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Observatorio de Relaciones Internacionales y Derechos Humanos
Los derechos humanos en las relaciones internacionales y la política exterior
Presentación: Alejandro Anaya Muñoz y Gabriel C. Salvia. Los derechos humanos desde las relaciones internacionales, por Alejandro Anaya Muñoz. Los derechos humanos como restricción y fundamento de la soberanía, por Julio Montero. Derechos humanos antes y después de la caída del Muro de Berlín, por Günter Nooke. Una crisis en el concepto de derechos humanos en el comienzo del siglo XXI y la lucha por la verdad, la libertad y la justicia, por Yevgeniy A. Zhovtis. Democracias y dictaduras ante el Sistema Universal de Derechos Humanos: los casos de Argentina y Cuba, por Brian Schapira. Los límites de la política exterior en derechos humanos y la importancia de la solidaridad democrática internacional, por Gabriel C. Salvia. Cuba: ¿un nuevo samaritano global?, por Manuel Cuesta Morúa. La libertad de movimiento post Covid-19, por Sybil Rhodes. Acerca de los autores- Bibliografía recomendada.
Coordinadores: Alejandro Anaya Muñóz y Gabriel C. Salvia Publicado por: CADAL y Fundación Konrad AdenauerPublicación: 2021Idioma: Español
Presentación
Los derechos humanos se insertaron en las dinámicas jurídicas y políticas internacionales a raíz de su inclusión en la estructura normativa e institucional que surgió a nivel global y regional, tras el fin de la segunda guerra mundial. En otras palabras, con la entrada en vigor de la Carta de la Organización de las Naciones Unidas, la Carta de la Organización de Estados Americanos y el Estatuto del Consejo de Europa, así como la adopción de la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre y la Declaración Universal de los Derechos Humanos y la entrada en vigor de la Convención Europea de Derechos Humanos y Libertades Fundamentales, los derechos humanos pasaron a ser parte de las aspiraciones centrales ya no solamente de algunas naciones –regidas por constituciones sustentadas en valores liberales y republicanos–, sino de la comunidad internacional en su conjunto.
Si bien con algunos altibajos, con el paso del tiempo, el estatus jurídico de los derechos humanos se ha ido fortaleciendo, mientras que su relevancia política se ha ido consolidando en el ámbito internacional. Los derechos humanos son hoy en día referentes fundamentales en la definición del «deber ser» y lo que implica un «comportamiento apropiado»; al menos para los países que aspiran a ser considerados como integrantes dignos o en pleno derecho de la comunidad de «Estados civilizados». De esta manera, y a pesar de distintas dinámicas que los cuestionan o incluso los debilitan en la práctica –como la persistencia del autoritarismo, la securitización de las agendas públicas y la reemergencia de los nacionalismos–, los derechos humanos son un componente ineludible de las relaciones internacionales: es decir, de las dinámicas de interacción –en ocasiones cooperativas y en otras competitivas o incluso abiertamente hostiles– entre Estados y entre estos y otro tipo de actores, a través de las fronteras.
No podemos entender la política internacional en la actualidad sin tener en cuenta los derechos humanos y la estructura normativa e institucional que se ha desarrollado alrededor de ellos. Pero los derechos humanos, como normas y como instituciones, están pensados y diseñados para proteger a las personas; para salvaguardar sus derechos, de cara principalmente al poder del Estado, que a pesar del paso del tiempo sigue mostrando de manera recurrente su lado oscuro: su tendencia al abuso, la opresión, la intolerancia y la preservación de la desigualdad. Los Estados, por otro lado, siguen siendo los actores dominantes en las relaciones internacionales y tienden a ver con recelo la intervención en sus asuntos internos y a cuidarse las espaldas mutuamente. El «interés nacional» (o, más bien, el interés de las élites en el poder, dentro de cada Estado) sigue siendo una fuerza dominante en las relaciones entre naciones y, por lo tanto, en su política exterior. Esto es un problema serio para la agenda de los derechos humanos, porque a menudo su vigencia va en contra de los intereses en cuestión. Así, los derechos humanos siguen nadando contracorriente, casi ochenta años después de su irrupción en la escena internacional.
¿Cuáles son las posibilidades, entonces, de que prevalezcan y florezcan en un contexto global aún dominado por el poder de Estados soberanos, celosos de la injerencia externa y depositarios de intereses que a menudo están muy lejos de coincidir con la promoción de la dignidad humana? ¿En qué tipo de argumentos descansa el reclamo o la demanda que afirma que los derechos humanos deben de prevalecer por encima de la soberanía y los intereses de los Estados y las élites económicas y políticas en el poder? ¿Qué obstáculos de antaño y qué nuevos retos enfrentan las personas promotoras y defensoras de la igualdad, la libertad y la dignidad humana en el mundo? Este tipo de preguntas guían e inspiran los ensayos que conforman esta obra. Desde distintas visiones y experiencias profesionales (principalmente el activismo y la academia), los autores y autoras reconocen y analizan los obstáculos y los retos que enfrenta la agenda de derechos humanos y, en conjunto, entretejen una serie de ideas y de argumentos que nos llevan no solamente a reafirmar la convicción en el valor y los méritos de los derechos humanos, sino también, como recientemente enfatizó Kathryn Sikkink1, a fundamentar nuestras razones para la esperanza.
Este libro sintetiza la labor y desafíos del CADAL en la promoción de los derechos humanos y la solidaridad democrática internacional, ideales compartidos con la Fundación Konrad Adenauer, cuyo apoyo para publicar esta obra fue fundamental.
Alejandro Anaya Muñoz y Gabriel C. Salvia
Guadalajara (México) y Buenos Aires (Argentina), abril de 2021