Entrevistas
Análisis Latino
Sergio Widder:
''Chávez promueve o tolera ciertos hechos de antisemitismo''
Sergio Widder es Representante para América Latina del Centro Simón Wiesenthal.Por Gabriel C. Salvia
Sergio Widder es Representante para América Latina del Centro Simón Wiesenthal.
Gabriel Salvia: ¿Podría deducirse del artículo que publicó en La Nación que Hugo Chávez tiene inclinaciones antisemitas?
Sergio Widder: Nosotros no podemos decir que Hugo Chávez es una persona antisemita, pero lo que sí puedo decir es que, como dije en el artículo, su gobierno incluye en su agenda política el antisemitismo. Desde hace varios años Hugo Chávez promueve o tolera ciertos hechos de antisemitismo donde participan distintos estamentos del estado venezolano, desde la promoción o realización de allanamientos contra centros comunitarios judíos sin ningún motivo -sólo con el argumento de estar buscando un supuesto acopio de armamentos y explosivos- o por ejemplo ataques a través de programas de televisión que salen por canales oficiales y que son tolerados por el gobierno. No son cosas que puedan ocurrir sin el consentimiento, creemos nosotros, de las más altas esferas del actual gobierno de Venezuela. Un discurso de Chávez en una víspera de Navidad habla de que el mundo tenía riquezas para todos pero que algunas minorías, entre ellos los descendientes de los asesinos de Cristo, se habían apoderado de las riquezas del mundo. Esta acusación de los judíos como asesinos de Cristo fue una acusación que mantuvo la iglesia católica hasta el Concilio Vaticano Segundo y que llevó al asesinato de innumerables judíos desde siglos. Estas manifestaciones son llevadas adelante por las altas esferas del gobierno de Venezuela o toleradas por el mismo.
Gabriel Salvia: Una de las personas con mucha influencia intelectual en Chávez fue el argentino Norberto Ceresole, un declarado antisemita.
Sergio Widder: Sin duda. Yo digo que no hay un elemento que me puede hacer decir que Hugo Chávez es o no antisemita, pero nosotros nos podemos guiar porque no podemos penalizar el pensamiento pero sí podemos señalar hechos y estos muestran que el antisemitismo forma parte de la agenda política del chavismo.
Gabriel Salvia: ¿Debería haber preocupación desde las democracias de América Latina por la relación de Venezuela con el gobierno iraní, que niega el Holocausto?
Sergio Widder: Por supuesto. No es solo la negación del Holocausto, sino también los reiterados llamamientos del gobierno de Irán a favor de la destrucción del Estado de Israel y jamás escuchamos al gobierno de Venezuela condenar este tipo de manifestaciones que son un llamamiento al genocidio. Creo que en América Latina están más atentos de esto y que han sufrido las intervenciones de Chávez. Como Chile, Perú, México hubo problemas serios e inclusive con Argentina aún cuando hubo y hay una buena relación con el gobierno, en su momento Néstor Kirchner tuvo que reclamar que cambiaran el embajador de Venezuela en Argentina porque había mandado a Luis D'Elía a manifestar su solidaridad con la embajada de Irán luego del dictamen por la causa AMIA.
Gabriel Salvia: ¿Cómo ve a un personaje como D'Elía que usa los métodos que utilizaban las porras fascistas en Italia?
Sergio Widder: Sin duda D'Elía y grupos como Quebracho que crearon una fortaleza para proteger a la embajada de Irán, copian el estilo de las camisas pardas fascistas y son una banda de fascistas intolerantes y no tienen nada que ver con un pensamiento progresista del cual ellos se reclaman parte.
Gabriel Salvia: ¿Puede ser que tras el socialismo del siglo XXI se esconda gente que es más fascista que socialista o directamente nacionalsocialista?
Sergio Widder: Quien promueve la violencia y quiere imponer sus ideas por la fuerza está más cerca del fascismo que de una sociedad democrática para decirlo de una manera esquemática pero gráfica.
Gabriel Salvia: ¿Debería haber mayor precaución en las relaciones económicas con el gobierno venezolano, al ser aliado de un gobierno como el iraní?
