esos vegetales hoy no los tenemos que ver solamente como la forma de proveernos de alimentos, pues también esos mismos vegetales son los que son capaces de capturar la energía del sol y transformarla en materias primas que nos puedan servir para nuestros usos energéticos. Algunos de esos derivados energéticos que son cada vez más importantes son los residuos de la industria maderera, o los residuos de la industria agrícola. Por ejemplo una cosecha de maíz deja una cantidad mayor de caña y rastrojo en el campo que lo que nosotros levantamos como grano. También hay partes del grano del maíz, como por ejemplo el caso del almidón que es un componente en general excedentario del maíz. La genética y selección del grano del maíz siempre quiso tener menos almidón (y tener más proteína y aceite) porque es el producto de menos valor. Pero ahora descubrimos que ese almidón es la base para la producción del etanol, que es lo que necesitamos en los autos y al producirlo nos quedan los productos más valiosos del grano (la proteína y el aceite) para alimentación. Con lo cual ese argumento deja de tener sentido.

El segundo aspecto a tener en cuenta en este debate es que, en el mundo actual los países más desarrollados a través de sus subsidios agrícolas crean montañas de materias primas agrícolas (como maíz, trigo, carne, productos lácteos, etc.) que terminan empobreciendo al mundo en desarrollo ya que este no puede desarrollar su agricultura de la forma adecuada. Al desaparecer los excedentes de materias primas agrícolas (azúcar, maíz, trigo, etc.) de los países desarrollados, los países en desarrollo tienen la oportunidad de desarrollar sus sectores agrícolas y agroindustriales para sustituir la importación de productos subsidiados y así generar empleo, inversiones y desarrollo desde las zonas más alejadas y pobres hasta las más céntricas. Por estas razones estos argumentos hoy ya nadie se los toma demasiado seriamente. Es un comentario de un líder viejo que quiere comentar algo y salir en los diarios.

G. S.: ¿No se podría invertir el argumento de Fidel Castro? Pues en realidad los biocombustibles podrían ser una oportunidad para países como Cuba, donde actualmente en el país del azúcar no hay azúcar y eso es obviamente por las deficiencias del propio sistema económico que tiene.

M. F.: Totalmente. Por eso que cambia su argumento Chávez, porque se da cuenta que para todos esos pequeños países centroamericanos y sudamericanos con problemas de pobreza y de desempleo muy grave esto es una solución a varios aspectos de su economía. Primero, empleo en el campo, desarrollo industrial, tecnología, sustitución de importación (uno de los componentes más graves). Nosotros estuvimos este año con gente de Paraguay en una presentación que se hizo allí y un ministro paraguayo dijo que su país se independizó de España en el año 1811, pero ellos iban a independizarnos en el año 2011 de la dependencia a la importación de derivados del petróleo. Para estos países que el petróleo suba el 10% implica dejar de importar otras cosas, porque su principal gasto hacia el exterior es la importación de petróleo y entonces como bien decís, ésta es la oportunidad de que estos países se desarrollen y Cuba es el país cañero de azúcar por excelencia y si no pudo desarrollar su caña de azúcar es por un desorden interno.

G. S.: ¿En qué campos se podrían aplicar estos biocombustibles a materiales donde se utiliza actualmente el petróleo?

M. F.: Como el petróleo era tan barato y tan excedentario entonces hubo muchas industrias que se pudieran haber desarrollado como la industria del metanol o el butanol o algunos de los clásicos que podrían haber salido de otras materias primas agrícolas y no salieron porque era más barato hacerlo del petróleo que de otra cosa. Pero en esta nueva etapa la mayoría de las empresas vinculadas con esas áreas de la petroquímica empiezan a priorizar los procesos que toman como materia prima originaria a materias primas de origen biológico. No sólo porque ven la sustitución del petróleo como algo importante, sino porque también casi todos los derivados del petróleo y casi todos los derivados de la petroquímica que son plásticos, nos están trayendo problemas ambientales bastantes graves o sea basurales de bolsitas de plástico que vuelan por países enteros y empiezan a matar plantas, animales, destruir zonas enteras y entonces empiezan a decir: “Si en lugar del petróleo, arranco de una materia prima de origen vegetal, puedo hacer que ese plástico tenga una fecha de autodestrucción”. Son materiales biodegradables, con lo cual empiezan a resolverse un montón de temas que uno ve en la Argentina. Uno va al Riachuelo o al Río Reconquista y ve la cantidad de envases de plástico que están flotando y uno dice que esto es una cosa de locos. Entonces, en todo el mundo empieza también a revalorizarse esa materia prima agrícola que pueda hacer muchas cosas. De vuelta se piensa desde azucares de plantas como la caña de azúcar o la remolacha, almidón desde las plantas que producen almidón, celulosa desde las platas que producen celulosas, sean árboles, plantas de rastrojo de trigo, maíz o sea la variedad es muy grande y hay una nueva oportunidad de desarrollo tecnológico que vemos inclusive en instituciones de investigación argentinas que hoy intentan buscarle la vuelta tratando de incorporarse a este nuevo boom.

