La privatización populista de la ESMA
Si a Pietragalla y a las organizaciones que «privatizaron» la ESMA les importaran los derechos humanos, tendrían bien claro que el mayor peligro para su causa no proviene del capitalismo ni del libre mercado, sino de las autocracias que ellos celebran, incluidas las de Putin, Maduro y Ortega. Y también tendrían bien claro que los excesos del peronismo nunca debieron silenciarse: la participación recurrente en golpes de Estado, el alineamiento con los nazis, el asilo de criminales de guerra como Eichmann y Mengele, el uso de la picana y la persecución de opositores y homosexuales por parte de Perón, el ominoso decreto de exterminio, la Triple A, el pacto de impunidad con la Junta y el apoyo a la ley de auto-amnistía.
Por Julio Montero, consejero académico de CADAL.
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