Sergio Widder: Absolutamente. Siempre se habla de los beneficios económicos que trae esta relación y si bien no soy especialista en economía no tengo razones para objetar vínculos económicos. Pero no podemos permitir que la política interior y exterior argentina esté dictada o influida por los caprichos de Chávez y su gobierno. Sí puede mantener esa línea bien dividida, pues cada Estado busca en función de sus intereses hacer negocios y traer bienestar a sus ciudadanos. Pero así como muchas veces hablamos y escuchamos hablar de imperialismos que vienen desde Washington, la pretensión del gobierno de Hugo Chávez de incidir en la política Argentina también es una forma de imperialismo.
Gabriel Salvia: Hay otro gobierno con estrecha relación con Irán y con Venezuela que es la dictadura de Cuba, que pasa inmune frente a la comunidad latinoamericana en este tipo de vinculaciones.
Sergio Widder: Cuba, Nicaragua y Rafael Correa, que tuvo el “honor” de contar con la presencia del presidente de Irán cuando asumió. Es preocupante porque en América Latina desgraciadamente y en el Cono Sur especialmente hemos sufrido la acción del terrorismo fundamentalista iraní y lo mejor que se puede hacer para preservar nuestra integridad es ponerle cualquier tipo de traba posible a la infiltración de aquellos regímenes que están en responsabilidad del terrorismo
Gabriel C. SalviaDirector GeneralActivista de derechos humanos enfocado en la solidaridad democrática internacional. En 2024 recibió el Premio Gratias Agit del Ministerio de Relaciones Exteriores de la República Checa. Es autor de los libros "Memoria, derechos humanos y solidaridad democrática internacional" (2024) y "Bailando por un espejismo: apuntes sobre política, economía y diplomacia en los gobiernos de Cristina Fernández de Kirchner" (2017). Además, compiló varios libros, entre ellos "75 años de la Declaración Universal de Derechos Humanos: Miradas desde Cuba" (2023), "Los derechos humanos en las relaciones internacionales y la política exterior" (2021), "Desafíos para el fortalecimiento democrático en la Argentina" (2015), "Un balance político a 30 años del retorno a la democracia en Argentina" (2013) y "Diplomacia y Derechos Humanos en Cuba" (2011), Sus columnas de opinión han sido publicadas en varios medios en español. Actualmente publica en Clarín, Perfil, Infobae y La Nación, de Argentina. Ha participado en eventos internacionales en América Latina, África, Asia, Europa, los Balcanes y en Estados Unidos. Desde 1992 se desempeña como director en Organizaciones de la Sociedad Civil y es miembro fundador de CADAL. Como periodista, trabajó entre 1992 y 1997 en gráfica, radio y TV especializado en temas parlamentarios, políticos y económicos, y posteriormente contribuyó con entrevistas en La Nación y Perfil.
Sergio Widder es Representante para América Latina del Centro Simón Wiesenthal.
Gabriel Salvia: ¿Podría deducirse del artículo que publicó en La Nación que Hugo Chávez tiene inclinaciones antisemitas?
Sergio Widder: Nosotros no podemos decir que Hugo Chávez es una persona antisemita, pero lo que sí puedo decir es que, como dije en el artículo, su gobierno incluye en su agenda política el antisemitismo. Desde hace varios años Hugo Chávez promueve o tolera ciertos hechos de antisemitismo donde participan distintos estamentos del estado venezolano, desde la promoción o realización de allanamientos contra centros comunitarios judíos sin ningún motivo -sólo con el argumento de estar buscando un supuesto acopio de armamentos y explosivos- o por ejemplo ataques a través de programas de televisión que salen por canales oficiales y que son tolerados por el gobierno. No son cosas que puedan ocurrir sin el consentimiento, creemos nosotros, de las más altas esferas del actual gobierno de Venezuela. Un discurso de Chávez en una víspera de Navidad habla de que el mundo tenía riquezas para todos pero que algunas minorías, entre ellos los descendientes de los asesinos de Cristo, se habían apoderado de las riquezas del mundo. Esta acusación de los judíos como asesinos de Cristo fue una acusación que mantuvo la iglesia católica hasta el Concilio Vaticano Segundo y que llevó al asesinato de innumerables judíos desde siglos. Estas manifestaciones son llevadas adelante por las altas esferas del gobierno de Venezuela o toleradas por el mismo.