G. S.: Cuando el consumidor vaya a cargar combustible y sea, por ejemplo, etanol en lugar de nafta: ¿le va a salir más barato?

M. F.: Hasta ahora en el caso de Brasil el precio del etanol fluctúa. En la época de la cosecha de la caña de azúcar en los estados cañeros, el etanol es más barato que la nafta promedio en los últimos cinco o seis años. Si uno cree que el petróleo a largo plazo va a ir subiendo cada vez más, los biocombustibles en teoría van a ser más baratos en costo. Pero hay un tema que es que en casi en todos los países del mundo se están poniendo impuestos a los combustibles fósiles que los biocombustibles no pagan. En todos los países del mundo la parte impositiva es variada, pero en general es bastante pesada y en todos lados esta nueva visión de la energía renovable o tiene impuesto cero, en el caso de los biocombustibles, o tiene algunos impuestos sí y otros impuestos no. Pero creo que el biocombustible en el largo plazo siempre va a ser un poco más caro, si uno descontara los impuestos. Lo que pasa es que el otro, al momento de pagar, no lo va a notar porque va a tener un componente impositivo más alto. Pero creo que lo que muchos analistas de lo temas energéticos platean es que cuando uno ve las fluctuaciones del precio del petróleo durante el siglo XX y lo que va del siglo XXI y uno hace el mismo análisis de todas las materias primas agrícolas, nota que estas materias primas son más estables y siempre tendientes a la baja. En cambio el petróleo es mucho más volátil y siempre tendientes a la suba. Entonces, a la larga, los biocombustibles y las energías renovables nos van a dar mayor estabilidad, no crisis de petróleo cada diez años o conflictos internacionales con guerras terribles como Irak, ahora el conflicto con Irán, peleas, etc. Creo que el mundo va a tener una situación un poco más razonable.

G. S.: Para terminar, ¿qué es Maizar?

M. F.: Maizar es una asociación sin fines de lucro que integra a todos los que participan en la cadena de maíz en la Argentina. Dentro de Maizar estamos divididos en cinco sectores distintos. El primer sector para nosotros es el de los investigadores, la ciencia y la tecnología. El INTA es socio fundador de Maizar, hay varias universidades y dentro de algunas de éstas hay facultades que participan. El segundo grupo de socios son los proveedores de insumos, o sea los semilleros, empresas de fertilizantes, etc. El tercer grupo son los productores agropecuarios. El cuarto grupo es de “Comercialización” y son la Bolsas de Cereales, los exportadores, la Federación de Acopiadores, etc. El quinto sector es la “Industria”, que son productores de pollo, leche, carne, chancho, huevo, bebidas gaseosas, golosinas, etc. Por lo tanto en esta mezcla de muchos sectores distintos hay muchos intereses encontrados y por esta razón MAIZAR intenta buscar a través del consenso las opciones que permitan aumentar la competitividad de cada sub cadena de valor y al mismo tiempo apoyar el desarrollo económico, social y ambiental desde los lugares más alejados de la Argentina hasta los centros urbanos más desarrollados. Siempre trabajando en la búsqueda de acuerdos entre los sectores público y privado y para el bien de todos los habitantes de la Argentina.

Gabriel C. Salvia
Gabriel C. Salvia
Director General
Activista de derechos humanos enfocado en la solidaridad democrática internacional. En 2024 recibió el Premio Gratias Agit del Ministerio de Relaciones Exteriores de la República Checa. Es autor de los libros "Memoria, derechos humanos y solidaridad democrática internacional" (2024) y "Bailando por un espejismo: apuntes sobre política, economía y diplomacia en los gobiernos de Cristina Fernández de Kirchner" (2017). Además, compiló varios libros, entre ellos "75 años de la Declaración Universal de Derechos Humanos: Miradas desde Cuba" (2023), "Los derechos humanos en las relaciones internacionales y la política exterior" (2021), "Desafíos para el fortalecimiento democrático en la Argentina" (2015), "Un balance político a 30 años del retorno a la democracia en Argentina" (2013) y "Diplomacia y Derechos Humanos en Cuba" (2011), Sus columnas de opinión han sido publicadas en varios medios en español. Actualmente publica en Clarín, Perfil, Infobae y La Nación, de Argentina. Ha participado en eventos internacionales en América Latina, África, Asia, Europa, los Balcanes y en Estados Unidos. Desde 1992 se desempeña como director en Organizaciones de la Sociedad Civil y es miembro fundador de CADAL. Como periodista, trabajó entre 1992 y 1997 en gráfica, radio y TV especializado en temas parlamentarios, políticos y económicos, y posteriormente contribuyó con entrevistas en La Nación y Perfil. 
 
 
 

 
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