Gabriel Salvia: Una de las personas con mucha influencia intelectual en Chávez fue el argentino Norberto Ceresole, un declarado antisemita.
Sergio Widder: Sin duda. Yo digo que no hay un elemento que me puede hacer decir que Hugo Chávez es o no antisemita, pero nosotros nos podemos guiar porque no podemos penalizar el pensamiento pero sí podemos señalar hechos y estos muestran que el antisemitismo forma parte de la agenda política del chavismo.
Gabriel Salvia: ¿Debería haber preocupación desde las democracias de América Latina por la relación de Venezuela con el gobierno iraní, que niega el Holocausto?
Sergio Widder: Por supuesto. No es solo la negación del Holocausto, sino también los reiterados llamamientos del gobierno de Irán a favor de la destrucción del Estado de Israel y jamás escuchamos al gobierno de Venezuela condenar este tipo de manifestaciones que son un llamamiento al genocidio. Creo que en América Latina están más atentos de esto y que han sufrido las intervenciones de Chávez. Como Chile, Perú, México hubo problemas serios e inclusive con Argentina aún cuando hubo y hay una buena relación con el gobierno, en su momento Néstor Kirchner tuvo que reclamar que cambiaran el embajador de Venezuela en Argentina porque había mandado a Luis D'Elía a manifestar su solidaridad con la embajada de Irán luego del dictamen por la causa AMIA.
Gabriel Salvia: ¿Cómo ve a un personaje como D'Elía que usa los métodos que utilizaban las porras fascistas en Italia?
Sergio Widder: Sin duda D'Elía y grupos como Quebracho que crearon una fortaleza para proteger a la embajada de Irán, copian el estilo de las camisas pardas fascistas y son una banda de fascistas intolerantes y no tienen nada que ver con un pensamiento progresista del cual ellos se reclaman parte.
Gabriel Salvia: ¿Puede ser que tras el socialismo del siglo XXI se esconda gente que es más fascista que socialista o directamente nacionalsocialista?
Sergio Widder: Quien promueve la violencia y quiere imponer sus ideas por la fuerza está más cerca del fascismo que de una sociedad democrática para decirlo de una manera esquemática pero gráfica.
Gabriel Salvia: ¿Debería haber mayor precaución en las relaciones económicas con el gobierno venezolano, al ser aliado de un gobierno como el iraní?
Sergio Widder: Absolutamente. Siempre se habla de los beneficios económicos que trae esta relación y si bien no soy especialista en economía no tengo razones para objetar vínculos económicos. Pero no podemos permitir que la política interior y exterior argentina esté dictada o influida por los caprichos de Chávez y su gobierno. Sí puede mantener esa línea bien dividida, pues cada Estado busca en función de sus intereses hacer negocios y traer bienestar a sus ciudadanos. Pero así como muchas veces hablamos y escuchamos hablar de imperialismos que vienen desde Washington, la pretensión del gobierno de Hugo Chávez de incidir en la política Argentina también es una forma de imperialismo.
Gabriel Salvia: Hay otro gobierno con estrecha relación con Irán y con Venezuela que es la dictadura de Cuba, que pasa inmune frente a la comunidad latinoamericana en este tipo de vinculaciones.
Sergio Widder: Cuba, Nicaragua y Rafael Correa, que tuvo el “honor” de contar con la presencia del presidente de Irán cuando asumió. Es preocupante porque en América Latina desgraciadamente y en el Cono Sur especialmente hemos sufrido la acción del terrorismo fundamentalista iraní y lo mejor que se puede hacer para preservar nuestra integridad es ponerle cualquier tipo de traba posible a la infiltración de aquellos regímenes que están en responsabilidad del terrorismo